jueves, 8 de marzo de 2018

EL MITICO E HISTORICO TOCHE EN EL TOLIMA

EL MITICO E HISTORICO TOCHE EN EL TOLIMA





A  57 kilómetros del departamento del Quindío, desde el municipio de Salento, a dos horas de viaje por carreteable veredal, se encuentra el centro poblado de Toche, en el vecino departamento del Tolima.


Lugar maravilloso donde se manifiesta algunos rasgos de la evolución histórica y cultural del camino del Quindío.  La arquitectura de las colonizaciónes con la técnica, ejemplo de sostenibilidad heredada de los indígenas y trasformada por los ibéricos a su arribo al territorio, fundamentada en la utilización de elementos constitutivos del medio natural circundante. Su biodiversidad exuberante, la palma de cera y sus loros orejiamarillos; el imponente y misterioso volcán cerro Machín, sus aguas termales, cascadas, puente natural (puente tierra) y su despensa agrícola, asistida  por curtidos arrieros nativos.



Al llegar al valle del Tochecito (la Ceja), entre los mil ochocientos y dos mil novecientos metros de altitud; nos revela las más esplendidas pinceladas de los innumerables rodales de palmas de cera, con sus graciosos y elegantes penachos de hojas, y sus estípites de más de cincuenta metros de altura, de color gris anacarado, que no es otra cosa sino cera, que antiguamente se fusionaba con sebo para fabricar las velas usadas en los tambos del camino. Antaño, estos enmarañados rodales de palmas  imposibilitaban el caminar por entre ellos, solo los tigres, monos, tapires, y loros, se desplegaban por estas intrincadas selvas de palmas y árboles que se remontan a las edades tempranas del mundo.




Paisaje de diversas tonalidades de verdes, surcados de arrayanes y sietecueos cubiertos de flores, y con sus  ramas vestidas de líquenes, musgos y orquídeas, donde posan aves de todos los colores, picoteando flores o alegrando el paisaje, integran un conjunto de encanto indescriptible, con sus trinos y la belleza de sus plumajes.

 


Por entre camellones calcados sobre las antiguas sendas de los indígenas, caminando por entre riscos y pantanos, los arrieros se trasladan sin dificultad, con sus mulas cargadas de  frutos de la tierra y demás bastimentos necesarios en su quehacer cotidiano.






En su centro poblado se evidencia el esplendor de su arquitectura fundamentada en la técnica del bahareque, heredada de los indígenas Tochas. Paredes de embutido, tapia pisada y entamborado en madera, etc. Así se edificó su antigua iglesia, el presidio y todas sus viviendas,  pintoresca amalgama arquitectónica digna de conocer.

Por todas las razones expuestas, Toche es uno de los lugares ubicados sobre el legendario camino del Quindío, digno de visitar dentro de una propuesta turística ecohistórica y cultural.

Álvaro Hernando Camargo Bonilla.

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