LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE FILANDIA
El
templo de la Inmaculada
Concepción de Filandia (segunda parroquia erigida en el territorio del
Quindío), es el edificio
de mayor reconocimiento en la población. Presenta un estilo típico de la arquitectura ecléctica (mezcla
de elementos del estilo románicos
con elementos góticos).
Su construcción la empezó en 1895, el
presbítero, Jesús María
Restrepo, quien inició los trabajos del templo y casa cural existentes
hoy, y la terminó el
presbítero Francisco de
Paula Montoya, en el año 1905, año en el cual se erige en parroquia.
La
iglesia se construyó originalmente con la técnica de la tapia pisada y del bahareque. En los años 60, se remplazó su fachada original (frontis),
por estructura en ferro-concreto, que sostiene tres altivas cúpulas, construidas
de madera y forradas en
latón (bahareque latón).
La estructura de la edificación está sustentada
en 22 formidables columnas cilíndricas de madera, de la especie barcino y
laurel, maderas extraídos de las selvas de Bremen y cañón del rio Barbas. Su cielorraso
completamente cubierto con apliques en madera, elaborados por laboriosos
artesanos que los tallaron en las primeras décadas del siglo XX. En ese trabajo, se destacó don Arcadio Arias
La reseña Histórica del Municipio de Filandia,
escrita por el profesor Cornelio Moreno, en el año 1928, cuenta que las
primeras campanas las regaló el señor Gerardo Jaramillo con el producto del
juego de gallos. Una de dichas campanas se envió a Circasia.
Las campanas existentes, para la época del escrito,
fueron donadas por los señores Norberto Ospina (a. casfú) y Victoriano Arias. Guaqueros
que obtuvieron una gran guaca en el paraje de la Soledad (varias arrobas de
oro). De dicho hallazgo los obligó a desprenderse de una pequeña parte en
beneficio de la iglesia. Las campanas las fabricaron en Buga, para lo cual se
destinaron tres libras de oro.
El Reloj que hoy existe
en la torre del templo, lo compró con las dadivas de los feligreses, el
presbítero señor Jesús
M. Restrepo. La campana del reloj se fundió en un incendio ocurrido en
una bodega o caserío llamado San José, ceca a Buenaventura, a consecuencia de
un combate que allí hubo en la última guerra civil, época en que era traído
dicho reloj a la parroquia.
El presbítero señor Jesús M. Restrepo trajo
el primer armonio, que es el mismo que hoy existe.
El
cuadro antiguo de la Santísima Trinidad fue traído de la Balsa (Alcalá), lo
mismo que una pila para el agua bendita. Dicho cuadro, se dice era español, fue
hallado en un rancho abandonado, ceca de Alcalá. El que actualmente se venera
en la iglesia parroquial, fue tomado de aquél por los señores Milcíades
Valencia y Jesús María Palomino, con bastante perfección.
La
primera custodia fue regalada por los señores Luis Ceballos y Rosa de
Jaramillo, accionistas de la guaca hallada en el paraje de La Soledad.
La
cruz de la misión, con las insignias de la pasión, es la que actualmente se
contempla en la iglesia, fue construida por los señores José María y Jesús A.
Benjumea, y pintada por el señor Milcíades Valencia.
El
templo de Filandia es considerado como uno de los cinco del mundo que posee
esta arquitectura única y especial (bahareque, bahareque latón y tapia
pisada). Junto a otros, como el Templo
principal del municipio[a1] de Villamaría
(Caldas), la Catedral de Nuestra Señora de la Pobreza de Pereira (Risaralda),
la Basílica Menor de Nuestra Señora de las Victorias de Santa Rosa de Cabal
(Risaralda) y la capilla del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Filandia
(Quindío).
otro
templo que pertenecía a este conjunto de características arquitectónicas, era
el de Nuestra Señora de las Mercedes de
Circasia (Quindío), destruido por un incendio hace varios años.