GUAQUEROS Y MINEROS, FUNDADORES DE PUEBLOS EN EL QUINDIO.
“Siempre me han gustado las guacas, nací con esa alunadura ¿Sabes? Al guaquero le rasca el alma, como si la tuviera llena de candelillas. Para mí una guaca, cualquier guaca, es emoción, es vida.”[1]
Multitudes de aventureros atraídos por las impre
sionantes leyendas de los tesoros de las tumbas Quimbayas, trasegar tupidas selvas, salvaron abismos, vadearon torrentosos ríos, enfrentaron fieras salvajes, malsanos climas, y se internaron a los “Planes del Quindío”, donde establecen rancherías para guarecerse de los rigores de la noche y los peligros de la espesura al final de cada jornada; para luego, dar rienda suelta a su pasión febril consolada por golpes de suerte al descubrir los tesoros sepultados por los Quimbaya, y así, salir de sus afugias económicas.
“Oís Chuchito, están sacando oro en el Quindío por “pilas” en una vereda que llaman Montenegro o Monteoscuro, encontraron una sepultura con la “pendejadita” de 70 libras de oro.
En un lugar que llaman Tebaida o Tebaira están sacando tumbago todos los días y a toda hora y los guaqueros viven muy animados dizque todo ese territorio es un cementerio tan rico, que por donde se meTe el regatón y la media caña sale oro.
Dicen también, que en las orillas de un rio que llaman Rioverde se puede lavar en bateas y que en un día se saca la plata del aguardiente del mes”[2]
Por el tiempo del año 1884, llegaron a estas tierras denominadas los “Planes del Quindío”, exploradores y buscadores de oro, atraídos por la fama de la leyenda, de que el oro se encontraba a manos llena metido en las sepulturas de los indígenas (Huacas), huaqueros como: Demetrio Salazar (gastero de guaqueros), el padre Casafú, Desidero López, Juan Mena, Carlos Agudelo (Macuenco) Patebarra, Pezuña, Reliquia, Jesús María Ocampo, (tigrero), Ángel Toro, Ramón Buitrago, Jesús María Arroyabe, Victoriano Arias, Jesús Antonio Arango, Alejandro Suarez, Martin Duque, Marcos Buitrago, Jesús María Suarez, , Alejandro Suarez, Martin Duque, Antonio Herrera, Marcos Buitrago, Jesús María Suarez, Juan María y Valeriano Marulanda, Hipólito Nieto, Valentín Macías, Silverio y Gavino Arango.
En esas andanzas, conocieron “Los Planes del Quindío”, y empezaron la búsqueda de guacas que reposaban en los cementerios indígenas (“patios de indios”), como los de “Pueblo del Muerto”, “Callelarga”, “Pueblotapado”, “Platanillal”, “La Soledad”, “Puertoespejo”, “Maravélez”, “Tolrá”, “Piamonte”, “La Soledad”, “Alejandría” y “Hojas anchas”. Lugares en donde rastreaban y descubran las “guacas”, que se mostraban de diferente forma: circulares, de escuadra, de cajón, cuadradas y de resbalón, de cancel, de tajos abiertos, matacañeras, bongos, de tambor, y veleros.
Jesús María Ocampo “Tigrero”, guerrillero liberal en la contienda civil de 1876 a 1877, y de 1885; se avecindó en la Mesa Cundinamarca, donde estableció un pequeño negocio de abarrotes. Al parecer no pudo consolidar su estancia y abandonó el lugar para trasladarse a Anaime, donde estableció una “gallera” (riña de gallos) y al negocio de compra y venta de tierras.
Contrajo matrimonio en Ibagué, con una mujer menor que él, de nombre Arsenia Cardona, después de un tiempo, viajó a la “Hoya del Quindío”, en donde junto a treinta colonos (27 liberales y 3 conservadores) colonos, el 14 de octubre de 1889, fundó Armenia.
Victoriano Arias llamado “Casafú” huaqueo en Montenegro alrededor de 60 libras de oro, compuestas de hermosas joyas, en forma de pájaros, sapos, lagartos, culebras, cinturones, y cetros.
Jesús María Suarez Suarez, en 1876, en asocio de su hermano Alejandro, se dedicaban al comercio, y posteriormente a derribar montaña y a la minería y exploración del Quindío en busca de guacas, en estas menestras conoció al “Tigrero”. Constituyó una compañía minera junto a Juan Esteban Arias, Jesús Antonio Arango y Crispiniano Suarez en el año de 1879.
Hipólito Nieto, natural de Aguadas, aburrido por el reclutamiento en las guerras civiles, y con la intención de probar suerte en la búsqueda de “Guacas”, partió en el año de 1877 hacia tierras de la “Hoya del Quindío”, en donde adquirió una mejora denominada “El Edén”.
Prudencio Cárdenas Botero. Proveniente de Pereira, lo invitó don Alejandro Cano, para conformar una compañía de “guaqueros”, que se proponía explorar los sepulcros indígenas en la zona del actual municipio de Montenegro.
La fiebre del oro de las huacas perduró por más de 40 años, los “guaqueros” se dedicaron a remover sepulturas indígenas, desenterrando oro por arrobas, el cual dilapidaron en borracheras, lujuria y extravagancias, como lanzar monedas a la “jura”, al momento de sus muertes, sus amigos debían hacer colecta para sufragar los gastos de su entierro.
Una vez reducido el hallazgo de guacas, empezaron a husmear los sitios mineros de donde los indígenas obtenían el oro. Así nace la actividad minera de veta y aluvión en el Quindío. Se descubren ricas minas como: “Colombia”, “La Morena”, “El Cóndor”, “Gallinazo”, “La Cascada”, y los aluviones del río Boquerón.
Fue en el desarrollo de la actividad “guaquera” y minera donde se fue apuntalando la colonización y fundación de las poblaciones del Quindío.
Por: Álvaro Hernando Camargo Bonilla.
[1][1] Benjamín Baena Hoyos. El Río Corre Hacia Atrás. Carlos Valencia Editores. Bogotá. 1890. Pág. 39
[2] [2] Crocinas de Dionisio. Bernardo Ramírez Granada. Edit. Quimgraficas. Pag.39. 1981