LEYENDA DEL RÍO DE LA
VIEJA
"A
la parte caminan del oriente
donde
su voluntad los aconseja,
y el
Capitán Miguel Muñoz con gente
al
Río que llamaron de La Vieja.
Por
una con quien dieron de repente
Llena
de espesas rugas la pelleja,
Pero
con tantas joyas su persona.
Como
si fuero moza fanfarrona.
No
porque la pintó natura fea,
Mas
el tiempo troncó formas primeras,
Y
ansi suplía lo que ser desea
Con
brazaletes, collares y orejeras;
Cinta de oro batido la rodea
El
vientre, los ijares y caderas,
Las
cuales joyas en ajenas manos
Pesaron
ochocientos castellanos.
Luego
Miguel Muñoz la desembarga
Debajo
de clemente mansedumbre,
Con
lastima de ver edad tan larga.
Traer
a cuestas tanta pesadumbre:
mas
él no rehusó llevar la carga
ni
de subir con ella por la cumbre.
Y
ansi volvió con muestra placentera
Adonde
Belalcázar los espera ".
En los años del
descubrimiento del río Cauca en el Occidente colombiano, los cronistas cuentan
lo acaecido cuando llegaron los españoles a las tierras de los indios
Quimbayas, en las riberas del río que ellos llamaron “río de la Vieja” entre las
ciudades de Cartago y Pereira.
En busca del El
Dorado hacia el norte de Quito, el conquistador Sebastián de Belarcazar
organizó dos expediciones de reconocimiento, al mando de los Capitanes Pedro de
Añasco y Juan de Ampudia en el año de 1535.
Estas expediciones recorrieron las tierras de los indios quillacingas,
pastos y los aborígenes del Valle del Patía, quienes hicieron virolenta
resistencia. La táctica de los
conquistadores fue la quema de los poblados indígenas que encontraron a su
paso.
La hueste hispánica
de Añasco y Ampudia continuó hacia las tierras de los indios pubenses y tomando
la vía por el río Cauca, llegaron hasta las tierras del cacique Jamundí. El
Capitán Juan de Ampudia fundó la que se llamó Villa de Ampudia, que se
convirtió en el centro de actividades para la conquista del occidente
colombiano.
El conquistador
Sebastián de Belarcazar organizó otra expedición con los conquistadores Jorge
Robledo y Miguel Muñoz, la cual salió en los primeros meses del año 1536. En su ruta, los conquistadores españoles
tuvieron numerosos enfrentamientos con los indígenas sindaguas, pubenses,
chisquíes, piaguas y otros. En sus
incursiones, el Capitán Miguel Muñoz siguió por la ribera oriental del río Cauca, hasta cuando llegaron a un río
afluente en donde los españoles encontraron a una vieja de más de cien años,
pero tan llena de oro fino, que parecía que quería suplir con la hermosura de
aquel metal lo que sus años le había quitado.
Tenía zarcillos, brazaletes, collares y una faja de oro batido, delgada
y flexible, que le ceñía alrededor de la cintura, cubriéndola hasta abajo del
vientre.
El
Capitán Miguel Muñoz le quitó a la vieja todo el peso que llevaba con las joyas
de oro. Eran muchos dijes que sobre sí
portaba la anciana, que, pesados, dieron ochocientos castellanos. De allí los españoles llamaron río de la
Vieja al bello río en cuya margen está situada la ciudad de Cartago. La abundancia de joyas hicieron pensar a los
españoles que la vieja indígena era sin duda una cacica de un lugar cercano. Así expresó el cronista beneficiado Juan de
Castellanos en su obra “Elegías de Varones Ilustres”.
1 comentario:
una pregunta entonces no hay leyenda del rio de la vieja por que hay no dice
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