EL 20 DE AGOSTO DE AÑO 2024, FILANDIA CUMPLE 146
AÑOS DE SU FUNDACIÓN.
La Hija del Ande, Colina Sagrada y tejido artesanal del Quindío, dispuesta sobre la ladera occidental de la cordillera de los Andes del Quindío, sobre un agraciado altozano, donde alternan temporadas de profusas y cristalinas lluvias, con agradables tiempos soleados. Terruño proveído de regios miradores naturales, otrora habitados por los indígenas Quimbaya, orfebres destacados, como lo ratifica la colección que se exhibe en el Museo de las Américas de Madrid, producto del saqueo de la actividad guaquera en los parajes de La Soledad, Fachadas y Pavas, donde hoy solo quedan las fosas y túneles por donde ambiciosos e insaciables guaqueros extrajeron artículos ceremoniales y joyas. Hoy, habitada por personas caracterizadas por su sociabilidad, gentileza, respeto y profuso arraigo de sus raíces, creencias y tradiciones.
Filandia
perteneció al estado soberano del Cauca, con Popayán como la capital y Cartago
como capital de la Municipalidad del Quindío, hasta 1908, año que se separó del
Cauca, para integrar el departamento de Manizales, después Caldas y hoy el
majestuoso departamento del Quindío. Inicialmente
se conoció como un punto en el camino del Quindío, denominado el contadero de “Novilleros”;
tambo o posada en el cruce de los caminos provenientes de Cartago y que
conducía a Ibagué y Bogotá.
LA
FUNDACION.
El nombre de Filandia no se deriva del país europeo —Finlandia—, como se ha creído, sino que proviene de la palabra latina “filius” —hijo— y Andes; de suerte que significa hija de los Andes. Este fue el acuerdo de López Sanz, José María Serna, Felipe Meléndez y Gabriel Montano —jefe municipal del Quindío—, a quienes se concedió la designación del nombre.
Sus
principales fundadores Felipe Meléndez, Juez del Circuito, vocal principal de
La provincia de Quindío, el Dr. José Ramón López Sanz, Severo Gallego, Gabriel
Montaño, Bonifacio Giraldo, Eleuterio Aguirre, Laureano Sánchez, Lolo Morales, José
León, Jesús María Osorio, Carlos Franco, Eliseo Buitrago, entre otros más[1]
El
20 de agosto de 1878, al antiguo “Novilleros”, confluían viandantes colonos que
provenían de varias regiones del país como: Antioquia, Boyacá, Cundinamarca,
Tolima Grande y El Cauca. En este lugar paraban para descansar en las noches de
su itinerario, y observando la fertilidad y belleza de las tierras, decidieron fundar
un pueblo, aplicando de inmediato su trabajo y consagración a esta labor.
Erigieron sus casas de vara en tierra, algunas techadas con iraca, otras con astilla de madera, (tablillas rajadas de cedro negro y de nogal), clavadas con puntillas con clavos fabricados de la misma madera.[2]
EL PERFIL SOCIAL DE DOS DE SUS FUNDADORES.
Felipe Meléndez, natural de Cartago, abogado, gobernador de la provincia del Quindío, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del estado soberano del Cauca en los 3 periodos de 1875-77, 1877-79 y 1881-83.
Gabriel Montaño, Cartagueño de origen humilde, abogado de distinción, profesor, quien desempeñó diversos cargos de importancia, jefe político cantonal, alcalde, consejero municipal, presidente de la municipalidad de la provincia del Quindío, juez de circuito, diputado a las legislaturas del Estado en 1867, 71 y 72.
José María Serna, agrimensor, quien en unión del señor López Sanz y otros vecinos, demarcaron la plaza, calles, solares para el templo, la cárcel, los despachos públicos y escuelas. El primer corregidor fue el señor Rafael Carvajal.
EN 1892 SE ERIGE EN DISTRITO Y EN 1894 ES RATIFICADO POR EL ESTADO SOBERANO DEL CAUCA.
En octubre 7 de 1878, el señor Rafael Carvajal, es nombrado comisario de la “partida” de “Novillero”, en asocio del señor Emigdio de la Parra. El 30 de enero de 1882 Cartago, capital de la Municipalidad del Quindío, emite el acuerdo número cinco del 12 febrero, creando el caserío de Filandia y nombra dos empleados, un aguacil y comisario de policía (Tomo 31 de 1882 a 1883) y es nombrado don Rafael Carvajal para ocupar el cargo de Comisario.
La ordenanza 31 de 24 de julio de 1894, crea del distrito de Filandia, entidad territorial compuesta el corregimiento del mismo nombre, que sería la cabecera del nuevo Distrito, y el de Circasia, segregándolos de los Municipios de Cartago y Salento.
En 1892 se elevó a Filandia a la categoría de municipio, integrado por los corregimientos de Circasia y Montenegro, pero a poco tiempo fue eliminado. Más tarde, por la ordenanza 31 de 24 de julio de 1894 la asamblea del Cauca volvió a crear el municipio, perteneciente a la provincia del Quindío, compuesto del corregimiento del mismo nombre, su cabecera, y de Circasia, segregándolos, respectivamente, de los municipios de Cartago y Salento.[3]
En el año, 1880, en un terreno que concedió la señora Dolores García, se construyó una capilla, allí ofició la primera misa el padre José Joaquín Baena, cuando paso por este lugar en su viaje de Manizales a Bogotá. El cementerio se construyó en un terreno donado por el señor Gregorio Arango (alias. Sordo) y las primeras campanas las regaló el señor Gerardo Jaramillo con el producto de una riña de gallos. Las campanas existentes, Las campanas existentes fueron donadas por los guaqueros Norberto Ospina (a. casfú) y Victoriano Arias., con el producto de una gran guaca extraída en el paraje de la Soledad (varias arrobas de oro). Campanas que fueron fabricadas en Buga, para lo cual se destinaron tres libras de oro. El Reloj del templo, lo adquirió el clérigo Jesús M. Restrepo con dinero proveniente de las limosnas de los feligreses.
Rápidamente se trazaron calles, plazas y parques (“Parque Viejo”), calles como la del “Empedrado”, del Pensil, La Real, el Convento, Consistorial, De La Cruz, el Embudo y de La Paz. Filandia se ensancha rápidamente, se construyen casas en todos sus confines. La primera casa, en el marco de la plaza, fue la de la esquina de la Calle Real con Calle Consistorial, hoy local de la Farmacia Bristol.
En 1892 se instala la oficina telegráfica con su primer administrador don Lucas Ocampo a quien sucedió poco después don Julio Guinand. El primer guarda de la línea telegráfica fue don Jeremías Serrano.
COMUNIDAD RELIGIOSA BETHLEMITAS.
El
29 de agosto de 1907, el sacerdote Francisco de Paula Montoya, aprovechando la
parada en Filandia de dos religiosas Betlemitas (María de Jesús Ruiz y otra), que
se transitaban de Palmira, con rumbo a Bucaramanga, quienes le solicitaron los
servicios religiosos del padre Montoya, quien después de dialogar con ellas le
manifestó la idea de fundar un colegio en Filandia. La consecuencia de este
dialogo fue el establecimiento de la comunidad religiosa Betlemitas, que
inicialmente fuera dirigida por la madre General María Luisa Salinas.
Álvaro
Hernando Camargo Bonilla.
[2]
Cornelio Moreno. Reseña histórica del municipio de
Filandia. A la memoria de los fundadores 1878-1928. Tipografía y Papelería Los
Andes Jaramillo Hermanos y Cía. Manizales. 1928.
[3] Libro copiador de comunicaciones relativas a la Instrucción Pública Primaria. Salento 17 de enero de 1879.