viernes, 13 de noviembre de 2020

JOSÉ MARÍA ESPINOSA, ABANDERADO PATRIOTA, Y PINTOR DE LIBERTADOR.

 


JOSÉ MARÍA ESPINOSA, ABANDERADO PATRIOTA, Y PINTOR DE LIBERTADOR.

Prócer de la Independencia, pintor, caricaturista, y cronista colombiano.

Sus experiencias fueron transcritas en la obra: “MEMORIAS DE UNABANDERADO. RECUERDOS DE “LA PATRIA BOBA”, llamada así, por la anarquía producida por las rivalidades entre los gamonales de las provincias (Federalismo y Centralismo).

Episodios de la primera época del proceso Independentista Colombiano, que por sus características se conoció con el título de “La Patria Boba”, que principia con la querella personal entre el comerciante español Llorente y don Antonio Morales, ocurrida el viernes 20 de julio de 1810, y que constituyó la chispa que produjo la independencia de Colombia.  Acontecimiento que para Espinosa, y muchos otros jóvenes de la época, de simples espectadores, del disputa del florero, pasaron a ser soldados en favor de la causa libertaria.

Cúmulo de jóvenes que Influenciados por la traducción y publicación de los Derechos del hombre, por Antonio Nariño, enardeció y animó los sentimientos patriotas de Espinosa y otros jóvenes ilustrados, se alistaron en el batallón de guardias nacionales, donde Espinosa empezó como alférez abanderado.

A fines de setiembre de 1813, se inició la campaña del sur, liderada por Antonio Nariño, donde Espinosa integró en batallón Granaderos de Cundinamarca. En diciembre del mismo año, participo en la batalla de Palacé, Calibo, y el Tambo. En este combate, fue arrestado por los españoles, y encarcelado en los calabozos de Popayán, junto a José Hilario López, Pedro Alcántara Herrán, Alejo Savarín, amante y prometido de Policarpa Salavarrieta (La Pola). De este presidio, logró con pasaporte de Sámano, salir confinado para La Plata, en calidad de confinamiento, desde donde después de muchas aventuras, logro regresar a Santafé, su ciudad de origen.

NARRACIÓN DE LA ELABORACION DE UN RETRATO DEL LIBERTADOR SIMON BOLIVAR.

“Faltaba ya muy poco "para la conspiración del 25 de setiembre de 1828, cuando fue a casa mi tío José I. Paris y me dijo: " El Libertador te manda llamar para que vayas a retratarlo." En el momento preparé un marfil, y nos fuimos a Palacio. Después de presentado a Bolívar, que me hizo un cariñoso recibimiento, se colocó al frente de mí, con los brazos cruzados; apenas empezaba yo el diseño, cuando me dijo; ¿Ya está? le contesté que faltaba mucho; entonces estiró los brazos, diciéndome: "Puede usted venir cuantas veces quiera, a las once, antes que se reúna el Consejo." Al día siguiente volví, y estando, trabajando ya, y Bolívar al frente y se oyó un ruido en el Patío; era el coronel Croston a caballo. Bolívar se levantó con viveza, se asomó al balcón y dijo: “¿Con que está ·usted de desafío, ah? " El Coronel le contestó: "Por respeto a las leyes ¡no he matado a ese cartagenero!" Bolívar le repuso: " Por respeto a la pistola." Cerró las vidrieras y se volvió a su puesto. A la tercera sesión sufrí el disgusto de una equivocación. Estábamos en silencio y me sorprendió diciéndome: "En dónde está usted?" en ninguna parte, señor, no tengo destino. "No,” dijo él, ¿” en qué facción de la cara?" en los ojos, le contesté. (ya yo había pensado que me iba a dar una buena colocación). A otro rato me preguntó si quería ir a Italia á ver las obras de los grandes artistas; le manifesté que sí, y entonces me dijo; "Se irá usted con el señor Gual; el Gobierno le costeará el viaje y todo lo necesario; con que usted reciba algunas lecciones de uno de los pintores más afamados, tiene para venir a poner su escuela". Le di las gracias, agregando que prepararía mi viaje. En ocho días que estuve yendo, no pude aprovechar sino como cuatro horas, porque cuando no estaba inquieto, se quedaba pensativo con los ojos fijos en el suelo y la cabeza inclinada; así era, que tenía que suspender el trabajo. ¡Un día se estaba paseando por la sala con el Corone! Wilson; el coronel Santana estaba leyendo un periódico en inglés; se acercó Bolívar a mi mesa, vio el retrato y dijo: "Santana, ¿sabe usted a quién se parece? a aquel viejo Olaya de La Mesa".  Santana fue a ver y al descuido me dijo en voz baja: "No le haga caso que va muy bien, e idéntico; " Con esto volví a recobrar el entusiasmo. Habiendo concluido el retrato en casa, dejé una copia para mí, y llevé el original a Palacio al tiempo que entraban. algunos miembros del Consejo, como don Joaquín Mosquera, los señores Restrepo y Castillo Rada, los cuales elogiaron mucho el retrato; Bolívar dijo que estaba muy parecido, y yo tuve el honor de presentarle mi obra a su excelencia como un pequeño testimonio de gratitud”.[1]



[1] Narración extractada de las “MEMORIAS DE UNABANDERADO. RECUERDOS DE LA PATRIA BOBA. 1810-1819. BOGOTA - Imprenta. de El “Tradicionista." 1876. Pág. 270