domingo, 25 de marzo de 2018


A PROPOSITO DE LA BIODIVERSIDAD.



Los científicos advierten que la Tierra está en una era de aniquilación biológica, afirman que el planeta asiste a su sexta extinción. Esta vez no originada por fenómenos cósmicos como los anteriores (derretimiento de los glaciares, las glaciaciones, impacto de meteoritos, o de erupciones volcánicas), el presente proceso se deriva de la agresión antrópica sobre el planeta.

LA BIODIVERSIDAD EN EL QUINDÍO.


La amenaza biodiversa en el Quindío se manifiesta en el progresivo deterioro de sus ya frágiles ecosistemas, consecuencia de la transformación de sus áreas rurales, en superficies urbanas. Ligado a esto, el aumento exponencial del consumo de recursos medioambientales, destinados a saciar la avaricia  del sistema depredador, consumista y contaminador que nos rige.


El crecimiento y la concentración urbana, conlleva al excesivo consumo y consecuentemente a la crisis biodiversa actual, como es: sobreexplotación del paisaje, crecimiento descomunal de las áreas urbanas, ampliación de la frontera agrícola y ganadera, sobreexplotación de los recursos naturales, desmedido uso de pesticidas y agroquímicos, deficiente manejo y disposición final de residuos, todos, factores que conllevan la eminente extensión de las zonas rurales y atestan las ciudades de desplazados.



La crisis cafetera y la ausencia de oportunidades laborales, obligó el éxodo de los habitantes rurales a las urbes, se ubican en zonas subnormales, especialmente, en las áreas de protección ambiental (rondas hídricas corredores biológicos), circunstancia que conlleva el desvanecimiento e inestabilidad de la biodiversidad, y consecuentemente extinción de las áreas de protección ambiental urbanas.

En el Quindío, especialmente en los municipios de alta aglomeración turística y  receptores de migrantes (Salento, Filandia, Montenegro y Quimbaya), se acrecienta la afectación biodiversa, como resultado de la demanda desaforada de servicios públicos (acueducto, alcantarillado, servicio de aseo, transporte). Las unidades agrarias se fragmentan, hasta reducirse a su mínimo tamaño, y así poder ser parceladas como  fincas de descanso, veraneo y uso turístico (hostales, posadas, hoteles), modalidades que se acomodan en las normas del ordenamiento territorial con el asentimiento de las autoridades responsables de su correcto funcionamiento.

Se amenaza la biodiversidad Quindiana, cuando sobre el Distrito de Conservación de suelos Barbas-Bremen (zona biodiversa importante del sistema andino en el Eje Cafetero), las autoridades constituidas para su defensa, anuncian con bombos y platillos su afectación con la construcción de megaproyectos turísticos y el otorgamiento de licencias ambientales, para obras de ingeniería como lo son el trazado de las torres de energía de alta tensión, obras que perturban seriamente la biodiversidad a escala local, regional y nacional.

De seguir así y si no se implementan una políticas turística que blinden los aspectos culturales, sociales y naturales locales; en poco tiempo habrán eclipsado los “pueblos con encanto” en el Quindío.

La Constitución Política de Colombia establece que la protección del ambiente hace parte los derechos humanos. Los colombianos tenemos derecho a gozar de un ambiente sano, ecológicamente equilibrado, que garantice la participación comunitaria en las decisiones que puedan afectarlo. (C.P.C. Capítulo 3 artículo 79). Por tanto, es deber de todos mantener y preservar el medioambiente a través de un desarrollo sostenible. Defender la biodiversidad, es salvaguardar el derecho  a la vida, y bienestar de la humanidad.

Álvaro Hernando Camargo Bonilla
Miembro de numero de la AHQ.
Vigia del Patrimonio .