martes, 25 de febrero de 2025

 HOJA DE  VIDA DE ÁLVARO HERNANDO CAMARGO BONILLA


Nacido en Berbeo Boyacá el día 01 de Julio de 1952, realizó sus estudios

primarios en la escuela pública La Salle de Florencia Caquetá; estudios

secundarios en Bogotá, ICFES, modalidad validación en el año de 1980, y se

licencio en Ciencias Sociales en la Universidad del Quindío en el año de 1986;

realicé un posgrado en educación en la Universidad del Quindío en 1991.

Otros estudios realizados: Auxiliar contable del SENA en el año de 1972; Perito

Superior en Saneamiento Ambiental en la Universidad del Valle, año de 1976;

Educación Básica en Salud “FUDESCO” EN EL AÑO 1992 y diplomado en

PROYECTOS AMBIENTALES ESCOLARES, Universidad del Quindío, en el año

de 1998, CONSTRUCCIONES EN GUADUA, año 2005, EDUCACION MEDIA

CON ÈNFASIS EN EDUCACION PARA EL TRABAJO, año 2006, FORMACION

PEDAGOGICA PARA INSTRUCTORES “SENA” CON BASE EN

COMPETENCIAS, año 2008

En la campo laboral me he desempeñado como: funcionario bancario en: Banco

de Colombia en San Andrés Islas y Caja de Crédito Agrario, en el Departamento

del Caquetá (cinco años); Promotor de Saneamiento Ambiental (diez y ocho

años); docente y Directivo Docente de la Secretaria Departamental de Educación

del Quindío (diez y seis años).

Miembro fundador Del la Corporación Ambiental Tibuchina, y de la ACH del

Quindío.

Proponente del proyecto RECUPERACION DEL CAMINO DEL QUINDIO. Como

sendero ECOHISTORICO.

Investigador y compilador del pre inventario: ARCHIVO HISTORICO DE

FILANDIA.

Miembro de número de la ACADEMIA DE HISTORIA DEL QUINDIO.

Actualmente hago parte del CORPORACION FESTIVAL CAMINO DEL QUINDIO,

gestor del proyecto: FESTIVAL DEL CAMINO DEL QUINDIO, en el municipio de


Filandia; como producto de una investigación por más de 25 años, relacionado con

el tema: CAMINO DEL QUINDIO.

Publicaciones:

Memorias del Camino del Quindío en la Época de la Independencia

Ensayos de Historia Quindiana (Vol.2), academia de Historia del Quindío: El

Camino del Quindío y la cambiante biodiversidad en la Provincia Quimbaya.


ALVARO HERNANDO CAMARGO BONILLA

domingo, 23 de febrero de 2025

GUAQUEROS Y MINEROS, Y LA NOMENCLATURA DEL TERRITORIO.

GUAQUEROS Y MINEROS, Y LA NOMENCLATURA DEL TERRITORIO. 

























 

“Siempre me han gustado las guacas, nací con esa alunadura ¿Sabes? Al guaquero le rasca el alma, como si la tuviera llena de candelillas. Para mí una guaca, cualquier guaca, es emoción, es vida.”

Benjamín Baena Hoyos. El Río Corre Hacia Atrás. Carlos Valencia Editores. Bogotá. 1890. Pág. 39.

 

“Oís Chuchito, están sacando oro en el Quindío por “pilas” en una vereda que llaman Montenegro o Monteoscuro, encontraron una sepultura con la pendejadita de 70 libras de oro”.

Bernardo Ramírez Granada. Crocinas de Dionisio. Edit. Quimgraficas. Pag.39. 1981.

Multitudes de aventureros atraídos por las impresionantes leyendas de los tesoros de las tumbas Quimbayas, trasegar tupidas selvas, salvaron abismos, vadearon torrentosos ríos, enfrentaron fieras salvajes, malsanos climas, y se internaron a los “Planes del Quindío”, donde establecen rancherías para guarecerse de los rigores de la noche y los peligros de la espesura al final de cada jornada, y luego, dar rienda suelta a su pasión febril consolada por golpes de suerte al descubrir los tesoros sepultados por los Quimbaya, y así, salir de sus afugias económicas.

La fiebre del oro de las huacas perduró por más de 40 años, los “guaqueros” se dedicaron a remover sepulturas indígenas, desenterrando oro por arrobas, el cual dilapidaron en borracheras, lujuria y extravagancias, como lanzar monedas a la “jura”, al momento de sus muertes, sus amigos debían hacer colecta para sufragar los gastos de su entierro.   Una vez reducido el hallazgo de guacas, empezaron a husmear los sitios mineros de donde los indígenas obtenían el oro. Así nace la actividad minera de veta y aluvión en el Quindío.

El territorio circundante del camino del Quindío constituyó el inicio de la actividad minera en la “Hoya del Quindío”. Afirmación que se percibe en los textos relacionados con la tramitación de solicitudes correspondientes al denuncio y posterior asignación del derecho de explotaciones mineras, y que se puede observar en la GACETA OFICIAL DEL DEPARTAMENTO DE MANIZALES, correspondientes al año de 1909.

Al repasar los textos en mención, permite descubrir la primitiva nomenclatura de la división política administrativa de sitios y lugares del territorio, nombres que, con el trascurrir del tiempo, algunos se han cambiado por otros que desconocen los nombres iniciales.

A continuación, algunos de los nombres estipulados en las solicitudes de denuncio y asignación de minas, tales como: SAN JOSÉ, ROBLE, ROBLE VIEJO, ARRAYANAL, LA FLORIDA, ALTO MACANAL, VOLCÁN DE MACANAL, CANAAN, CERRO CHAGUALITO, CERRO DEL CASTILLO, ALTO DEL RETIRO, ALTO DE LA PALMA, CERRO DEL CINABRIO, EL CÓNDOR, BOQUERÓN, El VENADO, EL CHUSCAL, MAGAÑA, LAGUNETA, EL TAMBO, PAPALITO, CUBA, EL VENADO, VENUS, FRACCIÓN DE RIOARRIBA (Cocora), MORROGACHO, CRUCES, MORROAZUL, CONDINA, etc.

 

DENUNCIO DE DESCUBRIMIENTO DE MINAS.

En siguiente descripción de la relación histórica del tema aludido se puede observar el suceder histórico de esa nomenclatura.

En agosto 16 de 1909. Jesús Antonio Arango M., vecino de Manizales manifestó ante la Gobernación del Departamento de Manizales, que en el paraje  “El Cóndor”, jurisdicción de Salento, se encentraba una mina de veta, de oro y plata, de nuevo descubrimiento, la cual es continuación Noroeste de la mina denominada “La Conchita”, y deseando obtenerla en posesión y propiedad, la denunció  formalmente, para su laboreo, advirtiendo que o dentro de la mina que denunció existía parte de otra mina abandonada, cuyo nombre y poseedores ignoraba; pidió que para los efectos de  la ley se le diera curso al respectivo denuncio como mina abandonada, y que en adelante La mina se llamaría “La Guillermina”. Para su deslinde, se tomó como base dos mojones de la línea latitudinal Noroeste de la mina “La Conchita”, con dirección también hacia el Noroeste. El denunciante se reservó ejercer la posesión, según lo consagrado en el Código de Minas, y para el efecto adjunto copia del aviso al Alcalde de Salento, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 8º. del citado Código, y la constancia de haber pagado los derechos fiscales. Solicitó al Gobernador, disponer este denuncio de acurdo a la Ley.

Manizales, agosto 16 de 1909

JESUS A. ARANGO M.

José Miguel Arango, denunció una mina de oro y plata en el paraje de Boquerón, fracción del mismo nombre, jurisdicción de Salento, a nombre y beneficio del señor Jesús María Restrepo, y denominada: “Continuación Oriental de la Moravia”.

José Miguel Arango, denunció en el paraje de angostura, fracción de Salento, una mina abandonada, por el señor Marco E. Osorio, para que se otorgara el derecho de explotación al señor Gabriel Marín. Esta mina estaba alinderada así: Por el Oriente la cuchilla de Angostura; Por Occidente la cuchilla de Morroazul; por el Sur la quebrada de Boquía, y por el Norte con el río de Otún, y ubicada en terrenos baldíos en la quebrada de Boquía.

José Miguel Arango, en la fracción de “Boquerón”, jurisdicción de Salento, denunció una mina de filón, de oro y plata, abandonada por el señor Tomas C, Jaramillo, conocida con el nombre de “Los Pinos”, limitada por el salto de la quebrada Manizales, lindando con la cuchilla los Pinos, de aquí a la mina el “Zancudo”, a la quebrada el Cóndor, sobre la mina el Cóndor y concluir en la quebrada Manizales, punto de partida.

Jesús Antonio Escobar G, vecino de Circasia y residente en Salento, en el paraje “El Venado” fracción de “El Chuscal”, jurisdicción del Distrito de Salento, denunció una mina de veta, de oro y plata, abandonada por el señor Segismundo Escobar, ubicada a continuación de la mina denominada “Santa Librada”, la mina no se conocía por nombre alguno, y en adelante se llamará “Australia”.

Victoriano Vélez, en septiembre 9 de 1909, en la fracción de “Magaña”, jurisdicción de Salento, denunció una mina de veta de oro y plata, conocida con el nombre de El Guayabo ubicada en la orilla de la quebrada de “Laguneta”.  La mina se conocía con el nombre del guayabo, y se alinderaba así: Del alto de Magaña, por el camino que de Salento conduce a Ibagué, hasta los linderos de Laguneta; esta arriba hasta la cordillera del páramo, y de aquí al punto de partida, o sea al camino. El ultimo propietario conocido fue Julián Arias.

José Miguel Arango, en la fracción de “Boquerón”, jurisdicción de Salento, denunció una mina de filón, de oro y plata, de antiguo descubrimiento, abandonada por el señor Tomas C. Jaramillo, y deseaba obtenerla en posesión y propiedad para el señor Enrique Arango. La Mina se conocían con el nombre de “Los Pinos”.

Luciano Trujillo B., Y LA SOCIEDAD MINERA LA MORENA, en el paraje denominado “El Tambo”, jurisdicción del Distrito de Salento, denunció una mina de aluvión, conocida con el nombre de “Boquerón”, en el punto denominado Angostura, hacia el nacimiento del rio Boquerón.

Miguel Arango, en el paraje de “Papalito”, jurisdicción de Salento, denunció una mina de filón, de oro y plata, denominada “El Callao”.

Jesús Antonio Escobar G., en el paraje “El Venado”, fracción de “El Chuscal” jurisdicción del Distrito de Salento, denuncio una mina de veta, de oro y plata, denominada Santa Librada, y que en adelante seguirá llamándose Borneo, abandonada por el señor Segismundo Escobar.

José Miguel Arango, en el paraje “Venus”, jurisdicción de Salento, denuncio una mina de filón de oro y plata, abandonada por el señor Felipe Arcila, deseaba obtenerla en posesión y propiedad para el señor Eleazar Henao.

Luciano Trujillo, vecino del Distrito de Armenia, en el paraje denominado El Tambo”, jurisdicción del Distrito de Salento, denuncio una mina de aluvión abandonada, y deseaba obtenerla en posesión y propiedad, la denuncio formalmente para sí y la Sociedad minera de la “Morena”.

La mina se conocía con el nombre de “Boquerón”, y deseaba que se llamara igualmente; el ultimo poseedor lo fue el señor Belisario Salazar, hoy vecino del Distrito de Ibagué. Se estableció el deslinde de la mina desde el punto denominado “Angostura” y de aquí siguiendo la medida legal, hacia el riachuelo llamado “Boquerón”.

Que, en el paraje de Boquerón, jurisdicción de Salento, se encuentra una mina de veta, de oro y plata, de antiguo descubrimiento, y desando obtenerla, a denuncio ante usted para que se me dé la posesión y propiedad de ella.  Advierte que la mina es del señor Víctor Gómez A., y se conocía con el nombre de “la Ilusión”, y su deseo es que sea conocida con ese nombre en adelante.

Los últimos poseedores fueron los señores Tomas C. Jaramillo, Lisandro Pérez y Luis Rivera, los dos primeros vecinos de Salento, y el último vecino de Cartago. Los linderos de la mina fueron los siguientes: Habiendo tomado por base los puntos en el camino nacional, mojón Noroeste de la mina “La Moravia” y el Alto de Laguneta.

Jesús Antonio Arango M, denuncio en el paraje El Cóndor”, jurisdicción de Salento, se encuentra una mina de veta, de oro y plata, de nuevo descubrimiento, la cual es continuación Noroeste de la mina denominada “La Conchita”. La mina se llamará en adelante “La Guillermina”.

Benjamín Palacio, vecino Salento, mayor de edad, denunció una mina de filón de oro y plata en la fracción de Rioarriba, del Municipio de Salento, entre las quebradas Santa Isabel y Morrogacho, de antiguo descubrimiento y abandonada, que se conocía con los nombres de “Santa Isabel “o “El Dimanante,” y cuyos últimos poseedores se ignoraban, lo mismo que su residencia. En la confluencia de las quebradas, Santa Isabel con el amagamiento- Deseaba obtenerla para que la posesión y propiedad de los señores Matías C. Trujillo y Antonio M. Sanín C., vecinos do Amalfi, en el Departamento de Medellín.

Julio Vélez, en el paraje de “Cuba”, Corregimiento de Salento, (hoy Distrito), jurisdicción de Armenia, una mina de oro y plata de antiguo descubrimiento, y deseaba formalmente denunciarla para el señor Santiago Vélez

Esta mina se denominó en adelante “La Matilde”.

Alejandro Jaramillo L, Denuncia en Rioverde, en el punto llamado Los Limones, de este Distrito, una mina de filón, de oro y plata, abandonada; y deseándola obtenerla en posesión y propiedad para los señores Jorge Julio Mejía, Alejandro Londoño, Ricardo Vélez A., Lino Rafael Galindo, Pedro Emilio Villegas, Francisco Mejía A., Pedro Juan Jaramillo L.

José Miguel Arango, en el paraje de “Morrogacho”, jurisdicción de Salento, denuncio una mina de filón, de oro y plata, para ponerla en posesión y propiedad de señor Joaquín Arias. Esta mina se conocía con el nombre de “Chisperos”, su último poseedor fue el señor Vicente María Osorio.

Jesús Antonio Arango, de esta vecindad y mayor de edad, manifiesto: Que, en el paraje del Cóndor, jurisdicción de Salento, se encuentra una mina de nuevo descubrimiento, de veta, de oro y plata, la cual se hallaba a continuación de la mina “La Romelia”. El nombre con que se conocería la mina sería el de “San Germán”.

Santiago Vélez, de esta vecindad y mayor de edad, manifestó: Que, en el paraje de Boquerón, jurisdicción de Salento, se encentró una mina de veta, de oro y plata, de antiguo descubrimiento, y desando obtenerla, la denuncio para que se le diera en posesión y propiedad. Los linderos de la mina fueron los siguientes: Habiendo tomado por base los puntos en el camino nacional, mojón Noroeste de la mina “La Moravia” y el Alto de Laguneta. Advirtió que la mina fue del señor Víctor Gómez A., y sus últimos poseedores fueron los señores Tomas C. Jaramillo, Lisandro Pérez y Luis Rivera, los dos primeros mayores de edad y vecinos de Salento Jesús Antonio Arango M., manifestaron que en el paraje “El Cóndor”, jurisdicción de Salento, se encentró una mina de veta, de oro y plata.

En consecuencia, queda por averiguar las motivaciones para designación de esos lugares con esos nombres, e investigar sus cambios con las designaciones actuales.  

 

 

Fuentes:

Benjamín Baena Hoyos. El Río Corre Hacia Atrás. Carlos Valencia Editores. Bogotá. 1890. Pág. 39.

Bernardo Ramírez Granada. Crocinas de Dionisio. Edit. Quimgraficas. Pag.39. 1981

 

Álvaro Hernando Camargo Bonilla.

domingo, 9 de febrero de 2025


 

MEMORIA HISTÓRICA Y CULTURAL DEL CAMINO DEL QUINDIO.



CONTENIDO

 

 

INTRODUCCIÓN

UBICACIÓN GEOGRÁFICA.

DESCRIPCIÓN DEL CAMINO

ANTECEDENTES HISTÓRICOS.

PERIODOS:

  • Precolombino
  • Conquista
  • Colonia
  • Independencia
  • República.

VIAJEROS ILUSTRES

COTIDIANIDAD.

  • Salud
  • Alimentación
  • Vestido
  • Religión
  • Costumbres
  • Mitos y leyendas
  • Transporte: 
  • Silleros, 
  • Cargueros
  • Arriería
  • Ambiental
  • Militar
  • Social

INTRODUCCIÓN.




El compendio de la memoria Eco histórico-Cultural del "Camino del Quindío", pretende recuperar aspectos históricos, culturales que se provinieron de la cotidianidad viandante por el Camino del Quindío, en el desarrollo de la gesta independentista (1810-1822) e inicio de la vida Republicana (1822-1839); destacando fundamentalmente el desarrollo de la región del occidente colombiano, con especial énfasis en el territorio Quindiano.

 

Es trascendente recuperar la cotidianidad forjada en el trasegar de los viajeros por el Camino del Quindío, por que permitirá ilustrar la paulatina construcción de la idiosincrasia Quindiana. La influencia de los viajeros y comunidades que se relacionaron con el Camino; sus costumbres alimentarias; lenguaje, vestido y sus prácticas relacionadas con la salud, influenciaron en las posteriores colonizaciones presentadas en el contexto Quindiano.

 

Los aspectos metodológicos de esta exploración, se efectuaron a través de  consultas bibliográficas, trabajo de campo, recopilación, análisis y clasificación de los aspectos históricos y culturales relacionados con las costumbres de los viajeros y comunidades que se tocaron con el Camino y sus territorios aledaños, que influyo el posterior cambio histórico, social y económico del territorio Quindiano.

 

Los aspectos metodológicos del presente trabajo, se fundamentan en actividades, tales como: consultas bibliográficas, trabajo de campo, compilación, estudio y clasificación de los antecedentes históricos relacionados con el tema; lo que permiten  esbozar las múltiples contribuciones del Camino del Quindío, a la gesta libertaria de esta parte de Colombia.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA DEL CAMINO DEL QUINDIO

 



El Paso del Quindío esta ubicado geográficamente en el centro occidental del territorio Colombiano, vertientes oriental y occidental de la Cordillera Central, dentro de los 4º.44’de latitud norte y 74º.54’de longitud oeste, de Cartago Valle del Cauca, y hasta los 4º.26’ de latitud norte y 75º.13’ longitud oeste en Ibagué, departamento del Tolima. Cruza los Municipios de Alcalá, en el Valle del Cauca; Filandia, Salento, en el Departamento del Quindío.

 

La ruta muestra los cuatro pisos térmicos; cálido, medio, frío y páramo.  Su trayectoria topográfica, se asienta en terrenos montañosos de las dos vertientes de la cordillera Central, y sobre formaciones orograficas de terrenos ondulados, en las dos estribaciones de la misma cordillera.

 

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL CAMINO.

 

En la conquista (1530-1541), a la llegada de los ibéricos, el territorio, estaba habitado por una serie de pueblos prehistóricos denominados Quimbayas; delimitados por el valle medio del rió Cauca y las estribaciones de la Cordillera Central; esparcidos por los territorios de los actuales departamentos de Quindío, Risaralda, Caldas, y sur de Antioquia.

 

Habitaban tribus como: los Quindos.  Al nororiente, sobre la cumbre y vertiente occidental  de la cordillera Central, los Pijaos; en las márgenes del Río Barragán, entre el Valle del Cauca y Quindío, los Burilas. Los indígenas pijaos estaban divididos físicamente de los Quimbayas por el río Quindío.

 

Para el año de 1540, el territorio estaba contenido en la Gobernación de Popayán. Comprendida un extenso territorio, desde el océano Pacifico al río Magdalena; el Amazonas, Otavalo, en el Ecuador, hasta Santa Fe de Antioquia.

 

La penetración del territorio de los actuales departamentos de Quindío, Risaralda, Caldas, y sur de Antioquia; se efectuó por los dos flancos de la cordillera de los Andes.  La parte occidental, por el capitán español Andrés López Galarza, quien fundó a Ibagué, el 14 de octubre de 1550. El Mariscal Jorge Robledo, el 9 de agosto de 1541, cruzo el río Cauca por el sitio de Irra, poblado del actual Departamento de Caldas y fundó a San Jorge de Cartago, en la ladera oriental (hoy Pereira), a orillas de los ríos Otún y Consota.

 

El establecimiento de esta población tenía como destino específico servir de centro estratégico para el abastecimiento y el control administrativo y militar.

 

En el año de 1550, Andrés López Galarza comisionado por  la Audiencia del nuevo Reino, empezó el descubrimiento de la ruta del Camino del Quindío  por la vertiente oriental de la cordillera central. Historia de la cultura material en la América equinoccial, tomo 3: Vías, transportes y comunicaciones Autor: Patiño Víctor Manuel 1990-1993 Edición original: Bogotá,

 

Después del saqueo del oro representado en sus objetos de uso ritual, de sus sembrados; sometieron a los indígenas al servicio de los encomenderos. Estos los sometieron a trabajos en las minas; obligándolos a tributar en  oro y en especie. Muchos no resistieron el patronato de la encomienda. La mayor parte de la población indígena preció en las minas de oro

 

El trabajo forzado, la desnutrición, las enfermedades y las largas y sangrientas luchas de los aborígenes en contra de los invasores europeos, terminaron por aniquilarlos; de manera que el último censo de los Quimbayas, en 1628, registró apenas 69 tributarios, en una zona donde en 1539 se registraron 20 mil. Friede, Juan 1963 Los Quimbayas bajo la dominación española. Segunda edición, Bogotá: Carlos Valencia Editores, 1973, p.13

 

Muchos prefirieron el suicidio antes que el sometimiento, los que no lo hicieron, huyeron a lugares alejados. Muerto Jorge Robledo, las tribus Quimbayas y las tribus del Chocó iniciaron una larga y sangrienta lucha contra el invasor europeo. Ejemplo de la resistencia Quimbaya la podemos evidenciar en los sucesos del año 1542, cuando atacaron a Cartago y dieron muerte a 96 personas, entre ellas, dos encomenderos, 14 españoles y 22 aborígenes al servicio de los encomenderos.

 

En 1557, pactaron los Quimbayas y los Carrapas se reunieron en Acurumbí (Chinchiná) y con el apoyo de los Ansermas y el respaldo de los indios Panches, destruyeron a Jerez de la Frontera (primera fundación de Buga) y sitiaron a Cartago. La rebelión fue sofocada, por el teniente general Luís de Guevara apresado a poscaciques responsables de la rebelión y varios de ellos murieron en prisión.

 

El exterminio generó el despoblamiento de los territorios de la provincia de los  Quimbayas, presentando un vacío histórico en los siglos XVI y XVI. Fue­ron exterminados u obligados a refugiarse en la fronte­ra chocoana, como muchos indios de Anserma, desde don­de ‑unidos a grupos chocoanos‑ resistieron la penetra­ción española hasta finales del siglo XVII.

RUTAS PREHISPÁNICAS.



Los Quimbayas cambiaban oro por la sal, con los Chibchas; intercambio que se efectuaba a través de rutas establecidas por ellos, que posteriormente fueron retomadas por los ibéricos para efectos de la penetración a la región.

 

Desde el momento de la llegada de los españoles les fue necesario establecer rutas que comunicaran las diferentes comarcas que estaban siendo invadidas  en la provincia Quimbaya.

 

Cuando Jorge Robledo llegó a la provincia de los Quimbayas al través de las montañas del curso de río Cauca, y luego fundaron a San Jorge de Cartago entre los ríos Otun y Consota, ya existían los caminos indígenas. Sobre estos los españoles construyeron los de herradura, para acometer su dominación en todas la comarca. Podemos nombrar algunos de ellos:

 

  • El Camino del Ruiz, de Cartago viejo por el  valle del Tolima a llegar a Mariquita. (Siglo XVI.).
  • Camino del Quindío, en 1550 de Cartago Viejo, siguiendo el río Otún arriba, luego el Roble, Boquía, siguiendo el río Quindío arriba hasta Alegrías, pasando por Magaña, tochecito, mina de Bolívar a Ibagué Viejo (Cajamarca) y por el moral al valle del Tolima

 

Los españoles en ningún momento del periodo de la conquista iniciaron construcción alguna de caminos; únicamente retomaron las rutas indígenas, adaptándolas  a las necesidades de los nuevos medios de transporte.  

 

Para el siglo XVI, en 1550 la primera ruta prehispánica existente y utilizada por los invasores ibéricos, era la que de Cartago Viejo, seguía la orilla del el río Otun arriba, hasta el Roble, Boquía, siguiendo el río Quindío arriba hasta Alegrías, pasando por Magaña, tochecito, mina de Bolívar a Ibagué Viejo (Cajamarca) y por el moral al valle del Tolima.

 

La apertura y mantenimiento de la infraestructura de los caminos por parte del pueblo invasor español, se puede atribuir a partir de 1691, cuando empiezan las licitaciones de apertura y mantenimiento de nuevos caminos y  variantes en los de los  indígenas.

 

Como Nuevo Reino de Granada o Nueva Granada, fue denominado el territorio bajo la jurisdicción de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá (1550-1718) y posteriormente del Virreinato de Nueva Granada (1718-1819) cuya sede fue Santa Fe de Bogotá, durante el dominio español.

 

Durante la época descrita y los primeros años de la república, estos terrenos dependieron de la provincia de Popayán, y a partir de 1821 del departamento del Cauca; entre 1831 y 1857 pertenecieron nuevamente a Popayán y posteriormente a la del Cauca; desde 1857 pasó a ser parte del estado soberano del Cauca; en 1905, al ser creado el departamento de Manizales, posteriormente  Caldas.

 

El traslado de Cartago en 1691 a las márgenes del río de La Vieja, buscado la comunicación de los campos mineros en el Chocó, provocó una  nueva ruta del camino del Quindío, conocida como la ruta de la Trocha.

 

Esta variante se constituyo en la más transitada por la oleada de exploraciones de carácter científico y búsqueda de yacimientos mineros, especialmente por personajes de importancia científica, desde su apertura (1691), y hasta las tres primeras décadas del siglo XX.

 

Para 1827 se pueden determinar tres pasos o rutas de comunicación entre el occidente y el centro del Nuevo Reino de Granada:


  1. El paso de GUANACAS, dicha ruta según relatos de viajeros era muy largo y el paso del páramo más alto que el paso del Quindío, por tal razón mas penoso y peligroso; 
  2. Los pasos del QUIDNIO, de Ibagué  a Cartago, son los más frecuentados;
  3. El paso por el páramo  de HERBEO.

 

A través del desarrollo histórico, el camino adquirió las denominaciones de Camino Real, en la colonia, y Camino Nacional, designación que recibió posteriormente de la proclamación de la gesta independentista de 1810.

Después de 1810, con las luchas libertarias en la Nueva granada,  siguió la ola de violencia y desolación de la comarca,  causada de la sangrienta persecución desatada por  la reconquista española. Simpatizantes de la causa libertaria americana y son traídos a trabajar en la apertura y mantenimientos de caminos como el del paso del Quindío.

 

Salta a la vista que sólo se  estaba orien­tando la colo­nización del Quindío, la fron­tera interna que separaba a Antio­quia y Cauca en la parte nororiental del Estado, ya que el Cauca tenía tradicio­nales relacio­nes comerciales con el Estado del norte, más que con cual­quier otro de la Unión; por el Quin­dío pasaba un camino que comu­nicaba con Bogotá y se esperaba cons­truir un ramal que lle­vara a Antioquia y allí sólo se había desarrollado la mencionada po­bla­ción de Boquía, permaneciendo todo  el resto del territorio sin colonizar. Adicionalmente estaba el hecho de que, por el contrario, la región norocci­dental del Cauca, el distrito minero de Supía-Marmato, se encon­traba poblado desde la colonia con núcleos urbanos blan­cos, con resguar­dos indígenas y con bastante población negra y mestiza. Allí habían llegado además, desde los inicios de la Repú­blica, unos pocos extranjeros que estaban desarrollando la mine­ría. En sínte­sis existía una importante presencia caucana (38).  

Las conse­cuencias de esta política colonizadora se vieron en el corto plazo: en la zona quindiana se establecieron incontro­ladamente cultivadores que desarrollaron una economía de subsisten­cia en pequeñas parcelas que abrieron en las selvas; además la débil presencia del Estado llevó a que se creara un sitio de inesta­bili­dad social con alta cri­minalidad, como ocurre en casi todos los sitios de frontera. A largo plazo, se creó una región cultural con muy poca relación con la cultura dominante caucana y que ha­bría de luchar y lograr su auto­nomía política a comienzos del Siglo XX cuando encontraron en el café un produc­to comerciable que los redimió económicamen­te (39). Pero lo más impor­tante fue que el pro­ceso que se inició como una colo­nia penal terminó siendo, a partir de "La Rege­nerac­ión", un impor­tante nego­cio con­trolado por empre­sa­rios terri­toriales y mineros caucanos quienes utilizando testaferros manizaleños se aprovecharon de las necesida­des y del trabajo de los colonos (40).

Las primeras referencias que tenemos acerca de la colonización en la zona se remontan al año de 1840 cuando se sabía de la existencia de unas cuantas familias antioqueñas en el sitio de Buriticá, cerca a donde se desarrollaría Condina. Luego, en 1842 se en­contraba en la zona la tercera sección del Presidio de Panamá arreglando el camino del Quindío (41). Posteriormente, en 1847, delincuentes de Cali y Palmira eran enviados a que purgaran sus penas en sitios aisla­dos de la frontera del Quindío buscando no sólo colonizar sino también controlar una pobla­ción negra bastante levantisca. Esta política continuó duran­te los años cincuenta y gracias a ella se fortaleció la colonia penal de Boquía, aunque no impidió que la criminali­dad, secuela de las guerras civiles y de desórdenes sociales generados a partir de la libera­ción de los esclavos, campeara en el Valle  sitio de Boquía dio paso a la fun­dación de Nueva Salento, donde se nucleó un buen número de vecinos (42). No obstante, fue la fun­dación en 1850 de la Aldea de María por colonos antioqueños y caucanos, recono­cida por la Asam­blea del Cauca en 1852 con el nombre de Villa de María, lo que señalaría una más sólida presen­cia caucana en la frontera con Antioquia (43).

Además de este proceso colonizador orientado por el Gobierno Nacional y por los de las provincias de la antigua Gober­nación de Popayán, en la zona del Quindío se presentó, a partir de los años cin­cuenta otro, esta vez espontá­neo, por colonos antioqueños que llegaban a "tumbar monte" y a construir pequeñas unidades productivas huyendo de las persecuciones de la empresa colonizadora "González, Salazar y Cia." (44), o atraídos por leyendas de tesoros, por las minas de oro y por la supuesta existencia de grandes caucheras (45). Su presen­cia permitió que el Estado Nacional buscara definir una política más coherente acerca de los baldíos al impulsar el esta­blecimiento de poblacio­nes mediante la adjudicación de lotes en propiedad a los cultivado­res directos (46) lo que llevó al establecimiento de la primera pobla­ción "antioque­ña" en la frontera del Quindío, en un sitio denominado Italia. El primero en establecer­se allí fue Fer­mín López, quien llegó buscando un ca­mino que comuni­cara a An­tioquia y Cauca (47). Por ley de 30 de abril de 1849 se le concedió a los pobla­dores 12.000 hectá­reas de bal­díos y 200 para la pobla­ción, que llevaron a que en 1853 fuera fundada oficialmen­te Santa Rosa de Cabal por Cande­lario Rodrí­guez, Grego­rio y Fran­cisco Res­trepo y otros. En 1863 la Conven­ción de Rio­negro les otor­gó 24.000 hectáreas más (48).

 

En 1872 Históricamente localizado Estado Soberano  del Cauca en la provincia Quimbaya; comprendida por la cresta de la  cordillera Central, a partir el nacimiento del río La Vieja, al  nacimiento  del río Chinchiná; hasta la desembocadura de esos dos al río Cauca.

 

El Camino del Quindío incluye el tramo de Cartago a Ibagué en una extensión aproximada de 98 kilómetros. Hacia parte de la ruta que comunicaba el oriente con el occidente, desde gobernación de Popayán a la Nueva Granada. Pasando la geografía del Quindío por los territorios de Salento y Filandia.

 

Vía significativa en los diferentes periodos históricos; por ella se empezó la paulatina construcción del andamiaje sociocultural de nuestra identidad Quindiana, derivada en su profuso tránsito por diversidad de personas y grupos humanos, que en su movimiento viajero, paulatinamente instituyeron la  identidad cultural, multirracial, que hoy se denomina: Quindianidad. 

 

El desarrollo histórico del Camino del Quindío presentó una serie de variantes precedidas principalmente por los factores de colonización y fundación de  localidades durante el desarrollo histórico de la región, y desde el mismo momento de la conquista del territorio que limitaba con la ruta.

En 1553 los peninsulares determinan la apertura del Camino del Quindío por una ruta diferente a la del páramo del Ruiz.  Melchor Valdés, justicia mayor de la recién fundada Ibagué, con sus recursos y ayuda de los vecinos abre un camino de Cartago Viejo, pasando por Huertas, Altamira y Bolillos al Alto del Roble.

“Partimos del Cuchillo a las seis de la mañana y a las tres de la tarde llegamos a un lugar llamado Portachilo”. CHARLES STUART COLHRANE. 24 de Diciembre de 1828

 

En 1842, En la colonia penal de Boquía, se encontraba la tercera sección del Presidio de Panamá arreglando el camino del Quindío.   En 1847, delincuentes de Cali y Palmira eran enviados a que purgaran sus penas en sitios aislados de la frontera del Quindío buscando no sólo colonizar sino también controlar una población negra bastante levantisca. Titulo: Colombia País de regiones. Tomo I  Edición original: Santafé de Bogota, Cinep;  Colciencias. 1998  Autor: CINEP


La variante de la trocha: El traslado de Cartago en 1691 a las márgenes del río de La Vieja, los campos mineros en el Chocó provocaron una  nueva ruta del camino del Quindío:   comprendía el siguiente recorrido: salía de Cartago, cuchilla de Santa Bárbara, quebrada el guadual, Río de La Vieja, Paso de Piedras de Moler, Tambores, La Balsa, Pavas, Buenavista, Filandia, Socorro,  Quebrada Cruces, Alto del Roble, Boquía, Salento, Macanal, Tablazo, Laguneta, Magaña, Boquerón, Volcancitos, La Ceja, La Cejita, Gallego, Cruces, Yerbabuena, Machin, Buenavista, Azufral, Moral, Campamento, Tapias, Mediación, Palmitas, Palmilla, Guayabal, Animas, Ibagué.

DESCRIPCION DEL CAMINO

“Es notable que desde la primera apertura como "camino real" en el año 1551 y hasta 1920, los individuos y las comunidades de la región mantuvieron una parte amplia de su identidad gracias al camino del Quindío.” La Arquitectura del Paisaje Topográfico-Ecológico Y Adaptación Cultural en el Eje cafetero: El Camino del Quindío Larry Vito Larrichio, Universidad de Nuevo México

Eje colonizador en las diferentes épocas, especialmente finalizando  el siglo XVIII y él XIX. Por el empieza  la formación  de nuestros  ancestros Quindianos; el territorio delimitado por él, fue objeto de colonización  por diferentes empresas propuestas  para la reconstrucción y sostenimiento de la vía.

ANTECEDENTES HISTORICOS DEL CAMINO

Periodo  Precolombino

Existían  razas  indígenas como: QUIMBAYAS Y PINAOS, estas incluían tribus como: Carrapas, Picaras y Paucuras, Bugáes, Pijaos, Putimaes, Pozos, Quindus, (En el diccionario del sacerdote jesuita GIAN DOMINOCO COLETÍ, publicado en Venecia Italia en 1771, aparece: “QUINDIO Chindii: montes, montañas altas y quebradas.) Burilas, Irras; familias esparcidas  en territorios que ocupan los actuales departamentos del Quindío, Risaralda, Caldas y Valle.

Dedicados al cultivo del maízla yuca. Complementaban su dieta alimenticia con pescado, miel de abejas, palmitos, chontaduro, Pitahaya, guayaba, aguacates, guamas, caimitos y cazaban venados, conejos, zarigüeyas.Todas sus prácticas en armonía con la naturaleza

De  físico atlético, piel color cobrizo, vestidos los hombres con  pequeños maures de un palmo de ancho y palmo y medio de largo, que cubrían sus genitales y las mujeres con  diminutas mantas que le tapaban el vientre hasta los muslos, adornados de artículos de oro y lindas plumas  de los pies a la cabeza.

La base de su alimentación era el maíz, la yuca; mejoraban su dieta alimenticia con pescado, miel de abejas, palmitos, chontaduro de cuya semilla extraían  aceite para encender fuego, la Pitahaya de color morada, guayaba, aguacates, guamas, caimitos, cacería de venados, conejos zarigüeyas entre otros.

La  extracción y comercio del oro, sal, proveniente de la evaporación de agua salada que brotaba en abundancia del interior de la Tierra, fueron su principal mercancía. Abrieron caminos para el comercio de estos productos, entre el sur occidente y el nororiente que los comunicaban con el valle del río Magdalena y el altiplano cundiboyacense.

Sus casas grandes, de forma redonda, situadas en las culminaciones  de las colinas cercanas  a ríos y quebradas,  techadas con paja, (  hojas de iráca) de forma cónica, (kiosco), cimentadas con  grandes guaduas y vigas de madera, cercadas de  grandes palizadas  (fortalezas) en guadua, proveídas de  atalayas para su vigilancia.

En su  interior provistas de particiones en esteras con pequeños oratorios dedicados a la magia, quema de hierbas y  resinas aromáticas que ofrecían en honor a su dios denominado Xixarama.  Representaban al jaguar  en esculturas de madera y barro, colocadas en   hileras de quince a veinte piezas casi del tamaño humano, con su rostro orientado hacia el saliente del sol, les ofrecían  sacrificios humanos para lograr el intercambio de  conocimientos divinos al ser invocados los espíritus que  se posesionaban en las esculturas.

Sus armas:   dardos, hondas, lanzas, macanas de palma negra (chonta) y de otro palo blanco duro, utilizadas en la guerra, que acompañaban con el toque de tambores y flautas. 

Rendían culto a sus muertos, embalsamando sus cuerpos, sepultándolos en lo más alto de los cerros, cubiertos en finas mantas, las más  ricas que tenían, colocaban  sus armas, comida, cantaros con chicha de maíz, pescado, collares de plumas, joyas (chagualetas, coronas, brazales y  patenas), también  sus mujeres vivas, teniendo como creencia que va a vivir en otro mundo y necesitarían  todo lo que con él sepultaban. 

Periodo de la  Conquista

La conquista del territorio Quimbaya se efectuó como resultado de las siguientes expediciones:

San Sebastián de Urabá- Cali. Badillo; año 1537.

Quito-Bogotá. Sebastián de Benalcázar; años 1535-38 

Zaragoza (Antioquia)- Cali. Jorge Robledo; 1539

La penetración española a las tierras de la Provincia Quimbaya se efectuó por los dos lados de la cordillera de los Andes. La parte occidental y el lado oriental.  La primera comandada por Jorge Robledo y la segunda por Andrés López Galarza

Jorge Robledo, Francisco de Cieza, Miguel Muñoz, Juan de Vadillo, Suer de Nava, Rodríguez de Sosa y Álvaro de Mendoza, exploraron la Hoya del Quindío y empezaron la fundación de pueblos en la región.  Jorge Robledo funda a Cartago viejo, el 9 de agosto de 154l,  a orillas del río Consota (hoy Pereira), en la parte llana situada entre los dos ríos Otún y Consota, y empieza la penetración del territorio del Quindío a través de las rutas Quimbayas que luego se convirtieron en caminos.

 or orden de Robledo, Suer de Nava procedió al descubrimiento de centro de la provincia Quimbaya; incursiono los territorios de los actuales Departamentos de Caldas, Risaralda y Quindío. 

Conocida la noticia, Robledo se encaminó hacia la provincia Quimbaya con Suer de Nava, y fundó a San Jorge de Cartago,  en el sitio que ocupa hoy la población de Pereira.

La organización social política administrativa de la encomienda en el año de 1559 permitió el reparto de 4.573 indígenas de 37 pueblos y sus tierras entre 18 esclavistas  ibéricos.  Las tierras Quindianas hacían parte de la presidencia de Quito, gobernación de Popayán.


Por: 

ALVARO H. CAMARGO BONILLA