EL PALACIO DE BARBAS, DESTINO NATURAL DONDE SU
BIODIVERSIDAD SE CONJUGA CON LOS SONIDOS DE LA VIDA.
“La vida
se hace de momentos, ya lo sabes, y cuando hoy los míos se cruzaron un instante
con los ojos de aquel hermoso y salvaje animal, pleno de libertad, también en
ese momento comprendí que hoy fue uno de aquellos instantes que no voy a
olvidar”.
El Palacio del Barbas, hermoso y mágico lugar, de tesoros
indescriptibles, donde se trasmite el gusto por lo simple lo real y natural, lo
que lo hace un tesoro único. Agraciado y lindo espacio,
donde se descubre la fuerza, tranquilidad, vibración y la belleza de la
naturaleza.
Fantástica caminata por frondosa selva frondosa, acompasada de los
sonidos de la naturaleza y el juguetón correr del agua de la quebrada y la
cascada, y el increíble rugido de monos que nos miran curiosos desde el verde tapiz
de la selva.
Increíble y maravillo recorrido, donde se puede ver los monos y
escuchar sus aullidos, disfrutar de la espectaculares cascadas, sentir la encantamiento
de la selva, respirar aire puro, y henchir el alma con tan bella experiencia.
Momentos de éxtasis, que junto a los anfitriones:
don Álvaro, doña Marina, doña Rosaba y Alejandro; sean dignos de un nuevo
libro, en el que se inscribe sabiduría y atesoramiento de la memoria ancestral.
Personajes que trabajan en armonía con
la madre naturaleza, y así, brindar una experiencia increíble, única e
inolvidable de conocer el cañón del río Barbas en su estado natural
Experiencia única en la selva Húmeda Andina Con gente
amable y amorosa y con respeto por la naturaleza y amor en sus labores. Árboles milenarios, senderos adornados con preciosos festones
de musgos de múltiples formas y colores, del aroma inconfundible que esparce aromas
inconfundibles del musgo, lianas, hongos y el follaje y plantas ancestrales.
Es el segundo lugar más lluvioso de Colombia,
donde se descubren la abundancia de aves de múltiples variedades
de bellos y coloridos plumajes; plantas, mariposas, y del gran mono aullador.
Sin
duda un sitio que hay que ver sin falta Una reserva preciosa llena de vegetación
salvaje, una verdadera sensación de pasear por la selva.
Una visita obligada si se visita Filandia.
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