INFORME SOBRE EL PROGRESO
DE LA RECONSTRUCCIÓN DEL CAMINO DEQUINDIO.
Informe sobre el progreso de la reconstrucción del Camino del Quindío, al señor secretario del interior y relaciones exteriores. de la Republica de la Nueva Granada, rendido por el Gobernador de la provincia, señor Uldarico Leiva..
Ibagué el 5 de abril de 1843,
República de la Nueva Granada
—Núm. 159–Gobernación de la provincia de Mariquita-Ibagué, 24 de Julio de 1844.
Secretario de Estado
del Despacho de lo Interior.
El día 29 de julio de 1843, regresó de Toche a Ibagué, el gobernador de la provincia, señor Uldarico Leiva.; a donde había vejado desde el 13 de abril de 1843, con el objeto de redactar un informe pormenorizado y exacto del adelanto del trabajo, e informar del mismo al Poder Ejecutivo..
El camino no estaba tan adelantado
en los tres últimos meses como el pensaba, derivado del
inconveniente del invierno presentado por esa época. Situación que conllevo, por semanas enteras al personal del presidio sin trabajar formalmente a causa de las lluvias.
Torrenciales e inmensos aguaceros se
precipitaban constantemente arrastrando consigo la tierra recién removida,
haciendo un daño mayor que el que existiera antes de iniciar las obras. A
pesar de todo, el presidio trabajó con tesón,
y al gozar de buen tiempo lograría terminar el camino en la parte que
corresponde a la provincia a su mando algunos meses antes de abril del año de 1844..
PROGRESO DE LA OBRA
El
desmonte, había llegado hasta la quebrada de las Tres Cruces, más allá
del Yerbabuenal. Se suspendió por la crudeza del tiempo la
falta de abrigo para el personal del presidio encargados del trabajo. Se han perfeccionado
mucho los banqueos que quedaron imperfectos al tiempo de separarse mi antecesor
del mando de esta provincia, y construido el camino en algunos trechos que
quedaron por hacer de aquí a la Palmilla.
Las degradaciones de mayor
entidad causadas por el invierno han sido enmendadas. Restan solo pequeños reparos
que se harán posteriormente como queda dicho.
Puentes. Se han construido una
multitud pequeños en las quebradas y desagües que atraviesan el camino, sobre cimientos
de piedra y perfectamente sólidos. El puente de Combeima no puede hacerse de
madera, porque no las hay durables en las tierras que rodean a Ibagué. A pesar de
conocer yo esto, he preguntado a personas inteligentes, que me han confirmado
en la opinión que llevo expuesta.
Me resolví, pues, a hacerlo de
arco, y por conducto de US. invité o los albañiles de la capital para que me
hicieran sus propuestas. Igual invitación hice por conducto del Señor
Gobernador de Bogotá. Dos propuestas recibí, la 1ª. del maestro Eustaquio Suarez por la cual se
obligaba a hacer el puente, dándole todo material, por mil quinientos pesos,
ofreciendo después una insignificante rebaja; la segunda del maestro Esteban
Melo por la cual en iguales términos se obliga a hacer el puente por
ochocientos pesos. Como conozco al maestro Melo, no dudo en aceptar la
propuesta, y está trabajando hace ochos días en los cuales hizo el cimiento del
lado de acá del referido rio.
Compré cien fanegas de cal a tres
pesos cada una y 18,000 ladrillos por trescientos pesos, que son los calculados
para los arcos, pues los cimientos y estribazon van de piedra labrada por
cuenta del maestro. Someto a la consideración del Gobierno la contrata y el
presupuesto, advirtiendo a US. que no por eso dejo de trabajar en el hasta
obtener la resolución que recaiga; pues como US. sabe es preciso aprovechar dos
únicos meses de verano que son los de Julio y agosto, fuera de los cuales el
rio crece y hace imposibles los trabajos. El puente del rio San Juan debe
hacerse de estribos de calicanto y vigas. Superfluo sería hacer allí uno de
arco. Las maderas que están cortadas son de excelente calidad y durables, pues
se conservan a la intemperie perfectamente sanas por tiempos larguísimos, como se
ve por las palizadas que en aquellas encuentran en los caminos. Hubiera emprendido
esta obra a la vez que la del puente de Combeima, pero la falta de un albañil
me lo ha impedido.
Casas. Se han construido una en
la Palmita y se terminó el tambo de Yerbabuenal, la primera después de servir al
presidio la daré a un poblador, la segunda permanece sola por no haber habido
hasta hoy quien la pida, a pesar de haberla ofrecido a varias personas.
Sementeras. El invierno dañó las sementeras de papas. Muy
pocas cargas se han cogido, y las he destinado para auxiliar a los nuevos pobladores
mientras les producen sus sembrados. No ha
sucedido lo mismo con la arracacha, pues se calcula coger más de mil arrobas,
de una calidad tan superior como no las hay en la provincia de Bogotá. Este producto será vendido a los contratistas
que raciona el presidio, por los precios corrientes. -
Los nuevos pobladores, preparan
sus terrenos para sembrar, y la Gobernación los auxilia dándoles semillas y trabajo
en la montaña. He creído conveniente sembrar por cuenta de la empresa algunas
papas, arracacha y cebada con el objeto de estimular con el ejemplo a las gentes,
y de proporcionar recursos a los que vengan sucesivamente, y le he dispuesto
que se prepare el terreno suficiente, lo cual se ha verificado.
Población. Algunas personas me
han pedido terrenos en la parte que media entre la Palmilla y Toche, y aun cuando
no cree la Gobernación que puedan hacer mucho, les ha ofrecido dar, sin
embargo. Ningún efecto produjo la invitación de mi antecesor para poblar la
montaña; hasta hoy no se ha presentado ninguno de otra parte a solicitar la
gracia que se les ofrece. La Gobernación cree indispensable si se quiere poblar
el terreno de Quindío, que el Gobierno nombre un comisionado que recorriendo
los valles de Tensa y la provincia del Socorro, pueda hablar con las gentes haciéndoles
presentes las ventajas que les resultan. Los infelices ni tienen noticia de las
invitaciones, ni es posible que quieran venir sino los pobres que necesitan
auxilios para su trasporte. Concluyo este informe asegurando a U.S. que el
camino del Quindío será un monumento que recuerde con gratitud la presente administración
y los constantes desvelos del Poder Ejecutivo para llevarlo al cabo que su
solidez, hermosura y buena dirección honraría a una nación de mayores recursos
que la nuestra; que la Gobernación es auxiliada poderosamente en la empresa por
el director de ella Señor Vicente de la Roche, debiéndole también en la misma
gratuitos servicios al capitán Rafael Diaz, que como proveedor del presidio lo
asiste en sus trabajos, ayudando en cuanto puede al Director y desempeñando las
comisiones que la Gobernación tiene a bien confiarle. Sírvase US, someter este
informe a la consideración de algo de dinero, con el objeto de hacerles tomar
amor al obediente servidor, J. Uldarico Leiva.
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