EL MITICO E HISTORICO TOCHE EN EL TOLIMA
A 57
kilómetros del departamento del Quindío, desde el municipio de Salento, a dos
horas de viaje por carreteable veredal, se encuentra el centro poblado de
Toche, en el vecino departamento del Tolima.
Lugar maravilloso donde se manifiesta algunos
rasgos de la evolución histórica y cultural del camino del Quindío. La arquitectura de las colonizaciónes con la
técnica, ejemplo de sostenibilidad heredada de los indígenas y trasformada por
los ibéricos a su arribo al territorio, fundamentada en la utilización de elementos
constitutivos del medio natural circundante. Su biodiversidad exuberante, la palma
de cera y sus loros orejiamarillos; el imponente y misterioso volcán cerro
Machín, sus aguas termales, cascadas, puente natural (puente tierra) y su despensa agrícola,
asistida por curtidos arrieros
nativos.
Al llegar al valle del Tochecito (la Ceja),
entre los mil ochocientos y dos mil novecientos metros de altitud; nos revela
las más esplendidas pinceladas de los innumerables rodales de palmas de cera, con
sus graciosos y elegantes penachos de hojas, y sus estípites de más de cincuenta
metros de altura, de color gris anacarado, que no es otra cosa sino cera, que
antiguamente se fusionaba con sebo para fabricar las velas usadas en los tambos
del camino. Antaño, estos enmarañados rodales de palmas imposibilitaban el caminar por entre ellos, solo
los tigres, monos, tapires, y loros, se desplegaban por estas intrincadas
selvas de palmas y árboles que se remontan a las edades tempranas del mundo.
Paisaje de diversas tonalidades de verdes, surcados
de arrayanes y sietecueos cubiertos de flores, y con sus ramas vestidas de líquenes, musgos y
orquídeas, donde posan aves de todos los colores, picoteando flores o alegrando
el paisaje, integran un conjunto de encanto indescriptible, con sus trinos y la
belleza de sus plumajes.
Por
entre camellones calcados sobre las antiguas sendas de los indígenas, caminando
por entre riscos y pantanos, los arrieros se trasladan sin dificultad, con sus
mulas cargadas de frutos de la tierra y
demás bastimentos necesarios en su quehacer cotidiano.
En su centro poblado se evidencia el esplendor
de su arquitectura fundamentada en la técnica del bahareque, heredada de los indígenas
Tochas. Paredes de embutido, tapia pisada y entamborado en madera, etc. Así se edificó
su antigua iglesia, el presidio y todas sus viviendas, pintoresca amalgama arquitectónica digna de
conocer.
Por todas las razones expuestas, Toche es uno
de los lugares ubicados sobre el legendario camino del Quindío, digno de
visitar dentro de una propuesta turística ecohistórica y cultural.
Álvaro Hernando Camargo Bonilla.
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