Prologo.
Cuando se escribe la historia, nada agrada tanto al autor
como las criticas del cualquier naturalez porque ellas instuyen y enseñan. Para las “Fiestas del Retorno”, creí
conveniente, presentar un servicio a mi pueblo escribiendo un folleto que
intitulé “Reseña Historica de Filandia”, cuyo objetivo, más que describir y
analizar los sucesos más importantes de su vida ciudadana, resultó ser un
acopio de datos y anécdotas que hasta ese momento estaban perdidas en los
recuerdos de los ancestros y la tradición popular, recopilación que por lógica
despertó alguna controversia.
Como consecuencia necesaria de aquel primer intento y
espues de recoger las multiples opiniones que en aquella época se suscitaron,
hoy, cuando Filandia arriba a sus cien años, proponiéndome un reencuentro con
el pasado, he querido entregar a mis lectores esta nueva histoia más analítica,
rea y cruda, que lleva por nombre “Filandia: Hija de los Andes”, en cuyas
paginas se habla de las glorias de otra época y acontecimientos de la
actualidad, de los contrastes de este “pueblo de Israel” que cuenta entre sus
haberes grandezas y miserias, con protagonistas eximios y personajes mezquinos,
que marcan los altibajos de su tortuoso desarrollo.
Tal vez, nada más apasionante e inverosímil que halar de
ésta historia, para muchos desconocidos, en la que se refleja todo lo que
Filandia pudo haber sido y no fue. Cuna
de personajes ilustres que hoy engalanan las artes, las letras y las ciencias
colombianas, jamás se ha sabido en este prodigo viñedo aprovechar las culidades
humanas de sus hijos que han debido abandonar su casa madre en busca de nuevos
horizontes. Vienen a nuestra desordenada
memoria los nombres de Jesus Rincon y Serna, abogado y escritor, político y
poeta que tiene en sus haberes el honor de haber sido miembro de la Asamblea
Nacional Constituyente de la década del 50; Carlitos Montoya, veterano corredor
de las vueltas a Colombia, si bien nunca campeón, reconcido y aafamado
nacionalmente, victoriso en virtud y abnegación, que nunca encontró incentivos
en su pueblo natal pero que fue ampliamente acogido en tierras extrañas;
Roberto Restrepo, medico escritor y filólogo, pionero de la lucha contra el
cáncer, miembro de la Academia
Colombiana de la Lengua y de la Real Academia Española; Helio Martinez
Márquez, abogado de renombre, político y escritor querido en toda la tierra
quindiana y a quin el expresiente Mariano Ospina Perez califco alguna vez como
uno de los grandes ideólogos de la doctrina conservadora; Francisco Elejalde,
barítono de renombre mundial que hoy reside en los Estados Unidos, rodeado de
aprecio de su publico; Gilberto Zuloaga Betancourt, sacerdote ejemplar y
teólogo eminente de gran valíaen la jerarquía eclesiástica; Obdulio Arias,
cantante y compositor, integrante del dueto “Obdulio y Julian”; los hermanos
Muriel Guinand, artistas y escritores folclóricos; Pablo Londoño, coplero
popular y picareso y muchos más que sería largo enumerar.
Esta madre acogedora ha ayudado a formar otros hombres de
talento y resonancia como el Dr. Roberto Cárdenas Ulloa, abogado y profesor
Universitario; Uriel Herrera Giraldo, político y periodista; Roberto Toto Toro,
maestro y tribuno esclarecido; Benigno Muñoz y Antonio Cardenas profesores
connotados; Rogelio Martinez Ospina, educador y periodista; Santiago López
Sanchez, abnegado institutor; Arnoldo Zuluaga, Gustavo Ocampo Chica, Juan de
Dios y Rafael Martinez y otros más.
No obstante, esos descollos, viven Filandia una verdadera
endemia de quietismo. Cuna de fundadores
de pueblos, que siguiendo la tradicon errante de los paisas han abandonado su
tierra para poblar las extrañas, que han hecho progreeso en los pueblos
fronterizos, como Antonio Cifuentes y Leocadio Salazar, fundadores de
Alejandria (Hoy Quimbaya) y Sucre (Hoy Ulloa) y otros muchos que poblaronh a
Furantena (Hoy Alcalá). Filandia ha
visto crecer a sus costados dos capitales y por azares del destino, ellas han
frustrado su progreso y han absorbido lo mejor de dus hijos. Pero hay algo en la mentalidad de otros
filandeños que los hace reacios al progreso, levantando barreras a todo
proyecto de estimulo y desarrollo. Tal
vez como acontecimiento único en la historia industrial de Colombia, este
pueblo que se dio el lujo de mantener a Don Cosme Martínez durante 28 años
consecutivos en la alcaldi, también, muchos años después, su Consejo Municipal,
con aire atrevido e ignorante, rechazó la propuesta de la muy pujante industria
de “Comestibles la Rosa” de isntalar su fabrica principal en terrenos de la
poblaion, arguyendo para ello que la ciudad se llenaría de “vagos y ladrones y
se acabarían las sirvientas en las casas de familia”. Ante la negartiva
rotunda, los empresarios emigraron a Dosquebradas e instalaron su empresa que
es hoy orgullo y pujanza de ese municipio risaraldense.
Pero, aunque la historia es cruda, los que hemos nacido y
vivido en este terruño, lo queremos con todos sus errores y es nuestra voluntad
que sea su vientre nuestra última morada.
Sería injusto pasar adelante sin rendir un homenaje a ese centenar de
aguerridos fundadores cuyos nombres, consignados en las actas de constitución
del poblado, han sido borrados por la historia, pero sin cuyo esfuerzo, al
igual que el de millares de primeros pobladores, no se hubiera forjado la
grandeza y el prestigio que hoy nos enorgullece.
Por último, quiero se me permita rendir homenaje póstumo a
mis abuelos Mariano Ramirez y Josefa Ospina inmigrantes de Marinilla, Luis
Restrepo y Adelina Aguirre nativos de Pácora, a mis padres Luis Maria y Mercedes,
y a la memoria de mi inolvidalble esposa Soledad, fallecida el 3 de Marzo de
1976. Tampoco pueden faltar en estas
líneas mi reconocimiento y gratitud amis primeros profesores, Reverenda Madre
Maria de Jesús Baquero, religiosa Bethlemita y don Eufrasio Henao Toro, ilustre
patricio, profesor, pedagogo y alcalde de esta población.
El Autor.
´
Introducción.
Como el más significativo regalo para Filanctia en su
primer centenario, podremos disfrutar de la nuy agradable narrativa que nos ofrece
Carlos E. Restrepo en este folleto sobre la reseña histórica de nuestro
terruño.
Fliandia, “hija
de los Andes”, tal como un cansado poeta del siglo pasado inspirado en el
majestuoso paisaje nevado que ofrece la cordillera central hacia el oriente,
quiso bautizarla; Filandia, “Colina sagrada “, nombre que inspira respeto por
doquier, que se levanta altiva sobre la más bella estribación andina, tierra
benevolente y de graciosos contrastes, region de costumbres sanas y de gentes
honradas, que tiene hijos ilustres y que orgullosamente evoca el glorioso
nombre del QuindIo.
Es para nosotros raza do agrestes filandeños, que heredamos
la bravura y suspicaz alegría del paisa colonizador, motivo de alborozo el
compartir la gloria de llegar a 100 años de una población que mas que producto
de la colonizaciòn antioqueña, se constituyó en el asiento de nuestros directos
antepasados y forjadores de lo que hoy es tierra de promisión: La gran tribu
Quimbaya.
Es precisamente en este aspecto en el cual ha querido pro
fundizar el autor de esta obra, y no sería rnás honroso para nosotros que descubrir
esa valerosa estirpe indigena marcada en nuestra sangre, aportando asi para la
historia y la posteridad el secreto y el valor del patrimonio que guardan las
entrañas de nuestra tierra.
La hoya del Quindió, que tan hermosamente se extiende sobre
Ia region sur de lo que otrora fuera el viejo Caldas fue el hábitat de La, nás
intrépida y misteriosa tribu indígena que se conoció en La historia patria como
el grupo Quimbaya Oscuros intereses y ánimo de lucro no han permitido que
antropólogos e historiadores serios descubran no solo para La prehistoria e
historia Colombianas sino para Ia historia de America el modo y los posibles
enlaces con otros indígenas americanos del grupo Quimbaya, primer gestor de ta
tierra del Quindió.
El autor, preocupado por la investigación arqueologica nos
deja la inquietud para que se aclare el lapso histórico que fue determinado por
los quimbayas como parte de Ia prehistoria colombiana.
Además, representa para nosotros un punto de partida como
información amplia de lo que debe constituir la “Historia del Quindio”.
Agradable por su esitilo narrativo, esta obra que todos los
filandeños y quindiana debemos consultar, nos da a conocer la añorda y apacible
vida de lo que fue el antiguo “Nudilleros”, su devenir histórico durante la
época de la república y principios de siglo, así como el declinar de los
últimos años.
El lector se deleitará con el lenguaje sencillo que ofrece
lo que es la vida de un pueblo, sus anécdotas, constumbres, personajes típicos
y figuras notables; realidad consagrada en roidos y amarillentos folios que el
autor descubrió en archivos casi abandonados de las poblaciones de Salento,
Manizales, Cartago y Alcalá, como de labios de respetables ancianos,
información que no podía sumirse en el olvido.
Filandia, como en sus primeros años de existencia, cuando
compartía sus grandes con los hombres ilustres que pasaron por sus linderos, se
viste hoy de gala y se apresta con aires de colegiala a recibir a sus hijos y
visitantes.
ROBERTO RESTREPO
R.
Capìtulo 1
RIQUEZA,
PODERIO Y TRAGICO FINAL.
No fueron beligerantes ni agresivos, porque los Quimbayas poseían
el buen sentido de Ia organización y el trabajo, pero conservaron el instinto
de Ia guerra y se prepararon para ella con lanzas y dardos envenenados;
amparados por Ia forma natural de terrenos abruptos y selváticos defendieron
con dignidad y arrojo sus mujeres, su familia y sus cultivos y prefirieron
sepultarse con sus riquezas y tesoros a entregarse al usurpador europeo.
Sus tierras eran pródigas y fecundas; sus rIos, valles,
montañas y praderas devolvían con creces todo lo necesarlo como retribución al
esfuerzo y trabajo de su actividad creadora.
Aunque nadie sabe a ciencia cierta de su origen y
procedencia, eran pacIficos pero rebeldes y laboriosos; descendientes quizá de los
karib (o caribes) después de un largo y aventurero peregrinar desde las costas
del mar de su nombre, por las riberas del Cauca y Magdalena; o hicieron parte
de los chibchas que franquearon las barreras montañosas de Ia cordillera
central y se especializaron en orfebrerla, cerámica y artesania: o fueron los
integrantes de una tribu independiente de los Quindios, chocóes, putimáes,
ansermas y carrapas, de los irrasachancos o pijaos, que extendieron sus
dominios a lo largo y ancho de las fronteras naturales, desde el nacimiento del
rio Barragán en el páramo de su nombre, cabalgando sobre el espinazo de Ia cord
illera central en dirección a los nevados del Quindlo, Santa Isabel y el Ruiz
por su costado oriental hasta el nacimiento del rio TACURUMBI (Chinchiná), éste
abajo hasta su desembocadura en el rio Cauca por el forte, rio Cauca arriba
hasta el rio La Vieja, por su costado Occidental y riberas del rio Barragán
hasta el punto de partida en su limite sur; o como anota don Emilio Robledo
quien afirma que este último limite llegó solamente hasta el rIo Quindío.
De una u otra manera y si se admite Ia semejanza de las
tribus vecinas en cuanto a costumbres, lengua y rasgos fIsicos, con ligeras diferencias
de lenguaje, por influencias del clima, el ambiente y el trabajo, no serâ
aventurado suponer que todas las tribus mencionadas formaron uria gran familia
que consolidó posiciones en un marco geográfico circunscrito al Norte y Sur por
los rIos Tacurumbi y Barragán respectivamente, hasta el Cauca, y entre las cordilleras
que formaron Ia Hoya del Quindlo de Oriente a Occidente, y que años o siglos
más tarde libraron guerras fraticidas por rivalidades religiosas o laborales.
Era pues, un “mini-imperio” pujante y poderoso enclavado en
el cocazón de America como solución de continuidad entre los gigantes incas,
mayas y chibchas con quienes establecieron intercambio y comercio representado
en barras y figuras multiformes, collares, narigueras, pendientes y putseras de
oro, sal, tejidos y cereales que obligadamente debieron buscarle mercados, como
dirían hoy nuestros estadistas, con finanzas sólidas y “monedas duras”; sin las
nociones ni los titulos de los economistas jóvenes, jamás conocieron Ia
inflación, Ia mafia y los peculados. Solamente se conocia el impulso grandioso
y Ia enorme riqueza de sus gentes y tesoros colosales representados en el oro
que derretian y manipulaban a su manera sin necesidad del yunque ni el soplete,
sino con el jugo “diabólico” de las plantas de sus selvas que nunca dieron a
conocer al aventurero blanco y ambicioso, que más tarde sembró Ia destrucción y
Ia muerte en sus propios campos y cultivos y que irónicamente hoy embellecen
las mansiones opulentas de verdugos.
De los Quimbayas, queda pues Ia historia ejemplar de un
pueblo laborioso y fecundo predestinado a vivir en Ia riqueza y condenado a
morir por Ia codicia de los mercaderes del Rey, porque de los indios no quedó
nadie, absolutamente nadie y el conquistador que invadió estas tierras jamás se
interesó en averiguar su origen y formas de vida, pues solamente le atraía el
afán de lucro personal y Ia expansion desmedida del reino español. Es asi como
el indígena es dominado y sometido al vasallaje español y explotado como esclavo
en las minas y cultivos de Supía, Marmato, Riosucío, Mistrató, Oriente de
Caldas y en el mismo Quindío al igual que el negro importado del Africa. Esa
herencia subyugante y calculadora se transmite de generación en generación con
algunos atenuantes acomodados a Ia época actual y que golpean en forma directa en
el pueblo que, como el indio, sufre y padece Ia represión, Ia miseria y Ia
ignorancia.
Hacia 1717 Ia tribu de los Quimbayas desaparece por decirlo
así, de Ia faz de Ia tierra cuando unos pocos que aúm habitan Ia zona son
masacrados por los conquistadores o devorados por los Pijáos y Putimaes, tan
verdugos y crueles como aquellos. Entonces Ia floreciente hoya del Quindío
cuyos contornos bordean las montañas de los Andes queda arrasada, los mdígenas
asesinados y los que escapan al baño de sangre son sepultados con toda su
familia y sus haberes.
Nadie dio testimonio para Ia historia, y esa raza laboriosa
y pujante del oro y Ia cerâmica no dejó más que las huellas y cavernas
finamente adornadas con el metal precioso que le dio y le costó Ia vida, que a
su vez se constituye en patrimonio vatioso e histórico para investigadores y
arqueólogos que hoy intentan rescatar ese grandioso pedazo de historia de
nuestra patria. Los cultivos y praderas quedan desiertos y otra selva nueva
germina en Ia fecunda tierra; los campos se cubren otra vez de vegetación
exótica y exhuberante; un siglo después renace Ia esperanza y empiezan a cruzar
estas fatigadas tierras las húestes salvadoras de Ia Patria, ansiosas de
independencia rompiendo el lúgubre silencio que dejaron las hordas explotadoras
del imperio infernal. AsI queda solo un
interrogante que quizá jamás seré resuelto del por qué casi 30.000 Quimbayas
que poblaban Ia zona necesariamente debieron morir bajo el golpe certero de Ia
peste de Ia espada y el arcabuz.
La tribu Quimbaya debió morir sin dejar rastros ni
vestigios sobre Ia tierra del QuindIo porque se defendieron hasta el final
peleando junto a Ia choza que los vio nacer, para oponerse al saqueo y Ia violación.
No de otra manera podían ser
conquistados, y engañados ofreciéndoles amistad, bienestar y evangelización,
porque, como dice el cronista CIEZA DE LEON, “son en extremo regalados”.
Sus joyas de fino acabado y extraordinaria belleza,
fabricadas con técnicas avanzadas lucían en sus cuerpos que cubrían de oro como
vestimenta diaria, mostrando Ia magnitud de sus riquezas que dejaban absortos a
los intrusos. Sería ese, indudablemente, su trágico final porque dice Ia misma
historia que resistieron los ataques de los pijaos y putimaes, las embestidas
de los ansermas, irras y carrapas. Su posición era sólida y fuerte ante las
otras tribus, pero inermes y débiles ante el poderío del conquistador, que a no
dudarlo, tendió un cerco desde todos los flancos con Ia ayuda de otros
indIgenas que los combatieron en Ia llanura, en los esteros, los rios y las
colinas hasta que Ia riqueza del metal precioso sucumbió ante el coloso, y el
indio que luchaba por Ia vida, murío en el campo de batalla, o doblegado por Ia
impotencia se sepultó en las entrañas de su tierra.
Quizá Ia historia nunca llegará a decirlo, pero el origen
de esa raza indómita, no se parece de manera alguna al indio lánguido y
complaciente, de canto triste, taciturno y melancólico, sino al nativo bravo de
raza pura que forjó Ia gloria de su arte y de su industria, tal vez de remoto
ancestro y genial cultura, y que hoy constituye motivo de investigación de
parte de quindianos de ernpresa y talento tales como los doctores César
Hincapié Silva, Helio Martinez Márquez, Hernando Franco, presidente del
Tribunal, Jesús Campillo Parra, Ricardo Gómez Ospina, Guillermo Garcia Sierra,
Bernardo Augusto Granados, Roberto Restrepo Ramirez, Argemiro Rojas, Fernando
Lemus, incluyendo al autor de esta obra, quien ha sido invitado muy gentilmente
para ser parte integrante de Ia “Fundación Arqueológica del Quindío”, próxima a
iniciar labores sobre Ia tribu Quimbaya y que buscan afanosos el principio y
fin de aquel enigma cordillera artesanía; o
Capitulo 2
SE DERRUMBA EL
IMPERIO DE ORO.
Ni Ia malicia indIqena, ni la pócima profética, ni los
ritos a los dioses hicieron sospechar siquiera que el intruso aventurero
acechaba sus campiñas ni mucho menos que se acercaba el exterminio de Ia tribu
sembrando destrucción y muerte. Llega el conquistador avasallador e irresistible,
irrumpe por las costas del mar Caribe, domina al indIgena de Antioquia y el
Darien, se abre paso por las riberas del Cauca y Magdalena, invade sus valles,
asciende por sus cauces y avanza hasta Ia desembocadura del rio Otún en el
Cauca.
Se dirigen hacia las colinas de Anserma, QuinchIa, Irra y
Pacurra, dominan sus tribus y regresan al rio La Vieja, ascienden por los “Cerrillos”
(hoy Cerritos), ayudados en parte por los indIgenas ingenuos a quienes of recen
espejos, golosinas y algunas pláticas religiosas; alcanzan las Iabranzas, los
cultivos y las chozas de los nativos y sientan sus reales en las estribaciones de
Ia cordillera Central entre los rios Otún y Consota fundando un caserío que
Ilaman Cartago (hoy Pereira) en recuerdo de su paso por Cartagena; exploran sus
tierras y regresan a La Vieja donde deciden quedarse para eregir en su valle el
Virreinato de Nueva Granada; cruzan las lomas de Sta. Barbara y abriéndose paso
por “Piedra Moler”, alcanzan Ia orilla del río que atraviesan unos a nado y
otros sobre el puente que el indigena construye con troncos robustos y cañas gordas
(guaduas) amarradas con bejucos gruesos; siguen a “La Balsa” (hoy AIcalá) donde
encuentran resistencia de los Quimbayas y Pijaos y libran Ia feroz batalla de
“Trincheras”, lugar que Ia historia consagra con este nombre en recuerdos de Ia
lucha sangrienta que sella el dominlo del blanco sobre tierras quindianas por
Ia codicia del oro. Continúa Ia lucha contra los últimos reductos de los indios
que se visten de oro para enfrentarse al enemigo invasor y no consiguen más que
despertar el apetito voraz del Coloso asesino superior en armas, astucia, y
estrategia; quien al fin se convierte en amo y señor de las ricas tierras donde
siglos después se funda Filandia en las fértiles ondonadas, entre las
vertientes del río Barbas y quebradas de Bolillos, Portachuelo, Cestillal y El
Roble hasta el rio La Vieja ocupadas por orden de Robledo, Belalcázar, Alvaro
de Mendoza, Suer de Nava, Badillo y Lopez Muñoz.
AsI termina el “lmperio” indígena del Quindío y solo quedan
las chozas reducidas a cenizas, desiertas Las Iabranzas y plantIos; los heridos
y los muertos devorados por los tigres, panteras, y ayes de rapiña, y las fosas
cavadas en la tierra pródiga que los vio nacer y crecer, y donde se sepultan
con sus hijos, sus haberés y fortunas.
De siglo en siglo y de año en año siguen siendo ultrajadas
sus turnbas por el guaquero criollo, tan sediento del metal como sus
antepasados, y que Ia mayoria de las veces vende al coleccionista extranjero
sin conocimiento alguno del valor como joya y riqueza antropológica, que hoy
hace honor a esa pujante cultura orfebre y laboriosa. Sin embargo, esa riqueza
arqueológica, hoy se exhibe en los museos del exterior, y es admirada por los
coleccionistas privados extranjeros. Tal es el-caso del Ilamado “Tesorode los
Quimbayas”, constituldo por casi ochenta piezas de oro macizo, encontradas en
una sola tumba en el area rural de Filandia, hoy llamado “La Soledad”, testimonio
artistico y majestuoso de los indigenas, que fue obsequiado absurdamente al
gobierno español por Colombia a principios de siglo, y que se exhibe hoy en el
Museo de las Americas en Madrid.
Solo quedan Las trochas, los túneles y cavernas de los
indios de las cuales hablan en sus obras los Arango (padre e hijo) que los mismos
conquistadores utilizan para refugio y caminos entre Ia selva enmarañada, y que
une por último los vastos territorios dominados por Ia espada.
Desde entonces el reino de Ia Nueva Granada se une desde
Venezuela hasta Ecuador por regiones inhóspitas plagadas de mosquitos, fieras y
reptiles, por caminos que conducen a Popayán pasando por San AgustIn, al estado
de Antioquia a través del río Magdalena en su region suroriental, y al Quindío,
Cartago y Popayán por el viejo camino de Boquía (Salento) y
Nudilleros (Filandia), cruce forzoso y obtigado que por esa
época une a los estados del Cauca, Antioqula y Tolima. Aún quedan vestigios de
las trochas de los indios y plantíos que se observan fácilmente del poblado de
Filandia sobre las laderas del alto de “Granada” frente al cementerio. Tan
implacable fue la destrucción que todo fue arrasado y ni siquiera se respeta al
aborigen en Ia paz del sepulcro, porque aún hoy es “perseguido” por el guaquero
insaciable que horada los frondosos cafetales en busca de narigueras, torsales,
collares y piezas de oro de aquel indio laborioso que amasó con su trabajo
paciente y tenaz fortunas colosales por siglos o milenios y nunca sospechó que
esa sería Ia causa de su destrucción y muerte. Por esa razón, del nativo
quimbayaa, no quedó como en La víeja Jerusalén “piedra sobre piedra”; y ese
“imperio” de oro que fue la hoya del Quindío se convierte hoy tras la calma que
dejó La batalla tenaz y deshumanizada, en fértiles campos de verdes plataneras,
cafetales y potreros de incalculable riqueza.
Pero queda Ia nostalgia de Ia raza que pagó con su propia
vida su esfuerzo y su trabajo a manos del verdugo blanco quien solo nos dejó Ia
herencia de su ambición aventurera que acecha todavía con ansia voraz el secreto
de los tesoros fabulosos de El Dorado, Pipintá y Peiñas Blancas del Cacique
Calarcá.
Pero Ia historia no se detiene ni Ia investigación se
paraliza porque es imposible que una civilización entera como Ia de Ia tribu
quimbaya que rindió a los dioses y a los hombres tributos excelsos de arte y
oro, deba doblegarse ante el injusto olvido. No, porque Ia nueva generación
pensante e inconforme no analiza ya con teorías dogmáticas y anquilosadas, sino
con criterio de nuevas dimensiones y muy cerca está, en manos de arqueólogos y
antropólogos Ia razón sabia que resuelva estos interrogantes ojalá con Ia ayuda
valiosa y financiera de entidades bancarias y virtuosas del arte y cultura
orfebres, y que digan, en fin:
Si existió en el Quindio otra tribu o cultura pre-quimbaya.
Si las tumbas de piedra halladas en Salento no hablarán de otras culturas remotas.
Si los Quimbayas en razón de su arte
tuvieron origen en las Antillas o Centroamerica; y si los túneles y caminos de
piedra que atraviesan el macizo andino fueron vías de comunicación o intercambio
con otras tribus muy lejanas.
Si el oro que fue su arte favorito o por necesidades
particulares de desarrollo, constituyó su reserva comercial y con quiénes se
hizo el intercarnbjo.
Si Ia india de oro hallada en Ia vereda de su nombre (en
Filandia) fue el Idolo de su culto, donde se encuentra y el indio compañero qué
representa para a investigación; si las fosas de Fachadas y Pavas (Filandja)
con salones amplios, labrados y esculpidos al decir de los guaqueros fueron
templos, y si el oro obtenido para su arte fue explotado alli mismo y
finalmente si Ia tribu fue exterminada en su totalidad o si emigró, cuál fue su
destino con Ia herencia de su arte y de su ingenio.
Capìtulo 3
SURGEN LOS
ESTADOS DE ANTÍOQUIA, CAUCA Y TOLIMA.
Terminada La conquista y consoIidado El dominio del Nuevo
Reino de Granada y después del saqueo y masacre de Ia tribu Ouimbaya, propiamente
en 1585 y mediados de 1600 se establecen Ieyes, ordenamientos o mandatos sobre
los territorios ocupados, se pasa revista de los caseríos y a los indios sometidos
se les divide en ocho pueblos que denominan asI: Carrapa, Bao, Paagua, Bia, Guabio,
Nuestra Señora de Las Nieves, Pijaos y Chocoes, en lo que respecta a Ia
provincia de Cartago que en ese entonces pertenecía al Cauca con Popayán como
cabecera administrativa, pero nada se dice de los Quimbayas, tribu rebelde que,
a no dudarlo desapareció bajo el filo de la espada de los encomenderos de
Robledo y Belalcázar, Pedro de Heredia, Badillo y el soldado cronista Cieza de
Leon.
Pero muy pronto el sometimiento, Ia persecusión, Ia
explotación de los indios como los trabajos forzados, los castigos crueles y las
pesadas contribuciones despiertan en las tribus cierto grado de inconformidad
que rápidamente estalla en franca rebeldIa; las tribus se organizan y practican
asonadas y matanzas que muchas vidas cuestan a los conquistadores; Anserma
sufre violentos ataques en los albores de 1600 y por ese entonces Cartago es
arrasado por los Pijaos; cada día se torna más angustiosa Ia vida del español y
esta última ciudad debe ser trasladada en 1691 por medidas de seguridad al
mismo lugar que hoy ocupa a orillas del rio La Vieja.
Así transcurren varios años en que los indios y los
colonizadores blancos se traban en sangrientas luchas y los pocos caserios por ellos
fundados son arrasados y destruídos; los campos se tornan desiertos sobre las
ruinas de sus pueblos, pero todos los Quimbayas han muerto con dignidad y
valor, pues al fin y al cabo sus tesoros eran el objetivo y Ia meta final de Ia
conquista.
Más de un siglo transcurre, los campos se cubren nuevamente
de vegetación, los surcos y plant íos desaparecen y los reemplaza Ia espesa
selva que guarda el secreto de Ia raza aborigen que después de su exterminio
bárbaro duerme en silencio y paz.
Capìtulo 4
EN LOS COMIENZOS
DE 1800.
Asegurada Ia colonización y Consolidado el dominjo del
blanco sobre el indIgena, Ia importación del negro africano y Ia esclavitud, crean
en el nuevo Reino de Granada cierta modalidad en et trabajo de las minas y Ia
tierra; los indios y los negros son obligados con látigo y garrote al servicio
de amos y señores. Las minas y los cultivos ya no pertenecen al nativo y los
trabajos forzados producen frutos con gritos de azote y sevicia. Las labranzas
de Ia tierra acogedora y buena de otra época ya no se producen con amor sino con
dolor y rabia porque el amo blanco no se satisface solamente con las cosechas
sino que ordena impuestos y tributos que grava dIa a dIa Ia pesada carga de los
subditos; y los esbirros del rey se deteitan en lujos y orgías, crecen los
caserIos y se forman las ciudades para deleite de los amos y humillación de los
vasallos.
Cúcuta, Cartagena Popayán y Santa Fe se convierten en
ciudades mientras que los Llanos Orientales y los valles de Antioqula Tolima y
Cauca son explotados con gritos de dolor y angustia para Ia bestia blanca que
atesora sus arcas para su propio beneficio y las ambiciones del soberano. Los
campos y ciudades de Ia Nueva Granada se encuentran saturados de Ia influencia
y el dominio extranjero y su sangre contaminada de crueldad y de barbarie ya se
ha cruzado con Ia del indio bravo; de esa mezcla de sensuilidad y odio germina
el criollo varoniI y vengativo que alimenta día a día impulsos de sadismo y
destrucción, producto de sus propios progenitores, pero Ia genética amalgama de
los amos beligerantes y crueles con las indias rollizas e indómitas crean el
germen que poco después lanza el grito de rebeldIa y liberación, heredado precisamente
del verdugo, gestando el inconformismo y Ia revolución.
La nueva generación que reflexiona, que piensa y sabe que
en el viejo mundo los pueblos se traban en guerra, que Francia, Inglaterra y Ia
madre España se bañan con sangre, que las colonias se rebelan, que el pueblo
lucha contra Ia esclavitud y ama Ia libertad, comprende que también puede
hacerlo y para honor y gloria de Ia nueva Patria, Antonia Santos, Manuela
Beltrán y Policarpa Salavarrieta pagan con su propia vida los deseos de
libertad e independencia. El 20 de Julio
de 1810 marca el comienzo de Ia nueva era sangrienta, Nariño, Bolivar,
Santander, Córdoba, Páez y Sucre y Ricaurte abren las puertas de Ia lucha;
Carabobo en Venezuela, Pantano de Vargas en Boyacá y Colombia, Pichincha en
Ecuador, Junín en el Perú, y Ayacucho en Bolivia; en los estados de Nueva
Granada ya han estallado los brotes insurrectos: en Cali, Pasto, Bucaramanga y
Popayán, en MedellIn, Cartagena y Neiva, el criollo con Ia ayuda del indlo y el
negro esclavizado han tomado las armas y librado combates; los caminos
desiertos cubiertos de vegetación y espesas selvas son trasegados de nuevo, porque
Ia Patria Colombiana empieza a deshacerse del yugo de Ia sumisión; tiembla Ia
tiranía al paso de las tropas patriotas que recorren de un extremo a otro
enfrentados a las reales que exhiben para escarmiento Ia cabeza de Galán y caen
en el banquillo Caldas y Camilo Torres.
De Santa Fe a Venezuela y Cartagena, y por lbagué a
Cartago, Popayán y Pasto se desplazan los heroes, abren caminos, levantan campamentos
y libran batallas; al occidente y sur, una sola vía comunica por esa época a
las huéstes libertadoras, es precisamente por el Quindío, después del cruce de
Ia cordillera Central pasando por Barcinales (hoy Salento) por el “Alto del
Coronel” donde existe una vieja casona, loma abajo hasta Boquía y después en ascenso
hasta el “Alto del Roble” por Nudilleros (hay Filandia), La Balsa (hoy Alcalá),
hasta Ia villa del Virrey (Cartago). Es por ese entonces cuando el Quindío
despierta del letargo que le causó Ia destrucción, Ia muerte y el saqueo del
barbaro españal; las tropas se abren paso par las mantañas y se recrudece Ia
guerra de Independencia que culmina el 7 de Agasto de 1819.
Capitulo .5
BOLÍVAR Y SUS
TROPAS PASAN POR “NUDILLEROS”
Se construyen
ramadas, fondas y hospedajes.
La naturaleza del terreno y la estrategia de la guerra,
indican que es Nudilleros (Filandia) punto obligado de empalme de las tropas
que combatían con el enemigo español desde Tolima, Cauca y Antioquia. Desde su
meseta se domina a simple vista las vertientes de la cordillera Central en su
costado occidental, todos los planes del Quindío y cordilleras aledañas a
Cartago, Anserma y cauces del Cauca. El
camino que se prolonga hacia occidente cruza el río Barbas por las veredas de
La Julia, Yarumal, Huertas y Condina hásta Cartago Viejo (Pereira), pasando
luego por Cerritos y más adelante hasta Anserma y Medellín; otro camino que
partiendo de Nudilleros se descuelga por Buena Vista, Pavas y La Balsa hasta Cartago.
Diez años de lucha constante culminan con la epopeya del 7
de agosto de 1819 y se respira un aire nuevo de libertad y gloria sin
persecución ni masacre de indígenas y sin esclavos. Los caminos de la Patria se
abren por orden de Bolívar y crece el intercambio cultural político y
administrativo; se ordena su reconstrucción y es así como el 31 de Julio de
1823 se expide la ley sobre “Concesión de Privilegios y Apertura de Caminos”;
el 26 de Marzo de 1835 se complementa con otra ley de “Apertura de caminos y
montañas de Quindío”; en 1842 nuevas leyes ordenan “Arreglo de caminos y montañas
de Quindío”, obras que ejecuta el batallón Pichincha a cargo del Capitán Ponce;
en 1843 se expide otra ley “sobre
concierto de vagos para trabajar en el camino de montañas de Quindío” y se abre
Ia Penitenciaria de Boquía, a fin de llevar a cabo dichos trabajos con penados traídos
de Antioquia, Cauca, Tolima y Panamá. Fue una colonia penal que funcionó a
orillas del rio Boquía y que tuvo asiento precisamente en Ia casa de uno de los
fundadores de Salento don Pascasio Salazar, construcción que se conserva semidestruida
levantada por aquella época, poco antes que Salento fuera fundada en el sitio
actual que por aquel entonces se llamaba Barcínales. Una creciente del Boquía
arrasa casi todo el poblado y obligo a Ia fundación de Ia actual Salento.
Desde la época de la Penitenciaria de Boquía se ejecutaron
trabajos en grande hasta Cartago y Manizales que apenas era un coserío
perteneciente a Antioquia y era al sur de la región por donde se viajaba a
Medellín por la vía Neira, Aránzazu, Salamina, Pácora y Aguadas. Es fácil
comprender que de todos los pueblos mencionados se viajaba a Ibagué y Bogotá a
lomo de mula pasando por San Francisco (hoy Chinchiná), Santa Rosa de Cabal,
Pereira y Nudilleros (Filandia).
Todo hace pensar que era éste el camino obligado y sitio
donde convergIan los viajeros de Cartago, Manizales, lbague y Popayán. Pero fue
en el año de 1830 cuando los caminos ya estaban abiertos; la Gran Colombia
vivía bajo un panorama lugubre e incierto porque ya no era Ia codicia del
conquistador sino Ia ambición y el personalismo (grandes males de nuestra
Patria) los que creaban desconcierto y frustración aI gran Libertador que pagó
con su preciosa vida y a edad temprana Ia lndependencia de cinco Repúblicas.
Fue el 20 de Diciembre de 1829, segán Ia placa
conmemorativa eregida en su memoria en la Plaza de Cartago Cuando Ia Visitó por
última vez y donde permaneció hasta el 4 de Enero de 1830; al dia siguiente
monta su cabalgadura, se descuelga por
Piedra de Moier a orillas del río La Vieja avanza por el Paraje de La Balsa
(AlcaIá) y contempla Con tristeza las ruinas de las fortalezas de “Trincheras”
donde lucharon y perdieron los Quimbayas y Pijaos en cruel batalla; desde aquí
asciende por las lomas de las veredas de La Caña La Cuchilla Pavas, Buena-Vista
y Nudilleros donde entran por Ia antigua calle de Chochalito que fue bautizada
por esa época con el nornbre de “Paseo Bolívar” siendo dueño de su más antiga
edificación don EUFRASIO OCAMPO (Repelón) Uno de los primeros pobladores y en
Ia pared del frontis se exhibía un significativo dibujo alusivo al Libertador
montando en su brioso rocinante con las tropas que le seguían sus pasos pero lnfortunadamente Ia acción natural
del tiempo y Ia mano destructora del hombre borraron para siempre Ia que hoy serIa
una reliquia histórica comno único documento y testimonio del glorioso
acontecimento; de Chochalito sigue su camimo por el frente de Ia casa de don
ELEAZAR LOPEZ hoy de don Pedro Arbeláez en Ia “Cuna de Venus”, sube por Ia
calle de Ia actual Panaderia Turin y muy cerca de Ia Casa de JUAN PEREZ (cuca)
hasta Ia esquina de Ia que hoy es plaza de mercado o galeria y por Ia “Calle
Real” hasta el parque actual o de BolÍvar, descansa con su tropa en el sitIo
donde boy se erige su busto y Ia placa conmemorativa que reza; “Paso el
Libertador el 5 de Enero de 1830”.
Desde esta meseta Contempla Con deleite el macizo enorme de
los Andes; los dominios del Cacique Calarcá de Peñas Blancas y al occidente las
Colinas cercanas a Ia Villa de Robledo, Ia selva enmaranada e inhóspita del
Quindío, parte de los cauces del Cauca y las Colinas de Anserma y Santa Barbara.
Agobiado y enfermo sigue su camino el mismo día 5 de Enero
de 1830 en las horas del mediodía baja por Ia calle que boy se llama de “La
Paz”, convertida en una avenida moderna y elegante, sigue su camino por Cruces
hasta el Alto del Roble, desciende a Boquía, Sube a Barcinales (hoy Salento)
doflde existe Una estatua en su homenaje Que dice: “El Libertador Simón Bolívar
IIegó a Salento eI 5 de Enero de 1830” y salió hacia Mariquita vía Boquerón al
día siguiente.
Fue su óúltima jornada por tierras quindianas y el 17 de
Diciembre de 183O muere en San Pedro Alejandrino dejando a Ia Patria Iibre y
sin esclavos pero en medio de grandes dificultades políticas administrativas,
con partidos politicos y discrepancias insensata creadas por sus colaborades
inmediatos, que no colmaron sus ambiciones personlistas y regionales hasta
destrozar el sueño de héroe cuando Colombia, Venezuela y Ecuador trazaron
distinto caminos y fraccionaron definitivamente Ia entonces pujante soberana
GRAN COLOMBIA.
Capitulo 6
VIENE DON
FELIPE MELENDEZ Y FUNDA LA NUEVA CIUDAD DE FILANDIA
No es él precisamente el primero que pisa esta comarca
porque ya BolÍvar como se ha dicho descansa con sus tropas el 5 de enero de
1830 de paso para Boquia, Mariquita y Bogota, y queda el camino expedÍto para
el intercambIo de comercio y viajeros entre los estados del Cauca, Antioqula y
Tolima, además estas tierras ya habían sido recorridas y exploradas por los guaqueros.
Procedentes de Ia tierra paisa, justamente el 20 de agosto
de 1878, unos a pie, otros a caballo y los demás con las mulas cargadas de
herramientas, cobijas, esteras de hiraca, mujeres y niños Ilevados hombros o
hacinados entre canastos y angarillas, provisiones y animales domésticos entran
por Ia que hoy se llama “Calle del Empedrado” del barrio El Recreo, don Felipe
Meléndez, hombre de gran cultura y empresa acompañado de los bravos y valientes
descuajadores de montañas labriegos e industriales señores José Leon, Carlos
Franco, Eliseo Buitrago y tantos otros cuyos nombres se escapan a Ia historia,
obserban el sitio ideal para levantar Ia gran ciudad cuyos cimientos se hunden
en eI contrafuerte Occidental del macizo andino frente a Ia gigantesca cordillera,
cubierta en parte por nieves perpetuas, de picachos empinados y clima fresco,
con aire purificado por Ia espesa selva, e inspirado en Ia belleza del paisaje,
sonríe con ademán pletórico y sin vacilar un instante Ia bautiza con Ia hermosa
acepcjón formada del latin y del ingles “FILIA” hija; y “LANDIA” Andes; “Hija
de los Andes”.
Nace asi para la historia politica y administrativa de
Colombia un pueblo que tiene de nobIe desde su nombre Poético, real y cortesano,
hasta el porte señorial e hidalgo de su címa majestuosa de edificaciones
sobrias y solariegas construidas con el roble corpulento de sus selvas.
Dicen los antiguos que su nombre tradicional fue el de
“Nudilleros” en recuerdo de Ia planta de nudillo y en razón de su gran proliferación;
desde luego, habitado por escasas chozas de arrieros y labriegos ramadas y
hospedajes donde el viajero fatigado buscó descanso y alimento para Ia penosa
travesia desde Cartago y Popayán y desde lbagué hasta Manizales Porque allI
convergían todos los caminos del suroccidente de los Estados Unidos de Colombia
que unían a Cartago, Manizages y Pereira por Ia antigua trocha de Barbas
Huertas y Condina; era pues “Nudilleros” el cruce obligado de los viajeros a
los Estados soberanos del Cauca Tolima y Antioquia porque ni Armenia Calarcá ni
Sevjlla existían. Ademáslas huellas de las trochas de los indíos
y los túneles y cavernas de Buena Vista Pavas y Fachadas indican que los
aborígenes utilizaron esa via quiza por mucho tiempo y en verdad la topografía
se ajustaba a las necesidades de Ios antepasados. Era
por to demás un sitjo pintoresco y atrayente de inspiracjón Poética donde se
deleitaron todos los viajeros en jornadas penosas a lomo de mula desde las
capjtales de Antioquia Cundinamarca Tolima y Cauca y era allí en su propia
plaza donde se cumplia Ia cita ocasional obIigada de todo transeúnte de todas
Ia muladas, de todas las caravanas sedientes de tierras y aventuras; era por
decirlo así el corazón de Colombia. Asi surgió
Filandia que en los comienzos de 1900 ya había ganado popularidad y prestigio
entre las ciudades importantes del país. Consolidada Ia fundación empezaron a construir
las primeeras casas con cimientos de finísimas tapias o paredones de piedra y
barro pisado en Ia misma plaza, como es el caso de la residencia que se adaptó
para el funcionamiento del teatro Bengala donde quedaron recuerdos de muros y
maderas sólidas y fuertes a manera de fortaleza inexpugnable. Filandia empieza
a perfilarse como verdadera metrópoli y los bosques de sus alrededores van cayendo
bajo el peso de hachas y machetes; y de sus troncos cor- pulentos de roble,
arenillo y comino real se sacan las columnas in- mensas para construir Ia
iglesia y las mejores casas de Ia plaza y calles principales.
Desde luego se construyen casas con lo mejor de su montaña
y Ia plaza que ya ha sido despejada de su barranco alto, de sus nacimientos de
agua y árboles corpulentos, y trazada por el señor José Maria Serna, de
Cartago, empieza a ser remodelada por don Mariano Vargas e hijos bajo Ia
vigilancia del entonces corregidor o comisario de policia don Rafael Carvajal.
Asimismo ya se había levantado Ia primera capilla donde ofició Ia primera misa
el Padre José Joaquín Baena.
Las casas del marco de Ia plaza se construyen
aceleradamente por los dinámicos hombres de empresa e industria señores José
Maria Garcia, Rafael Naranjo, Rafael Carvajal, Rafael Parra, y Angel Maria
Martinez, según el historiador don Cornelio Moreno, figura destacada del
magisterio caldense.
Bien pronto el Padre Pineda, y los presbIteros Valencia y
José Maria Restrepo acometen a su turno Ia obra monumental del actual templo
parroquial con maderas finIsimas y columnas enormes, aserradas en buen tiempo
en los montes próximos al poblado y que hoy lucen con imponencia y
majestuosidad.
Pero mucho antes, al decir de los antiguos existen
construcciones a lo largo de Ia calle real después de la guerra de
independencia cuando pasa Bolivar el 5 de enero de 1830, descansa en Ia que hoy
es su plaza y continúa su viaje al mediodIa por una trocha entre las actuates
calles del Embudo y Avenida de Ia Paz con destino at Alto del Roble, BoquIa y
Barcinales (hoy Salento) donde pernocta esa noche para seguir at día siguiente
a Mariquita, via “Boquerón”, según Ia placa conmemorativa.
Capitulo 7
EN 1892 SE
ERIGE EL MUNICIPIO Y EN 1894 LO RATIFICA EL ESTADO SOBERANO DEL CAUCA.
Para los efectos fiscales, politicos y adminjstratjvos del
entonces Estado Soberano del Cauca, Popayán como capital, divide el Territorio
en varios municipios y distritos porque abarca una zona inmensa de Colombia,
desde los límites con Nariño hasta el Océano Pacífico incluyendo el Chocó, al
lImite sur de Antioquia casi hasta Manizales, zona de San AgustIn y Caqueta
hasta Venezuela y por lacordillera central hasta el Párarno del Ruiz.
Por esa razón Ia provincia del Quindío se convierte en
Ilmite norte del Estado y su capital Cartago se subdivide en distritos que a su
vez en distritos que a su vez gozan de cierta automía; son ellos: Cartago,
Victoria, Obando, Pereira, Santa Rosa, María, Palestina y Nueva Salento. Es
decir, Cartago queda circunscrito en el Norte del Cauca, como capital y cabecera
del QuindIo.
En 1879 don Felipe Meléndez, según los archivos del concejo
de Cartago desempeñá el cargo de vocal principal de Ia provincia de Quindío,
distrito de Cartago, como reza en el acta del 2 de junio del mismo año y su
influencia cívica y política muy pronto se hace sentir en bien de Filandia de
Ia cual es su fundador, y es así como en 1882 en Cartago se Produce el acuerdo
número cinco del 12 Febrero por medio del cual “se crea dos empleados en el
caserío de Filandia, aIguacil y comisario de policía” (Tomo 31 de 1882 a 1883)
y es nombrado don Rafael Carvajal para ocupar el cargo.
En 1877 ya se había presentado otro proyecto de acuerdo ante
Concejo Municipal de Cartago en Ia sección del 14 de Mayo fijado los lImites de
Nueva Salento, pero siempre dentro de Ia circunscripción territorial del Quindío,
límites que rezan textualmente así: “Al occidente los lImites orientales de
Sta. Rosa y Pereira; al Norte y Este Ia linea divisoria hasta el nacimiento del
rio Cumbarco; al Sur el rio Cumbarco; éste aguas abajo hasta su desernbocadura
en el rio La Vieja i el curso de Ia Vieja hasta Ia confluencia de Ia quebrada
de “Barbas”.
En 1887 por disposición del Concejo de Cartago se fijan los
límites de Filandia y que son los que conserva en Ia actualidad.
El 22 de abril de 1892 aún es corregimiento, según
comunjcación que en Ia fecha reposa en los archivos.
En 1892 el 21 de octubre aparece el sigujente comunicado:
“señor alcalde distrito de Filandia: La gobernación del Cauca declara exequible
el acuerdo número 42 expedido por el Concejo Municípal del extinguido Salento
el 25 de Agosto último, Dios guarde Usted (F.D.O) Pablo Herrera”, lo que
dernuestra que el 25 de Agosto de 1892, por acuerdo número 42 del Concejo Municipal
de Salento, Filandia se erige en Municipio y empieza a operar legalmente como
entidad jurídica política y administrativa con su primer alcalde don Rafael
Ramírez. En 1894 Ia Asamblea del Departamento
del Cauca ratifica a Filandia como cabecera municipal según Ia ordenanza número
31 del 24 de julio.
Bien pronto se presentan las primeras dificultades administrativas
porque el primero de Noviembre de 1892 se instala por primera vez el Concejo Municipal
de Filandia y los archivos del que fuera meses antes corregimiento no han sido
entregados por lo que en tal sentido se cruzan comunicaciones entre el alcalde
de Filandia, el presidente del Concejo de Salento y el presidente del Concejo
de Filandia don Dionisio Jaramjilo con su colega de aquella ciudad, incidentes
que no se resuelven satisfactoriamente hasta fines de 1893 y comienzos de 1894
años después de los cuales empieza a funcionar el engranaje administrativo y a
operar los primeros acuerdos y decretos, después de ratificar por ordenanza del
Departamento del Cauca.
No obstante, los tropiezos mencionados, el progreso del
pueblo no se detiene: las construcciones avanzan, las calles se cubren de
piedra bien distribuída y enterrada, cargada en mulas y cajones de madera traída
desde Barbas y Portachuelo, se instala el primer acueducto: don Demetrio
Salazar como dueño y don Tiberio Salazar como administrador instalan Ia primera
fábrica de jabón para ropa y uso casero, don Salvador Gallego instala Ia primera
fábrica de jabón de tierra. Igualmente, don Tano MejIa instala una trilladora
de maIz y una industria de curtimbres.
Por ese entonces las “Empresas Unidas de Occidente”, y su
mayor accionista don Rafael Genaro MejIa, instalan Ia planta eléctrica sobre eI
rio Barbas y una trilladora de café que ocupó muchos obreros situada en toda Ia
esquina norte de Ia Plaza de Ferias, Ia cual fue destruida por un incendio eI 7
de junio de 1925, pero antes existió otra en el paraje de “El Socorro” del
señor Jesús María Hernández y otros Socios que también fue adquirida por don
Rafael Genaro Mejia de Manizales y devorada por otro incendio.
Capitulo 8
CRECIMIENTO VERTIGINOSO
Y DESARROLLO ESPECTACULAR-
A finales de 1892 cuando Filandia se consagra como entidad municipal
el entusiasmo de sus gentes y su afán de progreso se hacen desbordantes; nada
ni nadie detiene eI empuje civico y creador de sus habitantes El pueblo se
extiende rápidamente en edificaciones y se construyen habitaciones y locales
comercjales e industrias desde el santuario, por Ia avenida de La Paz hasta el hospital
y cementerio y desde el barrio “El Patudo” donde se encuentra en Ia actualidad
Ia escueja de Varones hasta el barrio “El Recreo” pasando por el hospital
Psiquiatrico barrio “El Matadero” y calle de “La Cruz” se trazan las calles del
pueblo los parques las plazas y avenidas Es así como Ia avenida del Cementerio
se convierte en una calle hermosa sembrada a lado y lado de Jardines cipreses y
casuarinas construída con viviendas casi en toda su extensión a lo largo del
barrio San José con un hotel de dos plantas de propiedad de Ia señora Anita
Naranjo esposa de uno de los fundadores don Laureano Sanchez con esmerada
atención para los pasajeros, bien dotado y de gran comodidad.
La calle que hoy Ilamamos del “Empedrado”, por el hospital Psiquiátrico
era toda ocupada por buenas edificaciones y por ella entraban y salían las
personalidades de Ia época de paso para Pereira, Manizales y Medellin y un
hermoso parque que llamabamos el “Parque Viejo” en el preciso sitio donde hoy
funciona el Hospital Mental era el paseo favorito de Ia sociedad filandeña, siendo
Ia calle principal de acceso a éste Ia “salida de Pereira”; tiempos aquellos de
nobleza y linaje que difícilmente volverán.
Las calles del Pensil, Ia Real, Ia del Convento, Consistorial, de Ia Cruz,
del Hospital, del Embudo y de Ia Paz marcan en las páginas de Ia historia de
Fitandia épocas de gloria, nostalgia y ansiedad.
El pueblo se dividIa territorialmente en su parte urbana en
doce barrios de gran importancia: El Recreo, La Cruz, El Patudo, del Convento,
El Embudo, El Pensil, San Antonio o Consistorial, Barrio San José, La Báscula,
Plaza de Ferias, Matadero y Gallinazal. Tal era el potencial urbanístico de Ia
ciudad: existlan dos plazas, Ia de Bolívar o principal dondese hacIa el mercado
páblico y cada semana, los domingos, después de misa mayor, al resonar de
tambores se anunciaba el “bando” que anunciaba los mandatos oficiales desde los
balcones de Ia casa municipal Ia plaza de ferias, extraordinariamente amplia
para el negocio mensual de ganado y demás semovientes en cuyo lugar funciona
hoy un moderno edificio destinado al colegio oficial Liceo Andino. El parque de
recreo favorito de nuestra sociedad ya mencionado como parque viejo estaba
adornado de hermosos prados y árboles ornamentales, todo encerrado en rejas
metálicas donde se escucharon por muchos años bellas retretas los jueves y
domingos en horas de Ia noche, ejecutadas por Ia banda de músicos que hizo
época, dirigida por los maestros de fama nacional don Agustín Payán, Alberto
Osorio, Felipe Latorre, Jorge Camargo Espolidori y muchos otros que marcaban tono y elegancia
en el arte musical; su último director fue el apreciado amigo y caballero sin
tacha don Pablo Aguirre; tenía también un parque infantil dotado de
instalaciones modernas que desaparecieron en su totalidad, precisamente donde
hoy funcionan Ia Escuela Pública de Varones y el barrio Obrero. El pueblo
crecia en urbanización y prestigio nacional; muchos intelectuales y hombres de
empresa, ganaderos, agricultoreS, y técnicos industriales se vincularon a su
progreso. Muy larga sería Ia lista si se mencionaran todos en esta obra pero el
pueblo reconoce sus méritos y virtudes y es justo consignar en estas páginas sus
nombres con gratitud imperecedera:
Fueron ellos sus fundadores, los primeros pobladores y
grandes personalidades pilares del prestigio y del progreso: Don Felipe
Meléndez, Andrés y Concho Cardona, Ignacio y Pedro Londoño José Maria Osorio,
Eleuterio Aguirre, Laureano Sánchez, Lolo Morales, José Leon, Jesús Maria
Osorio, Carlos Franco, Eliseo Buitrago, Dr. José Ramón López Sanz, Severo Gallego, Gabriel
Montaño, Mariano Vargas e hijos, Juan Blandón, Florencio y Santiago Echeverry,
José Maria Garcia, y esposa, Dolores Garcia, Rafael Naranjo, Rafael Carvajal,
Angel Martinez,
Marcelino y Simón Echeverry, Lucy Ospina, Fulgencia Osorio, Maria Antonia
Hernández, Miguel y Arcadio Arias, Rosario Osorio esposa de don Miguel Arias,
Bonifacio Giraldo, Ramón Peláez, Andrés Vargas, Felipe Vasquez, Manuel Pelaez,
Mariano Ospina, Agustin Osorio Ramirez, José Jesús Mesa, Delfin Bedoya, Eleázar
y Toto Bedoya, Ramón Hurtado, Luis Maria Restrepo, Andrés Aguilar, Jesusita Fonnegra,
Antonio Aranzazu, Jesús Benitez, Sotero Suarez, Demetrio Salazar, Luis Maria
Osorio, Belisario Ramirez, Cleotibde Salgado, Justiniano Murillo, Andrés
Bedoya, Mariano Ramirez, Emiliano Bedoya, José Dolores Arias, Marco y Juan
Climaco Nieto, Sandalio Zuluaga (padre e hijo), lgnacio y Elias Zuluaga,
Desiderio Naranjo, Eleázar López, Eufracio Ocampo, Ursula Gaviria, Juan Cancio
Rarnirez, Rosendo Naranjo, Ponciano Toro, Marco Murilbo, Tano, Ramón, Pablo,
Genaro y Jesus Mejia, Tomaciano Carlos, Samuel y Alejandro Restrepo, Luis
Uribe, Frolián Urrea, Pedro Pablo Vallejo, Pedro Pablo Martinez, Juan de Dios Martinez, Antonio
y Vicente Brito, Roberto Osorio (Bolivar), Jesus Patiño, Jesus Gonzalez ,
Rafael Patiño, Rafael Vallejo, Jesus
Ocampo, (Chun), Pablo Lopez, Lolo Echeverry, Alejo Garcia, German Castaño,
Pacho Elejalde, Gerardo Ospina, Abberto Montoya, Fernando Montoya, Roberto
Estrada, Clímaco MejIa, Jenaro Niño, Felix MejIa, Manuel, Pacho y Jesás
Benjumea, Maria Antonia Echeverry, Juvenal Lopez, Julio Guinand, Carlos,
Augusto y Enrique Guinand, German Castro, Margarita Lopez, Marco Gallego, Clara
Duque, Jesus, Pedro Jota, Alcides Horacio y Benjamin Naranjo, Jesús Castañeda,
Clara de Castañeda, Mario Loaiza, Marco
Betancurth, Sinforiano GarcIa, Pablito Gómez, Maria de Jesús
Gómez, Hipólito Lopez, Norberto Lopez, José Savas, Justo Murillo, Ernesto Patiño,
Felipe Ospina, Juan Rodríguez, Antonio Martínez, Jesus, Rafael, y Gelasio Heredia,
Pedro Nolasco, Carlos Perez, Eduardo Medina, Jesús Antonio y Carlos Ramírez,
Olimpo Rodríguez, Tomás y Joaquin Gutiérrez, Rafael Muriel, Chucho
Franco, Lázaro Maya, Carlos Buitrago, Cosme Martínez, Luis
Angel Martínez, Julio Duque, Elías Gallego, Juan de Ia Rosa y Rafael Gallego,
don Juan de Jota Marín y señora, Rafael Ospina, señora e hijos, Joaquin y
Antonio Muriel, Camilo Duque, Florencia y Eladio Peláez, Felix y Alfredo
Galvis, Dr. Pacho de Ia Serna, don Pascual Mejía dueño de “Tesorito” o “Bremen”, Elias Cárdenas, José
Maria y Alejandrino Moncada, Antonio Cifuentes, Esteban Cifuentes, Antonio Toro
padre de “Torito” Gonzalo y Teodoro Duque, don Pedro Rodriguez y su esposa
Matilde, doña Cerafina de Montoya, Merceditas Gutiérrez, Andresito Bedoya,
Antonio López, Claudio López, Antonio, Celso, Gerardo y Jesús Maria Martínez,
Joaquín Angel, Abdon Molina y muchos más.
A medida que el pueblo crece el comercio y Ia industria se fortalece
y se hace necesaria Ia creación de una inspección de policIa; efectivamente en
1925 es nombrado don Desiderio Mesa como inspector y Luis E. Echeverry como
secretario, dependencia que no funciona mucho tiempo. Recientemente en 1977,
siendo alcabde don Norberto Arias Cardona y secretario don .Jose A. Jiménez se
crea otra inspección de policIa, circulación y tránsito, actuando como
inspector el señor Estéban Betancurt y Jorge Arango como secretario, suprimida
hace poco por rivalidades políticas, hecho que marca nuevo factor de retroceso
para Filandia porque su funcionamiento es absolutamente indispensable en razón
de Ia abundante cantidad de demandas y casos de policía como el diario
acontecer de accidentes de tránsito, señalización de vías y querellas por
diferentes actos delictivos.
Capitulo 9
EN LO ECLESIASTICO.
Ofició La primera misa el padre José JoaquIn Baena hacia el
año 1880 cuando viajaba de Manizales a Bogota, siendo cura delcaserlo de
Condina (Pereira); Ia primera visita episcopal es practicada por el ilustrIsjmo
obispo de Popayán Monseñor Juan E. Ortiz y por (a misma época Ilegan los
primeros misioneros padres franciscanos Juan y Bernardo Arana, quienes bendicen
Ia cruz de Ia misión que aCm se conserva en Ia iglesia parroquial, constru Ida por
los ciudadanos José Maria y Jesós Antonio Benjumea y pintada por don MilcIades
Valencia. Perteneció primero a Ia Vicaria Foránea de Sta. Rosa de Cabal; el 22
de enero de 1905 se erige en parroqula y el 17 de mayo de 1915 Ia parroquia se
eleva a Ia categoria de Vicaria Foránea siendo su primer vicario el padre Frandsco
de Paula Montoya hasta 1923.
Pero de 1884 a 1889 desempefjo el curato del caserIo el
padre lsmael Valencia; de 1889 a 1895 ejerciO el mismo cargo el padre José Ignacjo
Pineda y luego el padre Valencia asume nueva mente las funciones de curato de
Ia ciudad; durante su permanen cia desarrolla grandes obras sociales y casi
cien años después en homenaje de gratitud y reconocimiento a Diócesis de
Armenian consagra su nombre en Ia Casa Campesina, en el local que años antes
ocupara el colegio de a Stma. Trinidad. Ese mismo año de 1895, el padre
Valencia es reemplazado por el padre Jesus María Restrepo hasta 1901, quien
poco después viaja a Guayaquil donde muere, no sin antes haber empezado Ia
construcción del templo actual sobre columnas enorrnes de barcino y laurel
negro, obra que demandó cientos de brazos de hombres fuertes y musculosos también
empezó Ia construcción de Ia antigua casa cural demolida bajo Ia rectoría
espiritual del padre Guillermo RamIrez Osorio, en cuyo sitio se levanta una
edificación moderna que resalta poisu belleza en medio de antiguas
construcciones.
Le sucede en el cargo el Reverendo Padre Francisco de Paula
Montoya hasta 1923. Sin duda alguna es el padre Montoya Uno de los grandes
impulsores pues continua el trabajo del tempo parroqulal y del hospital; en
1907 trae a Ia población Ia benemérita comunidad de Bethlemitas que durante
tres cuartos de siglo há prestado invaluables servicios en lo moral y educativo
con abnegación y desvelo.
De 1923 a 1926 desempeña el cargo de presbItero Gonzalo Alvarez
y le sucede el padre Salomón Castaño, sacerdote honesto y virtuoso pero
drástico, severo y un tanto intransigente por cuya causa se produce un compás
de espera y coincidencialmente se desatan de otro lado pasiones politicas,
controversias sociales, caudillismos y manzanillajes que perduran por algunos
años.
Hacia 1932 el padre Francisco Restrepo entra a reemplazar padre
Castaño y en 1935 le sucede el presbItero Antonio José Valencia, quien inicia
otra eta de prosperidad para Ia población con entusiasmo sorprendente. Además
de ser gran orador sagrado de fina y melodiosa voz, y deportista
extraordinario.
Posteriorrnente los sacerdotes Ernesto Lopez Rodas, Justo
Pastor Loaiza, Pastor Londoño, Ramón F-loyos, Guillermo Ramirez Ramón
Echeverry, AnanlaS Gonzalez, Carlos Vicente Buitrago, Gonzalo~Guevara, Antonio
Restrepo, y el padre Marco Antonio Duque, Capellán del Convento de las madres
BethlemitaS durante muchos años cumplen su misión apostólica en esta region. En
la actuatidad et Rvdo. padre Francisco Betancur Ramirez rige tos destinos
espiritualeS de La parroquia, sacerdote de gran cultivo intelectual y de muchos
méritos, entre cuyas obras se destacan Ia “Casa de Ia joven desamparada” que
funciona en La antigua edificacióri del teatro Bengala, el Colegio Vocacional
que capacita en obras de artesanía comercio y costura.
La reconstrucción de ta Casa Campesina “lsmael Valencia”,
La remodelación del templo y casa cural y en Ia actualidad Ia obra por terminar
“La Casa de La CuItura”.
El 22 de septiembre se abre el libro de bautizos en el año
1884 firmado por el padre lsmael Vatencia, el de matrimoflios el 8 de julio de
1889 y el de defunciones el 7 de junio de 1889 por el padre José J. Rico.
Capitulo 10
EN LO JUDICIAL
El nuevo
caserIo hizo parte para los efectos politicos, administrativos y judiciales del
Estado soberano del Cauca cuya capital era Popayán, con jurisdicción en Ia
provincia del QuindIo, capital Cartago. Era Nudilleros una fonda o posada con
el cruce obligado de los caminos desde MedeltIn y Manizales, Cartago y Cali
hacia lbagué y Bogota es decir en él tuvieron asiento todas las actividades
administrativas judiciales y comerciales at suroeste del Nuevo Reino de
Granada, y es de suponer Ia importancia que adquirió esta comarca caucana que
en razón de su ubicación geográfica concentraba en su cabecera Ia vida del gran
Estado.
Fue constitulda ya en incipiente caserio con ramadas,
hospedajes y posadas. Las primeras casas de Ia plaza principal eran las de Ia esquina
de Ia Calle Real con Calle Consistorial precisamente al frente del Palacio
Municipal y Ia de Ia esquina diagonal a Ia casa cural o antiguo Teatro Bengala.
Necesitó Ia instalación del primer puesto de comisaria o inspector, cargo que
sirvió don Rafael Carvajal, antes de Filandia ser erigido en municipio y en lo
judicial como se ha dicho, Filandia perteneció a Cartago hasta 1905. Desde ese
año hasta 1925 perteneció al circuito de Armenia cuando por ley 58 del mismo
año el Congreso Nacional crea el circuito de Filandia integrado con el
Municipio de Circasia; en el año 1956 fue segregado Circasia quedando solo
Filandia como
cabecera de circuito; como primer juez es nombrado el Dr.
BenjamIn Vallejo y como secretario don Jesus Maria Heredia; en 1926 ejerce el
cargo de juez don Jesás Maria Heredia y secretario don Pedro Jota Naranjo.
En 1895 es nombrado como primer juez municipal el sefior
José lgnacio Sanz quien declina el nombramiento y se nombra en su reemplazo a
don Raimundo Jaramillo; en 1969 el ministro de justicia Fernando Hinestroza
Forero, a raIz de Ia reforma judicial suprime a Filandia como cabecera de
circuito y queda reducido a simple Juzgado Municipal.
Por lo expuesto y en el aspecto judicial, Filandia sufre un
serio golpe que marca nueva etapa de decadencia y desigualdad. En Ia actualidad
desempeña el cargo de Juez promiscuo municipal el Dr. Jesus Antonio Ruiz Moreno
con su secretario don Gustavo Garcia Henao.
Suprimido Filandia como cabecera de circuito, Ia cárcel
nacional que en otra epoca funcionó como centro carcelario de primer orden, a
raIz de esa determinación de Minjusticia, el juzgado del circuito deja de
funcionar como tal y queda Ia cabecera reducida a Ia simple condición de Cárcel
Nacional Municipal, con ello pier de el pueblo otro pilar de su progreso, se
suspende a Ia cârcel los servicios asistenciales y atención médica con algunos
detenidos y sumariados que los custodian un director don Gonzalo Cardona Soto,
un cabo, Salomon Carvajal y otros guardianes, Luis Laureano Guaitarilla, Jesus
Orlando Palacio, Jorge Urrea y César Botero.
En Ia forma expuesta el Pueblo sigue en franco retroseso y
ninguno de Los “poderosos” de Ia cosa póblica se preocupan por impedir estga
hecatombe de males y
Capitulo 11
EN
TELECOMUNICACIONES (CORREO Y TELEGRAFOS).
En 1892 se instala Ia oficina teiegrafico con su primer
administra dor don Lucas Ocampo a quien sucedío poco despues don Julio Guinand
tronco de una distjnguida familia a quien le precedlron sus hijos en el mismo
cargo por muchos años con pulcritud y honestidad Eran asesorados por vigiIantes
Corredores de Ia IInea telegráfica, ocupación servida durante una década por
don JeremIas Serrano; el correo era transportado en mulas a través de Ia
cordillera central hasta Ibague con grave riesgo y responsabilidad porque no
habfa bancos asI el dinero de los giros y remesas debían ser recomendado a su
cuidado oflcio que desempeñara por varios lustros don Jesus Alba.
Més tarde el teléfono simplifico y agilizo esos servicios y
tanto Ei comercIo como las actividades del pueblo se desenvolvÍan con mayor
rapidez Cuando fue instatado el medio decomunicacIón en Ia compra de café de
don Emilio Angel en Ia plaza de ferias. Poco despues el Ministerio instalo un
teléfono más moderno que funcionó por varios años en el teatro Bengala y era
atendido por Ia familia de Eduardo Duque.
Luego entró a operar Telecom con servicios modernos locales
y de larga distancia y hoy posee Ia población una moderna red automática para
400 teléfonos próxima a inaugurarse que pone en comunicación en pocos minutos
los más apartados paIses del mundo.
El personal de planta de Ia actualidad cuenta con los
servicios de don Hernan Leon G como jefe de oficina don Carlos Alberto Herrera
mensajero y Sta. Martha Cecilia Valencia Martinez como telefonista.
En Ia actualidad se encuentra en construcción el edificio
de Telecom con instalaciones automáticas y modernas y que empieza a prestar sus
servicios a finales del presente año en Ia calle sexta entre carreras cuarta y
quinta a continuación de Ia escuela de niñas Simon Bolivar.
Capitulo 12
EN L0 CULTURAL
Y EDUCATIVO.
Si es verdad Filandia no ha progresado mucho en otros
aspectos, no es menos cierto que ocupa un primer lugar en el campo educativo y
cultural y es ía cuna de profesionales ilustres militares religjosos cantantes,
artistas y maestros del arte y de las letras que representan con orgullo el
país en el extranjero como verdaderos valores de Ia ciencia y el saber
COLEGIQ DE LAS
MADRES BETHLEMTAS.
Se le llama Colegio del Sagrado Corazón de Jesus desde su
fundación y cuenta en Ia actualidad con casi 75 años cte existencia.
Su historia se remonta exactamente hasta el 29 de agosto de
1907, fecha de su fundación que fue presith~ pot Ia reverendIsima madre General
Maria Luisa Salinas, bajo Ia rectorla espiritual del padre Francisco de Paula
Montoya cuya influencja y entusiasmo fueron factores decisivos para su organización.
Dos religiosas, Ia madre Maria de Jesás RuIz y otra, que
pasaban por el pueblo procedentes de Palmira hacia Bucaramanga, solicitaron los
servicios religiosos del padre Montoya, quien después de dialogar con ellas,
trajo a su mer’rte Ia idea feliz de fundar un colegio en esta ciudad.
El entusiasmo reinó en el espIritu del padre Montova y de Ia
ciudadania que aspiraban se convirtiera en realidad; tanto Ia madre Maria Luisa
Salinas como el sacerdote obtuvieron el permiso del Obispo de Manizales
Nacianceno Hoyos répidamente las entidades municipales, cIvicas y religiosas
construyeron y dotaron el colegio, e inmediatamente se desplazó el número de religiosas
necesario para su fundación. El padre Montoya fue por ellas hasta Palmira y Ia
feligresia salió a encontrarlas hasta Buga La Grande, Cartago y Alcalá donde
pernoctaron después de largas y penosas jornadas a caballo en medio de
ovaciones y homenajes tributados por las autoridades y los feligreses.
El 29 de agosto hicieron su entrada triunfal a Filandia
siendo las primeras alumnas las del colegio particular que dirigia Ia señorita
Margarita Arbeláez quien cedió sus discípulas a Ia comunidad.
Durante 23 dIas permanecieron en Ia casa cural mientras se
acondicionaban los salones y se matriculaba el resto de personal de alumnas. El
grupo de religiosas que inició labores fue el siguiente: Reverendisima madre
Maria Luisa Salinas quien presidió Ia fundación, las madres Agustina Mayral
como superiora Antonia lcasa, Natalia MartInez, Luz Chavez, Gertrudis Sanchez,
y Mercedes Arturo.
Una comisión de caballeros compuesta por los señores
Demetrio Salazar, Mariano Ramirez, Angel Martinez, el presbItero doctor José
Felipe Lopez y Miguel Arias conformaron Ia junta que se hizo cargo de Ia
recolección de fondos y asesoría del Colegio para su sostenimiento y en verdad
que Ia ciudadanIa respondió con generosidad y desprendimiento poco después se convirtió en Ia casa matriz, desde
donde se impartieron las fundaciones de Pereira, Anserma, Armenia y Marsella.
Durante sus tres cuartos de siglo de existencia no menos de 20.000 alumnas y
alumnos de kinder han pasado por sus aulas y riegan semillas de virtud y del
saber adquiridos en Ia benemérita comunidad del Hermano Pedro de San José de
Betancourt, el Santo de las Islas Canarias.
Desde Ia fundación, las madres han servido con abnegación
afecto tanto a Ia sociedad distinguida del pueblo como a las niñas humildes y
campesinas y nunca olvidaremos los alumnos de Ia madre Maria de Jesás Baquero
sus sabias lecciones como profesora que fue por muchos años de los niños
varones que hoy somos abuelos y padres, orgullosos de sus enseñanzas. Durante
el presente año el colegio desarrolla enseñanza mixta y goza de prestigio
nacional.
La edificación es Ia misma desde su fundación, pero modificada
de acuerdo a las necesidades docentes modernas, contando hasta el cuarto de
bachillerato. Su capilla es hermosa, pero solo le falta Ia torre imponente de
su época, demolida por absurda decision y Ia cual el pueblo como Ia comunidad
están empeñado en reconstruir.
La nômina de profesores Ia sirven en Ia actualidad:
Hermanas: Susana ContreraS, Asunciófl GOmez, Trinidad Valencia, Genoveva
Gonzalez, Angelica Chavez, Laura Maria Rivera, Carmen Gómez, Concepción
Mendoza, Olga Maria F. Ibañez, Rubiela del Carmen Burgos, Lucia Buitrago,
Filomena Muñoz y Edermila Guerrero (Estudiante).
Profesores Externos: Hernando Gallego, Humberto Hernández, William
Javier Pineda, Nelson Gómez, Gilma Cohecha de Sanchez, Norelia Ancapa, Silvia
Gómez de Restrepo, Alba Marina Cortés y Carmenza Garcia Garcia.
COLEGIO DE LA
SANTISIMA TRINIDAD.
Fundado durante Ia tercera década de este siglo bajo Ia
rectorIa espiritual del Rvdo. Padre Antonio José Valencia.Funcionó durante
muchos años en el edificio que hoy ha destinado Ia Diócesis como Ia Casa
Campesina “Ismael Valencia”. Fue construido por el pueblo de Filandia para Ia
educación masculina primaria y primero de bachilletato. Durante más de 30 años
recibieron instrucción en sus aulas, juventudes seleccionadas bajo el lema
tradicional “formación intelectual y moral en Jesucristo”. Bajo Ia rectorIa de
Ia parroquia, desempeño labores con prestiglo y resonancia en el departamento
de Caldas y Ia Repüblica hasta 1950 cuando el padre Valencia viajó a
Belalcázar. Entraron otros sacerdotes a sustituirlo hasta el año 1952, año en
que el padre Guillermo RamIrez Osorio abandonó el plantel a su propia suerte
àsumiendo sus funciones una junta bajo Ia presidencia del médico Carlos E.
Restrepo y Ia dirección docente de don Santiago Lopez. En esa tónica
transcurrieron algunos años sin el apoyo de los parrocos ni Ia Diocesis de
Armenia, sin presupuestos ni finanzas a excepción de las que daba el internado,
aunque si con una nomina lujosa de profesores representados en las personas de
don Roberto Toro Toro, Rogelio Martinez Ospina, Ruben Perilla, Miguel Jaramillo,
Santiago Lopez y Jaime Henao Ambas dificultades para el sostenimiento crean una
situacion de marcada decadencia y hacia el año 1960 se termina por falta de
apoyo y por tIpica consunción. Sin embargo, algunos años despues sus archivos
por disposicion de una ordenanza de Ia asamblea del Quindio pasan al Colegio
Oficial Liceo Andino y se refunda Ia
enseñanza con el nambre de Colegio Oficial Liceo Andino de Ia Stma Trinidad.
El Colegio de Ia Stma Trinidad cosecho frutos
tritelectuales y morales de gran valor que hoy se destacan en las artes Ia
tecnlca y y las letras colombianas
COLEGIO LICEO
ANDINO.
CorrIa el año 1960 y Ia terminación definitiva del Colegio
de Ia Stma. Trinidad sembraba caos y desconcierto en Ia juventud filandeña;
muchos padres de familia debimos ernigrar a ciudades vecinas en busca de
colegios para nuestros hijos. En ese entonces actuaba en Ia asamblea como
diputado por Caldas el autor de este
folleto quien presentó un proyecto de ordenanza por medio del cual propuso Ia
creación, funcionamiento y sostenimiento para Filandia que se Ilamara Colegio
“Oficial Liceo Andino”.
Como todas las obras de progreso de esta querida comarca,
Ia iniciativa, increIble, pero cierto, encontró una resistencia obstinada de
parte de unos politicos furibundos del pueblo, como de algunos profesores y
profesoras que aúm viven cuyos nombres no se, por razones obvias, quienes
dirigieron teleqramas alusivos a Ia asamblea que se conservan en los archivos
de aquella corporación, en los cuales manifestaban que Filandia no necesitaba
ese plantel y que su creación serIa un desangre fiscal para el departamento de
Caldas, razones por las cuales se pedIa negar el proyecto en segundo debate.
Las comunicaciones fueron leídas en Ia asamblea, pero su contenido insólito y
precaz recibió el repudio de toda Ia corporacion; Ia reacción de los diputados
no se hizo esperar, porque una voz varonil y franca se hizo sentir en el
recinto pidiendo Ia palabra era Ia del Doctor Armando Morales BenItez quien
decIa en tono vehemente y extrauiado que era Ia primera vez en Ia historia de
Ia humanidad que unas personas se oponIan at derecho sagrado de recibir
instrucción secundat-ia oficial y gratuita para sus hijos, y en respuesta a
tanta bajeza y pobreza mental, solicitó que ese proyecto fuera discutido en
segundo debate en esa misma sesión; asI se hizo y fue aprobado al día
siguiente.
La fundación del Liceo Andino era una realidad y Ia
ordenanza pocos dIas después fue acogida por Ia goberriacion como ley del
departarnento. Pero ahí no terminó todo porque Ia administración municipal
reinante a comienzos del año 61, se negó a facilitar local y dotación para el
nuevo colegio obviándose ese problema porque et mismo autor de ese comentario
tenIa una casa amplia
de dos plantas situada en Ia carrera octava entre calle
sexta y séptima que años antes era de Ia señora Melba Castillo de Garcia, Ia cual
fue adaptada para dar comienzo al primer año de labores del colegio el 19 de febrero
de 1961. Sin embargo, los autoresde los mensajes a Ia asamblea con los
politicos de turno se oponlan a su funcionamiento e informaron a Ia secretarIa
de educación que Ia administración municipal de Filandia no darIa apoyo a ese
colegio, y sobre todo, que se carecIa de personal para matricularse ese año.
Para resolver esa dificultad, el otra vez mencionado autor de este folleto se
comunicó con el secretario de educación en Manizales quien le notificô que el
colegio no podria abrirse sin que se lograra un personal mInimo de 14 niños
para el primer año.
No obstante, La persecuciófl de los enemigos gratuitos del
colegio se logró reunir un personal de 49 alumnos para iniciar labores en el primer
año; se dotó el colegio de tableros, pupitres y átiles para los niños pobres
que ingresaban y se nombró como primer rector a un hijo del pueblo solicitado
por el mismo medico Restrepo; el nombramiento recayó en Ia persona de don
Leonel Murillo Osorio.
Hoy el Colegio cuenta con un personal de alumnos y alumnas
superior a 500, incluyendo el Coleglo Nocturno y ciñe sus destinos docentes
como rector el señor Gildardo Agudelo quese desempeña con lujo de competencla.
Se ha construido una moderna y amplia edificacion en el centro de la que fue
plaza de ferias con canchade tents patio para recreo y deportes y rodeado de
prados y avenidas. Su dotación es completa gracias al esfuerzo tesonero de su rector
profesorado y junta de padres de familia con don Fabio Pineda como coordinador.
Una lujosa nomina de profesores y directivos docentes presta sus servrclos en
el colegio son ellos: Rector don Gildardo Agudelo Castillo Licenciado en
pedagogia y administraclon educativa don Evaristo Tito Jerez prefecto de disciplina,
coordinadora de la seccion femenina, Ia psicopedagoga Olga Gomez Pardo, don
Nestor Jimenez Serna secretario tesorero, Libia Hoyos Lopez bibliotecaria
profesores y catedraticos Hugo Hernan Rave licenciado en Sociales, Uriel Patiño
Leon, Iicenciado en química, Jose Dolmar Agudelo Valencia, licenciado en
matematicas y física, Luz Dary Ospina,
profesora licenciada en idiomas, Jaime Ospina, Marleny Lesmail, Jaime Piedrahita
Parra, VIctor Hugo Murillo, Jorge Tulio Galvis, Hector Guillermô RamIrez, Ramón
EcheverrY, Rosaura Mossos y Ivialfi Carrillo. En et presente año aumentó el
personal del colegio en den alumnos que forman un grupo mãs (tres primeros) y
tres nuevos profesores. Por su prestigio y organización el colegio constituye
nuestro mayor orgullo. HOMENAJE INOLVIDABLE, fue el 25 de febrero de 1977, cuando
el señor rector del coleglo don Gildardo Agudelo Castillo haciendo uso desu
gran nobleza y gallardia después de revisar Ia historia del colegio encontró en
los archivos el dato de su fundación y lógicamente ml nombre como pionero de
aquel acontecimiento; a las nueve de Ia mañana del mencionado día se presentó a
ml casa de habitacion un apreciado profesor que compromete gratitud para
decirme que el rector solicitaba mi presencia en el
colegio, pero debo confesarlo ni él ni yo nos conocíamos y
conio yo creyera que se trataba qe una consulta medica de rutina a domicitio,
saIí con mi maletIn de urgencia, y cual no serIa ml sorpresa cuando entré at salon
de actos y me sentírodeado de todo el profesordo, atumnos y padres de familia
en medlo de aplausos, que, para ser sincero, arrancaron légrimas a mis ojos por
Ia emoción inmensa de sentirme homenajeado como fundador del Coleglo Liceo
Andlno. A ml lado tamblén el ilustre y benemérito sacerdote Antonio José
Valencla fundador del antiguo colegio de Ia Stma. Trinidad Sendas bandejas de
plata hermosamente grabadas nos fueron obsequladas con nuestros nombres y Ia
siguiente leyenda: “Municiplo de Filandia a Cartos E. Restrepo, homenaje
de gratitud fundador Liceo Andjno de Ia SantIsima Trinidad,
febrero 25 de 1977” y dos grancles fotografías Ia del padre Valencla y Ia mía
quedaron expuestas en el salon de là biblioteca como testimonío perpetuo del
esfuerzo conjunto que a los cuarenta años refunde las dos historias que se
consagran con un solo nombre “Colegio
Oficial Liceo Andino de Ia Stma.Trinidad” y una lujosa copa de champaña
como marco final de un tributo que como único en ml pueblo he recibido del
señor rector en los albores de mi angustiosa ancianidad y que me sirve de
consuelo y satisfación cuando al pueblo se le ayuda con amor y desinterés, asi
se deba enfrentar al virus destructor del egoisnmo y Ia envidia que minan esta
Sociedad desde hace años.
ESCUELAS PARA
EDUCACIÓN PRIMARIA,
COLEGIO
VOCACIONAL JUANXXIII.
Funciona Ia de nIñas o Simon Boiivar, grande y espaciosa en
el extremo suroriental de Ia plaza y tuvo como primera directora a Ia señora
Rosario Ospina y en Ia actualidad rige sus destinos doña Marleny Martinez de
Toro. La de Varones, “Felipe Meléndez” tuvo corno primer director at profesor
don Urbano Buitrago y anteriores a él tuvieron escuelas don Carlos Hoyos y
Victor
Hernndez. En Ia actualidad es director don Gustavo Osorlo,
asesorado de otros profesores y profesoras como doña Elicenia de Castillo,
Edilma Aguirre de Restrepo, doña Gloria Garcia, don Alonso Taborda y Alfonso
Osorio.
El Colegio Vocacional a cargo de Ia parroquia ofrece clases
intensivas de comercio, culinaria, modisteria, artesanias y Ia consejería de
las distinguidas damas Olga Zuluaga de Toro, Carmen Rosa Gómez y Alba Lucia
Valencia; rige sus destinos el padre Betancurt.
El Colegio Juan XXIII funciona para kinder mixto, dirigido
por don Santiago Lopez durante varios lustros con verdadera virtud y vocación.
Es justo consignar los nombres de los profesores Milciades Valencia, Emiliana Jaramillo,
Velarmina MejIa y Emiliano Botero como los primeros desde Ia fundación de Ia
ciudad.
EN LO CULTURAL
En este aspecto Filandia se ha preocupado por conservar
entre sus hijos verdaderos valores de resonancia, no solamente regional sino nacional
e internacional y que se ban destacado en el arte de Ia múisica y de las
letras.
ARTISTAS DE LA RADIO Y TELEVISION: Francisco Elejalde y
Alcides Duque Pava, cantantes de las principales radiodifusoras de Estados
Unidos, Obdulio Arias del Trio Grancolombiano y Oscar Muriel.
Además, en los distintos colegios de enseñanza secundaria
se han formado conjuntos artIsticos de diversa Indole: en el colegio de las Madres
Bethlemitas se han organizado veladas, sociodramas, grupos de danzas, poesla,
cuento, canción y fonomímica. En eI Colegio Liceo Andino se han constituido
grupos de danzas, grupos de teatro, además se ha desarrollado una semana
cultural que se celebra cada año y se se llama el “Festival de Ia Canción” que atrae
cientos de turistas y virtuosos del arte y le han dado a Filandia su merecida
posicion de avanzada en ese campo en eldepartamento del Quindlo.
Es así como el cultivo de Ia cultura en este pueblo es, sin
duda alguna, Ia nota más sobresaliente por lo que bien le ha merecido el tItulo de “Ciudad Señora del Quindlo” y no
solarnente se observa a nivel educativo y profesional, sino que vive arraigado
en Ia misma conciencia del pueblo como se va a demostrar en los siguientes
comentarios:
“LA BANDA CERA
o banda de los Aguirre” don Pablo Aguirre uno de los más viejos
pobladores de Filandia, hombre honesto, sencillo y ejemplar, zapatero de toda
una vida, padre de hijos ilustres, cuenta de Ia banda Tulio Aguirre
(esclarecido tribuno), sus hermanos Arturo, Bernardo, Ceno y Nicolás conocida
en el ambiente filandeño, porque los instrumentos no se podían tocar al sol, ya
que se derretían debido a la cera con que estaban unidas las piezas metálicas;
era una banda muy sonora, pero solo se usaba en las noches y días de invierno.
Sus integrantes han muerto y solo quedan sus recuerdos; gracias a ellos se
hicieron páginas inolvidables en Ia vida del terruño.
A Ia banda de los Aguirre, sucedió Ia banda de los Arcila,
que también dejó recuerdos imperecederos. Luego aparecieron en el agradable son
artístico las bandas de Luclo Ospina y Julio Jiménez o “Costalao”. Al rededor
de estos significativos conjuntos musicales, se tejieron agradables comentarios
que vale Ia pena traer a Ia memoria. Segun nuestro comentarista al respecto, don
Pablo Aguirre, Julio Jiménez o “Costalao” era un personaje curioso y especial,
sostenia los pantalones con los codos al tocar su instrumento musical, ya que
no usaba los botones porque su descomunal barriga se lo impedia. Por esta graciosa
figura, que deleitaba al populacho, se le adjudicó eI mote que mencinamos.
Además, hizo historia al volver popular la única pieza musical que sabíaa interpretar
la banda, y que imposibilitado en ejecutar musicalmente otro tema, era el
úinico que oían dia y noche los habitantes cle la avenida al cemententerio se,
trataba del recordado pasodoble “Jinienez”.
Los sucesores de esa banda fueron Jesús Suarez (patefô),
célebre como corista durante ta capellania del padre Duque. Gabriel BenItez
(mafifia), Gonzalo Obando, German y Pepe Brito como cornetistas, Antonio José
Montoya como corista y serenatero, y otros más. En Ia actualidad verdaderos
valores de Ia canción se perfilan para un futuro muy próximo; son ellos Celmira
Lopez de Mesa, destacada en varios festivales de Ia canción; Gloria Taborda,
Martha Cecilia Marin y el siempre bien recordado Hernán JaramlIo Franco, muerto
en absurdo accidente, hijo de Miguel y Soledad.
Por último, el popular cantor “Poncho” que no pudo
destacarse por fatta de ayuda y estImulo y cuyo nombre es Gonzaga MartInez,
cosas injustas e imperdonables.
CapÍtulo13
EN LO ACADEMICO
Y PROFESIONAL.
Filandia cuenta entre sus hijos, hombres ilustres, honor y
gloria de las letras del arte y de la ciencia, algunos de ellos figuras de
prestígio nacional y que han sobrepasado las fronteras de Ia patria.
Entre ellos se destaca el Dr. Roberto Restrepo Ramlrez,
medico cancerólogo notable, extraordinarjo escritor destacado enfilologla, y
especializado a su vez en Ia Universidad de Ia Sorbona de Paris.
Sus méritos le valieron pertenecer a Ia Academia Colombiana
de Ia Lengua; autor de Ia obra “Apuntaciones ldiomáticas y Correcciones del
Lenguaje” como de la mejor obra de galicismos escrita en el Pals; Poliglota destacado,
autor àdemás de las obras “Dicarquismo o si Ia razón fuera gobierno”, “Historia
de Ia guerra entre Candorra y Tontul”, además una especie de autobiografía
profesional titutada “Intimidades de un médico”.
En Ia rama de Ia medicina se cuentan galenos de trayectoria
como Roberto Restrepo, Carlos E. Restrepo, Alberto Londoño, Arturo Londoño, Jesus
Maria Peláez, Gerardo Toro, Jaime Restrepo, Jaime Moreno, Jesus Garcia, Nelson
Giraldo, Luis Carlos Restrepo, Alfonso Correa Grillo.
En lo que respecta a la rama jurídica, esta tierra ha
gestado figuras como los doctores Tulio Suárez, Arturo Suárez, José M.
Villegas, Hello Martinez, Horacio Naranjo, Hugo RamIrez, Marco Tullo Aguirre,
José Manuel Lopez, Jesus Rincón y Serna, Luis A. Toro, Mario Peláez, Maria Consuelo
Restrepo, Holbey Martinez y Hugo Lopez.
En otros campos profesionales se destacan entre muchos, los
siguientes: William Giraldo, Juan Manuel Hincaplé, Gerardo Restrepo, Aldemar
Ocampo, Bernardo Duque, Medardo Serna, Aleida Peláez, Roberto Aristizábal,
Pedro Nel Márquez, Nacianceno Restrepo, Orlando Aguirre, como ingenieros y
arquitectos.
Liliana Restrepo de Ruiz (Bacteriologa) Ramiro Gómez
(Químico Farmacéutico), Inés Peláez (Agronoma), Rogelio Restrepo (Odontologo),
Maritza Restrepo de Velasquez (Sociologa), Rogerio Restrepo (Odontologo),
Maritza Restrepo de Velasquez (Socióloga) Luz Sara Restrepo de Yañez
(Fonoaudiologa); los militares Arceslo Zuluaga, Gerardo Duque, Arceslo Arias;
Roberto Restrepo (Antropologo), agrónomo Luis Eduardo Aguirre y Alfonso Londoño
Patiño (Veterinarlo zootecnista).
PRESBITEROS: Rafael Herrera Dávila, Gilberto Zuluaga,
Francisco Aguirre, Argemiro Gallego, Aristides Buitrago, Neftaly Martinez,
Mario Martinez, Jesus Antonio Ramirez, Moisés Londoño, Pastor Londoño, Gerardo
Jaramillo y Hermanos Maristass, Jesus Antonio Cardona y Manuel Felipe Castaño,
además el padre Baltazar Serrano. Mario Benjumea Ramirez, Oscar Osorlo y
Argemiro Gallego.
RELIGIOSAS: Madres Bethiemitas Dolores Maya, Francisca
Alba, San José Perez, Concepción Grajales, Rafaela García, Maria MejIa, Angelica
Duque, Maria de Ia Cruz Aguirre, Carmen Rosa Duque, Antonio Marín, Piedad
Buriticá, Angela Cuartas, Guillermina Martinez, Maria de los Angeles Castaño,
Estela Martinez, Maria del Socorro Ramirez, Leonor Arbeláez, Juliana Otálvaro,
Consuelo Lopez, Clemencia Orozco, Martha Sierra, Estela Muriel, Emilia MartInez,
Carolina Martinez, coma también Ofelia Hurtado, hermanita de los pobres, Rosa
Peláez, hermana de a caridad, las hermanas vicentinas, sor Inés y sor Matilde,
conocidas con sus nombres de Piedad y Teresa Gutiérrez cuyos padres fueron los
apreciados esposos Jesús Maria Gutiérrez y Rita Botero. Además, cuenta entre
sus hijos a otras dos hermanas de Ia caridad: Carmen y Rosaria Ospina.
FILANDIA EN LO
CIVICO Y SOCIAL.
El pueblo se ha distinguido no solo en el campo profesional
y cultural, con figuras eminentes en lo artistico y musical, en las ciencias y
Ia politica, sino en el campo social y civico. Desde su fundación habitaron
esta comarca gentes destacadas y sobresa- lientes par su nableza, porte y
elegancia que marcaron rumbas de prestigia y de grandeza coma las familias
Mejia, Echeverry, Robledo, Guinand, y taritas atras que escribieron páginas de
Ia historia señorial que muy pronto fue decayendo con las reyertas de tipo politico,
egaisma y envidia, coma rivalidades de tipo comercial que siguieron a Ia postre
de virus destructor y por último en caciquismo, “roscas” y matoneria. De ese
pasado noble y esclarecido no queda más que el recuerdo dulce y Ia nostalgia
amarga de aquella sociedad selecta.
JUNTAS CIVICAS.
En verdad, Filandia no tuva más que Ia junta a Sociedad de
Mejoras Públicas que se desempeño hasta el año 1956, época en que fue
destituida par no camulgar can los principias políticos del grupo reinante,
pero que alcanzó a dejar Ia obra más sabresaliente y hermosa de Ia pablación,
Ia plaza de BolIvar con el busto del Libertador que dio par terminada Ia
sangrienta lucha pal itica
y Ia construcción de los escaños de granito, algunos de los
cuales faltan porque no se permitió su terminación para saciar instintos de
odio y de pasión. En la actualidad funciona solamente Ia junta cIvica “Hijos y
Amigos de Filandia” con personerla jurIdica número O-J-O57 de diciembre 14 de
1976; entidad constituida con fines puramente cIvicos, sociales y culturales
con obras ya impulsadas como Ia creación de juntas de acción comunal de Ia cabecera
municipal y el arreglo de casas de las gentes pobres at igual que atención
médica y servicios asistenciales para los mismos habitantes, con recursos
económicos propios porque ninguna entidad oficial le ha prestado ayuda, aunque
sI muchas promesas de las millonadas fiscales.
La junta cíivica está integrada en su mesa directiva por el
presidente Carlos E. Restrepo, vicepresidente José Jota Jiménez, tesorero Arlés Lopez, secretario Ad-hoc don Humberto Salazar Marín, elemento
altamente sociable y de porte distinguido recientmente faltecido, Lisbet Ocampo
secretaria titular, don William Velasquez fiscal, don Carlos Salazar, don Roman
MejIa, Sta. America CasteIlanos y Aracely Cortés.
CapItulo14
EN LO TECNICQ E
INDUSTRIAL.
Desde que el pueblo empieza a funcionar como entidad
polItica yadministrativa, su
desarrollo requiere de asistencia técnica y
desde luego de profesionales e industriales para el impulso a Ia altura de sus necesidades. Es asI como
se instalan los primeros almacenes,
graneros, hoteles y expendios de vIveres, y se construyen fábricas para
empresas de lenvergadura y magnitud con miras a un desarrollo próspero en un futuro muy cercano.
ACUEDUCTO
MUNICIPAL.
Uno de los primeros y principales problemas que afrontó Filandia fue Ia
construcción de su acueducto pues su altura sobre el nivel del mar que alcanza
a 2.066 mts., y Ia distancia exagerada hasta Ia fuente de abastecimiento desde
el Río BolilIos creó las primeras dificultades ya que el pueblo se abastecIa
del preciso lIquido de un pozo o aijibe que existla en el
centro de Ia plaza donde se encuentra el busto de BolIvar,
cerca a un árbol enorme y frondoso o ceiba, pero en tiempo de verano escaseaba
el agua de tal manera que debia recogerse do varias fuentes; una deellas y
parecida a Ia primera, en el centro de Ia plaza de ferias al pie de un barranco
o “Alto de los Gallegos’ en el sitio exacto donde se encuentra edificado el Liceo
Andino; otras fuentes son Las Peñitas del Silencio y el tradicional “Chorro de
don Ramón” en el campo de deportes.
Para superar esas dificultades, se iniciaron los proyectos
de acueducto, y varios intentos fracasaron porque las acequias para conducción
de aguas no daban el nivel que Ia técnica requerIa para los tanques de
distribución. Solamente un ingeniero venido de Manizales, el doctor Eduardo Vieira
Iogró su cometido y trajo a Filandia en conducción metálica el liquido precioso
abundante y suficiente, construcción que mereció en Ia época cálidos elogios,
después lnsfopal amplió sus servicios y hoy posee uno de
los mejores acueductos del Departamento con agua sana traída desde Ia montana y
que en poco tiempo le será instalada una planta de tratamiento que se encuentra
en construcción.
PLANTA
ELECTRICA DE BARBAS. Construída con toda Ia técnica por Ia compañIa “Eléctricas
de Occidente” con su principal accionista don Rafael Genaro Mejia de la ciudad
de Manizales, obra que tue acometida por el ingeniero italiano doctor
Carniaciavi y que ernpezó a funcionar en Ia segunda década de 1900; en 1940 pasa
a manos de los doctores Roberto y Gerardo Restrepo y en 1945 Ia adquiere el
municipio de Filandia, pero como todos los bienes oficiales con administraciones
malas y finanzas deficientes, terminó por tipico abandono y sus maquinarias y
redes de construcción fueron saqueadas. Fortunosamente Ia Chec provee a Ia
población de potente fluido eléctrico que Ie permite at municipio un desarrollo
industrial acorde a sus requerimientôs.
FABRICAS Y
TRILLADORAS.
A comienzos del presente siglo y para cubrir las necesidades de Ia floreciente
ciudad, don Salvador Gallego, don Demetrio Salazar y Alejandro MarIn
(“Chirimero”), organizan las primeras fábricas de jabón y velas, y a su vez don
Rafael Genaro Mejía instala una poderosa trilladora de café en Ia esquina de Ia
plaza de ferias, don Alejito Garcia organiza otra en el Arenal cerca a los
predios de don Rafael Ochoa. Una fábrica de curtimbres se instala en los predios
del Barrio San José, propiamente cerca de los potreros que hoy pertenecen a don
Pedro Arbeláez, para aprovechar las fuentes de agua de aquel lugar. El mismo
Alejito Garcia instala en Ia calle Real otra trilladora de maíz; Ia tenería
perteneía al poderoso industrial don Tano MejIa.
Hoy en dIa gracias al poderoso fluído eléctrico de Ia Chec
existen talleres como el de puertas y persianas de don Néstor Restrepo y Herrnanos,
el taller para reparación de automotores y máquinas industriales de don Fabio
Peláez; silos y secadores de café movidos con energIa eléctrica de don Venancio
Martinez, así como talleres e industrias de panaderlas y confecciones diversas.
INDUSTRIA DEL
MUEBLE Y LA CONSTRUCCION. Se destacaron Antonio Chica, a quien se debe
gran parte de Ia arquitectura de Ia capilla de las madres Bethiemitas, don
Miguel Arias, Isaac Ceballos, Jesús Maria García (“Caprichoso”).
Victor Reyes, Manuel Toro, Altredo, Rafael y Juan de Ia
Rosa Gallego, Mariano Ospina, Simeón Soto, Emilio Londoño, Vicente Marín,
Octavio RamIrez, Pachito Arenas, Tomás Vasco, Joaquín Garcia, Pacho Parra, (“Mosco”)
Esaú Arias, Bernardo Franco, Darío Trujillo y Aifredo Cortés en Ia actualidad.
Como gran ponente artistico figurá Arcadio Arias, oriundo de
Filandia, y cuyas obras de ebanisterIa son de fama nacional e internacioflal,
como lo demuestra La decoración de los templos de Ibarra y Catedral de Quito
(Ecuador).
Fue alcalde y personero de Filandia donde fue apreciado por
toda Ia ciudadania vinculado además a los fundadores y pobladores más esclarecidos
del pueblo.
INDUSTRAIAS DE
CUERO LÀ FIBRRA Y LA CANTERIA. Desde Ia época de Ia fundacióN, Filandià se
ha caracteriZado por poseer La industria más técnica de fibras vegetales comb
el fique o cabuya y el bejuco. Cientos de docenas de canastos cogedores de café
y diversos utensilios, son fabricados con habilidad extraordinaria
constituyendo una perfecta industria de artesanias. Este vegetal es extraldo
del interior de as montañas de Cruces, El Roble, Barbas y Bolillos y se dice
que es Ia industria más poderosa del municipio, de un mérito incalculable por
su gran laboriosidad y porque representa el arte autóctono de nuestras gentes.
Más de circuenta familias derivan el sustento diario de este noble trabajo y
sus obras tienen fama en Colombia entera; trabajan por sus propios medios, sin
recursos de ninguna naturaleza, pero se encuetran en procesos de organización
con miras a vincularse a las agencias crediticias y financieras del departarnento
Se destacan entre estas gentes laboriosas los nombres de Manuel Arias, Reinaldo
Aguilar, José Marin, Rosaura Marquez, Cruz Velasquez,
Alvaro y Noé Mejía, Rosa Arboleda de Giraldo, Jorge Sergio y Joel Giraldo,
Maria Elena Rodriguez y Humberto Rios
La industria del cuero hizo época durante las tres pnimeras
décadas del siglo con los nombres inolvidables de Juan Rodriguez, (“Gurupa”),
Manuel Henao y Pablito Henao, quienes dejaron gratas y hondas impresiones entre
nosotros.
Nunca se olvidarán en el arte del caizado las obras famosas
de Lalo Ocampo, Aristóbulo y Raul Velasquez, Manuel y Pablito Aguirre; en el
arte de las sogas y los cabezales, José Aguirre.
La industria de Ia fibra también dejó hondos recuerdos en
las artes regionales, con Federico Qrozco, Gerardo Lopez, Pedro Garcia Franco y
en Ia actualidad Leopoldo Betancur como los hijos de Jorge Urrea.
La canteria tuvo su auge por las épocas de Ia fundación con
Manuel Toro, Saturnino y Jesús Benjumea, Juan Murillo, Jeremias Serrano,
Hermeregildo Murillo (“hijo de mi vida”); en a actualidad Tomás Vasco recién
muerto, Avelino Vasco, Roberto esposo de Agripina, Isaías CebalIos. Se
caracterizan por su alta técnica Fabio Gómez, MilcIades Herrera (“Cartagena”),
Hernando Castañeda y DaríoTrujillo.
La escultura fue desarrollada en su época en Filandia por
Pablo Emilio Garcia y Roberto Restrepo Rios, destacado este también en el arte
de Ia pintura al Oleo.
INDUSTRIA DEL
HIERRO Y LA FORJA. Lorenzo MarIn, Jesus BenItez, (“Magistr”) Eduvijes Llano,
Rafael Ramirez (“Tuerto”), Daniel Naranjo, Eliodoro Moreno, Quico Lopez,
Gonzaga Quintero (“Cheno”), Manuel Buitrago y Luis Alfonso Hernández (“Patetela”).
GRANEROS. Desde Ia época de su fundación, Juliancito
Quintero (“Panocheno”), German Castaño, Alejo Garcia, Pacho Emilio Quintero,
Ernesto Patiño, Pedro Patiño. Hoy son fuertes abastecedores Gonzaga Murirllo,
Eduardo Garcia, Manuel Vega y don Antonio Diaz, recientemente fallecido.
PESEBRERAS DE
LA EPOCA.
La de Juan Perez (“Cuca”), Antonio Hoyos, Juan Cardona, Rafael Henao, (Hocito)
Rafael Aristizábal, la de Quico Lopez, Marco Gallego y Ia pesebrera “La Linda”
de don Manuel Buitrago, casi todas ya desaparecidas porque las vIas de
comunicación con vehIculos automotores han desplazado los tiernpos de los
arrieros y las recuas.
BARBEROS DE
ANTAÑO.
Ismael Obando, Carlos Betancur, Juano Echeverry, Ceno Aguirre, Benjamin Duque,
Arturo Martinez (“Lorita”) José Lopez Maya, Pedro Lopez Maya, Exael León,
Reinaldo Cortés, Pachito Orrego quien después de muerto deja a sus hijos por
herencia el mismo arte.
ABASTECEDORES Y
FAMAS.
José Arias, Andrés, Bedoya, Vicente Lopez, Chucho Chica, Alejandro Restrepo,
Luis Restrepo, Julio Ocampo, Erasmo Mesa, Marco Salazar, Nemesio, Bertulfo, y
Demetrio Salazar, Guillermo Correa, Melo Correa, Faustino Salazar, José Maria
Cardona, (“Capon”) Horacio RamIrez, Juan Rodríguez (“Gurupa) Eduardo Medina,
Jesus Gutierrez (“Perrito”) Mellizo Giraldo, Gonzalo Salazar (marucho),
matarifes famosos se destacan Juan de la Cruz 0spina, Joaquín Angel, los Yarumaleños,
Marco Loaiza (“chambusca”), José Osorio (“pesuña”) y Tulio Restrepo (“bogue”).
Los carniceros de Ia actualidad son: Gustavo Restrepo, Omar
Castillo, Alfonso Osorio, Alfonso Alzate, (“Palomo”), Salomon Benitez,
(“ciopete”), Carlos Lemus, Carlos Toro (“Farina”).
INDUSTRIA HOTELERA.
DifIcil
es para Ia historia obtener datos precisos de las primeras fondas y hospedajes,
pero gentes de epocas más o menos recientes entre ellas Rosa Trujillo Gaviría,
hermana del primer notario de Ia ciudad Eleuterio Trujillo, narraba que
Filandia contaba entre sus escasas casas con una quer era panadería y restaurante,
propiedad del señor Juan Emilio Parra en el sitio que hoy ocupa Ia Alcaidla: El
Café America pertenecía al señor Manuel Piedrahita y en Ia plaza ranchos de
guadua y paja que servían de cenadéros, hospedajes y posadas. Como primera panadera
Victoriana Cardona y como primera hotelera Silverina Ospina. De los primeros
que bien recuerda Ia ciudad se tiene el de Isabel Salazar o Restaurante
“Minerva”, las Eduarditas, las Uribe, (Tomasita, Francisca, Raquel y Lolita),
José Gil, Hortensia Obando, Blanquita Cedeño, Carmen Sierra, Pedrito DIaz, el
hotel Madrid y los cenaderos de Pedro MejIa, Mercedes Cárdenas y las Ochoa.
Para las fiestas del retorno se instalaron los cenaderos y fritangas del loco
Valencia. No se puede cerrar este comentario sin recordar con aprecio y cariño
at más tIpico de tos restaurantes filandeños, el de Froilán Urrea (“Pite”)
quien tuvo su famoso
negocio en Ia vieja Calle Real, asI como las tapias o
fogones en Ia
(última casa de Ia calle de Ia cárcel, asignada con el
nümero 759, artefactos que aún se conservan intactos. Hasta hace poco el señor
Hector Echeverry tuvo el lujoso restaurante Andino, y hoy et cenadero Caldas.
LA INDUSTRIA
PERIODISTICA E INFORMATIVA. La cultura y el prestigio del pueblo tiene su
forma de expresión y Filandia Ia tiene bien adquirida. Lo dicen los periódicos
locales dirigidos por ciudadanos notables que sobresalen hoy en las distintas
ramas de Ia ciencia, el arte y las letras colombianas: “Pluma libre” que
dirigió Marco Tulio Aguirre, “El lmparcial” que dirigió Julio Guinand, “El
Aviador” que dirigio don Duván Córdoba, “La Lucha” de don Francisco Emilio
Quintero, “Pluma Suelta”, que didrigió don Gustavo Ocampo Chica, “La Opinion”
de don Francisco Elejalde Salazar y “Filandia Nueva” dirigida por Carlos E. Restrepo.
Tamblén el colegio de Ia Stma. Trinidad dio a Ia publicidad un semanario
lujosamente editado, dirigido por el apreciado ciudadano profesor del mismo
colegio don Rogelio Martinez Ospina. La primera imprenta, Tipografia Sucre de
don Julio Botero.
En Filandia se ha hecho presente también Ia radio difusión.
Durante varios años funcionó una emisora de propiedad del doctor Rogerio
Restrepo, de carácter puramente cultural con un radio de acción para todo el
Quindlo donde transrnitIa programas folclóricos y alusivos a las caracterIsticas
tIpicas y costumbres de a region.
En Ia actualidad el señor Reinaldo Aguilar, vicepresidente
de Ia junta de acción comunal del barrio San José posee una pequeña, que abarca
únicamente Ia parte urbana y que se llama “Radio Tricolor de Filandia”, también
para uso estrictamente folclórico y regional.
Desafortunadamente no existe en el pueblo una empresa o
persona que se interese en traer todos los periódicos y revistas del Pals para
satisfacer el anhelo cultural del pueblo, y muy bien le vendría a Ia población
una librería o biblioteca para Ilenar Ia demanda de lectores que pasan del
millar, si tenemos en cuenta Ia población estudiantil de los dos colegios de
enseñanza media que reciben instrucción en Ia cabecera municipal.
CAPITULO 15
DE SU VIDA
INTIMA SOCIAL POLITICA Y TRADICIONAL.
Como todas las poblaciones, Filandia ha sido cuna de
eternos soñadores, de prosaicos personajes tIpicos y a través de su historia se
han tejido toda clase de agüeros pueblerinos, de cuentos fantasmagóricos y
datos curiosos y fantásticos.
Entre sus pobladores, se recuerda una noble viejecita, que,
a su vez, aportó importantes comentarios, que por mulltiples razones no se
pueden echar en el cesto del olvido. Doña Rosa Trujiflo Gaviria, matrona insigne,
nos deleita con su charla amena y pausada, y nos cuenta lo siguiente “Filandia era una finca grande, y en Ia plaza
al lado de un árbol frondoso y gigantesco. habla un nacimiento de agua, que
vertIa de un barranco alto, de donde se abastecían todos los habitatantes y
quienes después de hacer el mercado el dia domingo, descansaban a su sombra.
Esa finca se llamaba Nudilleros, siendo Dolores Garcia su propietaria, quien
regaló los terrenos para edificar Ia iglesia, porque don Gregorio Arango
obsequió otros para el cementerio actual. Cuando el padre Pineda era párraco,
se empezó Ia construcción de Ia iglesia, para lo cual ideó los convites todos
los domingos con el fin de transportar piedra y gigantescas columnas de a
montaña en hombros de cientos de feligreses, quienes entraban at pueblo
entusiasmados y rebosados de jübilo.
Por a calle del
“pensil”, que era a entrada principal a camino nacional, se hacIa Ia entrada a
Ia plaza después de atravesar una trocha; y se alan corrientemente el ruido que
haclan los osos, tigres y diversas fieras, que abundaban por esos lares,
especialmente en to que hoy es Lusitania y AlcaIá.”
Como una de las leyendas misticas más interesantes, se
recuerda Ia que aconteció a principio de siglo cuando, según doña Rosa, aparecío
en Alcalá un cuadro de borde plateado y con bellas rosas en el marco, que a su
vez dejaba ver a imagen de Ia Stma. Trinidad. Tal descubrimiento convirtió a
ese lugar en sitio de constante peregrinación, y se cuenta además que el cuadro
solo pudo traerse a Filandia sin ninguna dificultad, ya que de allí no pudo
levantarse porque resultó misteriosamente pesado, desapareciendo después sin
que nadie sepa de su paradero.
Coma es sabido
de todos, Ia guaquerla ha sido el “pasatiempo” más dañino que se haya centrado
en esta region, tan rica en entierros funerarios indlgenas; precisamente,
Ia “guaca” más rica que se ha encontrado
(y de Ia cual comento en otro capítulo de esta obra) es a de La Soledad.
Unos cuantos guaqueros donaron unos bellos utensilios de oro extraídos de alil
para Ia fabricación de una hermasa custodia, que también desapareció después.
Además, el reloj de Ia iglesia fue traldo de Estadas Unidos
y se se debió reemplazar las campanas, pues en el fatigado viaje se extraviaron
cerca a Buenaventura.
Coma datos referentes a personajes ilustres de Ia que
antaño era Filandia, nos enumera doña Rosa los siguientes: fue Eteuterlo
Trujillo, su hermano eI primer notarío. Uno de los más acaudalados comerciantes
de esa épaca era Demetrio Salazar, quien posela un gran almacén en el sitio que
ocupa hoy “Residecias Bond” y quien lo adquirió a raIz del producto de un
fabuloso hallazgo de una de las “gbacas” de Ia region. Se distinguieron por su
noble abolengo, entre rnuchos, Venancío Arango y Ia famia Robledo, así como las
señoritas Rosa Santofimlo, Eloisa y Edelmira Robledo quienes resaltaban por su
belleza.
Continúa contando, cómo santiago Echeverri “hurtó” el
tesoro fiscal del municipio para salvarlo del saqueo de las guerrillas durante
el contlicto de los 1.000 dias. La primera droguería perteneció al señor Pepe
González que fue el primer médico de la localidad. En la calle del Pensil
funcionaron las escuelas de Elvira Bueno y Victor Fernández, que eran en Ia
época colegios privados.
Prosiguee en su amena charla, y agrega los comisarios
llevaban siernpre una vara, como signo de mando, y el distintivo del alcalde
era un elegante bastón. Los serenos eran bien remunerados paracuidar Ia ciudad
en grupos.
Como interesante dato, aducia coma pasaban leprosos y
elfanciacos camino a Agua de Dios, algunos rnorían en Filandía por el dificil
viaje; otros se radicaban razôn por Ia cual muchos habitantes abandonaron el
pueblo.
Después de este agradable recucuento, y al darnos cuenta de
algo que muchos desconcíaamos no podría continuar sin hablar de lo que han sido
y serán los inolvidables personajes tIpicos de Filandia. Como parte de Ia
historia de los pueblos y del ambien son recordados para siempre.
Conoëidos comunmente por sus apodos y cariñosos motes, son
ellos: “Pispirispi”, “Guarumo”
“Caralimpio”, “Emperatriz”, la loca “Polda”, “Olmedo”, Jacintico Henao,
Vicente, Guillermo (conejo), José Giraldo (patetranca), Eugenio Soto y otros.
Además, eran parte de este curioso mundo del enfermo
mental, llamado en nuestro ambiernte “chiflado desvirolado o loco”,
Asi vemos como “Barberi” se creía ingeniero, y medía las
distancias entre los postes de Ia Ilínea telegráfica; Abrahan, quien cargaba el
aqua, Cartos Buitrago era el “loco” místico, quiefl cargaba estampas y
estatuillas sagradas en su espalda y pecho, se iba luego at cementerlo y con
jocosas pantomimas arrancaba las cruces de cemento y yeso de las tumbas en
donde según él “yacIan los que estaban condenados”. Tororo” tocaba
graciosamente Ia dulzalna; JoaquIn Martinez, Ilevaba muchas medallas
“milagrosas” en su cuello y musitaba oraciones por las calles, besando Ia
tierra.
Hoy son “Covaco” y “Agripina” los sobrevivientes de esa
racha de graciosos personajes quienes divierten a Ia muchachada y taciturnos
transeuntes de Filandia.
BAMBUQUEROS Y
SERENATEROS.
Merecen destacarse el famoso “patefó” personaje muy distinguido y apreciado en
el ambiente artIstico de Filandia y a Emilio Montoya como bambuqueros de grata recordación,
sin olvidar tampoco al dueto famoso de Martiniana y Jesusita (ciega) especialistas
en dulzaina quienes arrullaban con sus dulces voces, en las noches heladas de
aquellos tiempos a nuestras madres y abuelitas.
Hace unos años existIó otro conjnunto Ilamado los “Tres
Amigos” que vocalizaban admirablemente las serenatas para los novios, y fueron
ellos: Antonio Aguirre, Senén Restrepo y Ramón Vergara, acompañados de
guitarras.
Entre Ia misma tamilia se formó otro conjunto femenino
compuesto por Ia madre Inés Hoyos de Aguirre, sus hijas Argelia e Irma Aguirre
Hoyos acompafiaclas por el tiple, guitarray bandola de los “Tres Amigos”.
Otro conjunto tipico llamado el trio de “Los Piroles”
compuesto por un hijo de Domingo Murillo, Alvaro Pâez (chaparro) y Dainel Aguirre
(verdolaga), acordeonista. Otros músicos de nombre fueron: Manuel Pava herrnano
de Clarita, Alcides Duque que vive en Buenos Aires (Argentina), Gonzalo Obando,
Jesus Maria Londoflo y los Arias, hoy de renombre internacional.
SERENOS 0
VIGILANTES.
Vigitaban el pueblo de noche y turnados Jesús Gonzalez, Ramón Aizate “cucharita”
Quico Gutiérrez y un señor de apellido Ospina, cuyo nombre no recordamos.
PENDENCIEROS Y
GUAPOS DE LA EPOCA. Los Salvia de Yarumal, los Nieto, Ramón Salazar, los
Naranjo, (Rosendo e Hijos), Domingo Cano, Melo Correa, los Quintero, los Parra
y los Brito, Belisario RamIrez, Jesus Martinez, Luis Idarraga, los Moncada, de
Pavas y Corozal, Horacio Ramirez, ArIes Arias y los Aizate. Además, Toño
Blandón (el crespo).
EN EL ARTE DE
LAS CONFECCIONESY EL CALZADO. Joaquín Cifuentes (Mune), Darlo Londoño,
Gonzalo Antonio Hernández, Roberto Osorio (BolIvar), Pedro Osorio, Pedro (cruel
Patiño), Ignacio Ocampo, Segundo Albuja (ecuatoriano) y en Ia actualidad
Orlando Arias, Jairo Aguirre, Gabriel Botero, Hernán Vatencia.
FIGURAS TIPICAS (En cera y
parafina) Una fábrica de este tipo funcionó en casa que hoy es de don Atfonso
Ramirez (fallecido) y de propiedad de las señoritas Leonor Guzmân y Carmen
Julia Tejada, oriundas de Ia ilustre ciudad de Rionegro, damas niuy piadosas y
apreciadas, residentes en Pereira.
POLICIAS DE
RENOMBRE.
Jesus RamIrez, alias “Gobernador” de quien se dice: obtuvo ese apodo por rigido
y extricto. Era cobrador de impuestos a Ia renta y agente del orden. Manejabael
pueblo con un bolillo y era respetado por todo el mundo; Jesús Gonzalez, rigido
como el prirnero y muy serio en sus procedimientos. Sargento Alfredo Ospina
(“matallana”), Juvenal y Antonio Lopez (“Los Calones”), reconocidos como
hombres de mando y valientes, Marco Ocampo, padre de Marco, Manuel, (“cuto”) Pedro,
Antonio y quien era el policia escolar, temido y respetado por los estudiantes.
Abel Osorio “el rnanchado” reconocido como valiente, quien tuvo encuentros
armados con bandoleros tales como el “peludo”, “Mirus” y “Caizones”. Se cierra
este cornentario con el nombre del sargento Roberto Moncada, el terror de los
ladrones y quin prestó invaluables servicios a la ciudad.
BOHEMIOS Y
TAHURES.
José Mejía (“chester”) Roberto Maya, (“cachorro”), Felipe Ospina (“perra
fija”), el loco Gonzalo Vatencia, Olimpo Rodriguez, Rafael Heredia, Jenaro Niño
Nieto, Ernesto Montoya, Baudilio Hincaplé, ElIas Cárdenas, Juancho y Misael Naranjo,
Libardo Correa, Gabriel Garcia, Benjamin Naranjo, Horacio Londoño (“el
cotudo”), Benjamin y Luis E. Uribe, Pedro López Maya, Belisario Sierra, Emilio
Naranjo, Melo Correa, Horacio Ramírez, Alfonso Aizate, (“palomo”).
HOMBRES
SOBRESALIENTES EN LA GUERRA DE LOS 1.000 DAS. Marianito Ospina,
Rafael Ospina, José Arias, Marco A. Ocampo (padre) Antonio Ocampo, muerto en
acción de guerra en Montenegro y Luis Ma. Restrepo.
TESOREROS DE
RENTAS. Entre
otros: Mateo Bernal, José Gallego, Arcesio Montes (“chócolo”). El cargo está
servido en Ia actualidad por Javier Patiño, con Jaime Perez como secretarlo.
RECAUDADORES DE
RENTAS.
En Ia antiguedad ese cargo se servia a porcentaje y to ocupaba propiamente un
cobrador de impuestos; asi vernos como ejercieron el cargo, entre otros: Simon
Echeverry, hombre culto y distinguido, hijo de don Marcelino, esposo de doña
Isabel Guinand, muerto en et año 1935, por el bandolero Emilio Arango en el Aguila
(Valle). También fueron cobradores del fisco nacional, Jesus Antonio RamIrez,
(“gobernador”), Alfredo Gailego, Marco Ocampo, Alonso Medina, Néstor Quintero,
hoy sirve el cargo don Carlos A. Salazar.
NOTARIOS. El primero fue
don Eleuterlo Trujillo: Ia primera escritura el 16 de junio de 1895, luego
otros que añoramoss gratarnente, Manuel Benjumea, Libardo Correa, Enrique
Lopez, Rafael Patiño, Rogelio Martinez, y recordando con gratitud el nombre de
Felix MejIa, notario durante 30 años persona muy apreciada por todos nosotros.
Don Arturo Henao es el actual notario.
REGISTRADORES. Antonio RamIrez,
primer registrador, luego entre otros, Libardo Correa, Nacianceno Toro,
Francisco Benjumea y, Jaime Galvez. En Ia actualidad ocupa el cargo Hector
Salazar RamIrez.
JUECES. Jesús Vallejo,
y Jesús Ma. Heredia como juez y Pedro Jota Naranjo como secretario, así empezó
a operar Ia justicia en nuestro medio.
Luego con Ia reforma judicial, el señor José Jesós
Jirnénez, como secretario, Hector Salazar y Ruby Salazar como oficial
escribiente.
Como juez penal el Dr. Jaime Herrera asesorado por su
equipo de colaboradores; secretario don Rafael Ossa, don jorge Arango como
oficial mayor, don Hernando Naranjo como portero.
OBRAS Y
DEPORTES.
Tiene Filandia un hermoso parque o plaza de BolIvar con jardines muy vistosos,
con iluminación moderna y escaños de ferroconcreto construIdos en el año de
1955 por Ia Sociedad de Mejoras Públicas, fue Ia misma sociedad de Mejoras Ia
que inició Ia modernización de los andenes y jardines. La remodelación de Ia plaza de BolIvar se inició con el busto del
Libertador eregido el 20 de julio de 1953 en el preciso sitio donde estaba el
de Olaya Herrera, robado misterioSafllente una noche. Tal acontecirniento
de Ia desaparición de este busto, suscitô algunas polémicas de orden político y
se solucionó el impase con el del Libertador del Maestro Carvajal de Manizales
y que hoy adorna este sitio de recreo, precisamente en el mismo lugar en que
Boilvar acampó con sus tropas enfermo y extenuado cuando venla de los países del
sur, después de librar las batallas por su libertad (5de Enero de 1830), de
paso para Santa Fe de Bogotá y posteriormente a San Pedro Alejandrino donde
murió el 17 de diciembre delmismo año. Era pues el mejor homenaje que podrIa
rendir Filandia al Libertador y terminar así Ia lucha politica de trascendencia
imprevisible.
Solamente hay un hecho para lamentar sobre Ia modernización
del parque; faltan algunos escaños que no fue posible terminar de constiuir
porque los polIticos de turno se opusieron a ello sin presentar otra razón que
las divergencias entre ellos y Ia Sociedad de Mejoras Püblicas bajo Ia
presiciencia de Carlos E. Restrepo, que costo Ia destitución del señor alcalde
Camilo Giraldo y todos los miembros de Ia Sociedad, pero Ia historia sabrá
reconocer esta injusticia y otra administración más sensata se encargara de
construirlos
Tiene Filandia además un campo de deportes, o
polideportivo, que según concepto de entendidos es el mejor del departamento
del Quindfo y al cual se ha dedicado con todo empeño e interés Ia adminstración
municipal y el señor personero Alberto Hoyos.
La construcción de este estadío fue iniciada por el viejo
equipo “Andino” con muchos convites de entidades cívicas. Vale Ia pena y es
justo recordar al aguerrido “Andino” que dio a Filandia pâginas de gloria en el
campo deportivo Se recuerda tambjén con gratitud a los valientes jugadores como
Roberto Osorio (Bolivar) Moisés Restrepo, el Dr. Arturo Londoño, el padre
Valencia, el
padre Arterno Toro, y Augusto Arbeláez, además don Jesús
Patiño.
Para las fiestas del retorno programada por Ia Junta de
Festejos, que presidio don Afranio Toro, Ia ciudad presentó un espectáculo
hermoso con sus calles bien, aseadas, las fachadas de las casas bien pintadas,
dando todo ello un colorido defiesta y alegrIa, comparable solo a los
carnavajes de otra época, con los veranos y vientos tradicionales; y Ia enorme
cometa del gran amigo y nunca olvidado Jesús Ocampo (Chun) (o “mi muchachito”)
cuya vida Se tronchó en forma injusta y despiadada. aúm Io recordamos cuando Se
pasaba por las calles del pueblo diciendo “Filandeños esto se acabo”.
Capitulo16
SECUENCIA DEL
SISTEMA Y CRUDA REALIDAD
No era de dudarlo que el auge y Ia grandeza que Ilenaron de
gloria a Filandia, enfrentarla después a ta tremenda realidad.
Primero el
conquistador ávido de oro cuya ambición destruye Ia organización quimbaya; después
Ia colonización antioqueña con su nefansta de guaqueria, y como etapa final las
guerras fratricidas, el virus
de Ia poIItica y Ia influencia despiadada y arrasadora deun sistema de desacierto
y frustración total.
Las cinco primeras décadas muestran un porvenir de grandeza
fisica y real progreso. Crece el poblado, surgen las empresas, se agiliza el
comercio, los campos florecen y fructifican; su clima fresco y sano de 17
grados atrae a las gentes que trazan calles, construyen casas, buscan las minas
de oro de B/na. Vista y el Salado de Ia Plata, las encuentran y las explotan,
derriban montañas y elaboran maderas de valor incalculable, industrializan Ia
ciudad con fãbricas poderosas, se instala el acueducto y se olectrifica, se
cultivan los campos que producen en abundancia, se funda el Cologio de las Madres
Bethlemitas y después el do Ia Stma. Trinidad que marcan otro gran impulso; se
convierte en cabecera do circuito, se crean varios juzgados, se poeo a funcionar
Ia Cárcel Nacional y se convierte en cabecera eclesiástica, se construyen las
carreteras a Pereira y Armenia; en fin, se organiza un verdadero engranaje politico,
administrativo, comercial, social y religioso de primer orden. Todo hace pensar
que Ia cima de su gloria toca su cüspide.
Viene là
fundación de Armenia, Circasia, Sevilla, Calarcá, Montenegro y Quimbaya. Las
gentes del pueblo pujante y grande se desplazan en busca de nuevas aventuras, y Filandia, al decir de los antiguos sufre el
primer y gran tropiezo cuando los enfermos de lepra del suroccidente colombjano,
de paso para Agua de Dios fuertemente custodíados, se hospedan en casas y
hoteles; los que no conocen su estado f’isico y dolor moral, desocupan la
ciudad por miedo al contagio y una ernigracion masiva siembra dosolación e incertidumbre.
Termina el
gobierno conservador de Miguel Abadía Méndez y entra el gobierno liberal de
Enrique Oiaya Herrera, se traban en guerra
ideológica y
fria; los caminos que otrora trasegaron los grandes de Colombia como Simón
Bolivar, Tomás Cipriano de Mosquera, los heroes de Ia guerra de 1885, las
huestes do Ia guerra civil de los 1.000 dIas, el general Rafael Reyes, Rafael
Uribe Uribe, Benjamin Herrera y José Maria Obando, al igual que los
prestigiosos políticos Marco Fidel Suárez, Carlos E. Restrepo y José Vicente
Concha, ya no son el fiel reflejo de aquellas épocas de grandeza y gloria; Ia mecanizaciôn
con vehículos automotores y desplazamientos rápidos sobre ruedas y aire Iánzan
a segundo plano las recuas de mulas y de bueyes; el arriero y campesino que
ganan el sustento de su oficio buscan otras fuentes de trabajo, el industrial
de Filandia acostumbrado a las ganancias pingües y jugosas no encuentra ya Ia razón
para acariciar y servir Ia tierra que años atrás le deparó holgura y
prosperidad.
Llegan nuevas
administraciones que cambian de grupo y color politico como cambiar de traje y
vestimenta, con el solo ánimo de ostentación y lucro personal; Ia violencia
devastadora y fratricida, irrumpe en lascalles, plazas y veredas; Ia represión
se impone, Ia inmoralidad, Ia mafia y el peculado se apoderan de Ia población; se desatan
pasiones de odio y venganza; sus calles
apacibles y tranquilas se convierten en campos de batalla como es el caso de Ia
que conduce al hospital desde a plaza de Boilvar, que fue bautizada con el
tétrico nombre “Calle de Ia Ratonera” que debía recuperar su antiguo nombre de
Pichincha y los prados de Ia plaza en
verdaderas trincheras, porque en aquel entonces eran de alto relieve, y de uno y otro bando
politico quedaban tendidos amigos y
hermanos en lucha sangrienta e insensata. Todo esto marca una nueva era de confusion y
estancamiento; los politicos no transigen
y se forman los cacicazgos de matones y violentos; las recuas y muladas no vuelven por los caminos porque los hombres son asesinados,
las casas destruidas con granadas e incendiadas como son los casos de las
veredas de Ia India La Palmera, Sta. Teresa Pavas, El Congal, La Mesa y
Paraiso; padres e hijos huyen a los montes
presas de pánico por no caer en los récodos del camino o asesinados en sus labranzas; las praderas y los plantíos son
cubiertos por el rastrojo y Ia maleza, las cosechas se pierden porque han debido abandonar Ia tierra y su
trabajo, las fanitlias desplazadas por
Ia violencia venden sus fincas a menos precio, abandonan las casas del pueblo y buscan refugio en
las ciudades más próximas como
Armenia y Pereira donde van a engrosar el ejército de desocupados no encontrando
otro camino que el robo, el atraco y Ia prostitución.
Todo lo dicho constituye Ia segunda etapa de decadencia formada por Ia
terquedad y el sadismo de unos cuantos jefes
políticos que miran con deleite el pueblo asolado, las casas destruIdas y no persiguen otra cosa
distinta al enriquecimiento sin causa
a expensas de las arcas oficiales cuyos dineros mal habidos sirven para adquirir propiedades y montar negocios e industrias en otras ciudades; el pueblo
que años antes les sirvió para saiciar
los apetitos burocráticos y donde Ilenaron las bolsas y las alforjas ni siquiera se merece una modesta inversion. Las
gentes buenas y acrisoladas de uno y
otro partido lloran sobre las ruinas del pueblo y decepcionados ante tanta
infamía tambjén Ia abandonan que dejando las viviendas solas a merced de
cuidanderos que
reciben un sueldo por habitar en ellas.
Muchos años transcurren asi y de los gobiernos hegemonicos
se pasa a Ia dictadura, pero aquella transición no es más que un remedo
politico porque continúan los mismos rapaces del fisco, cuando ya no se puede
hablar de politica sino del jefe supremo; Filandia cae de nuevo en manos de los
oportunistas de turno que se estabilizan en el cargo y el delito con un
telegrama de apoyo incondicional. En
este estado Ia insensatez el odio, el egoismo y Ia
envidia con políticos ignorantes marcan nuevo status de
retroceso. Pasa Ia dIctadura y llega el eje Politico y administrativo llamado
frente nacional Ia raponería y el saqueo se protocolizan por Ia confabulacíon
de los dos partidos que ya no matan, pero persiguen al que no comulga con sus
propósitos; no obstante, se presentan iniciativas buenas como Ia reconstrucción
de Ia ciudad, Ia apertura de carreteras a todos los pueblos vecinos, Ia fundación
de nuevos
colegios de bachillerato y uno que otro reclamo contra el
saqueo Iegalizado de los fondos oficiales y se desata otro regimen de terror
contra Ia gente honesta que desea el cambio y anhela el entendimiento.
Al completar sus cen años de existencia, despues de
esfuerzos sobrehumanos y suplicas humillantes tocando puertas en en poderes
centrales primero Manizales y despues Armenia como capital del Quindio, se consiguen
at fin auxilios recortados entregados a regañadientes para obras que, es noble
reconocimiento, como Ia rectificación ensanche y construcción de excelentes
vias de comunicación que conducen a Montenegro, Circasia, Quimbaya AIcalá,
Ulloa, Arabia y carreteras vecinales a todas las véredas del municiplo, se
construye Ei hospital mental que dirige eI Dr. Jaime Rodriguez, Ia ampliación y
dotación del hospital a cargo de Ia Doctora Carrnenza de Ortiz y del Dr.
Humberto López, se inaugura un palaclo municipal, se pavimentan Ia plaza y
algunas calles, se inician los servicios intermunicipales de buses de Ràpído
Quindio y Expreso Alcalá con horarios de cada hora y notorias interrupciones que
las autoridades deberi corregir, se inauguran los servicios intermunicipales de
Rápido Wilson, cooperativa de Transportes y Tax Cartago, con conexiofles a
todos los pueblos vecinos, se construye una moderna galeria y en recientes dias
el barrio “Centenario” por cuenta de inscredial, se pintan las fachadas de las
casas de gente de pocos recursos por cuenta de Ia Junta Civica “Hijos y Amigos
de Filandia”. Todo este conjunto engalana el pueblo con tonos de bienestar y
bonanza para el dia preciso de su centenario el 20 de Agosto de 1.978, pero a
pesar de ello flotan en el ambiente notas de frustración arnarga, como a
carretera destapada que conduce a “Cruces” y que pudo haber sido pavimentada
oportunamente en cumplimlento de Ieyes nacionales, departamentales y
municipales promulgadas hace varios años, si las administaciones no se hubieran
teñido de politica y personalismo desde 1971, cuando tue creada Ia “Junta de
Turismo y Centenarlo de Filandia” como iniciativa del autor de esta obra en el
Concejo Municipal; como también Ia falta de una ‘‘Casa de Ia Cultura” que
también pudo haber sido construida con unos pocos pesos, sin las partidas
millonarias de Ia muy hermosa de Calarcá y otros pueblos menos necesitados que
éste; Ia falta de oficinas de planeación, y valorización municipal, circulaciôn
y tránsito para senaiización de vías y terminal de transportes, apertura de
nuevas agendas bancarias, sociedad de mejoras y juntas de ornato, club social y
asilos para menesterosos. Con todo eso somos conformes y resignados, Ia ciudad
se queda sola luciendo pergaminos y titulos señoriales pero condenada y cautiva
pagando una deuda injusta que se llama “precio politico”, porque a través de
sus cien años imperan en su medlo exciusivismos y discriminaciones; salvo
contadas excepciones ha sido Ia “cenicienta” de Caldas y Quindlo y refugio politico
de deshonestos e incapaces que cubren Ia nómina burocrática como culminación
del proceso
de descomposicón de los últimos sistemas. Pero queda
la esperanza después del 7 de agosto que
el nuevo equilibrio politico administrativo marque para Ia ciudad nuevos
senderos de gloria y prosperidad bajo la conducción del presidente Julio César Turbay Ayala y del
nuevo concejo municipal que se insta el primero de noviembre de 1978.
Mientras tanto esta tierra que sirvió de asiento a Ia tribu
del oro y Ia cerámica, cuna de gente eminente, matronas y patriarcas espera aún
se le dé el trato merecido por sus triunfos y su gloria. Sin embargo, a sus
cien anos Ia lucha no ha terminado porque apenas se cierra el primer capitulo
de su vida que al final del siglo se torna graciosa y picaresca bajo un mandato
matriarcal de liberación femenina donde se coronan reinas por decreto, se
permutan solares ajenos por votos politicos, se decoran residencias al estilo
dinastia, se adorna el parque con macetas de Ilantas viejas semejando gorras
mejicanas, con helechos y batatillas que dan colorido a Ia farándula de Ia
fiesta centenaria, con reparto de ambiente y condición popular, con asistencia
por derecho propio pero sin tarjeta especial por ser de carácter privado y familiar
.... y sin pases de favor.
De todas maneras, el carnaval se termina el 20 de agosto a
las doce de Ia noche a (a costumbre filandeña con el entierro del calabazo, Ia
farsa bufa y plañideras como culminación de su primer siglo entre Iágrimas y
sonrisas y Ia ciudad entra al camino de sus doscientos dejando recuerdos de
años gratos y aciagospero embriagada como siempre de promesas, esperanzas e ilusiones
que como dice el vulgo, “valen mucho mientras no se pierdan”; Ia tierra madre que alimento y arrulló en
sus brazos a sus hijas Quimbaya, Alcalá, y Ulloa recibe entre sollozos el noble
titulo de madre buena, pero abandonada y desprotegida por tos poderes centrales,
aunque segura y confiada en su brillante porvenir.
Esta obra se terminó de imprimir el 5 de agosto de 1978, en
los talleres de Lito EditoriaI Quingrafìcas. Armenia – Quindìo.
Reproducida
por: Alvaro H. Camargo Bonilla.