JOSÉ MARÍA
ESPINOSA, ABANDERADO PATRIOTA, Y PINTOR DE LIBERTADOR.
Prócer de la Independencia, pintor,
caricaturista, y cronista colombiano.
Sus experiencias fueron
transcritas en la obra: “MEMORIAS DE UNABANDERADO. RECUERDOS DE “LA PATRIA BOBA”,
llamada así, por la anarquía producida por las rivalidades entre los gamonales de
las provincias (Federalismo y Centralismo).
Episodios de la primera época del
proceso Independentista Colombiano, que por sus características se conoció con
el título de “La Patria Boba”, que principia con la querella personal entre el comerciante
español Llorente y don Antonio Morales, ocurrida el viernes 20 de julio de
1810, y que constituyó la chispa que produjo la independencia de Colombia. Acontecimiento que para Espinosa, y muchos
otros jóvenes de la época, de simples espectadores, del disputa del florero,
pasaron a ser soldados en favor de la causa libertaria.
Cúmulo de jóvenes que Influenciados
por la traducción y publicación de los Derechos del hombre, por Antonio Nariño,
enardeció y animó los sentimientos patriotas de Espinosa y otros jóvenes ilustrados,
se alistaron en el batallón de guardias nacionales, donde Espinosa empezó como alférez
abanderado.
A fines de setiembre de 1813, se inició
la campaña del sur, liderada por Antonio Nariño, donde Espinosa integró en batallón
Granaderos de Cundinamarca. En diciembre del mismo año, participo en la batalla
de Palacé, Calibo, y el Tambo. En este combate, fue arrestado por los españoles,
y encarcelado en los calabozos de Popayán, junto a José Hilario López, Pedro Alcántara
Herrán, Alejo Savarín, amante y prometido de Policarpa Salavarrieta (La Pola).
De este presidio, logró con pasaporte de Sámano, salir confinado para La Plata,
en calidad de confinamiento, desde donde después de muchas aventuras, logro
regresar a Santafé, su ciudad de origen.
NARRACIÓN DE LA
ELABORACION DE UN RETRATO DEL LIBERTADOR SIMON BOLIVAR.
“Faltaba ya muy poco "para
la conspiración del 25 de setiembre de 1828, cuando fue a casa mi tío José I.
Paris y me dijo: " El Libertador te manda llamar para que vayas a
retratarlo." En el momento preparé un marfil, y nos fuimos a Palacio. Después
de presentado a Bolívar, que me hizo un cariñoso recibimiento, se colocó al
frente de mí, con los brazos cruzados; apenas empezaba yo el diseño, cuando me
dijo; ¿Ya está? le contesté que faltaba mucho; entonces estiró los brazos,
diciéndome: "Puede usted venir cuantas veces quiera, a las once, antes que
se reúna el Consejo." Al día siguiente volví, y estando, trabajando ya, y
Bolívar al frente y se oyó un ruido en el Patío; era el coronel Croston a
caballo. Bolívar se levantó con viveza, se asomó al balcón y dijo: “¿Con que
está ·usted de desafío, ah? " El Coronel le contestó: "Por respeto a
las leyes ¡no he matado a ese cartagenero!" Bolívar le repuso: " Por
respeto a la pistola." Cerró las vidrieras y se volvió a su puesto. A la
tercera sesión sufrí el disgusto de una equivocación. Estábamos en silencio y
me sorprendió diciéndome: "En dónde está usted?" en ninguna parte,
señor, no tengo destino. "No,” dijo él, ¿” en qué facción de la cara?"
en los ojos, le contesté. (ya yo había pensado que me iba a dar una buena colocación).
A otro rato me preguntó si quería ir a Italia á ver las obras de los grandes
artistas; le manifesté que sí, y entonces me dijo; "Se irá usted con el
señor Gual; el Gobierno le costeará el viaje y todo lo necesario; con que usted
reciba algunas lecciones de uno de los pintores más afamados, tiene para venir a
poner su escuela". Le di las gracias, agregando que prepararía mi viaje.
En ocho días que estuve yendo, no pude aprovechar sino como cuatro horas,
porque cuando no estaba inquieto, se quedaba pensativo con los ojos fijos en el
suelo y la cabeza inclinada; así era, que tenía que suspender el trabajo. ¡Un
día se estaba paseando por la sala con el Corone! Wilson; el coronel Santana
estaba leyendo un periódico en inglés; se acercó Bolívar a mi mesa, vio el
retrato y dijo: "Santana, ¿sabe usted a quién se parece? a aquel viejo
Olaya de La Mesa". Santana fue a
ver y al descuido me dijo en voz baja: "No le haga caso que va muy bien, e
idéntico; " Con esto volví a recobrar el entusiasmo. Habiendo concluido el
retrato en casa, dejé una copia para mí, y llevé el original a Palacio al
tiempo que entraban. algunos miembros del Consejo, como don Joaquín Mosquera,
los señores Restrepo y Castillo Rada, los cuales elogiaron mucho el retrato;
Bolívar dijo que estaba muy parecido, y yo tuve el honor de presentarle mi obra
a su excelencia como un pequeño testimonio de gratitud”.[1]
[1]
Narración extractada de las “MEMORIAS DE UNABANDERADO. RECUERDOS DE LA PATRIA
BOBA. 1810-1819. BOGOTA - Imprenta. de El “Tradicionista." 1876. Pág. 270
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