lunes, 22 de diciembre de 2014

Apostarle a un turismo histórico-cultural, en los “pueblos con encanto” del Quindío.



Diversos municipios Quindianos presentan creciente auge turístico, incremento derivado de la oportunidad de la apreciación visual y sensitiva del sus legados históricos-culturales, arquitectónicos y tradiciones. Motivaciones derivadas en la  vivencia, entusiasmo, cordialidad y amabilidad de sus habitantes, hacen que estas localidades florezcan como “pueblos con encanto” y realismo mágico.









Aunado al encantador proceder de sus habitantes, igualmente despierta interés sus legados arquitectónicos exteriorizados en sus conjuntos de casas construidas en bahareque, tapia pisada, paredes de embutido; de altas fachadas y aleros prominentes, andenes y calles empedrados, ventanas, puertas y balcones elaborados con finísimas maderas extraídas de su histórico ecosistema. Casas que contienen en sus interiores un mundo  de historias y leyendas de las colonizaciones.

Igualmente se presenta la oportunidad de descubrir la nomenclatura histórica de sus calles, que revelan nombres, momentos y personajes históricos. Cada calle con nombre distinto, bautizadas acorde a la tradición histórica de sus habitantes, nominaciones como: Calles del Convento,  La Pista, El Patudo, La Ratonera, Paseo Bolívar, La Calle del Chochalito, Pichincha, La Cuna de Venus, etc.

Los “pueblos con encanto” del departamento del Quindío, soportan situaciones de  amenaza en la autenticidad de sus patrimonios culturales, arquitectónicos y biodiversos. Situación derivada del crecimiento turístico desmedido, indisciplinado, desordenado y no reglamentado adecuadamente. Turismo sin regulación y control, que vulnera la autenticidad socio-cultural, legado arquitectónico, valores y tradiciones de las comunidades locales.

No se puede desconocer que la práctica turística en los “pueblos con encanto”, es una oportunidad para estimular la reactivación economíca de las localidades. Este hecho debe suscitar en las administraciones locales una reflexión para que se piense en una regulación conveniente, enmarcada en el respeto cultural, social y de los valores comunitarios, que permita el intercambio de experiencias entre el turista y el ciudadano local sin las afectaciones negativas citadas.

Es imprescindible recuperar, ordenar y legislar la práctica turística histórica-cultural y patrimonial, garantizando su estabilidad y conservación. Desarrollarlos como atractivos turísticos, asumiendo una mesura histórica que evite la pérdida irreparable de la identidad y  patrimonio local de los “pueblos con encanto”.

El desbordamiento turístico desordenado y caótico que se percibe en los “pueblos con encanto”, precisa que las autoridades, de todos los niveles, cataloguen y regulen sus legados históricos-culturales, arquitectónicos y tradiciones, para ofertarlos formalmente.

De seguir así, y si no se implementa una política turística que blinden la cultural local en sus aspectos culturales, sociales, naturales, en poco tiempo habrán eclipsado los “pueblos con encanto” en el Quindío.

Álvaro Hernando Camargo Bonilla
Vigía del Patrimonio del Quindío