Pasa la tormenta de aquella cruenta lucha entre nuestros tradicionales partidos, y cuya chispa se había encendido el 18 de Octubre de 1889 y que se conoció como la guerra de los “Mil días” en razón de que comprendió cerca de tres años, tiempo durante el cual pudo haber sido preciso para la inmigración de colonos que llegaban al Quindío. Empezó nuevamente la calma a finales de 1902 y aparecen nuestros primeros pobladores; nos referimos a aquellas personas que mas tarde contribuían a hacer parte de nuestro Quimbaya, en razón de que con anterioridad se encontraban ya bastantes habitantes con grandes propiedades rurales en plena producción. Entre estos pobladores se cuenta JUAN DE JESÚS BUITRAGO, VÍCTOR GRAJALES y ELADIO OCAMPO. El primero de los cuales establece en el sitio denominado el CEYLAN; otros fundadores sostienen que tal fonda estuvo situada en el sitio donde hoy se levanta ¡la bomba de gasolina de Aníbal Betancourt; otros sin embargo sostienen que esta se levanto en la esquina de la carrera 5ª. Calle 20 (frente a la Federación de Cafeteros) y cuyo establecimiento marco el hito de nuestra fundación. Allí empozo a llegar cuantos colonos querían establecerse en la región, ya nadie quería hacer esas penosas y largas jornadas de el rio de la Viaja a Filandia en busca de las fuentes del mercado o en pos de negocios o simplemente por “dominguiar” como generalmente manifiestan nuestros campesinos; ya tenia una “fonda” un sitio que Juan de Jesús Buitrago supo explotar.
Las gentes que habitualmente
llegaban hasta la fonda antes mencionad, generalmente hacina los siguientes
recorridos: Los que venían por la parte de abajo o sea por las paridas de “Tres
Esquinas” penetraban en el penoso sitio de los “Aguadeños” nombre dado por la
familia que desde muchos años atrás
ocupaban tal propiedad y quienes era sumamente conocidos por los arrieros que
deambulaban día y noche por esos caminos.
Las personas que viajaban por la parte de encima “La Balsa” (hoy Alcalá),
penetraban en otro sitio igual al anterior pero con el nombre de “PAVAS”
bautizada así en razón de que allí existió una familia antioqueña que poseía
una famosa cría de pavos que distribuía en toda la región. Cabe observar que estas personas que
penetraban en los sitios antes mencionados venían de las diferentes propiedades
rurales existentes en los terrenos que hoy ocupa Quimbaya, por ejemplo Puerto Alejandría,
La montaña, Guaymaral, La Cascada y otros.[1]
PASO DE LOS AGUADEÑOS: Ubicado en la Vereda Barcelona Alta, se puede llegar en jeep willis o en camperos hasta el puente del paso de los aguadeño, se encuentran tres charcos naturales que hacen parte del Rió Roble, los cuales son utilizados como balnearios naturales y para la pesca de sabaletas. El entorno natural es un espectáculo por la riqueza de su flora y de su fauna, sobresaliendo una inmensa roca, que según la idiosincrasia de los Circasianos, con sus mitos y leyendas, en la mitad de este rió se encuentra la entrada al tesoro encantado.
Lo primero que os llamará la
atención de Salento son los colores vivos y chillones, casi del parchís, de las
viviendas. Viene de una tradición muy práctica: si eras del partido conservador
pintabas tu casa de azul y blanco; si eras del liberal, la pintabas de rojo y
blanco. Y si eras neutral, de naranja. Así se evitaban discusiones absurdas y
pérdidas de tiempo innecesarias: cada cual sabía de qué palo iba el vecino. Y
si eras de un partido ni si te ocurría entrar a una casa pintada con los
colores del rival.
[1] Hugo Galvis Valenzuela, Monografía de Quimbaya, Editorial Quingraficas,
Armenia Mayo 20 de 1982, pág 96, 97