CAMINO DE QUINDÍO.
Cartago,3 de abril de
1844.
República de la Nueva
Granada–Gobernación de la provincia del Cauca. —
Nº64.
Al Sr. Secretario de
Estado del Despacho de lo Interior.
Para entender la historia del
poblamiento del territorio Quindiano, es necesario analizar el desarrollo de
las diferentes empresas en la mejora y composición del camino del Quindío.
El texto que a continuación se
trascribe, permitirá mostrar aspectos varios, tales como, registros
administrativos; desarrollo y ejecución de los trabajos relacionados en la vía;
métodos de mejora y composición; manejo administrativo y reglamentación del
presidio. Asimismo, aspectos atinentes a
la mutabilidad de la ruta a causa de las contingencias medioambientales, e
intereses de poblamiento.
Tema importante, y que no se
ha tratado, es el relacionado con los aspectos históricos del preámbulo
agrícola, una vez descuajada la selva aledaña a la ruta. Aquí se atisba algo
sobre las plantaciones de pan coger destinados a la manutención de reos y primeros
colonos.
“He visitado el presidio y
recorrido la parte del camino que va hasta Boquía en el mes pasado, luego que
el estado de mi salud me lo permitió.
Luego que el estado de mi
salud me lo permitió. Luego que llegué a esta ciudad fui a visitar los trabajos
y encontré que, por ineptitud de los directores, y falta de eficacia en los
jefes políticos, desde que yo me ausenté, se había descuidado quemar el bosque
destrozado, menos en una pequeña parte, no obstante, varias prevenciones de la Gobernación.
Suspendí el derroque del
bosque, y destiné los peones a limpiar la abundante maleza que había crecido
entre los troncos y ramas destrozadas, a amontonar estos y quemarlos, trabajo
que se ejecutó al mismo tiempo por los contribuyentes del servicio personal y
que ha concluido ya. He visto con satisfacción:
1.° que en una gran parte del
camino nació poca maleza; 2.º que en donde abundo se componía de plantas cuya semilla
se agota pronto; 3º que en toda la parte des cuajada de junio a agosto ha
aparecido pasto de diferentes gramas. El terreno limpiado aparece sólido, no
obstante que anteriormente era ponderado de fangoso.
Desde aquella vez examiné lo
relativo al trato que se da a los presidiarios, y el nodo como se les asiste.
Sobre este punto, la frecuente variación de empleados había producido relajación
en la disciplina en favor enteramente de los reos. Los alimentos continúan
suministrados en la cantidad y calidad determinadas por la Gobernación.
Posteriormente en marzo visité mis detenidamente el establecimiento, examinando
libros, reos, prisiones, herramientas, raciones etc. Encontré algunos defectos
en los libros que hice corregir: en la disciplina del establecimiento la misma relajación.
Respecto de la ración examiné separadamente a varios presidiarios tonados como
a la suerte, y habiéndome hecho traer una ración, les pregunté si aquellas
especies y cantidades les eran suministradas siempre: a lo que contestaron
afirmativamente, menos uno, que parece ser de los descontentadizos que siempre
quieren quejarse de los superiores. Todos dijeron que no tenían queja de ellos
respecto a tratamiento, de la Nueva Granada. 3 desde setiembre dejé
construyendo otro tambo en Consota en un lugar que promete ser bien sano, con órdenes
de que pasara el presidio a él inmediatamente. Ninguna cooperación encontré
para ello, ni en la jefatura política, ni en los jefes del establecimiento.
Durante mi ausencia se difirió la traslación sin motivo, y ponderándome siempre
las dificultades; y lo que fue peor, concluido el tambo se le abandonó, de
suerte que cuando yo regresé encontré que, por no haberlo habitado, o por no
haberle puesto humo, se dañó la mayor parte de la paja. Su construcción además
me ha parecido mala en cuanto a duración. Desde el 22 de marzo está el presidio
en él, y se ha atendido a todo lo que la experiencia ha demostrado y es
conveniente para mantener la salud de los reos. En esta parte de la montaña, el
trabajo que hay que hacer es destruir el bosque. El terreno es tan cómodo que
con él solo se obtendrá un buen camino. Haré construir un puente en la quebrada
Consota, que es la primera de consideración que se encuentra. Su caudal es como
el del rio de San Francisco de Bogotá. He hecho practicar nuevas exploraciones para perfeccionar
la dirección del camino desde donde se separa del antiguo de la salina de
Consota, hasta el paso de la quebrada de este nombre, y hoy sabré el resultado. El orden que me he propuesto para el trabajo es
socavar la parte de bosque que falta por derribar hasta el tambo nuevo y
comenzar luego la derriba con peones libres, pagados o contribuyentes,
principiando por algunos pequeños guaduales: que el presidio adelante la
derriba desde el tambo dándole el ancho de 20 varas. Hasta ahora se ha
conservado en ancho desde 30 hasta 40 varas, y hasta 50 en los guaduales; pero
no obstante mi convencimiento, voy a reducirlo de 20 a 25, conforme las
indicaciones que recibí del Poder Ejecutivo en el año pasado, en atención a que
va a principiar un declive hacia Consota, que seguirá después una cuchilla de
bosque no muy elevado su mayor parte, y que en ella por ser más fresca y memos
húmeda la vegetación no será tan rápida. Los peones de Antioquia que logro concertar
son colocados desde treinta cuadras más adelante que el presidio, en un bosque
que presenta más dificultad que el resto. El presidio luego que encuentre lo
derribado por ellos, pasará treinta o cuarenta cuadras más adelante, a colocarse
en un palmar en que el trabajo es muy fácil, y en donde no será costosa la construcción
de un tambo. Para
comenzar a cultivar un punto en Boquía no me había detenido sino la falta de un
hombre que fuese a cuidar. Desde noviembre se encontró uno de Antioquía que con dos
hijos mayores vive en la casa construida para el presidio. Ellos han trabajado un
desmonte en que me dicen que han sembrado cinco almudes y medio de maíz; les he
dado papas y arracachas, y tienen algunos pocos colinos de plátano.
No creo conveniente que se siembre allí como para el presidio, porque la
dificultad de conseguir vehículos me ha convencido de que el presidio debe
adelantar con el desmonte. A los peones Antioqueños he indicado que deben
sembrar todo lo que derriben, con la esperanza de facilitar la limpia y obtener
maíz en abundancia. En Consota cultivaré con el presidio una sementera de maíz y plátano
que podrá mejorarse después con papas, yucas y arracachas. En Arcabuquillo he
hecho cerrar todo lo que se limpió al derredor para la ventilación, y voy a sembrarlo
de maíz. La indolencia de la gente de aquí hace que no haya quien
vaya a disfrutar de aquella posesión es que han quedado dos tambos sólidos.
Sin embargo, una familia antioqueña se ha comprometido à vivir por un año en
ese punto. El servicio personal está reglamentado por la Gobernación desde el
año pasado. Solo de una providencia no había dado cuenta al Gobierno, porque la
creí muy subalterna, y es que para dirigir a los contribuyentes he puesto un
superintendente que los asiste en el trabajo, y pone el cumplido o falta a los
trabajadores que se presentan por cuadrillas de trece hombres. Todo lo demás está
escrito en mi decreto de 1.º de Julio que remití a US. Por medio de estos
arreglos he utilizado el servicio personal mucho más de lo que pensaba. Con el
dinero que produce la contribución (porque una gran parte es satisfecha en
dinero) pago peones que, dirigidos por otro superintendente, han estado
derrocando bosques desde donde terminó el presidio.
El 23 de marzo entré por el nuevo camino a la montaña, y
el 25 estuve a las 12 en Boquía, no obstante, las dificultades que ofrecen
bestias bisoñas, una trocha estrecha y el rigoroso invierno. Entré en mula y no hube de desmontarme sino en
los pasos de las quebradas que no están buenos. Lo más difícil del camino se
halla en la parte que se anda por la vía actual. Estos son los puntos de que
puedo informar a US. En el presidio no he dictado reglamento especial
metodizando el trabajo, porque como siempre ha estado reducido a una o dos
secciones, nada he encontrado que se necesite decir, y tengo cuidado de evitar
la multiplicación de decretos. Todas las advertencias accidentales que me
parecen convenientes las hago en las diferentes visitas que hago, e informes
verbales que recibo. Al nuevo director, que se posesionó el día 1º, le he
encargado, como lo hice con los otros, que me informase de los defectos que noté
para ocurrir con remedio para evitarlos”.
Dios guarde a Us, Jorge J.
Hoyos
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