lunes, 24 de abril de 2023

CAMINO DEL QUINDÍO, BIEN DE INTERÉS CULTURAL

CAMINO DEL QUINDÍO, BIEN DE INTERÉS CULTURAL

Turismo / ABRIL 23 DE 2023

Autor: Daniela Garzón.



Las montañas que se aprecian desde el ‘Corazón Verde de Colombia’ ocultan los caminos que transitaron quienes fundaron este pequeño departamento. El Quindío nació imponente, desde antes de su fundación en 1966 ya había marcado uno de los caminos históricos del país, el mismo sobre el cual quedaron las huellas de indígenas, colonizadores, viajeros, ejércitos, guerrilleros, exploradores, aventureros y científicos

La salida era a las 7:45 a.m. Para esta ocasión cambiamos la colada y las tazas de café de Filandia, por trochas, potreros, pantanos y fincas escondidas entre árboles y neblina. El historiador Álvaro Hernando Camargo, vigía del patrimonio, fue el encargado de guiarnos por los tramos de tan emblemática ruta Quindiana. 

La primera parada fue el Alto del Roble. Desde la cerca de púas don Álvaro nos mostró parte del Camino del Quindío, cubierto casi por completo por el bosque; para llegar hasta allí pasamos la cerca por debajo, al cruzar lamentamos haber ido en tenis. “Estamos en la variante que conducía el camino del Alto del Roble a Cartago viejo, que hoy es Pereira. En este sitio el camino se unía con la nueva ruta que se hizo cuando se trasladó Cartago al lugar actual”, nos cuenta Álvaro. Al fondo, entre montañas, está el cañón de la quebrada Boquía, que desembocaba en el Río Quindío, “hasta 1956 el camino no era por Salento, era por el valle de la quebrada Boquía, hasta un sitio que se llama El Molino, que es donde está el puente metálico yendo a Cocora”, destaca el historiador.

Camino Cartago Viejo.

Curvas en la historia

Sobre el topónimo Quindío hay quienes dicen que viene de los colibríes o del edén; don Álvaro nos habla del término Quindío y su origen en la lengua aymara o quechua “en el caso mío, creo que viene de la palabra ‘quingo’ que significa curvaturas en los caminos” nos dice.

Esta palabra, que desde hace 56 años resuena en el país, tiene eco en el pasado, sobre sí lleva el peso de la Cordillera Central, uno de los ramales más importantes  de los Andes, que tuvo por nombre Cordillera del Quindío, “las cordilleras no se denominaban como lo hacen hoy, la occidente se llamaba Cordillera del Chocó, la central se llamaba Cordillera del Quindío y la oriental se llamaba Cordillera de Sumapaz”, destaca Álvaro Camargo y agrega que el nombre Quindío aparece en crónicas desde 1542 “la palabra ‘quindío’ se refería a estas montañas, a la cordillera que hoy llamamos Central, de ahí viene el nombre del Quindío” agrega. 

Mientras más avanzamos por el camino y charlamos con don Álvaro, el pequeño territorio deja de parecer tan pequeño, en cada paso, sus montañas gritan historia, esa olvidada e ignorada por propios. Fueron los caminantes los que se atrevieron a escribir sobre este lugar, la expedición botánica realizada por Mutis y Alexander von Humboldt le dieron paso a textos en los que hoy reposa la travesía por el Quindío, del camino Humboldt escribió que era un canalón profundo cubierto de capa vegetal que servía para aferrarse cuando había peligro de caer. 

Como Santiago de Compostela 

A las 10:00 a.m. llegamos a la vereda la Julia, a 1.883 msnm, es el punto en el que el camino desciende a Boquía desde la Posada Alemana; la lluvia comenzaba a caer y los perros de la finca vecina nos acompañaron en el recorrido, hicimos una parada en la historia, para hacer fotografías de Boquía, de las montañas y, por supuesto, de los perros. 

Desde hace más de 28 años don Álvaro ha adelantado investigaciones en colectivo e individual con el fin de referenciar, señalizar y reconstruir los tramos del Camino del Quindío. “En 1995, como docente del colegio el Sagrado Corazón de Filandia, empecé con los estudiantes a investigar, a buscar sobre el Camino del Quindío, hicimos excursiones buscando el camino, creamos un periódico y una fundación que se llamó Tibuchina y eso fue permeando las instituciones”, nos dice Álvaro. 

Producto del esfuerzo y unión de entidades como el Fondo Mixto de Promoción de la Artes y Cultura, la gobernación a través de la Secretaría de Cultura y universidades, se logró hacer el reconocimiento de los tramos y se comenzó el proceso de socialización con las personas, con el fin de que ese camino se convierta “en una ruta semejante a la de Santiago de Compostela que es muy importante en el turismo cultural, nosotros en el Quindío carecemos de turismo cultural”. 

Centro de interpretación histórica.

Sobre las 11:30 a.m., el viaje histórico terminaba dejando pendiente tramos del Camino del Quindío, charlas, montañas que cruzar y perros que saludar. La lluvia comenzaba a caer con un poco más de fuerza. Con la vista dirigida a Boquía, don Álvaro cuenta por qué el caserío debería ser un Centro de Interpretación Histórica importante: “todas las etapas de la historia transcurrieron por Boquía, la pre hispanidad, el descubrimiento, por acá pasó Melchor Valdez, descubriendo el camino”.

Fue del caserío que se desprendieron los hilos conductores para poblar los municipios que hoy hacen parte de las curvas Quindianas, hoy además de ser el paso obligado para llegar a Salento, es un punto de interés para visitantes por su sendero, por donde alguna vez pasó el tren, el puente de La Explanación, la vieja estación y su amplio paisaje natural.

Bien de interés cultural.

“Me acaban de dar la noticia en la Academia de Historia, se va a emitir el decreto por medio del cual el Camino del Quindío queda incluido en la lista de bienes de interés cultural”, celebra Álvaro Camargo. Esta declaratoria sería el punto de partida para que los gobiernos le aporten el dinero necesario para recuperar los tramos y poner en el contexto de un turismo histórico cultural.

Roca explotada por minería, Camino del Quindío, alto del Roble.


Boquía, desde Camino del Quindío en la vereda La Julia.