CONQUISTA
ESPAÑOLA EN EL NUEVO REINO DE GRANADA: PACIFICACIÓN DE LOS PANCHES Y BÚSQUEDA
DEL CAMINO DEL QUINDÍO.
La
conquista española en el Nuevo Reino de Granada estuvo marcada por numerosos
conflictos y desafíos. Uno de los episodios más significativos fue la
pacificación de los panches y la búsqueda del camino del Quindío, liderada por
el capitán Andrés López de Galarza. Este proceso no solo implicó la expansión
territorial española sino también el enfrentamiento con grupos indígenas como
los Pijao, quienes ofrecieron una resistencia tenaz.
PACIFICACIÓN
DE LOS PANCHES.
Galarza
fue comisionado por la Audiencia Real y Chancillería del Nuevo Reino de Granada
para pacificar y poblar el valle de las Lanzas y otros territorios entre
Tocaima y Cartago. Su objetivo era establecer un camino seguro que facilitara
la comunicación y el comercio entre las gobernaciones de Santafé y Popayán,
evitando el peligroso rodeo por Neiva y Timaná. Galarza juntó 93 hombres
españoles y un sacerdote, y antes de partir, se reconocieron ante el alcalde de
Santafé para asegurar que todos iban voluntariamente.
Durante
su avance, Galarza promulgó ordenanzas para el buen gobierno de su gente,
prohibiendo abusos contra los naturales y prometiendo castigar cualquier daño.
En Metaima, los indios inicialmente prepararon una emboscada, pero al ver la
determinación de los españoles, optaron por ofrecer comida y guías. Galarza
aprovechó estas oportunidades para hablarles de la fe católica y la intención
de establecer una relación pacífica bajo la corona española.
BÚSQUEDA
DEL CAMINO DEL QUINDÍO.
Después
de Metaima, Galarza continuó hacia Ibagué, enfrentando desafíos como el cruce
del río Tolima. Los españoles lograron cruzar con la ayuda de sus caballos y
enfrentaron resistencia en el valle de Anaima. Galarza intentó mantener la paz
ofreciendo requerimientos y protestaciones. Un incidente notable fue cuando un
soldado cayó en una trampa de los indios, pero salió ileso.
RESISTENCIA
PIJAO CONTRA LA CONQUISTA ESPAÑOLA.
La
llegada de los españoles a tierras Pijao marcó el inicio de una era de
conflicto y resistencia para los indígenas. Los Pijao se dividían en dos
grandes grupos enemistados entre sí, lo que los españoles supieron aprovechar
para establecer alianzas y combatir a los grupos más hostiles. La resistencia
Pijao llevó a los españoles a buscar estrategias más contundentes para
consolidar la conquista.
LA
CAMPAÑA DE JUAN DE BORJA.
En
1605, Juan de Borja fue nombrado presidente, gobernador y capitán general de la
Real Audiencia de Santafé de Bogotá. Borja organizó un ejército y emprendió una
campaña contra los Pijao en 1607, que incluyó batallas en el valle del río
Magdalena y la provincia de Amoyá. La conquista española tuvo un impacto
devastador en la población Pijao, llevando a la disminución de la población y
la pérdida de su territorio.
LA
CONQUISTA Y EL CAMINO.
Galarza
fundó Ibagué el 14 de octubre de 1550 y salió a descubrir la Provincia de
Toche. La Real Audiencia comisionó a Galarza para explorar y fundar un pueblo
que estableciera un camino para comunicar los pueblos del Nuevo Reino con los
de la gobernación de Popayán. El cacique Bombo informó a Galarza sobre la
existencia de un camino que permitía llegar a Cartago, lo que llevó a Galarza a
enviar soldados a verificar la información.
El
Camino a Cartago
Los
soldados ascendieron a la cordillera y confirmaron la existencia del camino.
Galarza decidió regresar con la intención de fundar un pueblo en el año 1550.
Después de la fundación de Ibagué, Galarza partió hacia la provincia de Toche
para explorarla. Sin embargo, dos soldados enviados a inspeccionar los terrenos
fueron asesinados por los indios, lo que llevó a Galarza a lanzar un ataque sin
piedad contra los indígenas.
La
conquista española en el Nuevo Reino de Granada estuvo marcada por la violencia
y la resistencia indígena. La búsqueda del camino del Quindío y la pacificación
de los panches fueron procesos complejos que implicaron enfrentamientos y
alianzas con grupos indígenas. Aunque la conquista española tuvo un impacto
devastador en la población Pijao, su legado sigue siendo importante en la
historia de la región.
El
capitán Andrés López de Galarza jugó un papel crucial en la pacificación de los
panches y la búsqueda del camino del Quindío.
Pacificación
de los Panches.
López
de Galarza fue comisionado por la Audiencia Real y Chancillería del Nuevo Reino
de Granada para pacificar y poblar el valle de las Lanzas y otros indios entre
Tocaima y Cartago. Su objetivo era buscar un camino seguro que facilitara la
comunicación y el comercio entre las gobernaciones de Santafé y Popayán,
evitando el largo y peligroso rodeo por Neiva y Timaná.
Galarza
juntó 93 hombres españoles, incluyendo 40 de a caballo, y un sacerdote llamado
Francisco González Candis. Antes de partir, se reconocieron ante Juan de
Avellaneda, alcalde de Santafé, que todos iban voluntariamente.
Galarza
y su gente llegaron al valle de las Lanzas (Combayma) sin incidentes notables.
Allí, promulgó ordenanzas para el buen gobierno de su gente, prohibiendo faltas
públicas, blasfemias y abusos contra los naturales. Prometió castigar cualquier
fuerza o daño a los indios.
En
Metaima, los indios inicialmente prepararon una emboscada, pero al ver la
preparación y determinación de los españoles, optaron por ofrecer comida y
guías. Galarza aprovechó estas oportunidades para hablarles de la fe católica y
la intención de establecer una relación pacífica bajo la corona española.
BÚSQUEDA
DEL CAMINO DEL QUINDÍO.
Después
de Metaima, Galarza continuó hacia Ibagué, enfrentando desafíos como el cruce
del río Tolima, donde los indios habían destruido las puentes. Los españoles
lograron cruzar con la ayuda de sus caballos.
En el
valle de Anaima, los españoles enfrentaron resistencia, pero Galarza intentó
mantener la paz ofreciendo requerimientos y protestaciones. Un incidente
notable fue cuando un soldado, Juan Ortiz de Zárate, cayó en una trampa de los
indios, pero salió ileso.
Galarza
recibió información sobre la existencia de naturales en Buga la grande y los gorrones
que servían a Cali, lo cual sugiere que su expedición también tenía objetivos
de exploración y reconocimiento de territorios más allá de la pacificación de
los panches.
RESISTENCIA
PIJAO CONTRA LA CONQUISTA ESPAÑOLA.
La
llegada de los españoles a tierras Pijao marcó el inicio de una era de
conflicto y resistencia para los indígenas. Los Pijao se dividían en dos
grandes grupos enemistados entre sí: los de la sierra y los del llano. Los
españoles supieron aprovechar esta división para establecer alianzas con los
del llano y combatir a los de la sierra.
ORGANIZACIÓN
SOCIAL Y MILITAR DE LOS PIJAO.
Los Pijao
se organizaban en asociaciones tribales y elegían un jefe guerrero. Uno de los
más destacados fue Calarcá, líder de la confederación de tribus de Otaima,
Cacataima, Mola, Anaytoma y Amoyá. Los Pijao mantuvieron una constante lucha
contra los españoles, utilizando tácticas de guerrilla y emboscadas sorpresivas
en los bosques.
LA
CAMPAÑA DE JUAN DE BORJA.
La
resistencia Pijao llevó a los españoles a buscar estrategias más contundentes
para consolidar la conquista. En 1605, Juan de Borja fue nombrado presidente,
gobernador y capitán general de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá. Borja
organizó un ejército y emprendió una campaña contra los Pijao en 1607. La
campaña incluyó batallas en el valle del río Magdalena y la provincia de Amoyá.
CONSECUENCIAS
DE LA CONQUISTA.
La
conquista española tuvo un impacto devastador en la población Pijao. La
violencia y la explotación llevaron a la disminución de la población y la
pérdida de su territorio. La resistencia Pijao, aunque valiente y determinada,
no pudo evitar la conquista española.
La Cédula
Real que comisionó a Juan de Borja para la guerra contra los Pijao es un
documento importante que refleja la preocupación de la Corona española por la
situación en la región. En él se describe la situación de violencia y peligro
que vivían los españoles y se ordena a Borja tomar medidas para pacificar y
sujetar a los Pijao.
La
resistencia Pijao contra la conquista española fue una lucha valiente y
determinada que se enfrentó a la violencia y la explotación de los españoles.
Aunque no pudieron evitar la conquista, su legado sigue siendo importante en la
historia de la región.
LA
CONQUISTA Y EL CAMINO.
Andrés
López de Galarza, por encargo de la Real Audiencia de Santafé fundó a Ibagué el
14 de octubre del año 1550. Después de su fundación, Galarza salió a descubrir
la Provincia de Toche, también escrita Tocha, pasando luego a la provincia de
Tocina, situada junto al nevado.
“Había
entre la ciudad de Tocaima, del Nuevo Reino, y la villa de Cartago, de la
gobernación de Popayán, ciertas poblazones y valles de indios muy belicosos y
guerreros que impedían la travesar y pasar de un pueblo a otro y de una
gobernación a otra por breve camino, y causaban que los viandantes y la
comunicación y comercio de estas dos gobernaciones fuese por partes y caminos
muy largos y ásperos y malos, llevando la derrota por los pueblos de Neiva y
Timaná, por donde se pasaba un muy largo y despoblado páramo, tan frío y
perjudicial que en él se helaban y perecían muchas personas de las que habían
de andar esta jornada; y demás de esto y de la aspereza y maleza de este
camino, se hacía un grande rodeo de muchas leguas, que doblaba el trabajo a los
que lo caminaban su grande longura”.
Los
combativos Pijaos impedían el tráfico por el breve camino que comunicaba a
Santafé con la gobernación de Popayán, por la montaña del Quindío. Ante éste
impedimento, debían cruzar por un largo, frio, y despoblado páramo (Guanacas),
donde se congelaban y morían muchas personas y sus caballerías. Camino áspero y
malo, que ostentaba gran distancia, pasando por Neiva y Timaná.
Esta
circunstancia hizo que la Real Audiencia comisionara a Galarza para explorar y
fundar un pueblo y estableciera un camino para comunicar los pueblos del Nuevo
Reino con los de la gobernación de Popayán.
EL CACIQUE BOMBO Y EL
CAMINO A CARTAGO
El
cacique Bombo informó a Galarza sobre la existencia de un camino que permitía
llegar a Cartago, al otro lado de la cordillera. Para verificar la información
proporcionada por Bombo, Galarza envió a algunos soldados a la cima de la
sierra con el fin de confirmar lo dicho por el cacique. Les ordenó que, una vez
comprobado, regresaran sin avanzar más allá para informarle sobre los detalles
y decidir el curso de acción más conveniente.
Los
soldados ascendieron a la cordillera y, basándose en información proporcionada
por algunos indígenas, estimaron que estaban cerca de Cali y Bugalagrande, en
la gobernación de Popayán. Con esta información, regresaron para informar a
Galarza, quien decidió regresar con la intención de fundar un pueblo (el
primitivo Ibagué) en el año 1550. Después de la fundación, y a petición de sus
soldados, Galarza partió hacia la provincia de Toche para explorarla. Al
llegar, encontró abundancia de alimentos almacenados por los naturales y
descansó con su gente durante algunos días.
Durante
su estadía, Galarza envió a dos soldados, llamados Ricardo y Hoyos, para que
inspeccionaran los terrenos de una sierra y descubrieran lo que había en ellos.
Sin embargo, los comisionados, llenos de codicia, se desviaron del camino y
destino indicado por Galarza, yendo a ranchar en unos pueblos de indios
ubicados en un valle denominado "Toche", antes de llegar a la sierra.
En su
recorrido, fueron sorprendidos por los indios, quienes les dieron muerte y les
desollaron los rostros, una práctica habitual entre ellos para utilizarlos como
máscaras en sus bailes y rituales. Una vez conocida la suerte y el daño que los
indios habían causado, Andrés López de Galarza decidió regresar a Ibagué para
preparar más armas, municiones y soldados. Su objetivo era volver a Toche y
castigar a sus habitantes por el atrevimiento y el daño que habían hecho.
Al
regresar Galarza a Toche, lanzó un ataque sin piedad contra los indígenas,
resultando en la muerte de más de cuatrocientos de ellos, según algunas
fuentes. Después de esta masacre, Galarza y su gente se dirigieron a otra
provincia llamada Tocina, ubicada junto al nevado, y la pacificaron.
Posteriormente, regresaron a Ibagué sin haber sufrido daños significativos
En 1553,
Melchor de Valdés, capitán español enviado para auxiliar a Galarza del asedio
de los pijaos comandados por los caciques Titamo y Quicuyma, encontró un camino
que usaban los nativos para remontar la cordillera. Este camino indígena se
denominó camino del Quindío y comunicaba Ibagué con Cartago. Sin embargo, el
conquistador Galarza entró en conflicto con Melchor Valdés, motivo por el cual
se devolvió a Santafé, mientras que Valdés se dedicó a explotar el camino.
Este rico
español ordena los trabajos de ampliación del recién descubierto camino del
Quindío dejándolo transitable para animales de carga y acortando el viaje de
Santafé a Popayán en veinte días. En honor le asignó el nombre de Valdesina al
distrito que se debía fundar en Toche.

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