martes, 2 de marzo de 2021

El camino del Quindío en la gesta de la Independencia, Patria Boba, y Campaña del Sur.

 

COMBATE DEL “CERRO GORDO Y LAS CAÑAS, EN EL CAMINO DEL QUINDÍO.





El camino del Quindío en la gesta de la Independencia, Patria Boba, y Campaña del Sur.

En inmediaciones del camino del Quindío, en la vereda las Cañas del municipio de Alcalá, limítrofe con la vereda las Pavas, de Filandia, el 26 de julio del año de 1813, el ejército español, en cabeza de Juan Sámano, que había invadió al Cauca, se enfrento a los patriotas en terrenos que pertenecen a los actuales municipios de Alcalá, valle del Cauca; y Filandia  en el Quindío.

Unos 150 patriotas se habían replegaron de Popayán hacia Cartago, donde se unieron a las tropas comandadas por el francés Manuel Roergas de Serviez, comisionado por el gobierno de Santafé para reforzar la defensa de Cartago. Sámano con 1000 unidades ocupó a Cartago, y el 26 de julio de 1813, se enfrentó a Serviez, en Piedra de Moler, Cerro gordo y  Las Cañas; sitos ubicados en el camino del Quindío.

El “Cerro gordo” fue defendido por un destacamento de 25 patriotas, comandados por el capitán José Joaquín Quijano. Custodia que le  fue imposible impedir el avance de las huestes españolas, compuesta de 1.000, hombres; no obstante, los patriotas se disputaban el terreno palmo a palmo.

Serviez esperaba el arribo de un destacamento que debía auxiliarles, que venía de Ibagué a Cartago. Esperanzado en dicho refuerzo, se desplego hacia el sitio de las Cañas, donde resolvió hacer alto allí hasta el último momento, siempre con la esperanza de los auxilios de Santafé, que nunca llegaron.

La columna patriota, reducida ya a unos 70 hombres entre oficiales y tropa, fue sorprendida por el fuego enemigo, y se inició un nuevo y desesperado combate. Ante lo sorpresivo del ataque, la mayor parte de los oficiales huyó, y a su ejemplo los dos tercios de la tropa. No quedaban haciendo frente sino el comandante Serviez y los oficiales Pizarro, Molina y Esparsa con cosa de 20 soldados, entre los cuales estaba José Hilario López.

En media hora de combate, habían perdido al teniente Molina gravemente herido, y a la mitad de los 20 soldados que quedaron después de la desbandada de las restantes unidades. Serviez herido en una pierna, seguía empecinado en el combate, ordena teniente Pizarro hacer una carga al enemigo con seis hombres. Pizarro obedece lleno de energía, y en combate frente a frente, perdió tres hombres.

Ya solo quedaron 10 unidades de combate, que se salvaron al huir, por el camino, bajo una granizada de disparos enemigos, abandonaron la ofensiva, y emprendieron la retirada, atravesando la montaña del Quindío. Agotados, sin suministros ni abrigo, por el camino en parajes demasiado fríos, principalmente en el Boquerón del Páramo, y como único alimento, la carne medio cruda de mulas que encontraban en su paso, y que habían sido abandonadas por los viajeros, al perder la esperanza de salvarlas, por que se agotaban y estropeaban en términos que no había esperanza de salvarlas.

En el sitio llamado Las Tapias, encontraron el destacamento de soldados que esperaban en su auxilio, quienes los socorrieron con víveres que consumieron con apetencia. Llegaron a Ibagué a fines de julio de 1813. El piquete militar estaba reducido a unos 20 oficiales y otros tantos individuos de tropa.

 

Álvaro Hernando Camargo Bonilla

Fuente: Memorias de José Hilario López, 1798-1869. Capítulo II. Biblioteca virtual Luis Ángel Arango.