domingo, 21 de julio de 2024

GUAQUEROS Y MINEROS, FUNDADORES DE PUEBLOS EN EL QUINDIO.

GUAQUEROS Y MINEROS,  FUNDADORES DE PUEBLOS EN EL QUINDIO.


“Siempre me han gustado las guacas, nací con esa alunadura ¿Sabes? Al guaquero le rasca el alma, como si la tuviera llena de candelillas. Para mí una guaca, cualquier guaca, es emoción, es vida.”[1]






Multitudes de aventureros atraídos por las impre


sionantes leyendas de los tesoros de las tumbas Quimbayas, trasegar tupidas selvas, salvaron abismos, vadearon torrentosos ríos, enfrentaron fieras salvajes, malsanos climas, y se internaron a los “Planes del Quindío”, donde establecen rancherías para guarecerse de los rigores de la noche y los peligros de la espesura al final de cada jornada; para luego, dar rienda suelta a su pasión febril consolada por golpes de suerte al descubrir los tesoros sepultados por los Quimbaya, y así, salir de sus afugias económicas.

 “Oís Chuchito, están sacando oro en el Quindío por “pilas” en una vereda que llaman Montenegro o Monteoscuro, encontraron una sepultura con la “pendejadita” de 70 libras de oro.

En un lugar que llaman Tebaida o Tebaira están sacando tumbago todos los días y a toda hora y los guaqueros viven muy animados dizque todo ese territorio es un cementerio tan rico, que por donde se meTe el regatón y la media caña sale oro.

Dicen también, que en las orillas de un rio que llaman Rioverde se puede lavar en bateas y que en un día se saca la plata del aguardiente del mes”[2]

Por el tiempo del año 1884, llegaron a estas tierras denominadas los “Planes del Quindío”, exploradores y buscadores de oro, atraídos por la fama de la leyenda, de que el oro se encontraba a manos llena metido en las sepulturas de los indígenas (Huacas), huaqueros como: Demetrio Salazar (gastero de guaqueros), el padre Casafú, Desidero López, Juan Mena, Carlos Agudelo (Macuenco) Patebarra, Pezuña, Reliquia, Jesús María Ocampo, (tigrero), Ángel Toro, Ramón Buitrago, Jesús María Arroyabe, Victoriano Arias, Jesús Antonio Arango, Alejandro Suarez, Martin Duque, Marcos Buitrago, Jesús María Suarez, , Alejandro Suarez, Martin Duque, Antonio Herrera, Marcos Buitrago, Jesús María Suarez, Juan María y Valeriano Marulanda, Hipólito Nieto, Valentín Macías, Silverio y Gavino Arango. 

En esas andanzas, conocieron “Los Planes del Quindío”, y empezaron la búsqueda de guacas que reposaban en los cementerios indígenas (“patios de indios”), como los de “Pueblo del Muerto”, “Callelarga”, “Pueblotapado”, “Platanillal”, “La Soledad”, “Puertoespejo”, “Maravélez”, “Tolrá”, “Piamonte”, “La Soledad”, “Alejandría” y “Hojas anchas”. Lugares en donde rastreaban y descubran las “guacas”, que se mostraban de diferente forma: circulares, de escuadra, de cajón, cuadradas y de resbalón, de cancel, de tajos abiertos, matacañeras, bongos, de tambor, y veleros.

Jesús María Ocampo “Tigrero”, guerrillero liberal en la contienda civil de 1876 a 1877, y de 1885; se avecindó en la Mesa Cundinamarca, donde estableció un pequeño negocio de abarrotes. Al parecer no pudo consolidar su estancia y abandonó el lugar para trasladarse a Anaime, donde estableció una “gallera” (riña de gallos) y al negocio de compra y venta de tierras.

Contrajo matrimonio en Ibagué, con una mujer menor que él, de nombre Arsenia Cardona, después de un tiempo, viajó a la “Hoya del Quindío”, en donde junto a treinta colonos (27 liberales y 3 conservadores) colonos, el 14 de octubre de 1889, fundó Armenia.

Victoriano Arias llamado “Casafú” huaqueo en Montenegro alrededor de 60 libras de oro, compuestas de hermosas joyas, en forma de pájaros, sapos, lagartos, culebras, cinturones, y cetros.

Jesús María Suarez Suarez, en 1876, en asocio de su hermano Alejandro, se dedicaban al comercio, y posteriormente a derribar montaña y a la minería y exploración del Quindío en busca de guacas, en estas menestras conoció al “Tigrero”. Constituyó una compañía minera junto a Juan Esteban Arias, Jesús Antonio Arango y Crispiniano Suarez en el año de 1879.

Hipólito Nieto, natural de Aguadas, aburrido por el reclutamiento en las guerras civiles, y con la intención de probar suerte en la búsqueda de “Guacas”, partió en el año de 1877 hacia tierras de la “Hoya del Quindío”, en donde adquirió una mejora denominada “El Edén”.

Prudencio Cárdenas Botero. Proveniente de Pereira, lo invitó don Alejandro Cano, para conformar una compañía de “guaqueros”, que se proponía explorar los sepulcros indígenas en la zona del actual municipio de Montenegro.

La fiebre del oro de las huacas perduró por más de 40 años, los “guaqueros” se dedicaron a remover sepulturas indígenas, desenterrando oro por arrobas, el cual dilapidaron en borracheras, lujuria y extravagancias, como lanzar monedas a la “jura”, al momento de sus muertes, sus amigos debían hacer colecta para sufragar los gastos de su entierro.  

Una vez reducido el hallazgo de guacas, empezaron a husmear los sitios mineros de donde los indígenas obtenían el oro. Así nace la actividad minera de veta y aluvión en el Quindío. Se descubren ricas minas como: “Colombia”, “La Morena”, “El Cóndor”, “Gallinazo”, “La Cascada”, y los aluviones del río Boquerón.

Fue en el desarrollo de la actividad “guaquera” y minera donde se fue apuntalando la colonización y fundación de las poblaciones del Quindío.

 

 

Por: Álvaro Hernando Camargo Bonilla.

 



[1][1]  Benjamín Baena Hoyos. El Río Corre Hacia Atrás. Carlos Valencia Editores. Bogotá. 1890. Pág. 39

[2] [2] Crocinas de Dionisio. Bernardo Ramírez Granada. Edit. Quimgraficas. Pag.39. 1981

 

Álvaro Hernando Camargo Bonilla.

sábado, 20 de julio de 2024

EL PRIMER ACUEDUCTO EN FILANDIA QUINDIO.

 

FILANDIA, CRUCE DE CAMINOS.

CAMINO DEL QUINDÍO.

Unía a Cartago con Ibagué. Paso obligado, de los viajeros de los Estados soberanos del Cauca, Tolima y Antioquia, por donde concurrían viajeros que de Popayán viajaban a Santa Fe de Bogotá, pasando por “Novilleros”, hoy Filandia.

Al traslado de Cartago a las márgenes del rio de La Vieja en 1691, se produjo una variante del camino denominada: “Variante de la Trocha”; comprendía el siguiente recorrido: Cartago, cuchilla de Santa Bárbara, quebrada el Guadual, río De la Vieja, paso de Piedras de Moler, Tambores, La Balsa, Pavas, Buenavista, Novilleros, Socorro, Cruces, Alto del Roble, en donde confluye la antigua ruta de Cartago Viejo (Pereira), continuando hacia Boquía, Salento,  Macanal, Tablazo, Laguneta, Magaña, Magañita, Boquerón, Volcanes, Volcancitos, la Ceja, la Cejita, Gallego, Galleguitos, Cruces, Yerbabuena, Alto de la Sepultura, Toche, alto de San juan, Machín, Buenavista, Azufral, Moral, Campamento, Tapias, Mediación, Palmitas, Palmilla, Guayabal, Ánimas e Ibagué.

CAUCANIDAD.

Inicialmente el territorio de los “Valles del Quindío, hacían parte del Estado Soberano del Cauca, según Ley de 21 de diciembre de 1857, (Asamblea Constituyente del Estado del Cauca), que en su Art.1°, decretó la división del territorio para efectos políticos, y administrativos, en 14 provincias y dos territorios. El artículo 2°, el Quindío conforma la provincia #12; compuesta de los distritos de: Cartago, Victoria, Toro, La Unión, Naranjo, Zaragoza, Boquía, Cabal, Condina, Chinchiná, Anserma-nuevo, Anserma-viejo, Riosucio, Supía, Marmato, Nueva Palestina, San Francisco y Papayal; con Cartago como capital. 

Filandia surge como resultado del establecimiento de un contadero denominado “Novilleros”, (lugar que, abierto en la selva, en done los viandantes verificaban el estado de sus mulas y cargas, ver si se habían estropeado o extraviado, y en consecuencia descasar o pernoctar, para luego, continuar el viaje). De aquí, se desprendieron los caminos los caminos de herradura que condujeron la colonización del territorio denominado: “Los valles del Quindío”, caminos que facilitaron el asentamiento de núcleos poblacionales como: Yarumal, Huertas, Condina Pueblo Rico, Alejandría.

Sus principales fundadores Felipe Meléndez, Juez del Circuito, vocal principal de La provincia de Quindío, el Dr. José Ramón López Sanz, Severo Gallego, Gabriel Montaño, Bonifacio Giraldo, Eleuterio Aguirre, Laureano Sánchez, Lolo Morales, José León, Jesús María Osorio, Carlos Franco, Eliseo Buitrago, entre otros más.

El 20 de agosto de 1878, al antiguo “Novilleros”, confluían viandantes colonos que provenían de varias regiones del país como: Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Tolima Grande y El Cauca. En este lugar paraban para descansar en las noches de su itinerario, y observando la fertilidad y belleza de las tierras, decidieron fundar un pueblo, aplicando de inmediato su trabajo y consagración a esta labor.

Erigieron sus casas de vara en tierra, algunas techadas con iraca, otras con astilla de madera, (tablillas rajadas de cedro negro y de nogal), clavadas con puntillas con clavos fabricados de la misma madera.

PERFIL DE SUS PRINCIPALES FUNDADORES.

Felipe Meléndez: natural de Cartago, abogado, gobernador de la provincia del Quindío, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del estado soberano del Cauca en los 3 periodos de 1875-77, 1877-79 y 1881-83.

Gabriel Montaño: Cartagueño de origen humilde, abogado de distinción, profesor, quien desempeñó diversos cargos de importancia, jefe político cantonal, alcalde, consejero municipal, presidente de la municipalidad de la provincia del Quindío, juez de circuito, diputado a las legislaturas del Estado en 1867, 71 y 72.

José María Serna: agrimensor, quien en unión del señor López Sanz y otros vecinos, demarcaron la plaza, calles, solares para el templo, la cárcel, los despachos públicos y escuelas.

FILANDIA DISTRITO MUNICIPAL.

El 30 de enero de 1882 Cartago, capital de la Municipalidad del Quindío, emite el acuerdo número cinco del 12 febrero, creando el caserío de Filandia y nombra dos empleados, un aguacil y comisario de policía (Archivo de Salento, Tomo 31 de 1882 a 1883) y es nombrado don Rafael Carvajal para ocupar el cargo de Comisario. de la “partida de Novillero”, en asocio del señor Emigdio de la Parra. En 1892 se erige en distrito, conformado con los territorios segregados de los municipios de Cartago y Salento, compuesto de los corregimientos de Circasia y Montenegro; pero a poco tiempo fue eliminado.

Más tarde, por la ordenanza 31 de 24 de julio de 1894 la asamblea del Cauca volvió a crear el municipio, perteneciente a la provincia del Quindío. [1]

Prontamente se delinea la infraestructura urbanística, se trazaron calles, plazas y parques (“Parque Viejo”), calles como la del “Empedrado”, del Pensil, La Real, el Convento, Consistorial, De La Cruz, el Embudo y de La Paz, se construyen casas en el marco de su plaza, oficina telegráfica.

La primera capilla se construyó en 1880, y ofició la primera misa el padre José Joaquín Baena; las primeras campanas las regaló el señor Gerardo Jaramillo con el producto de una riña de gallos. Las campanas existentes fueron donadas por los guaqueros Norberto Ospina (a. casfú) y Victoriano Arias, donación procedente del producto de una gran guaca extraída en el paraje de la Soledad (varias arrobas de oro), para lo cual se destinaron tres libras de oro. Las campanas que fueron fabricadas en Buga El Reloj del templo, lo adquirió el clérigo Jesús M. Restrepo con dinero proveniente de las limosnas de los feligreses.

El 29 de agosto de 1907, dos religiosas Betlemitas (María de Jesús Ruiz y otra), que se transitaban de Palmira, con rumbo a Bucaramanga, aprovechando la descanso en Filandia, le solicitaron los servicios religiosos del padre Montoya, quien les manifestó la idea de fundar un colegio en Filandia. El resultado de esta conversación, fue el establecimiento de la comunidad religiosa Betlemitas en Filandia.

Crece el poblado, surgen empresas, el comercio se activa, se trazan calles, construyen casas, por lo que el notable incremento de la población exige como necesidad imperiosa la provisión de un acueducto. 

PRIMER ACUEDUCTO PÚBLICO EN FILANDIA.

El señor Rafael Genaro Mejía, funda las “Empresas Unidas de Occidente”, compañía que concesiona la construcción del primer acueducto metálico e instala la primera planta eléctrica en Filandia, que alimentaba de fluido eléctrico a las primeras dos trilladoras de café, de propiedad de Mejía y que funcionó en el sitio de la antigua plaza de ferias, que fuera consumida por un incendio, el 7 de junio de 1925. Anteriormente existió otra en el paraje “El Socorro”, de propiedad del señor Jesús María Hernández y otros Socios, y que a la postre fue adquirida por don Rafael Genaro Mejía, y que igualmente, fue devorada por otro incendio.

HISTORIA.

Inicialmente, los habitantes se proveían de agua de nacimientos, pozos y aljibes, ubicados en diversos sitios del poblado. El principal, en la actual plaza principal, cerca al busto de Bolívar, en donde antiguamente se hallaba una enorme y frondas ceiba. Otras fuentes se ubicaban en la antigua la plaza de ferias (Hoy Liceo Andino), puesta al pie de un barranco denominado el “Alto de los Gallegos”. Conjuntamente, las “Peñitas del Silencio” y el tradicional “Chorro de don Ramón” en el polideportivo.  Fuentes de abastecimiento no suficientes, en especial en las temporadas de estiaje.

El presbítero Francisco De Paula Montoya R., emprende la cruzada para mejorar la problemática del abastecimiento de agua. En comunicación fechada el agosto de 1913, describe al Concejo Municipal la problemática del abastecimiento de agua en la población; situación motivada por los prolongados estiajes.

En la misiva, solicita se legisle al respecto, y que se permita el acceso de todos los pobladores a los pocos nacimientos de agua con que contaba la población, pues sus propietarios, restringían el acceso, aduciendo perjuicios a causa la gran afluencia de personas en demanda del líquido vital. No solo solicita el paso libre para proveerse de las aguas, también, que se arreglen con la mejor propiedad que se pueda.

NACE LA JUNTA PRO ACUDUCTO EN FILANDIA.


El 28 de junio de 1914, por el Acuerdo No. 13, el Concejo Municipal de Filandia, declara de utilidad pública la obra del acueducto público, nombra una junta con la función de avivar la opinión pública en favor del acueducto; en consideración de que es de imperiosa necesidad proveer al municipio de agua potable, pues las suministradas de pozos y aljibes, fuese escasa y de mal calidad., situación que estancaba el crecimiento poblacional, derivado de la escasez  del vital  líquido indispensable  para la vida, aseo y salubridad.

A pesar que algunos vecinos ofrecían auxilios para el acueducto público, no se había determinado un postor para el contrato, pues el municipio no disponía de recursos presupuestales para el efecto; por lo que el Concejo, debía declarar la construcción del acueducto como obra de utilidad pública.

Es así como, se nombra una Junta Adornaren integrada por Jesús M. Naranjo C., Enrique Guinand, Francisco A., Hernández V., y Lázaro Maya, que se denominó “Junta del Acueducto Público”.

La alcaldía, autorizada por el Concejo Municipal y la Gobernación de Caldas, contrató por medio de escritura pública No. 807, del 8 de septiembre de 1915, al señor RAFAEL JENARO MEJIA, de Manizales, para proveer de agua potable esta población, contrato que fuera modificado posteriormente por escritura No.716 del 3 de diciembre de 1915.

Las primeras y principales dificultades presentadas para el abastecimiento de agua por acueducto, es la relacionada con la altura de su área urbana, que alcanza a 2.066 m.s.n.m., y segundo, la distancia del sitio de la fuente de abastecimiento, quebrada Bolillos.

Se inició el proyecto de acueducto, y varios intentos fracasaron porque las canales para conducción de aguas no daban el nivel que la técnica requería para abastecer los tanques de almacenamiento. Dificultad subsanada por el ingeniero venido de Manizales, Eduardo Vieira quien logró su cometido y llevó a Filandia en conducción metálica el líquido vital.

En noviembre 10 de 1915, ALEJANDRO GUTIERREZ & HIJOS, y el señor RAFAEL JENARO MEJIA, oriundos de Manizales, y el señor HELD de New York mercantilizan la tubería de hierro galvanizado necesaria para la conducción del acueducto, elementos que se enviaron desde New York a Buenaventura y que se determinaron así:

Tubos de 36 pulgadas de largo.

10 de 12” de diámetro

5   de 10” de diámetro

5   de     8” de diámetro

5   de     6” de diámetro

5   de     4” de diámetro

2650 metros de tubería de 3” de diámetro en largo de 10 pies con sus uniones correspondientes.

68 tubos de 3” de diámetro en largo de 36 pulgadas. Los codos que sean necesarios según el plano. Además, con sus respectivos acoples y/o uniones, de mayor diámetro a menor diámetro, así: una de cada una de los siguientes tamaños: 12” a 10”, 10” a 8”, 8” a 6”, 6” a 4”, 4” a 3”.

10 uniones de la figura 542 de 3”. Seis tés de 3” por 3”, cada uno con un tapón de hierro que permita la limpia de la tubería.

La tubería fue importada de Nueva York, por transacción hecha por el ALMACEN AMERICANO, de propiedad de J.J. HOYOS y R. ESCOBAR de Manizales.

La tubería fue objeto a una prueba de resistencia de 300 (trescientas) libras por pulgada cuadrada. Para la comprobación de la prueba, se encargó al ingeniero Alejandro Londoño.

El 24 de septiembre de 1917, fue nombrado el señor Luis Arias, como el primer fontanero del acueducto, con una asignación mensual de quince pesos oro ($15), cargo ocupó por espacio de cuatro años en con muy buenos resultados . El 23 de mayo de 1917, fueron encargados los señores: BELIZSARIO SALAZAR S. JESUS F. MARIN, para colectar los fondos necesarios para organizar los actos públicos, con motivo de la inauguración del acueducto y alumbrado público del Municipio. Según la proyección, se requerían como mínimo $300 pesos



[1] Cornelio Moreno. Reseña histórica del municipio de Filandia. A la memoria de los fundadores 1878-1928. Tipografía y Papelería Los Andes Jaramillo Hermanos y Cía. Manizales. 1928.

Libro copiador de comunicaciones relativas a la Instrucción   Pública Primaria. Salento 17 de enero de 1879.

martes, 9 de julio de 2024

FILANDIA , HIJA DE LOS ANDES , DESDE ANTES DEL COLONIAJE ESPAÑOL HASTA DESPUES DEL MANDATO CLARO. Carlos E. Restrepo.

 

Prologo.

Cuando se escribe la historia, nada agrada tanto al autor como las criticas del cualquier naturalez porque ellas instuyen y enseñan.  Para las “Fiestas del Retorno”, creí conveniente, presentar un servicio a mi pueblo escribiendo un folleto que intitulé “Reseña Historica de Filandia”, cuyo objetivo, más que describir y analizar los sucesos más importantes de su vida ciudadana, resultó ser un acopio de datos y anécdotas que hasta ese momento estaban perdidas en los recuerdos de los ancestros y la tradición popular, recopilación que por lógica despertó alguna controversia.

Como consecuencia necesaria de aquel primer intento y espues de recoger las multiples opiniones que en aquella época se suscitaron, hoy, cuando Filandia arriba a sus cien años, proponiéndome un reencuentro con el pasado, he querido entregar a mis lectores esta nueva histoia más analítica, rea y cruda, que lleva por nombre “Filandia: Hija de los Andes”, en cuyas paginas se habla de las glorias de otra época y acontecimientos de la actualidad, de los contrastes de este “pueblo de Israel” que cuenta entre sus haberes grandezas y miserias, con protagonistas eximios y personajes mezquinos, que marcan los altibajos de su tortuoso desarrollo.

Tal vez, nada más apasionante e inverosímil que halar de ésta historia, para muchos desconocidos, en la que se refleja todo lo que Filandia pudo haber sido y no fue.  Cuna de personajes ilustres que hoy engalanan las artes, las letras y las ciencias colombianas, jamás se ha sabido en este prodigo viñedo aprovechar las culidades humanas de sus hijos que han debido abandonar su casa madre en busca de nuevos horizontes.  Vienen a nuestra desordenada memoria los nombres de Jesus Rincon y Serna, abogado y escritor, político y poeta que tiene en sus haberes el honor de haber sido miembro de la Asamblea Nacional Constituyente de la década del 50; Carlitos Montoya, veterano corredor de las vueltas a Colombia, si bien nunca campeón, reconcido y aafamado nacionalmente, victoriso en virtud y abnegación, que nunca encontró incentivos en su pueblo natal pero que fue ampliamente acogido en tierras extrañas; Roberto Restrepo, medico escritor y filólogo, pionero de la lucha contra el cáncer, miembro de la Academia  Colombiana de la Lengua y de la Real Academia Española; Helio Martinez Márquez, abogado de renombre, político y escritor querido en toda la tierra quindiana y a quin el expresiente Mariano Ospina Perez califco alguna vez como uno de los grandes ideólogos de la doctrina conservadora; Francisco Elejalde, barítono de renombre mundial que hoy reside en los Estados Unidos, rodeado de aprecio de su publico; Gilberto Zuloaga Betancourt, sacerdote ejemplar y teólogo eminente de gran valíaen la jerarquía eclesiástica; Obdulio Arias, cantante y compositor, integrante del dueto “Obdulio y Julian”; los hermanos Muriel Guinand, artistas y escritores folclóricos; Pablo Londoño, coplero popular y picareso y muchos más que sería largo enumerar.

Esta madre acogedora ha ayudado a formar otros hombres de talento y resonancia como el Dr. Roberto Cárdenas Ulloa, abogado y profesor Universitario; Uriel Herrera Giraldo, político y periodista; Roberto Toto Toro, maestro y tribuno esclarecido; Benigno Muñoz y Antonio Cardenas profesores connotados; Rogelio Martinez Ospina, educador y periodista; Santiago López Sanchez, abnegado institutor; Arnoldo Zuluaga, Gustavo Ocampo Chica, Juan de Dios y Rafael Martinez y otros más.

No obstante, esos descollos, viven Filandia una verdadera endemia de quietismo.  Cuna de fundadores de pueblos, que siguiendo la tradicon errante de los paisas han abandonado su tierra para poblar las extrañas, que han hecho progreeso en los pueblos fronterizos, como Antonio Cifuentes y Leocadio Salazar, fundadores de Alejandria (Hoy Quimbaya) y Sucre (Hoy Ulloa) y otros muchos que poblaronh a Furantena (Hoy Alcalá).  Filandia ha visto crecer a sus costados dos capitales y por azares del destino, ellas han frustrado su progreso y han absorbido lo mejor de dus hijos.  Pero hay algo en la mentalidad de otros filandeños que los hace reacios al progreso, levantando barreras a todo proyecto de estimulo y desarrollo.  Tal vez como acontecimiento único en la historia industrial de Colombia, este pueblo que se dio el lujo de mantener a Don Cosme Martínez durante 28 años consecutivos en la alcaldi, también, muchos años después, su Consejo Municipal, con aire atrevido e ignorante, rechazó la propuesta de la muy pujante industria de “Comestibles la Rosa” de isntalar su fabrica principal en terrenos de la poblaion, arguyendo para ello que la ciudad se llenaría de “vagos y ladrones y se acabarían las sirvientas en las casas de familia”. Ante la negartiva rotunda, los empresarios emigraron a Dosquebradas e instalaron su empresa que es hoy orgullo y pujanza de ese municipio risaraldense.

Pero, aunque la historia es cruda, los que hemos nacido y vivido en este terruño, lo queremos con todos sus errores y es nuestra voluntad que sea su vientre nuestra última morada.  Sería injusto pasar adelante sin rendir un homenaje a ese centenar de aguerridos fundadores cuyos nombres, consignados en las actas de constitución del poblado, han sido borrados por la historia, pero sin cuyo esfuerzo, al igual que el de millares de primeros pobladores, no se hubiera forjado la grandeza y el prestigio que hoy nos enorgullece.

 

Por último, quiero se me permita rendir homenaje póstumo a mis abuelos Mariano Ramirez y Josefa Ospina inmigrantes de Marinilla, Luis Restrepo y Adelina Aguirre nativos de Pácora, a mis padres Luis Maria y Mercedes, y a la memoria de mi inolvidalble esposa Soledad, fallecida el 3 de Marzo de 1976.  Tampoco pueden faltar en estas líneas mi reconocimiento y gratitud amis primeros profesores, Reverenda Madre Maria de Jesús Baquero, religiosa Bethlemita y don Eufrasio Henao Toro, ilustre patricio, profesor, pedagogo y alcalde de esta población.

 

El Autor.

 

 

 

 

 

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Introducción.

Como el más significativo regalo para Filanctia en su primer centenario, podremos disfrutar de la nuy agradable narrativa que nos ofrece Carlos E. Restrepo en este folleto sobre la reseña histórica de nuestro terruño.

Fliandia, “hija de los Andes”, tal como un cansado poeta del siglo pasado inspirado en el majestuoso paisaje nevado que ofrece la cordillera central hacia el oriente, quiso bautizarla; Filandia, “Colina sagrada “, nombre que inspira respeto por doquier, que se levanta altiva sobre la más bella estribación andina, tierra benevolente y de graciosos contrastes, region de costumbres sanas y de gentes honradas, que tiene hijos ilustres y que orgullosamente evoca el glorioso nombre del QuindIo.

Es para nosotros raza do agrestes filandeños, que heredamos la bravura y suspicaz alegría del paisa colonizador, motivo de alborozo el compartir la gloria de llegar a 100 años de una población que mas que producto de la colonizaciòn antioqueña, se constituyó en el asiento de nuestros directos antepasados y forjadores de lo que hoy es tierra de promisión: La gran tribu Quimbaya.

Es precisamente en este aspecto en el cual ha querido pro fundizar el autor de esta obra, y no sería rnás honroso para nosotros que descubrir esa valerosa estirpe indigena marcada en nuestra sangre, aportando asi para la historia y la posteridad el secreto y el valor del patrimonio que guardan las entrañas de nuestra tierra.

La hoya del Quindió, que tan hermosamente se extiende sobre Ia region sur de lo que otrora fuera el viejo Caldas fue el hábitat de La, nás intrépida y misteriosa tribu indígena que se conoció en La historia patria como el grupo Quimbaya Oscuros intereses y ánimo de lucro no han permitido que antropólogos e historiadores serios descubran no solo para La prehistoria e historia Colombianas sino para Ia historia de America el modo y los posibles enlaces con otros indígenas americanos del grupo Quimbaya, primer gestor de ta tierra del Quindió.

El autor, preocupado por la investigación arqueologica nos deja la inquietud para que se aclare el lapso histórico que fue determinado por los quimbayas como parte de Ia prehistoria colombiana.

Además, representa para nosotros un punto de partida como información amplia de lo que debe constituir la “Historia del Quindio”.

Agradable por su esitilo narrativo, esta obra que todos los filandeños y quindiana debemos consultar, nos da a conocer la añorda y apacible vida de lo que fue el antiguo “Nudilleros”, su devenir histórico durante la época de la república y principios de siglo, así como el declinar de los últimos años.

El lector se deleitará con el lenguaje sencillo que ofrece lo que es la vida de un pueblo, sus anécdotas, constumbres, personajes típicos y figuras notables; realidad consagrada en roidos y amarillentos folios que el autor descubrió en archivos casi abandonados de las poblaciones de Salento, Manizales, Cartago y Alcalá, como de labios de respetables ancianos, información que no podía sumirse en el olvido.

Filandia, como en sus primeros años de existencia, cuando compartía sus grandes con los hombres ilustres que pasaron por sus linderos, se viste hoy de gala y se apresta con aires de colegiala a recibir a sus hijos y visitantes.

ROBERTO RESTREPO R.

 

 

Capìtulo 1

RIQUEZA, PODERIO Y TRAGICO FINAL.

 

No fueron beligerantes ni agresivos, porque los Quimbayas poseían el buen sentido de Ia organización y el trabajo, pero conservaron el instinto de Ia guerra y se prepararon para ella con lanzas y dardos envenenados; amparados por Ia forma natural de terrenos abruptos y selváticos defendieron con dignidad y arrojo sus mujeres, su familia y sus cultivos y prefirieron sepultarse con sus riquezas y tesoros a entregarse al usurpador europeo.

Sus tierras eran pródigas y fecundas; sus rIos, valles, montañas y praderas devolvían con creces todo lo necesarlo como retribución al esfuerzo y trabajo de su actividad creadora.

Aunque nadie sabe a ciencia cierta de su origen y procedencia, eran pacIficos pero rebeldes y laboriosos; descendientes quizá de los karib (o caribes) después de un largo y aventurero peregrinar desde las costas del mar de su nombre, por las riberas del Cauca y Magdalena; o hicieron parte de los chibchas que franquearon las barreras montañosas de Ia cordillera central y se especializaron en orfebrerla, cerámica y artesania: o fueron los integrantes de una tribu independiente de los Quindios, chocóes, putimáes, ansermas y carrapas, de los irrasachancos o pijaos, que extendieron sus dominios a lo largo y ancho de las fronteras naturales, desde el nacimiento del rio Barragán en el páramo de su nombre, cabalgando sobre el espinazo de Ia cord illera central en dirección a los nevados del Quindlo, Santa Isabel y el Ruiz por su costado oriental hasta el nacimiento del rio TACURUMBI (Chinchiná), éste abajo hasta su desembocadura en el rio Cauca por el forte, rio Cauca arriba hasta el rio La Vieja, por su costado Occidental y riberas del rio Barragán hasta el punto de partida en su limite sur; o como anota don Emilio Robledo quien afirma que este último limite llegó solamente hasta el rIo Quindío.

De una u otra manera y si se admite Ia semejanza de las tribus vecinas en cuanto a costumbres, lengua y rasgos fIsicos, con ligeras diferencias de lenguaje, por influencias del clima, el ambiente y el trabajo, no serâ aventurado suponer que todas las tribus mencionadas formaron uria gran familia que consolidó posiciones en un marco geográfico circunscrito al Norte y Sur por los rIos Tacurumbi y Barragán respectivamente, hasta el Cauca, y entre las cordilleras que formaron Ia Hoya del Quindlo de Oriente a Occidente, y que años o siglos más tarde libraron guerras fraticidas por rivalidades religiosas o laborales.

Era pues, un “mini-imperio” pujante y poderoso enclavado en el cocazón de America como solución de continuidad entre los gigantes incas, mayas y chibchas con quienes establecieron intercambio y comercio representado en barras y figuras multiformes, collares, narigueras, pendientes y putseras de oro, sal, tejidos y cereales que obligadamente debieron buscarle mercados, como dirían hoy nuestros estadistas, con finanzas sólidas y “monedas duras”; sin las nociones ni los titulos de los economistas jóvenes, jamás conocieron Ia inflación, Ia mafia y los peculados. Solamente se conocia el impulso grandioso y Ia enorme riqueza de sus gentes y tesoros colosales representados en el oro que derretian y manipulaban a su manera sin necesidad del yunque ni el soplete, sino con el jugo “diabólico” de las plantas de sus selvas que nunca dieron a conocer al aventurero blanco y ambicioso, que más tarde sembró Ia destrucción y Ia muerte en sus propios campos y cultivos y que irónicamente hoy embellecen las mansiones opulentas de verdugos.

De los Quimbayas, queda pues Ia historia ejemplar de un pueblo laborioso y fecundo predestinado a vivir en Ia riqueza y condenado a morir por Ia codicia de los mercaderes del Rey, porque de los indios no quedó nadie, absolutamente nadie y el conquistador que invadió estas tierras jamás se interesó en averiguar su origen y formas de vida, pues solamente le atraía el afán de lucro personal y Ia expansion desmedida del reino español. Es asi como el indígena es dominado y sometido al vasallaje español y explotado como esclavo en las minas y cultivos de Supía, Marmato, Riosucío, Mistrató, Oriente de Caldas y en el mismo Quindío al igual que el negro importado del Africa. Esa herencia subyugante y calculadora se transmite de generación en generación con algunos atenuantes acomodados a Ia época actual y que golpean en forma directa en el pueblo que, como el indio, sufre y padece Ia represión, Ia miseria y Ia ignorancia.

Hacia 1717 Ia tribu de los Quimbayas desaparece por decirlo así, de Ia faz de Ia tierra cuando unos pocos que aúm habitan Ia zona son masacrados por los conquistadores o devorados por los Pijáos y Putimaes, tan verdugos y crueles como aquellos. Entonces Ia floreciente hoya del Quindío cuyos contornos bordean las montañas de los Andes queda arrasada, los mdígenas asesinados y los que escapan al baño de sangre son sepultados con toda su familia y sus haberes.

Nadie dio testimonio para Ia historia, y esa raza laboriosa y pujante del oro y Ia cerâmica no dejó más que las huellas y cavernas finamente adornadas con el metal precioso que le dio y le costó Ia vida, que a su vez se constituye en patrimonio vatioso e histórico para investigadores y arqueólogos que hoy intentan rescatar ese grandioso pedazo de historia de nuestra patria. Los cultivos y praderas quedan desiertos y otra selva nueva germina en Ia fecunda tierra; los campos se cubren otra vez de vegetación exótica y exhuberante; un siglo después renace Ia esperanza y empiezan a cruzar estas fatigadas tierras las húestes salvadoras de Ia Patria, ansiosas de independencia rompiendo el lúgubre silencio que dejaron las hordas explotadoras del imperio infernal.  AsI queda solo un interrogante que quizá jamás seré resuelto del por qué casi 30.000 Quimbayas que poblaban Ia zona necesariamente debieron morir bajo el golpe certero de Ia peste de Ia espada y el arcabuz.

La tribu Quimbaya debió morir sin dejar rastros ni vestigios sobre Ia tierra del QuindIo porque se defendieron hasta el final peleando junto a Ia choza que los vio nacer, para oponerse al saqueo y Ia violación.  No de otra manera podían ser conquistados, y engañados ofreciéndoles amistad, bienestar y evangelización, porque, como dice el cronista CIEZA DE LEON, “son en extremo regalados”.

Sus joyas de fino acabado y extraordinaria belleza, fabricadas con técnicas avanzadas lucían en sus cuerpos que cubrían de oro como vestimenta diaria, mostrando Ia magnitud de sus riquezas que dejaban absortos a los intrusos. Sería ese, indudablemente, su trágico final porque dice Ia misma historia que resistieron los ataques de los pijaos y putimaes, las embestidas de los ansermas, irras y carrapas. Su posición era sólida y fuerte ante las otras tribus, pero inermes y débiles ante el poderío del conquistador, que a no dudarlo, tendió un cerco desde todos los flancos con Ia ayuda de otros indIgenas que los combatieron en Ia llanura, en los esteros, los rios y las colinas hasta que Ia riqueza del metal precioso sucumbió ante el coloso, y el indio que luchaba por Ia vida, murío en el campo de batalla, o doblegado por Ia impotencia se sepultó en las entrañas de su tierra.

Quizá Ia historia nunca llegará a decirlo, pero el origen de esa raza indómita, no se parece de manera alguna al indio lánguido y complaciente, de canto triste, taciturno y melancólico, sino al nativo bravo de raza pura que forjó Ia gloria de su arte y de su industria, tal vez de remoto ancestro y genial cultura, y que hoy constituye motivo de investigación de parte de quindianos de ernpresa y talento tales como los doctores César Hincapié Silva, Helio Martinez Márquez, Hernando Franco, presidente del Tribunal, Jesús Campillo Parra, Ricardo Gómez Ospina, Guillermo Garcia Sierra, Bernardo Augusto Granados, Roberto Restrepo Ramirez, Argemiro Rojas, Fernando Lemus, incluyendo al autor de esta obra, quien ha sido invitado muy gentilmente para ser parte integrante de Ia “Fundación Arqueológica del Quindío”, próxima a iniciar labores sobre Ia tribu Quimbaya y que buscan afanosos el principio y fin de aquel enigma cordillera artesanía; o

 

Capitulo 2

SE DERRUMBA EL IMPERIO DE ORO.

 

Ni Ia malicia indIqena, ni la pócima profética, ni los ritos a los dioses hicieron sospechar siquiera que el intruso aventurero acechaba sus campiñas ni mucho menos que se acercaba el exterminio de Ia tribu sembrando destrucción y muerte. Llega el conquistador avasallador e irresistible, irrumpe por las costas del mar Caribe, domina al indIgena de Antioquia y el Darien, se abre paso por las riberas del Cauca y Magdalena, invade sus valles, asciende por sus cauces y avanza hasta Ia desembocadura del rio Otún en el Cauca.

Se dirigen hacia las colinas de Anserma, QuinchIa, Irra y Pacurra, dominan sus tribus y regresan al rio La Vieja, ascienden por los “Cerrillos” (hoy Cerritos), ayudados en parte por los indIgenas ingenuos a quienes of recen espejos, golosinas y algunas pláticas religiosas; alcanzan las Iabranzas, los cultivos y las chozas de los nativos y sientan sus reales en las estribaciones de Ia cordillera Central entre los rios Otún y Consota fundando un caserío que Ilaman Cartago (hoy Pereira) en recuerdo de su paso por Cartagena; exploran sus tierras y regresan a La Vieja donde deciden quedarse para eregir en su valle el Virreinato de Nueva Granada; cruzan las lomas de Sta. Barbara y abriéndose paso por “Piedra Moler”, alcanzan Ia orilla del río que atraviesan unos a nado y otros sobre el puente que el indigena construye con troncos robustos y cañas gordas (guaduas) amarradas con bejucos gruesos; siguen a “La Balsa” (hoy AIcalá) donde encuentran resistencia de los Quimbayas y Pijaos y libran Ia feroz batalla de “Trincheras”, lugar que Ia historia consagra con este nombre en recuerdos de Ia lucha sangrienta que sella el dominlo del blanco sobre tierras quindianas por Ia codicia del oro. Continúa Ia lucha contra los últimos reductos de los indios que se visten de oro para enfrentarse al enemigo invasor y no consiguen más que despertar el apetito voraz del Coloso asesino superior en armas, astucia, y estrategia; quien al fin se convierte en amo y señor de las ricas tierras donde siglos después se funda Filandia en las fértiles ondonadas, entre las vertientes del río Barbas y quebradas de Bolillos, Portachuelo, Cestillal y El Roble hasta el rio La Vieja ocupadas por orden de Robledo, Belalcázar, Alvaro de Mendoza, Suer de Nava, Badillo y Lopez Muñoz.

 

AsI termina el “lmperio” indígena del Quindío y solo quedan las chozas reducidas a cenizas, desiertas Las Iabranzas y plantIos; los heridos y los muertos devorados por los tigres, panteras, y ayes de rapiña, y las fosas cavadas en la tierra pródiga que los vio nacer y crecer, y donde se sepultan con sus hijos, sus haberés y fortunas.

De siglo en siglo y de año en año siguen siendo ultrajadas sus turnbas por el guaquero criollo, tan sediento del metal como sus antepasados, y que Ia mayoria de las veces vende al coleccionista extranjero sin conocimiento alguno del valor como joya y riqueza antropológica, que hoy hace honor a esa pujante cultura orfebre y laboriosa. Sin embargo, esa riqueza arqueológica, hoy se exhibe en los museos del exterior, y es admirada por los coleccionistas privados extranjeros. Tal es el-caso del Ilamado “Tesorode los Quimbayas”, constituldo por casi ochenta piezas de oro macizo, encontradas en una sola tumba en el area rural de Filandia, hoy llamado “La Soledad”, testimonio artistico y majestuoso de los indigenas, que fue obsequiado absurdamente al gobierno español por Colombia a principios de siglo, y que se exhibe hoy en el Museo de las Americas en Madrid.

Solo quedan Las trochas, los túneles y cavernas de los indios de las cuales hablan en sus obras los Arango (padre e hijo) que los mismos conquistadores utilizan para refugio y caminos entre Ia selva enmarañada, y que une por último los vastos territorios dominados por Ia espada.

Desde entonces el reino de Ia Nueva Granada se une desde Venezuela hasta Ecuador por regiones inhóspitas plagadas de mosquitos, fieras y reptiles, por caminos que conducen a Popayán pasando por San AgustIn, al estado de Antioquia a través del río Magdalena en su region suroriental, y al Quindío, Cartago y Popayán por el viejo camino de Boquía (Salento) y

Nudilleros (Filandia), cruce forzoso y obtigado que por esa época une a los estados del Cauca, Antioqula y Tolima. Aún quedan vestigios de las trochas de los indios y plantíos que se observan fácilmente del poblado de Filandia sobre las laderas del alto de “Granada” frente al cementerio. Tan implacable fue la destrucción que todo fue arrasado y ni siquiera se respeta al aborigen en Ia paz del sepulcro, porque aún hoy es “perseguido” por el guaquero insaciable que horada los frondosos cafetales en busca de narigueras, torsales, collares y piezas de oro de aquel indio laborioso que amasó con su trabajo paciente y tenaz fortunas colosales por siglos o milenios y nunca sospechó que esa sería Ia causa de su destrucción y muerte. Por esa razón, del nativo quimbayaa, no quedó como en La víeja Jerusalén “piedra sobre piedra”; y ese “imperio” de oro que fue la hoya del Quindío se convierte hoy tras la calma que dejó La batalla tenaz y deshumanizada, en fértiles campos de verdes plataneras, cafetales y potreros de incalculable riqueza.

Pero queda Ia nostalgia de Ia raza que pagó con su propia vida su esfuerzo y su trabajo a manos del verdugo blanco quien solo nos dejó Ia herencia de su ambición aventurera que acecha todavía con ansia voraz el secreto de los tesoros fabulosos de El Dorado, Pipintá y Peiñas Blancas del Cacique Calarcá.

Pero Ia historia no se detiene ni Ia investigación se paraliza porque es imposible que una civilización entera como Ia de Ia tribu quimbaya que rindió a los dioses y a los hombres tributos excelsos de arte y oro, deba doblegarse ante el injusto olvido. No, porque Ia nueva generación pensante e inconforme no analiza ya con teorías dogmáticas y anquilosadas, sino con criterio de nuevas dimensiones y muy cerca está, en manos de arqueólogos y antropólogos Ia razón sabia que resuelva estos interrogantes ojalá con Ia ayuda valiosa y financiera de entidades bancarias y virtuosas del arte y cultura orfebres, y que digan, en fin:

Si existió en el Quindio otra tribu o cultura pre-quimbaya. Si las tumbas de piedra halladas en Salento no hablarán de otras culturas remotas.  Si los Quimbayas en razón de su arte tuvieron origen en las Antillas o Centroamerica; y si los túneles y caminos de piedra que atraviesan el macizo andino fueron vías de comunicación o intercambio con otras tribus muy lejanas.

Si el oro que fue su arte favorito o por necesidades particulares de desarrollo, constituyó su reserva comercial y con quiénes se hizo el intercarnbjo.

Si Ia india de oro hallada en Ia vereda de su nombre (en Filandia) fue el Idolo de su culto, donde se encuentra y el indio compañero qué representa para a investigación; si las fosas de Fachadas y Pavas (Filandja) con salones amplios, labrados y esculpidos al decir de los guaqueros fueron templos, y si el oro obtenido para su arte fue explotado alli mismo y finalmente si Ia tribu fue exterminada en su totalidad o si emigró, cuál fue su destino con Ia herencia de su arte y de su ingenio.

 

Capìtulo 3

SURGEN LOS ESTADOS DE ANTÍOQUIA, CAUCA Y TOLIMA.

 

Terminada La conquista y consoIidado El dominio del Nuevo Reino de Granada y después del saqueo y masacre de Ia tribu Ouimbaya, propiamente en 1585 y mediados de 1600 se establecen Ieyes, ordenamientos o mandatos sobre los territorios ocupados, se pasa revista de los caseríos y a los indios sometidos se les divide en ocho pueblos que denominan asI: Carrapa, Bao, Paagua, Bia, Guabio, Nuestra Señora de Las Nieves, Pijaos y Chocoes, en lo que respecta a Ia provincia de Cartago que en ese entonces pertenecía al Cauca con Popayán como cabecera administrativa, pero nada se dice de los Quimbayas, tribu rebelde que, a no dudarlo desapareció bajo el filo de la espada de los encomenderos de Robledo y Belalcázar, Pedro de Heredia, Badillo y el soldado cronista Cieza de Leon.

Pero muy pronto el sometimiento, Ia persecusión, Ia explotación de los indios como los trabajos forzados, los castigos crueles y las pesadas contribuciones despiertan en las tribus cierto grado de inconformidad que rápidamente estalla en franca rebeldIa; las tribus se organizan y practican asonadas y matanzas que muchas vidas cuestan a los conquistadores; Anserma sufre violentos ataques en los albores de 1600 y por ese entonces Cartago es arrasado por los Pijaos; cada día se torna más angustiosa Ia vida del español y esta última ciudad debe ser trasladada en 1691 por medidas de seguridad al mismo lugar que hoy ocupa a orillas del rio La Vieja.

Así transcurren varios años en que los indios y los colonizadores blancos se traban en sangrientas luchas y los pocos caserios por ellos fundados son arrasados y destruídos; los campos se tornan desiertos sobre las ruinas de sus pueblos, pero todos los Quimbayas han muerto con dignidad y valor, pues al fin y al cabo sus tesoros eran el objetivo y Ia meta final de Ia conquista.

Más de un siglo transcurre, los campos se cubren nuevamente de vegetación, los surcos y plant íos desaparecen y los reemplaza Ia espesa selva que guarda el secreto de Ia raza aborigen que después de su exterminio bárbaro duerme en silencio y paz.

 

Capìtulo 4

EN LOS COMIENZOS DE 1800.

 

Asegurada Ia colonización y Consolidado el dominjo del blanco sobre el indIgena, Ia importación del negro africano y Ia esclavitud, crean en el nuevo Reino de Granada cierta modalidad en et trabajo de las minas y Ia tierra; los indios y los negros son obligados con látigo y garrote al servicio de amos y señores. Las minas y los cultivos ya no pertenecen al nativo y los trabajos forzados producen frutos con gritos de azote y sevicia. Las labranzas de Ia tierra acogedora y buena de otra época ya no se producen con amor sino con dolor y rabia porque el amo blanco no se satisface solamente con las cosechas sino que ordena impuestos y tributos que grava dIa a dIa Ia pesada carga de los subditos; y los esbirros del rey se deteitan en lujos y orgías, crecen los caserIos y se forman las ciudades para deleite de los amos y humillación de los vasallos.

Cúcuta, Cartagena Popayán y Santa Fe se convierten en ciudades mientras que los Llanos Orientales y los valles de Antioqula Tolima y Cauca son explotados con gritos de dolor y angustia para Ia bestia blanca que atesora sus arcas para su propio beneficio y las ambiciones del soberano. Los campos y ciudades de Ia Nueva Granada se encuentran saturados de Ia influencia y el dominio extranjero y su sangre contaminada de crueldad y de barbarie ya se ha cruzado con Ia del indio bravo; de esa mezcla de sensuilidad y odio germina el criollo varoniI y vengativo que alimenta día a día impulsos de sadismo y destrucción, producto de sus propios progenitores, pero Ia genética amalgama de los amos beligerantes y crueles con las indias rollizas e indómitas crean el germen que poco después lanza el grito de rebeldIa y liberación, heredado precisamente del verdugo, gestando el inconformismo y Ia revolución.

La nueva generación que reflexiona, que piensa y sabe que en el viejo mundo los pueblos se traban en guerra, que Francia, Inglaterra y Ia madre España se bañan con sangre, que las colonias se rebelan, que el pueblo lucha contra Ia esclavitud y ama Ia libertad, comprende que también puede hacerlo y para honor y gloria de Ia nueva Patria, Antonia Santos, Manuela Beltrán y Policarpa Salavarrieta pagan con su propia vida los deseos de libertad e independencia.  El 20 de Julio de 1810 marca el comienzo de Ia nueva era sangrienta, Nariño, Bolivar, Santander, Córdoba, Páez y Sucre y Ricaurte abren las puertas de Ia lucha; Carabobo en Venezuela, Pantano de Vargas en Boyacá y Colombia, Pichincha en Ecuador, Junín en el Perú, y Ayacucho en Bolivia; en los estados de Nueva Granada ya han estallado los brotes insurrectos: en Cali, Pasto, Bucaramanga y Popayán, en MedellIn, Cartagena y Neiva, el criollo con Ia ayuda del indlo y el negro esclavizado han tomado las armas y librado combates; los caminos desiertos cubiertos de vegetación y espesas selvas son trasegados de nuevo, porque Ia Patria Colombiana empieza a deshacerse del yugo de Ia sumisión; tiembla Ia tiranía al paso de las tropas patriotas que recorren de un extremo a otro enfrentados a las reales que exhiben para escarmiento Ia cabeza de Galán y caen en el banquillo Caldas y Camilo Torres.

De Santa Fe a Venezuela y Cartagena, y por lbagué a Cartago, Popayán y Pasto se desplazan los heroes, abren caminos, levantan campamentos y libran batallas; al occidente y sur, una sola vía comunica por esa época a las huéstes libertadoras, es precisamente por el Quindío, después del cruce de Ia cordillera Central pasando por Barcinales (hoy Salento) por el “Alto del Coronel” donde existe una vieja casona, loma abajo hasta Boquía y después en ascenso hasta el “Alto del Roble” por Nudilleros (hay Filandia), La Balsa (hoy Alcalá), hasta Ia villa del Virrey (Cartago). Es por ese entonces cuando el Quindío despierta del letargo que le causó Ia destrucción, Ia muerte y el saqueo del barbaro españal; las tropas se abren paso par las mantañas y se recrudece Ia guerra de Independencia que culmina el 7 de Agasto de 1819.

 

 

Capitulo .5

BOLÍVAR Y SUS TROPAS PASAN POR “NUDILLEROS”

Se construyen ramadas, fondas y hospedajes.

 

La naturaleza del terreno y la estrategia de la guerra, indican que es Nudilleros (Filandia) punto obligado de empalme de las tropas que combatían con el enemigo español desde Tolima, Cauca y Antioquia. Desde su meseta se domina a simple vista las vertientes de la cordillera Central en su costado occidental, todos los planes del Quindío y cordilleras aledañas a Cartago, Anserma y cauces del Cauca.  El camino que se prolonga hacia occidente cruza el río Barbas por las veredas de La Julia, Yarumal, Huertas y Condina hásta Cartago Viejo (Pereira), pasando luego por Cerritos y más adelante hasta Anserma y Medellín; otro camino que partiendo de Nudilleros se descuelga por Buena Vista, Pavas y La Balsa hasta Cartago.

Diez años de lucha constante culminan con la epopeya del 7 de agosto de 1819 y se respira un aire nuevo de libertad y gloria sin persecución ni masacre de indígenas y sin esclavos. Los caminos de la Patria se abren por orden de Bolívar y crece el intercambio cultural político y administrativo; se ordena su reconstrucción y es así como el 31 de Julio de 1823 se expide la ley sobre “Concesión de Privilegios y Apertura de Caminos”; el 26 de Marzo de 1835 se complementa con otra ley de “Apertura de caminos y montañas de Quindío”; en 1842 nuevas leyes ordenan “Arreglo de caminos y montañas de Quindío”, obras que ejecuta el batallón Pichincha a cargo del Capitán Ponce;  en 1843 se expide otra ley “sobre concierto de vagos para trabajar en el camino de montañas de Quindío” y se abre Ia Penitenciaria de Boquía, a fin de llevar a cabo dichos trabajos con penados traídos de Antioquia, Cauca, Tolima y Panamá. Fue una colonia penal que funcionó a orillas del rio Boquía y que tuvo asiento precisamente en Ia casa de uno de los fundadores de Salento don Pascasio Salazar, construcción que se conserva semidestruida levantada por aquella época, poco antes que Salento fuera fundada en el sitio actual que por aquel entonces se llamaba Barcínales. Una creciente del Boquía arrasa casi todo el poblado y obligo a Ia fundación de Ia actual Salento.

Desde la época de la Penitenciaria de Boquía se ejecutaron trabajos en grande hasta Cartago y Manizales que apenas era un coserío perteneciente a Antioquia y era al sur de la región por donde se viajaba a Medellín por la vía Neira, Aránzazu, Salamina, Pácora y Aguadas. Es fácil comprender que de todos los pueblos mencionados se viajaba a Ibagué y Bogotá a lomo de mula pasando por San Francisco (hoy Chinchiná), Santa Rosa de Cabal, Pereira y Nudilleros (Filandia).

Todo hace pensar que era éste el camino obligado y sitio donde convergIan los viajeros de Cartago, Manizales, lbague y Popayán. Pero fue en el año de 1830 cuando los caminos ya estaban abiertos; la Gran Colombia vivía bajo un panorama lugubre e incierto porque ya no era Ia codicia del conquistador sino Ia ambición y el personalismo (grandes males de nuestra Patria) los que creaban desconcierto y frustración aI gran Libertador que pagó con su preciosa vida y a edad temprana Ia lndependencia de cinco Repúblicas.

Fue el 20 de Diciembre de 1829, segán Ia placa conmemorativa eregida en su memoria en la Plaza de Cartago Cuando Ia Visitó por última vez y donde permaneció hasta el 4 de Enero de 1830; al dia siguiente monta su cabalgadura,  se descuelga por Piedra de Moier a orillas del río La Vieja avanza por el Paraje de La Balsa (AlcaIá) y contempla Con tristeza las ruinas de las fortalezas de “Trincheras” donde lucharon y perdieron los Quimbayas y Pijaos en cruel batalla; desde aquí asciende por las lomas de las veredas de La Caña La Cuchilla Pavas, Buena-Vista y Nudilleros donde entran por Ia antigua calle de Chochalito que fue bautizada por esa época con el nornbre de “Paseo Bolívar” siendo dueño de su más antiga edificación don EUFRASIO OCAMPO (Repelón) Uno de los primeros pobladores y en Ia pared del frontis se exhibía un significativo dibujo alusivo al Libertador montando en su brioso rocinante con las tropas que le seguían sus  pasos pero lnfortunadamente Ia acción natural del tiempo y Ia mano destructora del hombre borraron para siempre Ia que hoy serIa una reliquia histórica comno único documento y testimonio del glorioso acontecimento; de Chochalito sigue su camimo por el frente de Ia casa de don ELEAZAR LOPEZ hoy de don Pedro Arbeláez en Ia “Cuna de Venus”, sube por Ia calle de Ia actual Panaderia Turin y muy cerca de Ia Casa de JUAN PEREZ (cuca) hasta Ia esquina de Ia que hoy es plaza de mercado o galeria y por Ia “Calle Real” hasta el parque actual o de BolÍvar, descansa con su tropa en el sitIo donde boy se erige su busto y Ia placa conmemorativa que reza; “Paso el Libertador el 5 de Enero de 1830”.

Desde esta meseta Contempla Con deleite el macizo enorme de los Andes; los dominios del Cacique Calarcá de Peñas Blancas y al occidente las Colinas cercanas a Ia Villa de Robledo, Ia selva enmaranada e inhóspita del Quindío, parte de los cauces del Cauca y las Colinas de Anserma y Santa Barbara.

Agobiado y enfermo sigue su camino el mismo día 5 de Enero de 1830 en las horas del mediodía baja por Ia calle que boy se llama de “La Paz”, convertida en una avenida moderna y elegante, sigue su camino por Cruces hasta el Alto del Roble, desciende a Boquía, Sube a Barcinales (hoy Salento) doflde existe Una estatua en su homenaje Que dice: “El Libertador Simón Bolívar IIegó a Salento eI 5 de Enero de 1830” y salió hacia Mariquita vía Boquerón al día siguiente.

Fue su óúltima jornada por tierras quindianas y el 17 de Diciembre de 183O muere en San Pedro Alejandrino dejando a Ia Patria Iibre y sin esclavos pero en medio de grandes dificultades políticas administrativas, con partidos politicos y discrepancias insensata creadas por sus colaborades inmediatos, que no colmaron sus ambiciones personlistas y regionales hasta destrozar el sueño de héroe cuando Colombia, Venezuela y Ecuador trazaron distinto caminos y fraccionaron definitivamente Ia entonces pujante soberana GRAN COLOMBIA.

 

 

Capitulo 6

VIENE DON FELIPE MELENDEZ Y FUNDA LA NUEVA CIUDAD DE FILANDIA

 

No es él precisamente el primero que pisa esta comarca porque ya BolÍvar como se ha dicho descansa con sus tropas el 5 de enero de 1830 de paso para Boquia, Mariquita y Bogota, y queda el camino expedÍto para el intercambIo de comercio y viajeros entre los estados del Cauca, Antioqula y Tolima, además estas tierras ya habían sido recorridas y exploradas por los guaqueros.

Procedentes de Ia tierra paisa, justamente el 20 de agosto de 1878, unos a pie, otros a caballo y los demás con las mulas cargadas de herramientas, cobijas, esteras de hiraca, mujeres y niños Ilevados hombros o hacinados entre canastos y angarillas, provisiones y animales domésticos entran por Ia que hoy se llama “Calle del Empedrado” del barrio El Recreo, don Felipe Meléndez, hombre de gran cultura y empresa acompañado de los bravos y valientes descuajadores de montañas labriegos e industriales señores José Leon, Carlos Franco, Eliseo Buitrago y tantos otros cuyos nombres se escapan a Ia historia, obserban el sitio ideal para levantar Ia gran ciudad cuyos cimientos se hunden en eI contrafuerte Occidental del macizo andino frente a Ia gigantesca cordillera, cubierta en parte por nieves perpetuas, de picachos empinados y clima fresco, con aire purificado por Ia espesa selva, e inspirado en Ia belleza del paisaje, sonríe con ademán pletórico y sin vacilar un instante Ia bautiza con Ia hermosa acepcjón formada del latin y del ingles “FILIA” hija; y “LANDIA” Andes; “Hija de los Andes”.

Nace asi para la historia politica y administrativa de Colombia un pueblo que tiene de nobIe desde su nombre Poético, real y cortesano, hasta el porte señorial e hidalgo de su címa majestuosa de edificaciones sobrias y solariegas construidas con el roble corpulento de sus selvas.

Dicen los antiguos que su nombre tradicional fue el de “Nudilleros” en recuerdo de Ia planta de nudillo y en razón de su gran proliferación; desde luego, habitado por escasas chozas de arrieros y labriegos ramadas y hospedajes donde el viajero fatigado buscó descanso y alimento para Ia penosa travesia desde Cartago y Popayán y desde lbagué hasta Manizales Porque allI convergían todos los caminos del suroccidente de los Estados Unidos de Colombia que unían a Cartago, Manizages y Pereira por Ia antigua trocha de Barbas Huertas y Condina; era pues “Nudilleros” el cruce obligado de los viajeros a los Estados soberanos del Cauca Tolima y Antioquia porque ni Armenia Calarcá ni Sevjlla existían.   Ademáslas huellas de las trochas de los indíos y los túneles y cavernas de Buena Vista Pavas y Fachadas indican que los aborígenes utilizaron esa via quiza por mucho tiempo y en verdad la topografía se ajustaba a las necesidades de Ios antepasados.   Era por to demás un sitjo pintoresco y atrayente de inspiracjón Poética donde se deleitaron todos los viajeros en jornadas penosas a lomo de mula desde las capjtales de Antioquia Cundinamarca Tolima y Cauca y era allí en su propia plaza donde se cumplia Ia cita ocasional obIigada de todo transeúnte de todas Ia muladas, de todas las caravanas sedientes de tierras y aventuras; era por decirlo así el corazón de Colombia.  Asi surgió Filandia que en los comienzos de 1900 ya había ganado popularidad y prestigio entre las ciudades importantes del país.  Consolidada Ia fundación empezaron a construir las primeeras casas con cimientos de finísimas tapias o paredones de piedra y barro pisado en Ia misma plaza, como es el caso de la residencia que se adaptó para el funcionamiento del teatro Bengala donde quedaron recuerdos de muros y maderas sólidas y fuertes a manera de fortaleza inexpugnable. Filandia empieza a perfilarse como verdadera metrópoli y los bosques de sus alrededores van cayendo bajo el peso de hachas y machetes; y de sus troncos cor- pulentos de roble, arenillo y comino real se sacan las columnas in- mensas para construir Ia iglesia y las mejores casas de Ia plaza y calles principales.

Desde luego se construyen casas con lo mejor de su montaña y Ia plaza que ya ha sido despejada de su barranco alto, de sus nacimientos de agua y árboles corpulentos, y trazada por el señor José Maria Serna, de Cartago, empieza a ser remodelada por don Mariano Vargas e hijos bajo Ia vigilancia del entonces corregidor o comisario de policia don Rafael Carvajal. Asimismo ya se había levantado Ia primera capilla donde ofició Ia primera misa el Padre José Joaquín Baena.

Las casas del marco de Ia plaza se construyen aceleradamente por los dinámicos hombres de empresa e industria señores José Maria Garcia, Rafael Naranjo, Rafael Carvajal, Rafael Parra, y Angel Maria Martinez, según el historiador don Cornelio Moreno, figura destacada del magisterio caldense.

Bien pronto el Padre Pineda, y los presbIteros Valencia y José Maria Restrepo acometen a su turno Ia obra monumental del actual templo parroquial con maderas finIsimas y columnas enormes, aserradas en buen tiempo en los montes próximos al poblado y que hoy lucen con imponencia y majestuosidad.

Pero mucho antes, al decir de los antiguos existen construcciones a lo largo de Ia calle real después de la guerra de independencia cuando pasa Bolivar el 5 de enero de 1830, descansa en Ia que hoy es su plaza y continúa su viaje al mediodIa por una trocha entre las actuates calles del Embudo y Avenida de Ia Paz con destino at Alto del Roble, BoquIa y Barcinales (hoy Salento) donde pernocta esa noche para seguir at día siguiente a Mariquita, via “Boquerón”, según Ia placa conmemorativa.

 

Capitulo 7

EN 1892 SE ERIGE EL MUNICIPIO Y EN 1894 LO RATIFICA EL ESTADO SOBERANO DEL CAUCA.

 

Para los efectos fiscales, politicos y adminjstratjvos del entonces Estado Soberano del Cauca, Popayán como capital, divide el Territorio en varios municipios y distritos porque abarca una zona inmensa de Colombia, desde los límites con Nariño hasta el Océano Pacífico incluyendo el Chocó, al lImite sur de Antioquia casi hasta Manizales, zona de San AgustIn y Caqueta hasta Venezuela y por lacordillera central hasta el Párarno del Ruiz.

Por esa razón Ia provincia del Quindío se convierte en Ilmite norte del Estado y su capital Cartago se subdivide en distritos que a su vez en distritos que a su vez gozan de cierta automía; son ellos: Cartago, Victoria, Obando, Pereira, Santa Rosa, María, Palestina y Nueva Salento. Es decir, Cartago queda circunscrito en el Norte del Cauca, como capital y cabecera del QuindIo.

En 1879 don Felipe Meléndez, según los archivos del concejo de Cartago desempeñá el cargo de vocal principal de Ia provincia de Quindío, distrito de Cartago, como reza en el acta del 2 de junio del mismo año y su influencia cívica y política muy pronto se hace sentir en bien de Filandia de Ia cual es su fundador, y es así como en 1882 en Cartago se Produce el acuerdo número cinco del 12 Febrero por medio del cual “se crea dos empleados en el caserío de Filandia, aIguacil y comisario de policía” (Tomo 31 de 1882 a 1883) y es nombrado don Rafael Carvajal para ocupar el cargo.

En 1877 ya se había presentado otro proyecto de acuerdo ante Concejo Municipal de Cartago en Ia sección del 14 de Mayo fijado los lImites de Nueva Salento, pero siempre dentro de Ia circunscripción territorial del Quindío, límites que rezan textualmente así: “Al occidente los lImites orientales de Sta. Rosa y Pereira; al Norte y Este Ia linea divisoria hasta el nacimiento del rio Cumbarco; al Sur el rio Cumbarco; éste aguas abajo hasta su desernbocadura en el rio La Vieja i el curso de Ia Vieja hasta Ia confluencia de Ia quebrada de “Barbas”.

En 1887 por disposición del Concejo de Cartago se fijan los límites de Filandia y que son los que conserva en Ia actualidad.

El 22 de abril de 1892 aún es corregimiento, según comunjcación que en Ia fecha reposa en los archivos.

En 1892 el 21 de octubre aparece el sigujente comunicado: “señor alcalde distrito de Filandia: La gobernación del Cauca declara exequible el acuerdo número 42 expedido por el Concejo Municípal del extinguido Salento el 25 de Agosto último, Dios guarde Usted (F.D.O) Pablo Herrera”, lo que dernuestra que el 25 de Agosto de 1892, por acuerdo número 42 del Concejo Municipal de Salento, Filandia se erige en Municipio y empieza a operar legalmente como entidad jurídica política y administrativa con su primer alcalde don Rafael Ramírez.  En 1894 Ia Asamblea del Departamento del Cauca ratifica a Filandia como cabecera municipal según Ia ordenanza número 31 del 24 de julio.

Bien pronto se presentan las primeras dificultades administrativas porque el primero de Noviembre de 1892 se instala por primera vez el Concejo Municipal de Filandia y los archivos del que fuera meses antes corregimiento no han sido entregados por lo que en tal sentido se cruzan comunicaciones entre el alcalde de Filandia, el presidente del Concejo de Salento y el presidente del Concejo de Filandia don Dionisio Jaramjilo con su colega de aquella ciudad, incidentes que no se resuelven satisfactoriamente hasta fines de 1893 y comienzos de 1894 años después de los cuales empieza a funcionar el engranaje administrativo y a operar los primeros acuerdos y decretos, después de ratificar por ordenanza del Departamento del Cauca.

No obstante, los tropiezos mencionados, el progreso del pueblo no se detiene: las construcciones avanzan, las calles se cubren de piedra bien distribuída y enterrada, cargada en mulas y cajones de madera traída desde Barbas y Portachuelo, se instala el primer acueducto: don Demetrio Salazar como dueño y don Tiberio Salazar como administrador instalan Ia primera fábrica de jabón para ropa y uso casero, don Salvador Gallego instala Ia primera fábrica de jabón de tierra. Igualmente, don Tano MejIa instala una trilladora de maIz y una industria de curtimbres.

Por ese entonces las “Empresas Unidas de Occidente”, y su mayor accionista don Rafael Genaro MejIa, instalan Ia planta eléctrica sobre eI rio Barbas y una trilladora de café que ocupó muchos obreros situada en toda Ia esquina norte de Ia Plaza de Ferias, Ia cual fue destruida por un incendio eI 7 de junio de 1925, pero antes existió otra en el paraje de “El Socorro” del señor Jesús María Hernández y otros Socios que también fue adquirida por don Rafael Genaro Mejia de Manizales y devorada por otro incendio.

 

 

Capitulo 8

CRECIMIENTO VERTIGINOSO Y DESARROLLO ESPECTACULAR-

 

A finales de 1892 cuando Filandia se consagra como entidad municipal el entusiasmo de sus gentes y su afán de progreso se hacen desbordantes; nada ni nadie detiene eI empuje civico y creador de sus habitantes El pueblo se extiende rápidamente en edificaciones y se construyen habitaciones y locales comercjales e industrias desde el santuario, por Ia avenida de La Paz hasta el hospital y cementerio y desde el barrio “El Patudo” donde se encuentra en Ia actualidad Ia escueja de Varones hasta el barrio “El Recreo” pasando por el hospital Psiquiatrico barrio “El Matadero” y calle de “La Cruz” se trazan las calles del pueblo los parques las plazas y avenidas Es así como Ia avenida del Cementerio se convierte en una calle hermosa sembrada a lado y lado de Jardines cipreses y casuarinas construída con viviendas casi en toda su extensión a lo largo del barrio San José con un hotel de dos plantas de propiedad de Ia señora Anita Naranjo esposa de uno de los fundadores don Laureano Sanchez con esmerada atención para los pasajeros, bien dotado y de gran comodidad.

La calle que hoy Ilamamos del “Empedrado”, por el hospital Psiquiátrico era toda ocupada por buenas edificaciones y por ella entraban y salían las personalidades de Ia época de paso para Pereira, Manizales y Medellin y un hermoso parque que llamabamos el “Parque Viejo” en el preciso sitio donde hoy funciona el Hospital Mental era el paseo favorito de Ia sociedad filandeña, siendo Ia calle principal de acceso a éste Ia “salida de Pereira”; tiempos aquellos de nobleza y linaje que difícilmente volverán.  Las calles del Pensil, Ia Real, Ia del Convento, Consistorial, de Ia Cruz, del Hospital, del Embudo y de Ia Paz marcan en las páginas de Ia historia de Fitandia épocas de gloria, nostalgia y ansiedad.

El pueblo se dividIa territorialmente en su parte urbana en doce barrios de gran importancia: El Recreo, La Cruz, El Patudo, del Convento, El Embudo, El Pensil, San Antonio o Consistorial, Barrio San José, La Báscula, Plaza de Ferias, Matadero y Gallinazal. Tal era el potencial urbanístico de Ia ciudad: existlan dos plazas, Ia de Bolívar o principal dondese hacIa el mercado páblico y cada semana, los domingos, después de misa mayor, al resonar de tambores se anunciaba el “bando” que anunciaba los mandatos oficiales desde los balcones de Ia casa municipal Ia plaza de ferias, extraordinariamente amplia para el negocio mensual de ganado y demás semovientes en cuyo lugar funciona hoy un moderno edificio destinado al colegio oficial Liceo Andino. El parque de recreo favorito de nuestra sociedad ya mencionado como parque viejo estaba adornado de hermosos prados y árboles ornamentales, todo encerrado en rejas metálicas donde se escucharon por muchos años bellas retretas los jueves y domingos en horas de Ia noche, ejecutadas por Ia banda de músicos que hizo época, dirigida por los maestros de fama nacional don Agustín Payán, Alberto Osorio, Felipe Latorre, Jorge Camargo Espolidori y muchos otros que marcaban tono y elegancia en el arte musical; su último director fue el apreciado amigo y caballero sin tacha don Pablo Aguirre; tenía también un parque infantil dotado de instalaciones modernas que desaparecieron en su totalidad, precisamente donde hoy funcionan Ia Escuela Pública de Varones y el barrio Obrero. El pueblo crecia en urbanización y prestigio nacional; muchos intelectuales y hombres de empresa, ganaderos, agricultoreS, y técnicos industriales se vincularon a su progreso. Muy larga sería Ia lista si se mencionaran todos en esta obra pero el pueblo reconoce sus méritos y virtudes y es justo consignar en estas páginas sus nombres con gratitud imperecedera:

Fueron ellos sus fundadores, los primeros pobladores y grandes personalidades pilares del prestigio y del progreso: Don Felipe Meléndez, Andrés y Concho Cardona, Ignacio y Pedro Londoño José Maria Osorio, Eleuterio Aguirre, Laureano Sánchez, Lolo Morales, José Leon, Jesús Maria Osorio, Carlos Franco, Eliseo Buitrago, Dr. José Ramón López Sanz, Severo Gallego, Gabriel Montaño, Mariano Vargas e hijos, Juan Blandón, Florencio y Santiago Echeverry, José Maria Garcia, y esposa, Dolores Garcia, Rafael Naranjo, Rafael Carvajal, Angel Martinez, Marcelino y Simón Echeverry, Lucy Ospina, Fulgencia Osorio, Maria Antonia Hernández, Miguel y Arcadio Arias, Rosario Osorio esposa de don Miguel Arias, Bonifacio Giraldo, Ramón Peláez, Andrés Vargas, Felipe Vasquez, Manuel Pelaez, Mariano Ospina, Agustin Osorio Ramirez, José Jesús Mesa, Delfin Bedoya, Eleázar y Toto Bedoya, Ramón Hurtado, Luis Maria Restrepo, Andrés Aguilar, Jesusita Fonnegra, Antonio Aranzazu, Jesús Benitez, Sotero Suarez, Demetrio Salazar, Luis Maria Osorio, Belisario Ramirez, Cleotibde Salgado, Justiniano Murillo, Andrés Bedoya, Mariano Ramirez, Emiliano Bedoya, José Dolores Arias, Marco y Juan Climaco Nieto, Sandalio Zuluaga (padre e hijo), lgnacio y Elias Zuluaga, Desiderio Naranjo, Eleázar López, Eufracio Ocampo, Ursula Gaviria, Juan Cancio Rarnirez, Rosendo Naranjo, Ponciano Toro, Marco Murilbo, Tano, Ramón, Pablo, Genaro y Jesus Mejia, Tomaciano Carlos, Samuel y Alejandro Restrepo, Luis Uribe, Frolián Urrea, Pedro Pablo Vallejo, Pedro Pablo Martinez, Juan de Dios Martinez, Antonio y Vicente Brito, Roberto Osorio (Bolivar), Jesus Patiño, Jesus Gonzalez , Rafael Patiño, Rafael Vallejo,  Jesus Ocampo, (Chun), Pablo Lopez, Lolo Echeverry, Alejo Garcia, German Castaño, Pacho Elejalde, Gerardo Ospina, Abberto Montoya, Fernando Montoya, Roberto Estrada, Clímaco MejIa, Jenaro Niño, Felix MejIa, Manuel, Pacho y Jesás Benjumea, Maria Antonia Echeverry, Juvenal Lopez, Julio Guinand, Carlos, Augusto y Enrique Guinand, German Castro, Margarita Lopez, Marco Gallego, Clara Duque, Jesus, Pedro Jota, Alcides Horacio y Benjamin Naranjo, Jesús Castañeda, Clara de Castañeda, Mario Loaiza, Marco

Betancurth, Sinforiano GarcIa, Pablito Gómez, Maria de Jesús Gómez, Hipólito Lopez, Norberto Lopez, José Savas, Justo Murillo, Ernesto Patiño, Felipe Ospina, Juan Rodríguez, Antonio Martínez, Jesus, Rafael, y Gelasio Heredia, Pedro Nolasco, Carlos Perez, Eduardo Medina, Jesús Antonio y Carlos Ramírez, Olimpo Rodríguez, Tomás y Joaquin Gutiérrez, Rafael Muriel, Chucho

Franco, Lázaro Maya, Carlos Buitrago, Cosme Martínez, Luis Angel Martínez, Julio Duque, Elías Gallego, Juan de Ia Rosa y Rafael Gallego, don Juan de Jota Marín y señora, Rafael Ospina, señora e hijos, Joaquin y Antonio Muriel, Camilo Duque, Florencia y Eladio Peláez, Felix y Alfredo Galvis, Dr. Pacho de Ia Serna, don Pascual Mejía dueño de “Tesorito” o “Bremen”, Elias Cárdenas, José Maria y Alejandrino Moncada, Antonio Cifuentes, Esteban Cifuentes, Antonio Toro padre de “Torito” Gonzalo y Teodoro Duque, don Pedro Rodriguez y su esposa Matilde, doña Cerafina de Montoya, Merceditas Gutiérrez, Andresito Bedoya, Antonio López, Claudio López, Antonio, Celso, Gerardo y Jesús Maria Martínez, Joaquín Angel, Abdon Molina y muchos más.

A medida que el pueblo crece el comercio y Ia industria se fortalece y se hace necesaria Ia creación de una inspección de policIa; efectivamente en 1925 es nombrado don Desiderio Mesa como inspector y Luis E. Echeverry como secretario, dependencia que no funciona mucho tiempo. Recientemente en 1977, siendo alcabde don Norberto Arias Cardona y secretario don .Jose A. Jiménez se crea otra inspección de policIa, circulación y tránsito, actuando como inspector el señor Estéban Betancurt y Jorge Arango como secretario, suprimida hace poco por rivalidades políticas, hecho que marca nuevo factor de retroceso para Filandia porque su funcionamiento es absolutamente indispensable en razón de Ia abundante cantidad de demandas y casos de policía como el diario acontecer de accidentes de tránsito, señalización de vías y querellas por diferentes actos delictivos.

 

Capitulo 9

EN LO ECLESIASTICO.

 

Ofició La primera misa el padre José JoaquIn Baena hacia el año 1880 cuando viajaba de Manizales a Bogota, siendo cura delcaserlo de Condina (Pereira); Ia primera visita episcopal es practicada por el ilustrIsjmo obispo de Popayán Monseñor Juan E. Ortiz y por (a misma época Ilegan los primeros misioneros padres franciscanos Juan y Bernardo Arana, quienes bendicen Ia cruz de Ia misión que aCm se conserva en Ia iglesia parroquial, constru Ida por los ciudadanos José Maria y Jesós Antonio Benjumea y pintada por don MilcIades Valencia. Perteneció primero a Ia Vicaria Foránea de Sta. Rosa de Cabal; el 22 de enero de 1905 se erige en parroqula y el 17 de mayo de 1915 Ia parroquia se eleva a Ia categoria de Vicaria Foránea siendo su primer vicario el padre Frandsco de Paula Montoya hasta 1923.

Pero de 1884 a 1889 desempefjo el curato del caserIo el padre lsmael Valencia; de 1889 a 1895 ejerciO el mismo cargo el padre José Ignacjo Pineda y luego el padre Valencia asume nueva mente las funciones de curato de Ia ciudad; durante su permanen cia desarrolla grandes obras sociales y casi cien años después en homenaje de gratitud y reconocimiento a Diócesis de Armenian consagra su nombre en Ia Casa Campesina, en el local que años antes ocupara el colegio de a Stma. Trinidad. Ese mismo año de 1895, el padre Valencia es reemplazado por el padre Jesus María Restrepo hasta 1901, quien poco después viaja a Guayaquil donde muere, no sin antes haber empezado Ia construcción del templo actual sobre columnas enorrnes de barcino y laurel negro, obra que demandó cientos de brazos de hombres fuertes y musculosos también empezó Ia construcción de Ia antigua casa cural demolida bajo Ia rectoría espiritual del padre Guillermo RamIrez Osorio, en cuyo sitio se levanta una edificación moderna que resalta poisu belleza en medio de antiguas construcciones.

Le sucede en el cargo el Reverendo Padre Francisco de Paula Montoya hasta 1923. Sin duda alguna es el padre Montoya Uno de los grandes impulsores pues continua el trabajo del tempo parroqulal y del hospital; en 1907 trae a Ia población Ia benemérita comunidad de Bethlemitas que durante tres cuartos de siglo há prestado invaluables servicios en lo moral y educativo con abnegación y desvelo.

De 1923 a 1926 desempeña el cargo de presbItero Gonzalo Alvarez y le sucede el padre Salomón Castaño, sacerdote honesto y virtuoso pero drástico, severo y un tanto intransigente por cuya causa se produce un compás de espera y coincidencialmente se desatan de otro lado pasiones politicas, controversias sociales, caudillismos y manzanillajes que perduran por algunos años.

Hacia 1932 el padre Francisco Restrepo entra a reemplazar padre Castaño y en 1935 le sucede el presbItero Antonio José Valencia, quien inicia otra eta de prosperidad para Ia población con entusiasmo sorprendente. Además de ser gran orador sagrado de fina y melodiosa voz, y deportista extraordinario.

Posteriorrnente los sacerdotes Ernesto Lopez Rodas, Justo Pastor Loaiza, Pastor Londoño, Ramón F-loyos, Guillermo Ramirez Ramón Echeverry, AnanlaS Gonzalez, Carlos Vicente Buitrago, Gonzalo~Guevara, Antonio Restrepo, y el padre Marco Antonio Duque, Capellán del Convento de las madres BethlemitaS durante muchos años cumplen su misión apostólica en esta region. En la actuatidad et Rvdo. padre Francisco Betancur Ramirez rige tos destinos espiritualeS de La parroquia, sacerdote de gran cultivo intelectual y de muchos méritos, entre cuyas obras se destacan Ia “Casa de Ia joven desamparada” que funciona en La antigua edificacióri del teatro Bengala, el Colegio Vocacional que capacita en obras de artesanía comercio y costura.

La reconstrucción de ta Casa Campesina “lsmael Valencia”, La remodelación del templo y casa cural y en Ia actualidad Ia obra por terminar “La Casa de La CuItura”.

El 22 de septiembre se abre el libro de bautizos en el año 1884 firmado por el padre lsmael Vatencia, el de matrimoflios el 8 de julio de 1889 y el de defunciones el 7 de junio de 1889 por el padre José J. Rico.

 

Capitulo 10

EN LO JUDICIAL

 

El nuevo caserIo hizo parte para los efectos politicos, administrativos y judiciales del Estado soberano del Cauca cuya capital era Popayán, con jurisdicción en Ia provincia del QuindIo, capital Cartago. Era Nudilleros una fonda o posada con el cruce obligado de los caminos desde MedeltIn y Manizales, Cartago y Cali hacia lbagué y Bogota es decir en él tuvieron asiento todas las actividades administrativas judiciales y comerciales at suroeste del Nuevo Reino de Granada, y es de suponer Ia importancia que adquirió esta comarca caucana que en razón de su ubicación geográfica concentraba en su cabecera Ia vida del gran Estado.

Fue constitulda ya en incipiente caserio con ramadas, hospedajes y posadas. Las primeras casas de Ia plaza principal eran las de Ia esquina de Ia Calle Real con Calle Consistorial precisamente al frente del Palacio Municipal y Ia de Ia esquina diagonal a Ia casa cural o antiguo Teatro Bengala. Necesitó Ia instalación del primer puesto de comisaria o inspector, cargo que sirvió don Rafael Carvajal, antes de Filandia ser erigido en municipio y en lo judicial como se ha dicho, Filandia perteneció a Cartago hasta 1905. Desde ese año hasta 1925 perteneció al circuito de Armenia cuando por ley 58 del mismo año el Congreso Nacional crea el circuito de Filandia integrado con el Municipio de Circasia; en el año 1956 fue segregado Circasia quedando solo Filandia como

cabecera de circuito; como primer juez es nombrado el Dr. BenjamIn Vallejo y como secretario don Jesus Maria Heredia; en 1926 ejerce el cargo de juez don Jesás Maria Heredia y secretario don Pedro Jota Naranjo.

En 1895 es nombrado como primer juez municipal el sefior José lgnacio Sanz quien declina el nombramiento y se nombra en su reemplazo a don Raimundo Jaramillo; en 1969 el ministro de justicia Fernando Hinestroza Forero, a raIz de Ia reforma judicial suprime a Filandia como cabecera de circuito y queda reducido a simple Juzgado Municipal.

Por lo expuesto y en el aspecto judicial, Filandia sufre un serio golpe que marca nueva etapa de decadencia y desigualdad. En Ia actualidad desempeña el cargo de Juez promiscuo municipal el Dr. Jesus Antonio Ruiz Moreno con su secretario don Gustavo Garcia Henao.

Suprimido Filandia como cabecera de circuito, Ia cárcel nacional que en otra epoca funcionó como centro carcelario de primer orden, a raIz de esa determinación de Minjusticia, el juzgado del circuito deja de funcionar como tal y queda Ia cabecera reducida a Ia simple condición de Cárcel Nacional Municipal, con ello pier de el pueblo otro pilar de su progreso, se suspende a Ia cârcel los servicios asistenciales y atención médica con algunos detenidos y sumariados que los custodian un director don Gonzalo Cardona Soto, un cabo, Salomon Carvajal y otros guardianes, Luis Laureano Guaitarilla, Jesus Orlando Palacio, Jorge Urrea y César Botero.

En Ia forma expuesta el Pueblo sigue en franco retroseso y ninguno de Los “poderosos” de Ia cosa póblica se preocupan por impedir estga hecatombe de males y

 

Capitulo 11

EN TELECOMUNICACIONES (CORREO Y TELEGRAFOS).

 

En 1892 se instala Ia oficina teiegrafico con su primer administra dor don Lucas Ocampo a quien sucedío poco despues don Julio Guinand tronco de una distjnguida familia a quien le precedlron sus hijos en el mismo cargo por muchos años con pulcritud y honestidad Eran asesorados por vigiIantes Corredores de Ia IInea telegráfica, ocupación servida durante una década por don JeremIas Serrano; el correo era transportado en mulas a través de Ia cordillera central hasta Ibague con grave riesgo y responsabilidad porque no habfa bancos asI el dinero de los giros y remesas debían ser recomendado a su cuidado oflcio que desempeñara por varios lustros don Jesus Alba.

Més tarde el teléfono simplifico y agilizo esos servicios y tanto Ei comercIo como las actividades del pueblo se desenvolvÍan con mayor rapidez Cuando fue instatado el medio decomunicacIón en Ia compra de café de don Emilio Angel en Ia plaza de ferias. Poco despues el Ministerio instalo un teléfono más moderno que funcionó por varios años en el teatro Bengala y era atendido por Ia familia de Eduardo Duque.

Luego entró a operar Telecom con servicios modernos locales y de larga distancia y hoy posee Ia población una moderna red automática para 400 teléfonos próxima a inaugurarse que pone en comunicación en pocos minutos los más apartados paIses del mundo.

El personal de planta de Ia actualidad cuenta con los servicios de don Hernan Leon G como jefe de oficina don Carlos Alberto Herrera mensajero y Sta. Martha Cecilia Valencia Martinez como telefonista.

En Ia actualidad se encuentra en construcción el edificio de Telecom con instalaciones automáticas y modernas y que empieza a prestar sus servicios a finales del presente año en Ia calle sexta entre carreras cuarta y quinta a continuación de Ia escuela de niñas Simon Bolivar.

 

Capitulo 12

EN L0 CULTURAL Y EDUCATIVO.

 

Si es verdad Filandia no ha progresado mucho en otros aspectos, no es menos cierto que ocupa un primer lugar en el campo educativo y cultural y es ía cuna de profesionales ilustres militares religjosos cantantes, artistas y maestros del arte y de las letras que representan con orgullo el país en el extranjero como verdaderos valores de Ia ciencia y el saber

 

COLEGIQ DE LAS MADRES BETHLEMTAS.

 

Se le llama Colegio del Sagrado Corazón de Jesus desde su fundación y cuenta en Ia actualidad con casi 75 años cte existencia.

Su historia se remonta exactamente hasta el 29 de agosto de 1907, fecha de su fundación que fue presith~ pot Ia reverendIsima madre General Maria Luisa Salinas, bajo Ia rectorla espiritual del padre Francisco de Paula Montoya cuya influencja y entusiasmo fueron factores decisivos para su organización.

Dos religiosas, Ia madre Maria de Jesás RuIz y otra, que pasaban por el pueblo procedentes de Palmira hacia Bucaramanga, solicitaron los servicios religiosos del padre Montoya, quien después de dialogar con ellas, trajo a su mer’rte Ia idea feliz de fundar un colegio en esta ciudad.

El entusiasmo reinó en el espIritu del padre Montova y de Ia ciudadania que aspiraban se convirtiera en realidad; tanto Ia madre Maria Luisa Salinas como el sacerdote obtuvieron el permiso del Obispo de Manizales Nacianceno Hoyos répidamente las entidades municipales, cIvicas y religiosas construyeron y dotaron el colegio, e inmediatamente se desplazó el número de religiosas necesario para su fundación. El padre Montoya fue por ellas hasta Palmira y Ia feligresia salió a encontrarlas hasta Buga La Grande, Cartago y Alcalá donde pernoctaron después de largas y penosas jornadas a caballo en medio de ovaciones y homenajes tributados por las autoridades y los feligreses.

El 29 de agosto hicieron su entrada triunfal a Filandia siendo las primeras alumnas las del colegio particular que dirigia Ia señorita Margarita Arbeláez quien cedió sus discípulas a Ia comunidad.

Durante 23 dIas permanecieron en Ia casa cural mientras se acondicionaban los salones y se matriculaba el resto de personal de alumnas. El grupo de religiosas que inició labores fue el siguiente: Reverendisima madre Maria Luisa Salinas quien presidió Ia fundación, las madres Agustina Mayral como superiora Antonia lcasa, Natalia MartInez, Luz Chavez, Gertrudis Sanchez, y Mercedes Arturo.

Una comisión de caballeros compuesta por los señores Demetrio Salazar, Mariano Ramirez, Angel Martinez, el presbItero doctor José Felipe Lopez y Miguel Arias conformaron Ia junta que se hizo cargo de Ia recolección de fondos y asesoría del Colegio para su sostenimiento y en verdad que Ia ciudadanIa respondió con generosidad y desprendimiento poco después se convirtió en Ia casa matriz, desde donde se impartieron las fundaciones de Pereira, Anserma, Armenia y Marsella. Durante sus tres cuartos de siglo de existencia no menos de 20.000 alumnas y alumnos de kinder han pasado por sus aulas y riegan semillas de virtud y del saber adquiridos en Ia benemérita comunidad del Hermano Pedro de San José de Betancourt, el Santo de las Islas Canarias.

Desde Ia fundación, las madres han servido con abnegación afecto tanto a Ia sociedad distinguida del pueblo como a las niñas humildes y campesinas y nunca olvidaremos los alumnos de Ia madre Maria de Jesás Baquero sus sabias lecciones como profesora que fue por muchos años de los niños varones que hoy somos abuelos y padres, orgullosos de sus enseñanzas. Durante el presente año el colegio desarrolla enseñanza mixta y goza de prestigio nacional.

La edificación es Ia misma desde su fundación, pero modificada de acuerdo a las necesidades docentes modernas, contando hasta el cuarto de bachillerato. Su capilla es hermosa, pero solo le falta Ia torre imponente de su época, demolida por absurda decision y Ia cual el pueblo como Ia comunidad están empeñado en reconstruir.

La nômina de profesores Ia sirven en Ia actualidad: Hermanas: Susana ContreraS, Asunciófl GOmez, Trinidad Valencia, Genoveva Gonzalez, Angelica Chavez, Laura Maria Rivera, Carmen Gómez, Concepción Mendoza, Olga Maria F. Ibañez, Rubiela del Carmen Burgos, Lucia Buitrago, Filomena Muñoz y Edermila Guerrero (Estudiante).

Profesores Externos: Hernando Gallego, Humberto Hernández, William Javier Pineda, Nelson Gómez, Gilma Cohecha de Sanchez, Norelia Ancapa, Silvia Gómez de Restrepo, Alba Marina Cortés y Carmenza Garcia Garcia.

 

COLEGIO DE LA SANTISIMA TRINIDAD.

 

Fundado durante Ia tercera década de este siglo bajo Ia rectorIa espiritual del Rvdo. Padre Antonio José Valencia.Funcionó durante muchos años en el edificio que hoy ha destinado Ia Diócesis como Ia Casa Campesina “Ismael Valencia”. Fue construido por el pueblo de Filandia para Ia educación masculina primaria y primero de bachilletato. Durante más de 30 años recibieron instrucción en sus aulas, juventudes seleccionadas bajo el lema tradicional “formación intelectual y moral en Jesucristo”. Bajo Ia rectorIa de Ia parroquia, desempeño labores con prestiglo y resonancia en el departamento de Caldas y Ia Repüblica hasta 1950 cuando el padre Valencia viajó a Belalcázar. Entraron otros sacerdotes a sustituirlo hasta el año 1952, año en que el padre Guillermo RamIrez Osorio abandonó el plantel a su propia suerte àsumiendo sus funciones una junta bajo Ia presidencia del médico Carlos E. Restrepo y Ia dirección docente de don Santiago Lopez. En esa tónica transcurrieron algunos años sin el apoyo de los parrocos ni Ia Diocesis de Armenia, sin presupuestos ni finanzas a excepción de las que daba el internado, aunque si con una nomina lujosa de profesores representados en las personas de don Roberto Toro Toro, Rogelio Martinez Ospina, Ruben Perilla, Miguel Jaramillo, Santiago Lopez y Jaime Henao Ambas dificultades para el sostenimiento crean una situacion de marcada decadencia y hacia el año 1960 se termina por falta de apoyo y por tIpica consunción. Sin embargo, algunos años despues sus archivos por disposicion de una ordenanza de Ia asamblea del Quindio pasan al Colegio Oficial Liceo Andino y se refunda Ia enseñanza con el nambre de Colegio Oficial Liceo Andino de Ia Stma Trinidad.

El Colegio de Ia Stma Trinidad cosecho frutos tritelectuales y morales de gran valor que hoy se destacan en las artes Ia tecnlca y y las letras colombianas

 

COLEGIO LICEO ANDINO.

 

CorrIa el año 1960 y Ia terminación definitiva del Colegio de Ia Stma. Trinidad sembraba caos y desconcierto en Ia juventud filandeña; muchos padres de familia debimos ernigrar a ciudades vecinas en busca de colegios para nuestros hijos. En ese entonces actuaba en Ia asamblea como diputado por Caldas el autor de este folleto quien presentó un proyecto de ordenanza por medio del cual propuso Ia creación, funcionamiento y sostenimiento para Filandia que se Ilamara Colegio “Oficial Liceo Andino”.

Como todas las obras de progreso de esta querida comarca, Ia iniciativa, increIble, pero cierto, encontró una resistencia obstinada de parte de unos politicos furibundos del pueblo, como de algunos profesores y profesoras que aúm viven cuyos nombres no se, por razones obvias, quienes dirigieron teleqramas alusivos a Ia asamblea que se conservan en los archivos de aquella corporación, en los cuales manifestaban que Filandia no necesitaba ese plantel y que su creación serIa un desangre fiscal para el departamento de Caldas, razones por las cuales se pedIa negar el proyecto en segundo debate. Las comunicaciones fueron leídas en Ia asamblea, pero su contenido insólito y precaz recibió el repudio de toda Ia corporacion; Ia reacción de los diputados no se hizo esperar, porque una voz varonil y franca se hizo sentir en el recinto pidiendo Ia palabra era Ia del Doctor Armando Morales BenItez quien decIa en tono vehemente y extrauiado que era Ia primera vez en Ia historia de Ia humanidad que unas personas se oponIan at derecho sagrado de recibir instrucción secundat-ia oficial y gratuita para sus hijos, y en respuesta a tanta bajeza y pobreza mental, solicitó que ese proyecto fuera discutido en segundo debate en esa misma sesión; asI se hizo y fue aprobado al día siguiente.

La fundación del Liceo Andino era una realidad y Ia ordenanza pocos dIas después fue acogida por Ia goberriacion como ley del departarnento. Pero ahí no terminó todo porque Ia administración municipal reinante a comienzos del año 61, se negó a facilitar local y dotación para el nuevo colegio obviándose ese problema porque et mismo autor de ese comentario tenIa una casa amplia

de dos plantas situada en Ia carrera octava entre calle sexta y séptima que años antes era de Ia señora Melba Castillo de Garcia, Ia cual fue adaptada para dar comienzo al primer año de labores del colegio el 19 de febrero de 1961. Sin embargo, los autoresde los mensajes a Ia asamblea con los politicos de turno se oponlan a su funcionamiento e informaron a Ia secretarIa de educación que Ia administración municipal de Filandia no darIa apoyo a ese colegio, y sobre todo, que se carecIa de personal para matricularse ese año. Para resolver esa dificultad, el otra vez mencionado autor de este folleto se comunicó con el secretario de educación en Manizales quien le notificô que el colegio no podria abrirse sin que se lograra un personal mInimo de 14 niños para el primer año.

No obstante, La persecuciófl de los enemigos gratuitos del colegio se logró reunir un personal de 49 alumnos para iniciar labores en el primer año; se dotó el colegio de tableros, pupitres y átiles para los niños pobres que ingresaban y se nombró como primer rector a un hijo del pueblo solicitado por el mismo medico Restrepo; el nombramiento recayó en Ia persona de don Leonel Murillo Osorio.

Hoy el Colegio cuenta con un personal de alumnos y alumnas superior a 500, incluyendo el Coleglo Nocturno y ciñe sus destinos docentes como rector el señor Gildardo Agudelo quese desempeña con lujo de competencla. Se ha construido una moderna y amplia edificacion en el centro de la que fue plaza de ferias con canchade tents patio para recreo y deportes y rodeado de prados y avenidas. Su dotación es completa gracias al esfuerzo tesonero de su rector profesorado y junta de padres de familia con don Fabio Pineda como coordinador. Una lujosa nomina de profesores y directivos docentes presta sus servrclos en el colegio son ellos: Rector don Gildardo Agudelo Castillo Licenciado en pedagogia y administraclon educativa don Evaristo Tito Jerez prefecto de disciplina, coordinadora de la seccion femenina, Ia psicopedagoga Olga Gomez Pardo, don Nestor Jimenez Serna secretario tesorero, Libia Hoyos Lopez bibliotecaria profesores y catedraticos Hugo Hernan Rave licenciado en Sociales, Uriel Patiño Leon, Iicenciado en química, Jose Dolmar Agudelo Valencia, licenciado en matematicas y física,  Luz Dary Ospina, profesora licenciada en idiomas, Jaime Ospina, Marleny Lesmail, Jaime Piedrahita Parra, VIctor Hugo Murillo, Jorge Tulio Galvis, Hector Guillermô RamIrez, Ramón EcheverrY, Rosaura Mossos y Ivialfi Carrillo. En et presente año aumentó el personal del colegio en den alumnos que forman un grupo mãs (tres primeros) y tres nuevos profesores. Por su prestigio y organización el colegio constituye nuestro mayor orgullo. HOMENAJE INOLVIDABLE, fue el 25 de febrero de 1977, cuando el señor rector del coleglo don Gildardo Agudelo Castillo haciendo uso desu gran nobleza y gallardia después de revisar Ia historia del colegio encontró en los archivos el dato de su fundación y lógicamente ml nombre como pionero de aquel acontecimiento; a las nueve de Ia mañana del mencionado día se presentó a ml casa de habitacion un apreciado profesor que compromete gratitud para decirme que el rector solicitaba mi presencia en el

colegio, pero debo confesarlo ni él ni yo nos conocíamos y conio yo creyera que se trataba qe una consulta medica de rutina a domicitio, saIí con mi maletIn de urgencia, y cual no serIa ml sorpresa cuando entré at salon de actos y me sentírodeado de todo el profesordo, atumnos y padres de familia en medlo de aplausos, que, para ser sincero, arrancaron légrimas a mis ojos por Ia emoción inmensa de sentirme homenajeado como fundador del Coleglo Liceo Andlno. A ml lado tamblén el ilustre y benemérito sacerdote Antonio José Valencla fundador del antiguo colegio de Ia Stma. Trinidad Sendas bandejas de plata hermosamente grabadas nos fueron obsequladas con nuestros nombres y Ia siguiente leyenda: “Municiplo de Filandia a Cartos E. Restrepo, homenaje

de gratitud fundador Liceo Andjno de Ia SantIsima Trinidad, febrero 25 de 1977” y dos grancles fotografías Ia del padre Valencla y Ia mía quedaron expuestas en el salon de là biblioteca como testimonío perpetuo del esfuerzo conjunto que a los cuarenta años refunde las dos historias que se consagran con un solo nombre “Colegio Oficial Liceo Andino de Ia Stma.Trinidad” y una lujosa copa de champaña como marco final de un tributo que como único en ml pueblo he recibido del señor rector en los albores de mi angustiosa ancianidad y que me sirve de consuelo y satisfación cuando al pueblo se le ayuda con amor y desinterés, asi se deba enfrentar al virus destructor del egoisnmo y Ia envidia que minan esta Sociedad desde hace años.

 

ESCUELAS PARA EDUCACIÓN PRIMARIA,

COLEGIO VOCACIONAL JUANXXIII.

 

Funciona Ia de nIñas o Simon Boiivar, grande y espaciosa en el extremo suroriental de Ia plaza y tuvo como primera directora a Ia señora Rosario Ospina y en Ia actualidad rige sus destinos doña Marleny Martinez de Toro. La de Varones, “Felipe Meléndez” tuvo corno primer director at profesor don Urbano Buitrago y anteriores a él tuvieron escuelas don Carlos Hoyos y Victor

Hernndez. En Ia actualidad es director don Gustavo Osorlo, asesorado de otros profesores y profesoras como doña Elicenia de Castillo, Edilma Aguirre de Restrepo, doña Gloria Garcia, don Alonso Taborda y Alfonso Osorio.

El Colegio Vocacional a cargo de Ia parroquia ofrece clases intensivas de comercio, culinaria, modisteria, artesanias y Ia consejería de las distinguidas damas Olga Zuluaga de Toro, Carmen Rosa Gómez y Alba Lucia Valencia; rige sus destinos el padre Betancurt.

El Colegio Juan XXIII funciona para kinder mixto, dirigido por don Santiago Lopez durante varios lustros con verdadera virtud y vocación. Es justo consignar los nombres de los profesores Milciades Valencia, Emiliana Jaramillo, Velarmina MejIa y Emiliano Botero como los primeros desde Ia fundación de Ia ciudad.

 

EN LO CULTURAL

 

En este aspecto Filandia se ha preocupado por conservar entre sus hijos verdaderos valores de resonancia, no solamente regional sino nacional e internacional y que se ban destacado en el arte de Ia múisica y de las letras.

ARTISTAS DE LA RADIO Y TELEVISION: Francisco Elejalde y Alcides Duque Pava, cantantes de las principales radiodifusoras de Estados Unidos, Obdulio Arias del Trio Grancolombiano y Oscar Muriel.

Además, en los distintos colegios de enseñanza secundaria se han formado conjuntos artIsticos de diversa Indole: en el colegio de las Madres Bethlemitas se han organizado veladas, sociodramas, grupos de danzas, poesla, cuento, canción y fonomímica. En eI Colegio Liceo Andino se han constituido grupos de danzas, grupos de teatro, además se ha desarrollado una semana cultural que se celebra cada año y se se llama el “Festival de Ia Canción” que atrae cientos de turistas y virtuosos del arte y le han dado a Filandia su merecida posicion de avanzada en ese campo en eldepartamento del Quindlo.

Es así como el cultivo de Ia cultura en este pueblo es, sin duda alguna, Ia nota más sobresaliente por lo que bien le ha merecido el tItulo de “Ciudad Señora del Quindlo” y no solarnente se observa a nivel educativo y profesional, sino que vive arraigado en Ia misma conciencia del pueblo como se va a demostrar en los siguientes comentarios:

“LA BANDA CERA o banda de los Aguirre” don Pablo Aguirre uno de los más viejos pobladores de Filandia, hombre honesto, sencillo y ejemplar, zapatero de toda una vida, padre de hijos ilustres, cuenta de Ia banda Tulio Aguirre (esclarecido tribuno), sus hermanos Arturo, Bernardo, Ceno y Nicolás conocida en el ambiente filandeño, porque los instrumentos no se podían tocar al sol, ya que se derretían debido a la cera con que estaban unidas las piezas metálicas; era una banda muy sonora, pero solo se usaba en las noches y días de invierno. Sus integrantes han muerto y solo quedan sus recuerdos; gracias a ellos se hicieron páginas inolvidables en Ia vida del terruño.

A Ia banda de los Aguirre, sucedió Ia banda de los Arcila, que también dejó recuerdos imperecederos. Luego aparecieron en el agradable son artístico las bandas de Luclo Ospina y Julio Jiménez o “Costalao”. Al rededor de estos significativos conjuntos musicales, se tejieron agradables comentarios que vale Ia pena traer a Ia memoria. Segun nuestro comentarista al respecto, don Pablo Aguirre, Julio Jiménez o “Costalao” era un personaje curioso y especial, sostenia los pantalones con los codos al tocar su instrumento musical, ya que no usaba los botones porque su descomunal barriga se lo impedia. Por esta graciosa figura, que deleitaba al populacho, se le adjudicó eI mote que mencinamos. Además, hizo historia al volver popular la única pieza musical que sabíaa interpretar la banda, y que imposibilitado en ejecutar musicalmente otro tema, era el úinico que oían dia y noche los habitantes cle la avenida al cemententerio se, trataba del recordado pasodoble “Jinienez”.

Los sucesores de esa banda fueron Jesús Suarez (patefô), célebre como corista durante ta capellania del padre Duque. Gabriel BenItez (mafifia), Gonzalo Obando, German y Pepe Brito como cornetistas, Antonio José Montoya como corista y serenatero, y otros más. En Ia actualidad verdaderos valores de Ia canción se perfilan para un futuro muy próximo; son ellos Celmira Lopez de Mesa, destacada en varios festivales de Ia canción; Gloria Taborda, Martha Cecilia Marin y el siempre bien recordado Hernán JaramlIo Franco, muerto en absurdo accidente, hijo de Miguel y Soledad.

Por último, el popular cantor “Poncho” que no pudo destacarse por fatta de ayuda y estImulo y cuyo nombre es Gonzaga MartInez, cosas injustas e imperdonables.

 

CapÍtulo13

EN LO ACADEMICO Y PROFESIONAL.

 

Filandia cuenta entre sus hijos, hombres ilustres, honor y gloria de las letras del arte y de la ciencia, algunos de ellos figuras de prestígio nacional y que han sobrepasado las fronteras de Ia patria.

Entre ellos se destaca el Dr. Roberto Restrepo Ramlrez, medico cancerólogo notable, extraordinarjo escritor destacado enfilologla, y especializado a su vez en Ia Universidad de Ia Sorbona de Paris.

Sus méritos le valieron pertenecer a Ia Academia Colombiana de Ia Lengua; autor de Ia obra “Apuntaciones ldiomáticas y Correcciones del Lenguaje” como de la mejor obra de galicismos escrita en el Pals; Poliglota destacado, autor àdemás de las obras “Dicarquismo o si Ia razón fuera gobierno”, “Historia de Ia guerra entre Candorra y Tontul”, además una especie de autobiografía profesional titutada “Intimidades de un médico”.

En Ia rama de Ia medicina se cuentan galenos de trayectoria como Roberto Restrepo, Carlos E. Restrepo, Alberto Londoño, Arturo Londoño, Jesus Maria Peláez, Gerardo Toro, Jaime Restrepo, Jaime Moreno, Jesus Garcia, Nelson Giraldo, Luis Carlos Restrepo, Alfonso Correa Grillo.

En lo que respecta a la rama jurídica, esta tierra ha gestado figuras como los doctores Tulio Suárez, Arturo Suárez, José M. Villegas, Hello Martinez, Horacio Naranjo, Hugo RamIrez, Marco Tullo Aguirre, José Manuel Lopez, Jesus Rincón y Serna, Luis A. Toro, Mario Peláez, Maria Consuelo Restrepo, Holbey Martinez y Hugo Lopez.

En otros campos profesionales se destacan entre muchos, los siguientes: William Giraldo, Juan Manuel Hincaplé, Gerardo Restrepo, Aldemar Ocampo, Bernardo Duque, Medardo Serna, Aleida Peláez, Roberto Aristizábal, Pedro Nel Márquez, Nacianceno Restrepo, Orlando Aguirre, como ingenieros y arquitectos.

Liliana Restrepo de Ruiz (Bacteriologa) Ramiro Gómez (Químico Farmacéutico), Inés Peláez (Agronoma), Rogelio Restrepo (Odontologo), Maritza Restrepo de Velasquez (Sociologa), Rogerio Restrepo (Odontologo), Maritza Restrepo de Velasquez (Socióloga) Luz Sara Restrepo de Yañez (Fonoaudiologa); los militares Arceslo Zuluaga, Gerardo Duque, Arceslo Arias; Roberto Restrepo (Antropologo), agrónomo Luis Eduardo Aguirre y Alfonso Londoño Patiño (Veterinarlo zootecnista).

PRESBITEROS: Rafael Herrera Dávila, Gilberto Zuluaga, Francisco Aguirre, Argemiro Gallego, Aristides Buitrago, Neftaly Martinez, Mario Martinez, Jesus Antonio Ramirez, Moisés Londoño, Pastor Londoño, Gerardo Jaramillo y Hermanos Maristass, Jesus Antonio Cardona y Manuel Felipe Castaño, además el padre Baltazar Serrano. Mario Benjumea Ramirez, Oscar Osorlo y Argemiro Gallego.

RELIGIOSAS: Madres Bethiemitas Dolores Maya, Francisca Alba, San José Perez, Concepción Grajales, Rafaela García, Maria MejIa, Angelica Duque, Maria de Ia Cruz Aguirre, Carmen Rosa Duque, Antonio Marín, Piedad Buriticá, Angela Cuartas, Guillermina Martinez, Maria de los Angeles Castaño, Estela Martinez, Maria del Socorro Ramirez, Leonor Arbeláez, Juliana Otálvaro, Consuelo Lopez, Clemencia Orozco, Martha Sierra, Estela Muriel, Emilia MartInez, Carolina Martinez, coma también Ofelia Hurtado, hermanita de los pobres, Rosa Peláez, hermana de a caridad, las hermanas vicentinas, sor Inés y sor Matilde, conocidas con sus nombres de Piedad y Teresa Gutiérrez cuyos padres fueron los apreciados esposos Jesús Maria Gutiérrez y Rita Botero. Además, cuenta entre sus hijos a otras dos hermanas de Ia caridad: Carmen y Rosaria Ospina.

FILANDIA EN LO CIVICO Y SOCIAL.

El pueblo se ha distinguido no solo en el campo profesional y cultural, con figuras eminentes en lo artistico y musical, en las ciencias y Ia politica, sino en el campo social y civico. Desde su fundación habitaron esta comarca gentes destacadas y sobresa- lientes par su nableza, porte y elegancia que marcaron rumbas de prestigia y de grandeza coma las familias Mejia, Echeverry, Robledo, Guinand, y taritas atras que escribieron páginas de Ia historia señorial que muy pronto fue decayendo con las reyertas de tipo politico, egaisma y envidia, coma rivalidades de tipo comercial que siguieron a Ia postre de virus destructor y por último en caciquismo, “roscas” y matoneria. De ese pasado noble y esclarecido no queda más que el recuerdo dulce y Ia nostalgia amarga de aquella sociedad selecta.

 

 

 

 

JUNTAS CIVICAS.

En verdad, Filandia no tuva más que Ia junta a Sociedad de Mejoras Públicas que se desempeño hasta el año 1956, época en que fue destituida par no camulgar can los principias políticos del grupo reinante, pero que alcanzó a dejar Ia obra más sabresaliente y hermosa de Ia pablación, Ia plaza de BolIvar con el busto del Libertador que dio par terminada Ia sangrienta lucha pal itica

y Ia construcción de los escaños de granito, algunos de los cuales faltan porque no se permitió su terminación para saciar instintos de odio y de pasión. En la actualidad funciona solamente Ia junta cIvica “Hijos y Amigos de Filandia” con personerla jurIdica número O-J-O57 de diciembre 14 de 1976; entidad constituida con fines puramente cIvicos, sociales y culturales con obras ya impulsadas como Ia creación de juntas de acción comunal de Ia cabecera municipal y el arreglo de casas de las gentes pobres at igual que atención médica y servicios asistenciales para los mismos habitantes, con recursos económicos propios porque ninguna entidad oficial le ha prestado ayuda, aunque sI muchas promesas de las millonadas fiscales.

La junta cíivica está integrada en su mesa directiva por el presidente Carlos E. Restrepo, vicepresidente José Jota Jiménez, tesorero Arlés Lopez, secretario Ad-hoc don Humberto Salazar Marín, elemento altamente sociable y de porte distinguido recientmente faltecido, Lisbet Ocampo secretaria titular, don William Velasquez fiscal, don Carlos Salazar, don Roman MejIa, Sta. America CasteIlanos y Aracely Cortés.

 

CapItulo14

EN LO TECNICQ E INDUSTRIAL.

 

Desde que el pueblo empieza a funcionar como entidad polItica yadministrativa, su desarrollo requiere de asistencia técnica y desde luego de profesionales e industriales para el impulso a Ia altura de sus necesidades. Es asI como se instalan los primeros almacenes, graneros, hoteles y expendios de vIveres, y se construyen fábricas para empresas de lenvergadura y magnitud con miras a un desarrollo próspero en un futuro muy cercano.

ACUEDUCTO MUNICIPAL. Uno de los primeros y principales problemas que afrontó Filandia fue Ia construcción de su acueducto pues su altura sobre el nivel del mar que alcanza a 2.066 mts., y Ia distancia exagerada hasta Ia fuente de abastecimiento desde el Río BolilIos creó las primeras dificultades ya que el pueblo se abastecIa del preciso lIquido de un pozo o aijibe que existla en el

centro de Ia plaza donde se encuentra el busto de BolIvar, cerca a un árbol enorme y frondoso o ceiba, pero en tiempo de verano escaseaba el agua de tal manera que debia recogerse do varias fuentes; una deellas y parecida a Ia primera, en el centro de Ia plaza de ferias al pie de un barranco o “Alto de los Gallegos’ en el sitio exacto donde se encuentra edificado el Liceo Andino; otras fuentes son Las Peñitas del Silencio y el tradicional “Chorro de don Ramón” en el campo de deportes.

Para superar esas dificultades, se iniciaron los proyectos de acueducto, y varios intentos fracasaron porque las acequias para conducción de aguas no daban el nivel que Ia técnica requerIa para los tanques de distribución. Solamente un ingeniero venido de Manizales, el doctor Eduardo Vieira Iogró su cometido y trajo a Filandia en conducción metálica el liquido precioso abundante y suficiente, construcción que mereció en Ia época cálidos elogios,

después lnsfopal amplió sus servicios y hoy posee uno de los mejores acueductos del Departamento con agua sana traída desde Ia montana y que en poco tiempo le será instalada una planta de tratamiento que se encuentra en construcción.

PLANTA ELECTRICA DE BARBAS. Construída con toda Ia técnica por Ia compañIa “Eléctricas de Occidente” con su principal accionista don Rafael Genaro Mejia de la ciudad de Manizales, obra que tue acometida por el ingeniero italiano doctor Carniaciavi y que ernpezó a funcionar en Ia segunda década de 1900; en 1940 pasa a manos de los doctores Roberto y Gerardo Restrepo y en 1945 Ia adquiere el municipio de Filandia, pero como todos los bienes oficiales con administraciones malas y finanzas deficientes, terminó por tipico abandono y sus maquinarias y redes de construcción fueron saqueadas. Fortunosamente Ia Chec provee a Ia población de potente fluido eléctrico que Ie permite at municipio un desarrollo industrial acorde a sus requerimientôs.

FABRICAS Y TRILLADORAS. A comienzos del presente siglo y para cubrir las necesidades de Ia floreciente ciudad, don Salvador Gallego, don Demetrio Salazar y Alejandro MarIn (“Chirimero”), organizan las primeras fábricas de jabón y velas, y a su vez don Rafael Genaro Mejía instala una poderosa trilladora de café en Ia esquina de Ia plaza de ferias, don Alejito Garcia organiza otra en el Arenal cerca a los predios de don Rafael Ochoa. Una fábrica de curtimbres se instala en los predios del Barrio San José, propiamente cerca de los potreros que hoy pertenecen a don Pedro Arbeláez, para aprovechar las fuentes de agua de aquel lugar. El mismo Alejito Garcia instala en Ia calle Real otra trilladora de maíz; Ia tenería perteneía al poderoso industrial don Tano MejIa.

Hoy en dIa gracias al poderoso fluído eléctrico de Ia Chec existen talleres como el de puertas y persianas de don Néstor Restrepo y Herrnanos, el taller para reparación de automotores y máquinas industriales de don Fabio Peláez; silos y secadores de café movidos con energIa eléctrica de don Venancio Martinez, así como talleres e industrias de panaderlas y confecciones diversas.

INDUSTRIA DEL MUEBLE Y LA CONSTRUCCION. Se destacaron Antonio Chica, a quien se debe gran parte de Ia arquitectura de Ia capilla de las madres Bethiemitas, don Miguel Arias, Isaac Ceballos, Jesús Maria García (“Caprichoso”).

Victor Reyes, Manuel Toro, Altredo, Rafael y Juan de Ia Rosa Gallego, Mariano Ospina, Simeón Soto, Emilio Londoño, Vicente Marín, Octavio RamIrez, Pachito Arenas, Tomás Vasco, Joaquín Garcia, Pacho Parra, (“Mosco”) Esaú Arias, Bernardo Franco, Darío Trujillo y Aifredo Cortés en Ia actualidad.

Como gran ponente artistico figurá Arcadio Arias, oriundo de Filandia, y cuyas obras de ebanisterIa son de fama nacional e internacioflal, como lo demuestra La decoración de los templos de Ibarra y Catedral de Quito (Ecuador).

Fue alcalde y personero de Filandia donde fue apreciado por toda Ia ciudadania vinculado además a los fundadores y pobladores más esclarecidos del pueblo.

INDUSTRAIAS DE CUERO LÀ FIBRRA Y LA CANTERIA. Desde Ia época de Ia fundacióN, Filandià se ha caracteriZado por poseer La industria más técnica de fibras vegetales comb el fique o cabuya y el bejuco. Cientos de docenas de canastos cogedores de café y diversos utensilios, son fabricados con habilidad extraordinaria constituyendo una perfecta industria de artesanias. Este vegetal es extraldo del interior de as montañas de Cruces, El Roble, Barbas y Bolillos y se dice que es Ia industria más poderosa del municipio, de un mérito incalculable por su gran laboriosidad y porque representa el arte autóctono de nuestras gentes. Más de circuenta familias derivan el sustento diario de este noble trabajo y sus obras tienen fama en Colombia entera; trabajan por sus propios medios, sin recursos de ninguna naturaleza, pero se encuetran en procesos de organización con miras a vincularse a las agencias crediticias y financieras del departarnento Se destacan entre estas gentes laboriosas los nombres de Manuel Arias, Reinaldo

Aguilar, José Marin, Rosaura Marquez, Cruz Velasquez, Alvaro y Noé Mejía, Rosa Arboleda de Giraldo, Jorge Sergio y Joel Giraldo, Maria Elena Rodriguez y Humberto Rios

La industria del cuero hizo época durante las tres pnimeras décadas del siglo con los nombres inolvidables de Juan Rodriguez, (“Gurupa”), Manuel Henao y Pablito Henao, quienes dejaron gratas y hondas impresiones entre nosotros.

Nunca se olvidarán en el arte del caizado las obras famosas de Lalo Ocampo, Aristóbulo y Raul Velasquez, Manuel y Pablito Aguirre; en el arte de las sogas y los cabezales, José Aguirre.

La industria de Ia fibra también dejó hondos recuerdos en las artes regionales, con Federico Qrozco, Gerardo Lopez, Pedro Garcia Franco y en Ia actualidad Leopoldo Betancur como los hijos de Jorge Urrea.

La canteria tuvo su auge por las épocas de Ia fundación con Manuel Toro, Saturnino y Jesús Benjumea, Juan Murillo, Jeremias Serrano, Hermeregildo Murillo (“hijo de mi vida”); en a actualidad Tomás Vasco recién muerto, Avelino Vasco, Roberto esposo de Agripina, Isaías CebalIos. Se caracterizan por su alta técnica Fabio Gómez, MilcIades Herrera (“Cartagena”), Hernando Castañeda y DaríoTrujillo.

La escultura fue desarrollada en su época en Filandia por Pablo Emilio Garcia y Roberto Restrepo Rios, destacado este también en el arte de Ia pintura al Oleo.

INDUSTRIA DEL HIERRO Y LA FORJA. Lorenzo MarIn, Jesus BenItez, (“Magistr”) Eduvijes Llano, Rafael Ramirez (“Tuerto”), Daniel Naranjo, Eliodoro Moreno, Quico Lopez, Gonzaga Quintero (“Cheno”), Manuel Buitrago y Luis Alfonso Hernández (“Patetela”).

GRANEROS. Desde Ia época de su fundación, Juliancito Quintero (“Panocheno”), German Castaño, Alejo Garcia, Pacho Emilio Quintero, Ernesto Patiño, Pedro Patiño. Hoy son fuertes abastecedores Gonzaga Murirllo, Eduardo Garcia, Manuel Vega y don Antonio Diaz, recientemente fallecido.

PESEBRERAS DE LA EPOCA. La de Juan Perez (“Cuca”), Antonio Hoyos, Juan Cardona, Rafael Henao, (Hocito) Rafael Aristizábal, la de Quico Lopez, Marco Gallego y Ia pesebrera “La Linda” de don Manuel Buitrago, casi todas ya desaparecidas porque las vIas de comunicación con vehIculos automotores han desplazado los tiernpos de los arrieros y las recuas.

BARBEROS DE ANTAÑO. Ismael Obando, Carlos Betancur, Juano Echeverry, Ceno Aguirre, Benjamin Duque, Arturo Martinez (“Lorita”) José Lopez Maya, Pedro Lopez Maya, Exael León, Reinaldo Cortés, Pachito Orrego quien después de muerto deja a sus hijos por herencia el mismo arte.

ABASTECEDORES Y FAMAS. José Arias, Andrés, Bedoya, Vicente Lopez, Chucho Chica, Alejandro Restrepo, Luis Restrepo, Julio Ocampo, Erasmo Mesa, Marco Salazar, Nemesio, Bertulfo, y Demetrio Salazar, Guillermo Correa, Melo Correa, Faustino Salazar, José Maria Cardona, (“Capon”) Horacio RamIrez, Juan Rodríguez (“Gurupa) Eduardo Medina, Jesus Gutierrez (“Perrito”) Mellizo Giraldo, Gonzalo Salazar (marucho), matarifes famosos se destacan Juan de la Cruz 0spina, Joaquín Angel, los Yarumaleños, Marco Loaiza (“chambusca”), José Osorio (“pesuña”) y Tulio Restrepo (“bogue”).

Los carniceros de Ia actualidad son: Gustavo Restrepo, Omar Castillo, Alfonso Osorio, Alfonso Alzate, (“Palomo”), Salomon Benitez, (“ciopete”), Carlos Lemus, Carlos Toro (“Farina”).

INDUSTRIA HOTELERA. DifIcil es para Ia historia obtener datos precisos de las primeras fondas y hospedajes, pero gentes de epocas más o menos recientes entre ellas Rosa Trujillo Gaviría, hermana del primer notario de Ia ciudad Eleuterio Trujillo, narraba que Filandia contaba entre sus escasas casas con una quer era panadería y restaurante, propiedad del señor Juan Emilio Parra en el sitio que hoy ocupa Ia Alcaidla: El Café America pertenecía al señor Manuel Piedrahita y en Ia plaza ranchos de guadua y paja que servían de cenadéros, hospedajes y posadas. Como primera panadera Victoriana Cardona y como primera hotelera Silverina Ospina. De los primeros que bien recuerda Ia ciudad se tiene el de Isabel Salazar o Restaurante “Minerva”, las Eduarditas, las Uribe, (Tomasita, Francisca, Raquel y Lolita), José Gil, Hortensia Obando, Blanquita Cedeño, Carmen Sierra, Pedrito DIaz, el hotel Madrid y los cenaderos de Pedro MejIa, Mercedes Cárdenas y las Ochoa. Para las fiestas del retorno se instalaron los cenaderos y fritangas del loco Valencia. No se puede cerrar este comentario sin recordar con aprecio y cariño at más tIpico de tos restaurantes filandeños, el de Froilán Urrea (“Pite”) quien tuvo su famoso

negocio en Ia vieja Calle Real, asI como las tapias o fogones en Ia

(última casa de Ia calle de Ia cárcel, asignada con el nümero 759, artefactos que aún se conservan intactos. Hasta hace poco el señor Hector Echeverry tuvo el lujoso restaurante Andino, y hoy et cenadero Caldas.

LA INDUSTRIA PERIODISTICA E INFORMATIVA. La cultura y el prestigio del pueblo tiene su forma de expresión y Filandia Ia tiene bien adquirida. Lo dicen los periódicos locales dirigidos por ciudadanos notables que sobresalen hoy en las distintas ramas de Ia ciencia, el arte y las letras colombianas: “Pluma libre” que dirigió Marco Tulio Aguirre, “El lmparcial” que dirigió Julio Guinand, “El Aviador” que dirigio don Duván Córdoba, “La Lucha” de don Francisco Emilio Quintero, “Pluma Suelta”, que didrigió don Gustavo Ocampo Chica, “La Opinion” de don Francisco Elejalde Salazar y “Filandia Nueva” dirigida por Carlos E. Restrepo. Tamblén el colegio de Ia Stma. Trinidad dio a Ia publicidad un semanario lujosamente editado, dirigido por el apreciado ciudadano profesor del mismo colegio don Rogelio Martinez Ospina. La primera imprenta, Tipografia Sucre de don Julio Botero.

En Filandia se ha hecho presente también Ia radio difusión. Durante varios años funcionó una emisora de propiedad del doctor Rogerio Restrepo, de carácter puramente cultural con un radio de acción para todo el Quindlo donde transrnitIa programas folclóricos y alusivos a las caracterIsticas tIpicas y costumbres de a region.

En Ia actualidad el señor Reinaldo Aguilar, vicepresidente de Ia junta de acción comunal del barrio San José posee una pequeña, que abarca únicamente Ia parte urbana y que se llama “Radio Tricolor de Filandia”, también para uso estrictamente folclórico y regional.

Desafortunadamente no existe en el pueblo una empresa o persona que se interese en traer todos los periódicos y revistas del Pals para satisfacer el anhelo cultural del pueblo, y muy bien le vendría a Ia población una librería o biblioteca para Ilenar Ia demanda de lectores que pasan del millar, si tenemos en cuenta Ia población estudiantil de los dos colegios de enseñanza media que reciben instrucción en Ia cabecera municipal.

 

CAPITULO 15

DE SU VIDA INTIMA SOCIAL POLITICA Y TRADICIONAL.

Como todas las poblaciones, Filandia ha sido cuna de eternos soñadores, de prosaicos personajes tIpicos y a través de su historia se han tejido toda clase de agüeros pueblerinos, de cuentos fantasmagóricos y datos curiosos y fantásticos.

Entre sus pobladores, se recuerda una noble viejecita, que, a su vez, aportó importantes comentarios, que por mulltiples razones no se pueden echar en el cesto del olvido. Doña Rosa Trujiflo Gaviria, matrona insigne, nos deleita con su charla amena y pausada, y nos cuenta lo siguiente “Filandia era una finca grande, y en Ia plaza al lado de un árbol frondoso y gigantesco. habla un nacimiento de agua, que vertIa de un barranco alto, de donde se abastecían todos los habitatantes y quienes después de hacer el mercado el dia domingo, descansaban a su sombra. Esa finca se llamaba Nudilleros, siendo Dolores Garcia su propietaria, quien regaló los terrenos para edificar Ia iglesia, porque don Gregorio Arango obsequió otros para el cementerio actual. Cuando el padre Pineda era párraco, se empezó Ia construcción de Ia iglesia, para lo cual ideó los convites todos los domingos con el fin de transportar piedra y gigantescas columnas de a montaña en hombros de cientos de feligreses, quienes entraban at pueblo entusiasmados y rebosados de jübilo.

Por a calle del “pensil”, que era a entrada principal a camino nacional, se hacIa Ia entrada a Ia plaza después de atravesar una trocha; y se alan corrientemente el ruido que haclan los osos, tigres y diversas fieras, que abundaban por esos lares, especialmente en to que hoy es Lusitania y AlcaIá.”

Como una de las leyendas misticas más interesantes, se recuerda Ia que aconteció a principio de siglo cuando, según doña Rosa, aparecío en Alcalá un cuadro de borde plateado y con bellas rosas en el marco, que a su vez dejaba ver a imagen de Ia Stma. Trinidad. Tal descubrimiento convirtió a ese lugar en sitio de constante peregrinación, y se cuenta además que el cuadro solo pudo traerse a Filandia sin ninguna dificultad, ya que de allí no pudo levantarse porque resultó misteriosamente pesado, desapareciendo después sin que nadie sepa de su paradero.

Coma es sabido de todos, Ia guaquerla ha sido el “pasatiempo” más dañino que se haya centrado en esta region, tan rica en entierros funerarios indlgenas; precisamente, Ia “guaca” más rica que se ha encontrado (y de Ia cual comento en otro capítulo de esta obra) es a de La Soledad. Unos cuantos guaqueros donaron unos bellos utensilios de oro extraídos de alil para Ia fabricación de una hermasa custodia, que también desapareció después.

Además, el reloj de Ia iglesia fue traldo de Estadas Unidos y se se debió reemplazar las campanas, pues en el fatigado viaje se extraviaron cerca a Buenaventura.

Coma datos referentes a personajes ilustres de Ia que antaño era Filandia, nos enumera doña Rosa los siguientes: fue Eteuterlo Trujillo, su hermano eI primer notarío. Uno de los más acaudalados comerciantes de esa épaca era Demetrio Salazar, quien posela un gran almacén en el sitio que ocupa hoy “Residecias Bond” y quien lo adquirió a raIz del producto de un fabuloso hallazgo de una de las “gbacas” de Ia region. Se distinguieron por su noble abolengo, entre rnuchos, Venancío Arango y Ia famia Robledo, así como las señoritas Rosa Santofimlo, Eloisa y Edelmira Robledo quienes resaltaban por su belleza.

Continúa contando, cómo santiago Echeverri “hurtó” el tesoro fiscal del municipio para salvarlo del saqueo de las guerrillas durante el contlicto de los 1.000 dias. La primera droguería perteneció al señor Pepe González que fue el primer médico de la localidad. En la calle del Pensil funcionaron las escuelas de Elvira Bueno y Victor Fernández, que eran en Ia época colegios privados.

Prosiguee en su amena charla, y agrega los comisarios llevaban siernpre una vara, como signo de mando, y el distintivo del alcalde era un elegante bastón. Los serenos eran bien remunerados paracuidar Ia ciudad en grupos.

Como interesante dato, aducia coma pasaban leprosos y elfanciacos camino a Agua de Dios, algunos rnorían en Filandía por el dificil viaje; otros se radicaban razôn por Ia cual muchos habitantes abandonaron el pueblo.

Después de este agradable recucuento, y al darnos cuenta de algo que muchos desconcíaamos no podría continuar sin hablar de lo que han sido y serán los inolvidables personajes tIpicos de Filandia. Como parte de Ia historia de los pueblos y del ambien son recordados para siempre.

Conoëidos comunmente por sus apodos y cariñosos motes, son ellos:  “Pispirispi”, “Guarumo” “Caralimpio”, “Emperatriz”, la loca “Polda”, “Olmedo”, Jacintico Henao, Vicente, Guillermo (conejo), José Giraldo (patetranca), Eugenio Soto  y otros.

Además, eran parte de este curioso mundo del enfermo mental, llamado en nuestro ambiernte “chiflado desvirolado o loco”,

Asi vemos como “Barberi” se creía ingeniero, y medía las distancias entre los postes de Ia Ilínea telegráfica; Abrahan, quien cargaba el aqua, Cartos Buitrago era el “loco” místico, quiefl cargaba estampas y estatuillas sagradas en su espalda y pecho, se iba luego at cementerlo y con jocosas pantomimas arrancaba las cruces de cemento y yeso de las tumbas en donde según él “yacIan los que estaban condenados”. Tororo” tocaba graciosamente Ia dulzalna; JoaquIn Martinez, Ilevaba muchas medallas “milagrosas” en su cuello y musitaba oraciones por las calles, besando Ia tierra.

Hoy son “Covaco” y “Agripina” los sobrevivientes de esa racha de graciosos personajes quienes divierten a Ia muchachada y taciturnos transeuntes de Filandia.

BAMBUQUEROS Y SERENATEROS. Merecen destacarse el famoso “patefó” personaje muy distinguido y apreciado en el ambiente artIstico de Filandia y a Emilio Montoya como bambuqueros de grata recordación, sin olvidar tampoco al dueto famoso de Martiniana y Jesusita (ciega) especialistas en dulzaina quienes arrullaban con sus dulces voces, en las noches heladas de aquellos tiempos a nuestras madres y abuelitas.

Hace unos años existIó otro conjnunto Ilamado los “Tres Amigos” que vocalizaban admirablemente las serenatas para los novios, y fueron ellos: Antonio Aguirre, Senén Restrepo y Ramón Vergara, acompañados de guitarras.

Entre Ia misma tamilia se formó otro conjunto femenino compuesto por Ia madre Inés Hoyos de Aguirre, sus hijas Argelia e Irma Aguirre Hoyos acompafiaclas por el tiple, guitarray bandola de los “Tres Amigos”.

Otro conjunto tipico llamado el trio de “Los Piroles” compuesto por un hijo de Domingo Murillo, Alvaro Pâez (chaparro) y Dainel Aguirre (verdolaga), acordeonista. Otros músicos de nombre fueron: Manuel Pava herrnano de Clarita, Alcides Duque que vive en Buenos Aires (Argentina), Gonzalo Obando, Jesus Maria Londoflo y los Arias, hoy de renombre internacional.

SERENOS 0 VIGILANTES. Vigitaban el pueblo de noche y turnados Jesús Gonzalez, Ramón Aizate “cucharita” Quico Gutiérrez y un señor de apellido Ospina, cuyo nombre no recordamos.

PENDENCIEROS Y GUAPOS DE LA EPOCA. Los Salvia de Yarumal, los Nieto, Ramón Salazar, los Naranjo, (Rosendo e Hijos), Domingo Cano, Melo Correa, los Quintero, los Parra y los Brito, Belisario RamIrez, Jesus Martinez, Luis Idarraga, los Moncada, de Pavas y Corozal, Horacio Ramirez, ArIes Arias y los Aizate. Además, Toño Blandón (el crespo).

EN EL ARTE DE LAS CONFECCIONESY EL CALZADO. Joaquín Cifuentes (Mune), Darlo Londoño, Gonzalo Antonio Hernández, Roberto Osorio (BolIvar), Pedro Osorio, Pedro (cruel Patiño), Ignacio Ocampo, Segundo Albuja (ecuatoriano) y en Ia actualidad Orlando Arias, Jairo Aguirre, Gabriel Botero, Hernán Vatencia.

FIGURAS TIPICAS (En cera y parafina) Una fábrica de este tipo funcionó en casa que hoy es de don Atfonso Ramirez (fallecido) y de propiedad de las señoritas Leonor Guzmân y Carmen Julia Tejada, oriundas de Ia ilustre ciudad de Rionegro, damas niuy piadosas y apreciadas, residentes en Pereira.

POLICIAS DE RENOMBRE. Jesus RamIrez, alias “Gobernador” de quien se dice: obtuvo ese apodo por rigido y extricto. Era cobrador de impuestos a Ia renta y agente del orden. Manejabael pueblo con un bolillo y era respetado por todo el mundo; Jesús Gonzalez, rigido como el prirnero y muy serio en sus procedimientos. Sargento Alfredo Ospina (“matallana”), Juvenal y Antonio Lopez (“Los Calones”), reconocidos como hombres de mando y valientes, Marco Ocampo, padre de Marco, Manuel, (“cuto”) Pedro, Antonio y quien era el policia escolar, temido y respetado por los estudiantes. Abel Osorio “el rnanchado” reconocido como valiente, quien tuvo encuentros armados con bandoleros tales como el “peludo”, “Mirus” y “Caizones”. Se cierra este cornentario con el nombre del sargento Roberto Moncada, el terror de los ladrones y quin prestó invaluables servicios a la ciudad.

BOHEMIOS Y TAHURES. José Mejía (“chester”) Roberto Maya, (“cachorro”), Felipe Ospina (“perra fija”), el loco Gonzalo Vatencia, Olimpo Rodriguez, Rafael Heredia, Jenaro Niño Nieto, Ernesto Montoya, Baudilio Hincaplé, ElIas Cárdenas, Juancho y Misael Naranjo, Libardo Correa, Gabriel Garcia, Benjamin Naranjo, Horacio Londoño (“el cotudo”), Benjamin y Luis E. Uribe, Pedro López Maya, Belisario Sierra, Emilio Naranjo, Melo Correa, Horacio Ramírez, Alfonso Aizate, (“palomo”).

HOMBRES SOBRESALIENTES EN LA GUERRA DE LOS 1.000 DAS. Marianito Ospina, Rafael Ospina, José Arias, Marco A. Ocampo (padre) Antonio Ocampo, muerto en acción de guerra en Montenegro y Luis Ma. Restrepo.

TESOREROS DE RENTAS. Entre otros: Mateo Bernal, José Gallego, Arcesio Montes (“chócolo”). El cargo está servido en Ia actualidad por Javier Patiño, con Jaime Perez como secretarlo.

RECAUDADORES DE RENTAS. En Ia antiguedad ese cargo se servia a porcentaje y to ocupaba propiamente un cobrador de impuestos; asi vernos como ejercieron el cargo, entre otros: Simon Echeverry, hombre culto y distinguido, hijo de don Marcelino, esposo de doña Isabel Guinand, muerto en et año 1935, por el bandolero Emilio Arango en el Aguila (Valle). También fueron cobradores del fisco nacional, Jesus Antonio RamIrez, (“gobernador”), Alfredo Gailego, Marco Ocampo, Alonso Medina, Néstor Quintero, hoy sirve el cargo don Carlos A. Salazar.

NOTARIOS. El primero fue don Eleuterlo Trujillo: Ia primera escritura el 16 de junio de 1895, luego otros que añoramoss gratarnente, Manuel Benjumea, Libardo Correa, Enrique Lopez, Rafael Patiño, Rogelio Martinez, y recordando con gratitud el nombre de Felix MejIa, notario durante 30 años persona muy apreciada por todos nosotros. Don Arturo Henao es el actual notario.

REGISTRADORES. Antonio RamIrez, primer registrador, luego entre otros, Libardo Correa, Nacianceno Toro, Francisco Benjumea y, Jaime Galvez. En Ia actualidad ocupa el cargo Hector Salazar RamIrez.

JUECES. Jesús Vallejo, y Jesús Ma. Heredia como juez y Pedro Jota Naranjo como secretario, así empezó a operar Ia justicia en nuestro medio.

Luego con Ia reforma judicial, el señor José Jesós Jirnénez, como secretario, Hector Salazar y Ruby Salazar como oficial escribiente.

Como juez penal el Dr. Jaime Herrera asesorado por su equipo de colaboradores; secretario don Rafael Ossa, don jorge Arango como oficial mayor, don Hernando Naranjo como portero.

OBRAS Y DEPORTES. Tiene Filandia un hermoso parque o plaza de BolIvar con jardines muy vistosos, con iluminación moderna y escaños de ferroconcreto construIdos en el año de 1955 por Ia Sociedad de Mejoras Públicas, fue Ia misma sociedad de Mejoras Ia que inició Ia modernización de los andenes y jardines. La remodelación de Ia plaza de BolIvar se inició con el busto del Libertador eregido el 20 de julio de 1953 en el preciso sitio donde estaba el de Olaya Herrera, robado misterioSafllente una noche. Tal acontecirniento de Ia desaparición de este busto, suscitô algunas polémicas de orden político y se solucionó el impase con el del Libertador del Maestro Carvajal de Manizales y que hoy adorna este sitio de recreo, precisamente en el mismo lugar en que Boilvar acampó con sus tropas enfermo y extenuado cuando venla de los países del sur, después de librar las batallas por su libertad (5de Enero de 1830), de paso para Santa Fe de Bogotá y posteriormente a San Pedro Alejandrino donde murió el 17 de diciembre delmismo año. Era pues el mejor homenaje que podrIa rendir Filandia al Libertador y terminar así Ia lucha politica de trascendencia imprevisible.

Solamente hay un hecho para lamentar sobre Ia modernización del parque; faltan algunos escaños que no fue posible terminar de constiuir porque los polIticos de turno se opusieron a ello sin presentar otra razón que las divergencias entre ellos y Ia Sociedad de Mejoras Püblicas bajo Ia presiciencia de Carlos E. Restrepo, que costo Ia destitución del señor alcalde Camilo Giraldo y todos los miembros de Ia Sociedad, pero Ia historia sabrá reconocer esta injusticia y otra administración más sensata se encargara de construirlos

Tiene Filandia además un campo de deportes, o polideportivo, que según concepto de entendidos es el mejor del departamento del Quindfo y al cual se ha dedicado con todo empeño e interés Ia adminstración municipal y el señor personero Alberto Hoyos.

La construcción de este estadío fue iniciada por el viejo equipo “Andino” con muchos convites de entidades cívicas. Vale Ia pena y es justo recordar al aguerrido “Andino” que dio a Filandia pâginas de gloria en el campo deportivo Se recuerda tambjén con gratitud a los valientes jugadores como Roberto Osorio (Bolivar) Moisés Restrepo, el Dr. Arturo Londoño, el padre Valencia, el

padre Arterno Toro, y Augusto Arbeláez, además don Jesús Patiño.

Para las fiestas del retorno programada por Ia Junta de Festejos, que presidio don Afranio Toro, Ia ciudad presentó un espectáculo hermoso con sus calles bien, aseadas, las fachadas de las casas bien pintadas, dando todo ello un colorido defiesta y alegrIa, comparable solo a los carnavajes de otra época, con los veranos y vientos tradicionales; y Ia enorme cometa del gran amigo y nunca olvidado Jesús Ocampo (Chun) (o “mi muchachito”) cuya vida Se tronchó en forma injusta y despiadada. aúm Io recordamos cuando Se pasaba por las calles del pueblo diciendo “Filandeños esto se acabo”.

 

Capitulo16

SECUENCIA DEL SISTEMA Y CRUDA REALIDAD

 

No era de dudarlo que el auge y Ia grandeza que Ilenaron de gloria a Filandia, enfrentarla después a ta tremenda realidad.

Primero el conquistador ávido de oro cuya ambición destruye Ia organización quimbaya; después Ia colonización antioqueña con su nefansta de guaqueria, y como etapa final las guerras fratricidas, el virus de Ia poIItica y Ia influencia despiadada y arrasadora deun sistema de desacierto y frustración total.

Las cinco primeras décadas muestran un porvenir de grandeza fisica y real progreso. Crece el poblado, surgen las empresas, se agiliza el comercio, los campos florecen y fructifican; su clima fresco y sano de 17 grados atrae a las gentes que trazan calles, construyen casas, buscan las minas de oro de B/na. Vista y el Salado de Ia Plata, las encuentran y las explotan, derriban montañas y elaboran maderas de valor incalculable, industrializan Ia ciudad con fãbricas poderosas, se instala el acueducto y se olectrifica, se cultivan los campos que producen en abundancia, se funda el Cologio de las Madres Bethlemitas y después el do Ia Stma. Trinidad que marcan otro gran impulso; se convierte en cabecera do circuito, se crean varios juzgados, se poeo a funcionar Ia Cárcel Nacional y se convierte en cabecera eclesiástica, se construyen las carreteras a Pereira y Armenia; en fin, se organiza un verdadero engranaje politico, administrativo, comercial, social y religioso de primer orden. Todo hace pensar que Ia cima de su gloria toca su cüspide.

Viene là fundación de Armenia, Circasia, Sevilla, Calarcá, Montenegro y Quimbaya. Las gentes del pueblo pujante y grande se desplazan en busca de nuevas aventuras, y Filandia, al decir de los antiguos sufre el primer y gran tropiezo cuando los enfermos de lepra del suroccidente colombjano, de paso para Agua de Dios fuertemente custodíados, se hospedan en casas y hoteles; los que no conocen su estado f’isico y dolor moral, desocupan la ciudad por miedo al contagio y una ernigracion masiva siembra dosolación e incertidumbre.

Termina el gobierno conservador de Miguel Abadía Méndez y entra el gobierno liberal de Enrique Oiaya Herrera, se traban en guerra

ideológica y fria; los caminos que otrora trasegaron los grandes de Colombia como Simón Bolivar, Tomás Cipriano de Mosquera, los heroes de Ia guerra de 1885, las huestes do Ia guerra civil de los 1.000 dIas, el general Rafael Reyes, Rafael Uribe Uribe, Benjamin Herrera y José Maria Obando, al igual que los prestigiosos políticos Marco Fidel Suárez, Carlos E. Restrepo y José Vicente Concha, ya no son el fiel reflejo de aquellas épocas de grandeza y gloria; Ia mecanizaciôn con vehículos automotores y desplazamientos rápidos sobre ruedas y aire Iánzan a segundo plano las recuas de mulas y de bueyes; el arriero y campesino que ganan el sustento de su oficio buscan otras fuentes de trabajo, el industrial de Filandia acostumbrado a las ganancias pingües y jugosas no encuentra ya Ia razón para acariciar y servir Ia tierra que años atrás le deparó holgura y prosperidad.

Llegan nuevas administraciones que cambian de grupo y color politico como cambiar de traje y vestimenta, con el solo ánimo de ostentación y lucro personal; Ia violencia devastadora y fratricida, irrumpe en lascalles, plazas y veredas; Ia represión se impone, Ia inmoralidad, Ia mafia y el peculado se apoderan de Ia población; se desatan pasiones de odio y venganza; sus calles apacibles y tranquilas se convierten en campos de batalla como es el caso de Ia que conduce al hospital desde a plaza de Boilvar, que fue bautizada con el tétrico nombre “Calle de Ia Ratonera” que debía recuperar su antiguo nombre de Pichincha y los prados de Ia plaza en verdaderas trincheras, porque en aquel entonces eran de alto relieve, y de uno y otro bando politico quedaban tendidos amigos y hermanos en lucha sangrienta e insensata. Todo esto marca una nueva era de confusion y estancamiento; los politicos no transigen y se forman los cacicazgos de matones y violentos; las recuas y muladas no vuelven por los caminos porque los hombres son asesinados, las casas destruidas con granadas e incendiadas como son los casos de las veredas de Ia India La Palmera, Sta. Teresa Pavas, El Congal, La Mesa y Paraiso; padres e hijos huyen a los montes presas de pánico por no caer en los récodos del camino o asesinados en sus labranzas; las praderas y los plantíos son cubiertos por el rastrojo y Ia maleza, las cosechas se pierden porque han debido abandonar Ia tierra y su trabajo, las fanitlias desplazadas por Ia violencia venden sus fincas a menos precio, abandonan las casas del pueblo y buscan refugio en las ciudades más próximas como Armenia y Pereira donde van a engrosar el ejército de desocupados no encontrando otro camino que el robo, el atraco y Ia prostitución. Todo lo dicho constituye Ia segunda etapa de decadencia formada por Ia terquedad y el sadismo de unos cuantos jefes políticos que miran con deleite el pueblo asolado, las casas destruIdas y no persiguen otra cosa distinta al enriquecimiento sin causa a expensas de las arcas oficiales cuyos dineros mal habidos sirven para adquirir propiedades y montar negocios e industrias en otras ciudades; el pueblo que años antes les sirvió para saiciar los apetitos burocráticos y donde Ilenaron las bolsas y las alforjas ni siquiera se merece una modesta inversion. Las gentes buenas y acrisoladas de uno y otro partido lloran sobre las ruinas del pueblo y decepcionados ante tanta infamía tambjén Ia abandonan que dejando las viviendas solas a merced de cuidanderos que

reciben un sueldo por habitar en ellas.

Muchos años transcurren asi y de los gobiernos hegemonicos se pasa a Ia dictadura, pero aquella transición no es más que un remedo politico porque continúan los mismos rapaces del fisco, cuando ya no se puede hablar de politica sino del jefe supremo; Filandia cae de nuevo en manos de los oportunistas de turno que se estabilizan en el cargo y el delito con un telegrama de apoyo incondicional.  En este estado Ia insensatez el odio, el egoismo y Ia

envidia con políticos ignorantes marcan nuevo status de retroceso. Pasa Ia dIctadura y llega el eje Politico y administrativo llamado frente nacional Ia raponería y el saqueo se protocolizan por Ia confabulacíon de los dos partidos que ya no matan, pero persiguen al que no comulga con sus propósitos; no obstante, se presentan iniciativas buenas como Ia reconstrucción de Ia ciudad, Ia apertura de carreteras a todos los pueblos vecinos, Ia fundación de nuevos

colegios de bachillerato y uno que otro reclamo contra el saqueo Iegalizado de los fondos oficiales y se desata otro regimen de terror contra Ia gente honesta que desea el cambio y anhela el entendimiento.

Al completar sus cen años de existencia, despues de esfuerzos sobrehumanos y suplicas humillantes tocando puertas en en poderes centrales primero Manizales y despues Armenia como capital del Quindio, se consiguen at fin auxilios recortados entregados a regañadientes para obras que, es noble reconocimiento, como Ia rectificación ensanche y construcción de excelentes vias de comunicación que conducen a Montenegro, Circasia, Quimbaya AIcalá, Ulloa, Arabia y carreteras vecinales a todas las véredas del municiplo, se construye Ei hospital mental que dirige eI Dr. Jaime Rodriguez, Ia ampliación y dotación del hospital a cargo de Ia Doctora Carrnenza de Ortiz y del Dr. Humberto López, se inaugura un palaclo municipal, se pavimentan Ia plaza y algunas calles, se inician los servicios intermunicipales de buses de Ràpído Quindio y Expreso Alcalá con horarios de cada hora y notorias interrupciones que las autoridades deberi corregir, se inauguran los servicios intermunicipales de Rápido Wilson, cooperativa de Transportes y Tax Cartago, con conexiofles a todos los pueblos vecinos, se construye una moderna galeria y en recientes dias el barrio “Centenario” por cuenta de inscredial, se pintan las fachadas de las casas de gente de pocos recursos por cuenta de Ia Junta Civica “Hijos y Amigos de Filandia”. Todo este conjunto engalana el pueblo con tonos de bienestar y bonanza para el dia preciso de su centenario el 20 de Agosto de 1.978, pero a pesar de ello flotan en el ambiente notas de frustración arnarga, como a carretera destapada que conduce a “Cruces” y que pudo haber sido pavimentada oportunamente en cumplimlento de Ieyes nacionales, departamentales y municipales promulgadas hace varios años, si las administaciones no se hubieran teñido de politica y personalismo desde 1971, cuando tue creada Ia “Junta de Turismo y Centenarlo de Filandia” como iniciativa del autor de esta obra en el Concejo Municipal; como también Ia falta de una ‘‘Casa de Ia Cultura” que también pudo haber sido construida con unos pocos pesos, sin las partidas millonarias de Ia muy hermosa de Calarcá y otros pueblos menos necesitados que éste; Ia falta de oficinas de planeación, y valorización municipal, circulaciôn y tránsito para senaiización de vías y terminal de transportes, apertura de nuevas agendas bancarias, sociedad de mejoras y juntas de ornato, club social y asilos para menesterosos. Con todo eso somos conformes y resignados, Ia ciudad se queda sola luciendo pergaminos y titulos señoriales pero condenada y cautiva pagando una deuda injusta que se llama “precio politico”, porque a través de sus cien años imperan en su medlo exciusivismos y discriminaciones; salvo contadas excepciones ha sido Ia “cenicienta” de Caldas y Quindlo y refugio politico de deshonestos e incapaces que cubren Ia nómina burocrática como culminación del proceso

de descomposicón de los últimos sistemas. Pero queda la  esperanza después del 7 de agosto que el nuevo equilibrio politico administrativo marque para Ia ciudad nuevos senderos de gloria y prosperidad bajo la conducción  del presidente Julio César Turbay Ayala y del nuevo concejo municipal que se insta el primero de noviembre de 1978.

Mientras tanto esta tierra que sirvió de asiento a Ia tribu del oro y Ia cerámica, cuna de gente eminente, matronas y patriarcas espera aún se le dé el trato merecido por sus triunfos y su gloria. Sin embargo, a sus cien anos Ia lucha no ha terminado porque apenas se cierra el primer capitulo de su vida que al final del siglo se torna graciosa y picaresca bajo un mandato matriarcal de liberación femenina donde se coronan reinas por decreto, se permutan solares ajenos por votos politicos, se decoran residencias al estilo dinastia, se adorna el parque con macetas de Ilantas viejas semejando gorras mejicanas, con helechos y batatillas que dan colorido a Ia farándula de Ia fiesta centenaria, con reparto de ambiente y condición popular, con asistencia por derecho propio pero sin tarjeta especial por ser de carácter privado y familiar .... y sin pases de favor.

De todas maneras, el carnaval se termina el 20 de agosto a las doce de Ia noche a (a costumbre filandeña con el entierro del calabazo, Ia farsa bufa y plañideras como culminación de su primer siglo entre Iágrimas y sonrisas y Ia ciudad entra al camino de sus doscientos dejando recuerdos de años gratos y aciagospero embriagada como siempre de promesas, esperanzas e ilusiones que como dice el vulgo, “valen mucho mientras no se pierdan”; Ia tierra madre que alimento y arrulló en sus brazos a sus hijas Quimbaya, Alcalá, y Ulloa recibe entre sollozos el noble titulo de madre buena, pero abandonada y desprotegida por tos poderes centrales, aunque segura y confiada en su brillante porvenir.

Esta obra se terminó de imprimir el 5 de agosto de 1978, en los talleres de Lito EditoriaI Quingrafìcas. Armenia – Quindìo.

 

 

Reproducida por: Alvaro H. Camargo Bonilla.