Se disipa en la mente de las generaciones presentes el conocimiento y uso de alimentos autóctonos heredados de los Quimbayas y que constituyeran su sustento básico; frutos de alto valor nutritivo y características organolépticas agradables en su consumo.
Un alto porcentaje han perdió su uso actual, siendo reemplazados con alimentos foráneos; y a pesar
de su existencia, están en peligro de extinción
de la naturaleza y de la mente de las futura generaciones.
Su sistema alimentario se ubicó en su espacio geográfico. Ingerían lo que
producía el suelo; cazaban animales; cultivaron maíz, yuca, frijoles, chachafrutos, arracacha, ahuyama o zapallo. Otros frutos hacían
parte de su dieta como: aguacates, chulupas,
guayabas, piñas, zapotes, guamas y semillas del árbol denominado: olla
del mono.
Diversidad de árboles, palmas, lianas
proporcionaron a los Quimbayas alimento, vestido. Plantas de bellas flores y
multiplicidad de frutos. La carne la provista de la cacería en sus selvas de pequeños mamíferos
como: zaínos, venados, conejos, guatines, guadaquinajes, monos, armadillos y
numerosas aves.
Complementaban su dieta con
abundante pesca. De fuentes saladas que brotaban cerca de los ríos, sometidas a
la evaporación en vasijas de barro, obtenían blanquísima sal; vino de palma
real, chicha del maíz fermentado, bebida espirituosa en sus fiestas; miel de
abejas, la cual obtenían de las colmenas ubicadas en los troncos de los enormes
árboles
El maíz, su principal alimento, lo consumían en grano tostado, o estando
tierno casi en leche, en bollos o envueltos, en forma de torta asada;
obtenían chicha de maíz molido y fermentado. La
masa era moldeada en forma de bollos que
se envolvían en
la hoja o capacho de la mazorca se cocinaban y/o asaban y consumían como pan. También elaboraban unas tortas grandes, delgadas y
blancas que se tostaban en el fuego sobre tiestos. (arepas)
Del maíz, consumido en diferentes presentaciones culinarias, como la tan rica
arepa y mazamorra, se ha perdido la elaboración del envuelto y/o bollo de maíz el
suculento subido y la embriagante chicha.
Ya son escazas y
desconocidas en alguno de los casos frutas y hortalizas como: mafafa, batata, chontaduro (pixibaes),
del cual fabricaban vino; las guabas y/o guamas, de afelpada, blanquecina,
jugosa y dulce fruta; el nutritivo zapallo; la suculenta chirimoya y anon; las ciruelas;
el chachafruto o balú; la nutritiva auyama; la deliciosa pitahaya; el
caimo, la nutritiva y medicinal cidra y/o guatilla, entre otros.
Que decir de la palma iraca y/o palmicha (Carludovica-Palmata) de la que
utilizaron su rebrote como alimento en forma de palmito denominado nacuma. Igualmente sus hojas sirvieron para cubrir
los techos de sus bohíos o caneyes; costumbre que llego hasta las dos primeras
décadas del siglo XX, cuando fue remplazada por la astilla de madera y la teja
de barro.
El tema es extenso, y su exposición en una columna periodística quedará corta; se trata de recordar que muchos alimentos presentes aún en nuestro medio, son consideramos de poca importancia en nuestra ingesta, pero para los Quimbayas fueron de alto valor nutritivo y recóndito significado ceremonial.