En 1541, Jorge Robledo realizaba sus correrías de
descubrimiento y conquista sobre el dorso de la cordillera
occidental, en el curso medio del rio Cauca, por los confines de la hoy pequeña
población de Armenia Antioquía, fundada el 28 de junio de 1868, que primitivamente
se designó con el nombre de Mantequilla, a raíz de la extraordinaria cantidad
de árboles de yarumo, cuyas hojas blancas, desde distancia, semejaban una
gigante bola de la deliciosa margarina.
Cuenta la leyenda, que el nombre de Armenia procede de
la evocación de una población localizada en un sitio muy parecido al monte
Ararat, en la ciudad de Armenia en Asia Menor, donde según las historias
bíblicas, se posó el Arca de Noé. [1]
Catorce años después, el 14 de octubre de 1889, en
territorio caucano, se funda su tocaya Armenia. Gracias al dinamismo, esfuerzo
y empuje de sus primeros habitantes, hombres y mujeres procedentes de
diferentes puntos cardinales del territorio patrio, veteranos de la aventura y
el trabajo enérgico, quienes marcaron la existencia del discurrir histórico de
la actual capital Quindiana.
El desplante de los moradores de Calarcá, a
una invitación del “Tigrero”, con la intención de la organizar un convite para construir un puente sobre el
río Quindío, para facilitara el tránsito de los colonos asentados en la margen
derecha del río, para proveerse de víveres en Calarcá. La no asistencia al
evento por parte de los calarqueños, hizo que Ocampo montara en cólera y determinara
elegir un lugar apropiado para hacer una fonda en el la margen opuesta a Calarcá.
Don Antonio herrera, vendió a “Tigrero” un lote de terreno, por el precio
de cien pesos, que Ocampo pago en monedas de cincuenta centavos, que sacó de
una talega que cargaba en el galápago de su caballo. Su intención, fue la de constituir
una fonda, y evitar el viaje a Calarcá y Salento para proveerse de víveres y demás
menesteres de los colonos de las nuevas tierras. Sin dar principio a la fonda,
cambió de idea, y resolvió más bien fundar un caserío. Para el efecto, viajó a Cartago, pidió permiso para fundar y constituir una Junta
Pobladora, compuesta por treinta personas (27 liberales y 3 conservadores).
El nombre primigenio de
la fundación adelantada por Ocampo, al parecer fue tomado de una planta que crecía
y abundaba en el lugar, llamada
“calabaza” y/o “cuyabra”, cuyo fruto,
fue utilizado desde los tiempos inmemoriales de los Quimbaya, como menaje de
cocina y de otros servicios. Razón por la cual llamaron la reciente población como: “El Coyabro”.
Este nombre resulta en una tarde de juerga, donde dos pioneros
de la fundación de Armenia: Ezequiel Murillo y José Herrera, departían en una
fonda. El primero observaba el paso de
José Herrera, cargado con una “jiquerada” de calabazas, y en son de chanza, cogió
las calabazas y dijo en alta voz: Esto se llama el “Coyabro”. Todos los
contertulios a una voz aceptaron el nombre, por lo cual se llamó de esa manera
muchísimo tiempo. Más tarde, tomó el
nombre de Armenia, al parecer proveniente del nombre que tenía la propiedad del
señor Venancio Gómez (lugar donde se instaló la trilladora “La Rosita”, carrera
18, calle 27), terreno, que compró José María Ocampo (Tigrero), para instalar
la fallida fonda, lugar donde nació la “Ciudad Milagro de Colombia”.
[1] http://biblioteca-virtual-antioquia.udea.edu.co. Manuel Uribe
Ángel. Geografía General del Estado de Antioquía en Colombia. Parte segunda,
Capitulo 3º.Departamento del Cauca.1881