MUTIS
EN LOS ANDES DEL QUINDIO
El camino del Quindío circundado por territorios de extraordinaria biodiversidad, (flora y fauna), y asiento de minas de oro y plata, fue de ingente interés desde la conquista, colonia, Independencia y Republica. Su ubicación y concurrencia de caminos desde la época prehispánica, lo hicieron de indiscutible importancia.
Fue
transitado por militares, expedicionarios, y sabios como José Celestino Mutis,
quien estuvo en el río Vermellón buscando sulfuro de Mercurio y clasificando su
flora y fauna, antes de instalarse en la población de Mariquita, como director
de la Real Expedición Botánica (el río Vermellón llamado así por los españoles
a causa de la gruesa pinta de cinabrio que dejaba en la batea proveniente de la
erosión de las aguas sobre los ricos yacimientos que existen en sus cabeceras).
En el año de 1777, Mutis se había dedicado a la minería en del real de minas del Sapo, ubicado cerca a la población de San Luis, en la provincia de Mariquita. En ese lugar, fue contactado por el Virrey para el encargo de la dirección de la Real Expedición Botánica, motivo que lo llevó a trasladarse a Mariquita, población designada como eje de actividades de la expedición, y elegida por su privilegiada situación geográfica (limitada por el remate de los Andes del Quindío, y el valle del río Magdalena), zona de inmenso potencial biodiverso, suscitado en su variedad de pisos térmicos.
Durante siete años, enfocó a sus correrías examinando la vegetación de las Andes del Quindío, y del río Magdalena y sus tributarios, hasta 1790, en que dejó de residir en Mariquita y se trasladó a Bogotá.[1]
LA ACTIVIDAD AURÍFERA Y LA COLONIA
El incremento de la actividad aurífera motivó al virrey Caballero y Góngora, para comisionar a Mutis, la búsqueda y descubrimiento de minas del mencionado elemento.
Como resultado
de la responsabilidad delegada por el Virrey a Mutis, impulsó sus andanzas por los
parajes de los Andes del Quindío, y en una de sus correrías se en la vertiente
de una quebrada que llamó del “Vermellón”, llamada así a causa de la gran cantidad
de cinabrio proveniente de los ricos yacimientos que existían en sus cabeceras
y que quedaba en las bateas de los mineros en su laboreo, proveniente de la
erosión de las aguas sobre los ricos yacimientos que existen en sus cabeceras.
“Mutis reconoció varias localidades, y tuvo la satisfacción de presentan al Virrey algunas muestras de sulfuro de mercurio, recogidas en las montañas del Quindío, y principalmente en una quebrada que se llamó “del Vermellón”. Las muestras fueron remitidas a la Corte, y resultaron de excelente calidad”.[2]
Mutis exploró la vegetación de las Andes del Quindío, y de las riberas del alto Magdalena y sus ríos tributarios, hasta 1790, año en que dejó de residir en Mariquita y se trasladó a Bogotá.
Dos décadas
después, Alejandro Von Humboldt, en su travesía del camino, y por recomendación
de Mutis, e indicaciones de Roque Gutiérrez, caporal, herbolario y mensajero del
sabio, quien
despachó desde Santa Fe un “chasqui” a Ibagué con la encomienda de que los
científicos acopiaran unas muestras de minerales de cinabrio, que su herbolario
Roque Gutiérrez había recogido en el Quindío.
En 1887. Fortunato Pereira exploró unas minas de azogue, mina denominada “El Cinabrio” (muy cerca de la cima de la cordillera central divisoria de aguas entre el Magdalena y el Cauca), mina que operó hasta 1923 en la cuenca alta del río Vermellón.
“Del camino principal, bastante adelante
de Tapia y cerca al punto que llaman el Moral, se desprende una senda que
bajando a un abismo atraviesa el Coello por el puente de San Lorenzo y trepa
luego a la meseta de Ibagué viejo. Esta meseta está formada por un conglomerado
y bordeada y definida por dos ríos; el Vermellón de un lado y el Anaime de
otro. Allí fundaron los españoles la ciudad de Ibagué
Al otro día temprano llegamos al lugar
de nuestro destino el Cinabrio, las minas de azogue que Torres rastreara sobre
viejas tradiciones españolas primero y sobre el río Vermellón, aguas arriba, en
seguida”.[3]
La ruta que
llevó a Mutis al descubrimiento de la quebrada de Bermellón fue la del camino del
Quindío. Partió de Ibagué, pasó por los tambos de Tapias y el Moral, de donde por
un repecho bajó al río Coello, en el sitio conocido como San Lorenzo, vadeó el
rio, trepó luego a la meseta de Ibagué viejo (hoy Cajamarca), ubicada en la meseta
formada y bordeada por los ríos Bermellón y el Anaime, lugar de la primera fundación
de Ibagué por los españoles, y que, a causa de los ataques de los Pijaos, fuera
destruida, y ocasionó su traslado al sitio actual.
Las
crónicas descritas permiten concluir que Mutis, si estuvo en los Andes del
Quindío, y que transito la ruta en sus exploraciones, a la par, hay que aclarar
que fue en la vertiente oriental, y no en la cuenca del rio Barbas como lo ha reseñado
Alfonso Valencia Zapata, en su obra denominada: Quindío Histórico.