sábado, 20 de julio de 2024

EL PRIMER ACUEDUCTO EN FILANDIA QUINDIO.

 

FILANDIA, CRUCE DE CAMINOS.

CAMINO DEL QUINDÍO.

Unía a Cartago con Ibagué. Paso obligado, de los viajeros de los Estados soberanos del Cauca, Tolima y Antioquia, por donde concurrían viajeros que de Popayán viajaban a Santa Fe de Bogotá, pasando por “Novilleros”, hoy Filandia.

Al traslado de Cartago a las márgenes del rio de La Vieja en 1691, se produjo una variante del camino denominada: “Variante de la Trocha”; comprendía el siguiente recorrido: Cartago, cuchilla de Santa Bárbara, quebrada el Guadual, río De la Vieja, paso de Piedras de Moler, Tambores, La Balsa, Pavas, Buenavista, Novilleros, Socorro, Cruces, Alto del Roble, en donde confluye la antigua ruta de Cartago Viejo (Pereira), continuando hacia Boquía, Salento,  Macanal, Tablazo, Laguneta, Magaña, Magañita, Boquerón, Volcanes, Volcancitos, la Ceja, la Cejita, Gallego, Galleguitos, Cruces, Yerbabuena, Alto de la Sepultura, Toche, alto de San juan, Machín, Buenavista, Azufral, Moral, Campamento, Tapias, Mediación, Palmitas, Palmilla, Guayabal, Ánimas e Ibagué.

CAUCANIDAD.

Inicialmente el territorio de los “Valles del Quindío, hacían parte del Estado Soberano del Cauca, según Ley de 21 de diciembre de 1857, (Asamblea Constituyente del Estado del Cauca), que en su Art.1°, decretó la división del territorio para efectos políticos, y administrativos, en 14 provincias y dos territorios. El artículo 2°, el Quindío conforma la provincia #12; compuesta de los distritos de: Cartago, Victoria, Toro, La Unión, Naranjo, Zaragoza, Boquía, Cabal, Condina, Chinchiná, Anserma-nuevo, Anserma-viejo, Riosucio, Supía, Marmato, Nueva Palestina, San Francisco y Papayal; con Cartago como capital. 

Filandia surge como resultado del establecimiento de un contadero denominado “Novilleros”, (lugar que, abierto en la selva, en done los viandantes verificaban el estado de sus mulas y cargas, ver si se habían estropeado o extraviado, y en consecuencia descasar o pernoctar, para luego, continuar el viaje). De aquí, se desprendieron los caminos los caminos de herradura que condujeron la colonización del territorio denominado: “Los valles del Quindío”, caminos que facilitaron el asentamiento de núcleos poblacionales como: Yarumal, Huertas, Condina Pueblo Rico, Alejandría.

Sus principales fundadores Felipe Meléndez, Juez del Circuito, vocal principal de La provincia de Quindío, el Dr. José Ramón López Sanz, Severo Gallego, Gabriel Montaño, Bonifacio Giraldo, Eleuterio Aguirre, Laureano Sánchez, Lolo Morales, José León, Jesús María Osorio, Carlos Franco, Eliseo Buitrago, entre otros más.

El 20 de agosto de 1878, al antiguo “Novilleros”, confluían viandantes colonos que provenían de varias regiones del país como: Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Tolima Grande y El Cauca. En este lugar paraban para descansar en las noches de su itinerario, y observando la fertilidad y belleza de las tierras, decidieron fundar un pueblo, aplicando de inmediato su trabajo y consagración a esta labor.

Erigieron sus casas de vara en tierra, algunas techadas con iraca, otras con astilla de madera, (tablillas rajadas de cedro negro y de nogal), clavadas con puntillas con clavos fabricados de la misma madera.

PERFIL DE SUS PRINCIPALES FUNDADORES.

Felipe Meléndez: natural de Cartago, abogado, gobernador de la provincia del Quindío, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del estado soberano del Cauca en los 3 periodos de 1875-77, 1877-79 y 1881-83.

Gabriel Montaño: Cartagueño de origen humilde, abogado de distinción, profesor, quien desempeñó diversos cargos de importancia, jefe político cantonal, alcalde, consejero municipal, presidente de la municipalidad de la provincia del Quindío, juez de circuito, diputado a las legislaturas del Estado en 1867, 71 y 72.

José María Serna: agrimensor, quien en unión del señor López Sanz y otros vecinos, demarcaron la plaza, calles, solares para el templo, la cárcel, los despachos públicos y escuelas.

FILANDIA DISTRITO MUNICIPAL.

El 30 de enero de 1882 Cartago, capital de la Municipalidad del Quindío, emite el acuerdo número cinco del 12 febrero, creando el caserío de Filandia y nombra dos empleados, un aguacil y comisario de policía (Archivo de Salento, Tomo 31 de 1882 a 1883) y es nombrado don Rafael Carvajal para ocupar el cargo de Comisario. de la “partida de Novillero”, en asocio del señor Emigdio de la Parra. En 1892 se erige en distrito, conformado con los territorios segregados de los municipios de Cartago y Salento, compuesto de los corregimientos de Circasia y Montenegro; pero a poco tiempo fue eliminado.

Más tarde, por la ordenanza 31 de 24 de julio de 1894 la asamblea del Cauca volvió a crear el municipio, perteneciente a la provincia del Quindío. [1]

Prontamente se delinea la infraestructura urbanística, se trazaron calles, plazas y parques (“Parque Viejo”), calles como la del “Empedrado”, del Pensil, La Real, el Convento, Consistorial, De La Cruz, el Embudo y de La Paz, se construyen casas en el marco de su plaza, oficina telegráfica.

La primera capilla se construyó en 1880, y ofició la primera misa el padre José Joaquín Baena; las primeras campanas las regaló el señor Gerardo Jaramillo con el producto de una riña de gallos. Las campanas existentes fueron donadas por los guaqueros Norberto Ospina (a. casfú) y Victoriano Arias, donación procedente del producto de una gran guaca extraída en el paraje de la Soledad (varias arrobas de oro), para lo cual se destinaron tres libras de oro. Las campanas que fueron fabricadas en Buga El Reloj del templo, lo adquirió el clérigo Jesús M. Restrepo con dinero proveniente de las limosnas de los feligreses.

El 29 de agosto de 1907, dos religiosas Betlemitas (María de Jesús Ruiz y otra), que se transitaban de Palmira, con rumbo a Bucaramanga, aprovechando la descanso en Filandia, le solicitaron los servicios religiosos del padre Montoya, quien les manifestó la idea de fundar un colegio en Filandia. El resultado de esta conversación, fue el establecimiento de la comunidad religiosa Betlemitas en Filandia.

Crece el poblado, surgen empresas, el comercio se activa, se trazan calles, construyen casas, por lo que el notable incremento de la población exige como necesidad imperiosa la provisión de un acueducto. 

PRIMER ACUEDUCTO PÚBLICO EN FILANDIA.

El señor Rafael Genaro Mejía, funda las “Empresas Unidas de Occidente”, compañía que concesiona la construcción del primer acueducto metálico e instala la primera planta eléctrica en Filandia, que alimentaba de fluido eléctrico a las primeras dos trilladoras de café, de propiedad de Mejía y que funcionó en el sitio de la antigua plaza de ferias, que fuera consumida por un incendio, el 7 de junio de 1925. Anteriormente existió otra en el paraje “El Socorro”, de propiedad del señor Jesús María Hernández y otros Socios, y que a la postre fue adquirida por don Rafael Genaro Mejía, y que igualmente, fue devorada por otro incendio.

HISTORIA.

Inicialmente, los habitantes se proveían de agua de nacimientos, pozos y aljibes, ubicados en diversos sitios del poblado. El principal, en la actual plaza principal, cerca al busto de Bolívar, en donde antiguamente se hallaba una enorme y frondas ceiba. Otras fuentes se ubicaban en la antigua la plaza de ferias (Hoy Liceo Andino), puesta al pie de un barranco denominado el “Alto de los Gallegos”. Conjuntamente, las “Peñitas del Silencio” y el tradicional “Chorro de don Ramón” en el polideportivo.  Fuentes de abastecimiento no suficientes, en especial en las temporadas de estiaje.

El presbítero Francisco De Paula Montoya R., emprende la cruzada para mejorar la problemática del abastecimiento de agua. En comunicación fechada el agosto de 1913, describe al Concejo Municipal la problemática del abastecimiento de agua en la población; situación motivada por los prolongados estiajes.

En la misiva, solicita se legisle al respecto, y que se permita el acceso de todos los pobladores a los pocos nacimientos de agua con que contaba la población, pues sus propietarios, restringían el acceso, aduciendo perjuicios a causa la gran afluencia de personas en demanda del líquido vital. No solo solicita el paso libre para proveerse de las aguas, también, que se arreglen con la mejor propiedad que se pueda.

NACE LA JUNTA PRO ACUDUCTO EN FILANDIA.


El 28 de junio de 1914, por el Acuerdo No. 13, el Concejo Municipal de Filandia, declara de utilidad pública la obra del acueducto público, nombra una junta con la función de avivar la opinión pública en favor del acueducto; en consideración de que es de imperiosa necesidad proveer al municipio de agua potable, pues las suministradas de pozos y aljibes, fuese escasa y de mal calidad., situación que estancaba el crecimiento poblacional, derivado de la escasez  del vital  líquido indispensable  para la vida, aseo y salubridad.

A pesar que algunos vecinos ofrecían auxilios para el acueducto público, no se había determinado un postor para el contrato, pues el municipio no disponía de recursos presupuestales para el efecto; por lo que el Concejo, debía declarar la construcción del acueducto como obra de utilidad pública.

Es así como, se nombra una Junta Adornaren integrada por Jesús M. Naranjo C., Enrique Guinand, Francisco A., Hernández V., y Lázaro Maya, que se denominó “Junta del Acueducto Público”.

La alcaldía, autorizada por el Concejo Municipal y la Gobernación de Caldas, contrató por medio de escritura pública No. 807, del 8 de septiembre de 1915, al señor RAFAEL JENARO MEJIA, de Manizales, para proveer de agua potable esta población, contrato que fuera modificado posteriormente por escritura No.716 del 3 de diciembre de 1915.

Las primeras y principales dificultades presentadas para el abastecimiento de agua por acueducto, es la relacionada con la altura de su área urbana, que alcanza a 2.066 m.s.n.m., y segundo, la distancia del sitio de la fuente de abastecimiento, quebrada Bolillos.

Se inició el proyecto de acueducto, y varios intentos fracasaron porque las canales para conducción de aguas no daban el nivel que la técnica requería para abastecer los tanques de almacenamiento. Dificultad subsanada por el ingeniero venido de Manizales, Eduardo Vieira quien logró su cometido y llevó a Filandia en conducción metálica el líquido vital.

En noviembre 10 de 1915, ALEJANDRO GUTIERREZ & HIJOS, y el señor RAFAEL JENARO MEJIA, oriundos de Manizales, y el señor HELD de New York mercantilizan la tubería de hierro galvanizado necesaria para la conducción del acueducto, elementos que se enviaron desde New York a Buenaventura y que se determinaron así:

Tubos de 36 pulgadas de largo.

10 de 12” de diámetro

5   de 10” de diámetro

5   de     8” de diámetro

5   de     6” de diámetro

5   de     4” de diámetro

2650 metros de tubería de 3” de diámetro en largo de 10 pies con sus uniones correspondientes.

68 tubos de 3” de diámetro en largo de 36 pulgadas. Los codos que sean necesarios según el plano. Además, con sus respectivos acoples y/o uniones, de mayor diámetro a menor diámetro, así: una de cada una de los siguientes tamaños: 12” a 10”, 10” a 8”, 8” a 6”, 6” a 4”, 4” a 3”.

10 uniones de la figura 542 de 3”. Seis tés de 3” por 3”, cada uno con un tapón de hierro que permita la limpia de la tubería.

La tubería fue importada de Nueva York, por transacción hecha por el ALMACEN AMERICANO, de propiedad de J.J. HOYOS y R. ESCOBAR de Manizales.

La tubería fue objeto a una prueba de resistencia de 300 (trescientas) libras por pulgada cuadrada. Para la comprobación de la prueba, se encargó al ingeniero Alejandro Londoño.

El 24 de septiembre de 1917, fue nombrado el señor Luis Arias, como el primer fontanero del acueducto, con una asignación mensual de quince pesos oro ($15), cargo ocupó por espacio de cuatro años en con muy buenos resultados . El 23 de mayo de 1917, fueron encargados los señores: BELIZSARIO SALAZAR S. JESUS F. MARIN, para colectar los fondos necesarios para organizar los actos públicos, con motivo de la inauguración del acueducto y alumbrado público del Municipio. Según la proyección, se requerían como mínimo $300 pesos



[1] Cornelio Moreno. Reseña histórica del municipio de Filandia. A la memoria de los fundadores 1878-1928. Tipografía y Papelería Los Andes Jaramillo Hermanos y Cía. Manizales. 1928.

Libro copiador de comunicaciones relativas a la Instrucción   Pública Primaria. Salento 17 de enero de 1879.

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