miércoles, 22 de octubre de 2014

“La Burila”

“La Burila” estampó malestar e incertidumbre para todos los colonizadores rasos localizados en la “Hoya del Quindío”.



En 1850, en la “Hoya del Quindío” estaba habitada por animales de todos los pelambres: jaguares, osos de anteojos, dantas, nutrias, cusumbos, jabalís, hasta la tatabra, entre muchos más. Igualmente  aves, de de coloridos plumajes. Todos ellos ocupaban los espesos guadales e colosales árboles, donde además habitaban serpientes, bichos y otras formas de vida.

Su territorio contenía terrenos impolutos, fecundos, donde brotaban las semillas sin necesidad de arar. Solamente era necesario la socola y la quema, para surcar  y sembrar.  Ostentaba una pródiga biodiversidad, nunca antes vista por los inmigrantes que horadaban esta  fértil tierra, provista de agua en abundancia y por lo menos un metro de capa humus.

Acariciaron estos prolíferos territorios inmigrantes oriundos de disímiles comarcas, huyendo de las  confrontaciones civiles de fin de siglo XIX y en búsqueda de nuevas oportunidades se aventuraron  por el camino del Quindío, y sobre sus márgenes, fundaron a Boquía. De aquí, irradiaron la colonización de Salento, Filandia, Circasia, Calarcá, Armenia, Pijao, Génova y Quimbaya.

Las tierras no tenían dueño, eran baldías, estaban en pura montaña. Se rumoraba la presencia de oro, de guacas que los indios enterraban para que no se lo robaran los blancos.  Oro de minas de veta y aluvión. Todo el que daba un azadonazo obtenía grandes tesoros.

Todos los que se establecieron en la hoya del Quindío habían vivido en paz con sus familias. Pronto llegaron los malos días y las desgracias a causa de los poderosos tentáculos de una nefasta empresa que borro por completo la felicidad primera de los moradores de tan agraciado edén.

Aparece BURILA, nombre derivado de la fracción indígena  denominada Bulirás o Burilás de la gran familia de los Pijaos. Empresa que marcó en forma intensa la colonización del territorio del Quindío y el norte del Valle del Cauca. Este vocablo estampó malestar e incertidumbre para todos los colonizadores rasos localizados en la “Hoya del Quindío”.

Sociedad anónima, constituida por el señor Lisandro Caicedo, que, junto a cien accionistas de reconocida influencia económica y política de Caldas, Valle del Cauca y formalizada por escritura pública número 693 de 25 de noviembre de 1884, otorgada en la notaria de Manizales.

La Compañía tenía por objeto la explotación de las minas, salinas y carboneras existentes en dichos terrenos. La propiedad de esta compañía era un paralelogramo de 125 mil hectáreas entre Bugalagrande y el páramo del Quindío que incluía los municipios de Zarzal, Sevilla, Caicedonia (Valle), Génova, Pijao, Buenavista, Córdoba, Calarcá y Armenia (Quindío).

La anarquía, económica, política y administrativa originada por tres guerras civiles (1876, 1885 y la de los “Mil Días"), afectaron a los colonos recién asentados en la “Hoya del Quindío” y fue aprovechada para constituir la compañía de Burila, en el año de 1888.

La compañía no ejecutó durante mucho tiempo actos de dueño. Se limitó a esperar. Mientras tanto, la montaña cedía al golpe de las hachas. Se replegaba. El colono era un pedazo de destino simple, ahogándose en la fiebre y en la soledad.

Para entender el poderío que represento esta nefasta empresa en el proceso colonizador del Quindío y norte del Valle, hay que otear la los personajes que conformaron su capital accionario, “paladines” como: Manuel Antonio Sanclemente, Eliseo Payán, Rafael Reyes y Ezequiel Hurtado, ex Presidentes de la República; los presbíteros Rafael Aguilera y Juan N. Parra, los doctores señores Lucio A. Pombo, José Miguel, Marcelino, Silverio y Gabriel Arango, Juan de Dios Ulloa, Eduardo Holguín, Manuel María Castro, Eustaquio Palacios, Fortunato, José María y Narciso Cabal, Belisario Zamorano, Manuel U. Carvajal, Emidio Palau, C. H. Simonds, Elías Reyes, Leopoldo Triana, Alejandro y Juan de Jesús Gutiérrez , Manuel María Sanclemente, Norberto J. Gómez, el Banco Industrial de Manizales, el Banco del Cauca, Simón López, Manuel María Grisales, Daniel B. Ceballos.

Históricamente rigieron la Burila, desde 1884 en adelante, Marcelino y José Miguel Arango, padre e hijo este último del notable jurista y  miembro de la Suprema Corte de Justicia; Víctor Cordobés, Manuel Grisales, Antonio María Restrepo Euse, Francisco Velásquez, Marcelino Arango entre otros. Durante los últimos tiempos de la guerra de 1900 y años siguientes hasta 1906, Marcelino Arango. Algunos de los antes mencionados se hicieron propietarios  de terrenos, como las haciendas de Maravales, Pijao, Buenos Aires, Ceilán, La Palmera, El Gigante, Italia, Altamira, Cuba, Arcadia, y muchísimas otras.

Patronos mercaderes de tierras baldías, despojaron a cincuenta mil colonos pobres, cuya única riqueza y poderío eran su trabajo y deseos de establecer su núcleo familiar lejos de la influencia de las guerras de fin de siglo XIX, para poder vivir en paz.

Disfrazaron su apetito rapaz y usurero, cambiando la denominación de concesión de tierras, por el rotulo de empresa. Su propósito, igual o peor que el de sus similares: Aranzázu y Villegas, caracterizadas por el brutal e inhumano despojo a colonos pobres en la región del sur del estado soberano de Antioquía.

En los recién fundados caseríos de Calarcá y Armenia, se hicieron famosos por su arbitrariedad y agresividad el agrimensor, Jose Lino Rodríguez y los corregidores Lino Tabares y Melitón Arias, esbirros de la burila. Cumpliendo órdenes de sus superiores y en complicidad con las autoridades judiciales y de policía, despojaron, depredaron sin indemnización y con apariencia legal a los colonos. A los que se oponían les quemaban sus ranchos y cultivos, obligándolos a desocupar o pagar onerosos precios por la tierra que con sacrificio habían desbrozado.

¿Qué se podía esperar de estos “prohombres”, representantes de los poderes religiosos, políticos y económicos, ante las justas reclamaciones de posesión y derecho de baldíos ocupados por desarrapados e ignorantes colonos?

“Jose Lino Rodríguez era un coronel de primeras letras con una fuerte voz de mando. Había hecho la guerra del 85 y también la campaña de los mil días.  Esta última a órdenes del general Marín. Nacido para la milicia tenía natural propensión por las armas. Después de la batalla de Piedras rodeó un batallón enemigo y dio la orden de pasar a cuchillo a los soldados mientras estos dormían. Así se ganó el grado de coronel.

Al salir de Rionegro, su pueblo, no era más que un muchacho infatuado…Llego a Armenia con dos pantalones de campaña, una cicatriz en la frente, un máuser y una irrefrenable  pasión por los caballos…”.[1]

Esbirros, sin expresión humana alguna, violentos, crueles; en asocio de bravucones que cumplían al pie de la letra  las órdenes del agrimensor representante de Burila, emprendieron a toda clase de bellaquería y atropello en contra de los poseedores de las mejoras en  litigio con La Burila. Destrucción de cercados; derriba de árboles sobre los caminos; arrasamiento de sementeras, frijolearas, yucales, plataneras;  bestias acabando los cultivos.  Se sospechaba, pero no se atrevían a señalar abiertamente a los responsables de los atropellos, por miedo a las represalia.

Forasteros camorristas merodeaban las parcelas en líos con Burila, resguardados con  grandes ruanas, aparecían por todas partes, miraban todo. No decían nada, solamente escuchaban. Su misión era acosar a los colonos para que desocuparan sus predios. Por las noches se dedicaban a destruir cercados, baldaban los ganados, destruían cementeras, incendiaban las casas de los colonos.  Todo encaminado a dar termino a los largos y constantes pleitos a través del terror.

Las autoridades locales alinderadas con los socios de la Burila, se hacían los de la oreja mocha.  Muchos de las autoridades estaban compradas por representante de la burila, quien pagaba sus complicidad sufragando deudas de juegos de azar a jueces y corregidores, que habían pagado con la plata de los depósitos judiciales.

Agrimensores de La Burila, cortejados de autoridades judiciales y alguaciles, previo boleto por parte de los bravucones de la Burila, se dirigían borrachos, agresivos a la mejoras de los colonos para hacer efectivas las diligencias de lanzamiento.  Con engaños  procesaban a los colonos, bajo el argumento de que no tenían derechos, al no contar con los títulos de propiedad.  Sin más preámbulos, se procedía al lanzamiento.

Ante la escalada de la Burila, muchos sucumbieron y entregaron sus mejoras sin luchar. Se convirtieron en jornaleros, otros prefirieron el éxodo, en silencio esperaban sin afán cualquier cosa.

Catarino Cardona fue el primer abogado llegado a la región Quindiana. Asumió la defensa de los colonos ante lo cual las autoridades al servicio de la compañía certificaron falsamente que sufría de lepra, por lo que fue enviado a Agua de Dios.

Logró que treinta mil colonos firmaran un memorial dirigido al gobierno para pedir la anulación de acto administrativo por medio del cual se reconocía a Burila como la única dueña del territorio. Sólo en 1930 después de un largo y sangriento conflicto el Ministro Juan Antonio Montalvo decide poner fin al asunto, mediante resolución del 26 de febrero, en la cual pone en pie de igualdad a colonos y Compañía:

El 12 de diciembre de 1912, el Ministerio de Obras Públicas, revocó todos los derechos sobre los terrenos de Burila. Los colonos cultivadores de la región a que se refiere la providencia pudieron solicitar, de acuerdo con el Código Fiscal y con las leyes que lo adicionan y reforman, las adjudicaciones de baldíos a que tenían derecho.

Álvaro Hernando Camargo Bonilla.




[1] Benjamín Bahena Hoyos. El Río Corre hacia Atrás. Carlos Valencia Editores. 1980. Pag.215

CRONOLOGÍA HISTÓRICA DE FILANDIA QUINDIO

Circulares y oficios correspondientes al año de 1.872 Legajo N° 69 Tomo II. Ref. A.A. 08- 308. (Circular N° 4 de Febrero  3). Se avisa que tomó posesión como Juez del Circuito para el período en curso, el señor Felipe Meléndez. 

342.Legajo N° 733. Oficio 505. Cartago, Diciembre. 3 Señor Alcalde de Filandia: para que recuerde al Corregidor de Armenia el despacho del exhorto solicitado por la alcaldía de Manizales.


Legajo N° 732. Oficio N° 74 del Juzgado de Filandia para la Alcaldía del mismo Distrito: Noviembre 30: El señor Juez reclama una partida para gastos de escritorio. Pues no se ha provisto de este elemento desde el 7 de Octubre de 1892, Fecha en la cual se erige a Filandia como Distrito.

Comunicación No. 38 de Junio. 16  Se le comunica al señor. Rafael Carvajal que ha sido nombrado Comisario de la partida de "Novillero". 

Comunicación. No. 52 de Octubre.  Al Señor. Rafael Carvajal comisario Filandia se le solicita que se presente en esta Alcaldía trayendo la lista de los individuos que deben pagar el trabajo  personal en dinero. 

Libro copiador de comunicaciones de la Alcaldía de   Salento en el  año de 1878.   Legajos No. del 578 al 599 Comunicación. No. 37 de Jun. 16.  Se le pide al gobierno la tercera parte del trabajo personal para utilizarse con el auxilio dado, a fin de erradicar a esta población de la plaga de la "Langosta". 

Legajo No. 737 Tomo II. Ref. A.A. 08‑308 (C.# 193 e Jul. 20) Por imposibilitarse en el momento el envío del dinero decretado por el congreso para la destrucción de la langosta en Cauca, deben los particulares matar el insecto. Esto mientras llega dicho auxilio para el Cauca. 

Legajos No. 745 Tomo II. Ref. A.A. 08‑308 (C.# 30 de Oct.11)  El secretario de Gobierno  informa  que  ante la imposibilidad de destruir la  plaga  por  los métodos usados hasta ahora, y  en vista de que estos insectos se  multiplican cada día más.  Se solicita de las autoridades  del Municipio formar nuevos partidos a fin de luchar en contra  de tan maligno bicho. 

Legajos No. 755 Tomo II. Ref. A.A. 08‑308 (C.3 8 de Feb.) Por que la langosta se ha seguido extendiendo con perjuicio para las plantaciones agrícolas, se recomienda animar a la gente a  que hagan plantaciones en lugares fríos ya que dicho  animal se propaga en clima caliente. 

Legajo No. 759 Tomo II. Ref. A.A. 08‑308 (C.# 15 de Abril  9)  se recomienda a los particulares y trabajadores que  vayan a  cultivar los terrenos vírgenes que existen en  la cordillera debido a la escasez de víveres que se acercan por la devastación a consecuencia de la langosta.

Legajo No.550 C. No.13 de Febrero 1. J.M. Q.: Se informa al  Sr. Alcalde de la invasión de la Langosta en el Valle del Cauca para que se tomen las medidas necesarias alertando a  la población para que colaboren en la erradicación.

Legajo No. 561 C. No 33 de Agosto 20. J.M. Q. Por orden del  Presidente del Estado, el Secretario. de Gobierno, Comunica a la   jefatura que el señor Eduardo Walker ha descubierto un sistema efectivo para terminar con la plaga de la langosta e informa para que, de acuerdo a sus instrucciones se tomen las medidas necesarias y se sigan los pasos indicados.              

Legajo No. 594 de Tomo II. Ref. A.A. 08308  Comunicación. No. 55 de Octubre.  Se le informa al Señor. Rafael Carvajal, Comisario de Novillero  Hoy Filandia) que le han nombrado Comisario en     asocio del señor Emigdio de la Parra. [1] Libro copiador de comunicaciones de la Alcaldía de Salento,  año 1878.   Legajos No. del 578 al 599.

Legajo No 684. Circular No 1. Salento, octubre 7. El señor Jesús María Vallejo, informa al corregidor de Armenia, que por telegrama No 155 del 7 de Oct. Del presente, el señor prefecto de la provincia, me comunica el nombramiento como alcalde del nuevo municipio de Filandia.

Se devuelve acuerdos y listas de catastro para hacer efectiva la contribución. También se respalda al Alcalde por cuanto hay individuos que entorpecen la buena marcha de la administración, siendo plausible la decisión del Alcalde de no dejarse manejar los intereses personales. Se les autoriza Ejercer mando directo sobre los comisarios de  la Balsa y Filandia. [2] ARCHIVO MUNICIPAL DEL SIGLO XIX.TOMO: III año 1881.Estado Soberano del Cauca de los E.E.U.U.  de Colombia  Decretos   Oficios – Circulares – Relaciones   Papeles varios Correspondiente al año de 1881.  Tomo III Ref. A.A. 08 308.

Comunicación No 7 de marzo: señores comandante general del Departamento del Norte. Nota que explica las actividades ejecutadas en los lugares de Salento, Filandia, Pereira, Circasia, y los ataques de que fueron objeto sus enemigos.[1]

Comunicación No.28 de Marzo 27. Señor Alejandro Henao. Filandia. Esta Comandancia ha tenido a bien nombrarlo encargado de esa plaza, en calidad de Capitán encargado.

Comunicación No.36 de Marzo 30 El señor Alejandro Henao. Capitán encargado de la plaza de Filandia: Para que se sirva  contratar y remitir a Ibagué todos los bueyes y mulas que  pueda reunir por orden del gobierno del Estado. Los que se  rehúsen se les expropiar de tales animales  y aparejos. Esto   con el fin de transportar sal de propiedad del gobierno.[1] Libro Copiador de Comunicaciones. Abierto el 16 de Marzo de  1885. Legajos Nos. Del 38 al 66



[1] Libro Copiador de Comunicaciones. Abierto el 16 de Marzo de  1885. Legajos Nos. Del 38 al 66.



[1] Libro Copiador de Comunicaciones. Abierto el 16 de Marzo de  1885. Legajos Nos. Del 38 al 66.