martes, 6 de marzo de 2018

EL CAMINO DEL QUINDIO Y SU DESARROLLO EN LA COLONIA

PETICIÓN DEL CAPITÁN FRANCISCO FERNÁNDEZ DE PALENCIA AL GOBERNADOR Y CAPITÁN GENERAL DEL NUEVO REINO DE GRANADA.




En 1632 se internó don 'Francisco Fernández de  Palencia, en el Quindío y descubrió minerales argentíferos entre los páramos y la cordillera en Toche.


El Capitán Francisco Fernández de Palencia, vecino de Santafé, digo que habiendo tenido noticia de que en los páramos de Quindío y  otros sitios remotos, desiertos y despoblados había vetas y minerales  de plata, oro y cobre de consideración, y yo por servir á Su Majestad  y aumentar sus rentas reales y estas repúblicas, y también por merecer las honras y mercedes que Su Majestad hace á los que descubren  y pueblan tierras nuevas y ricas, y juntamente buscar mi útil y aprovechamiento, salí desta ciudad por el mes de Noviembre del año pasado de 1632, y entré en los páramos y cordillera tres veces, llevando conmigo algunos españoles y esclavos é indios.

Y habiendo trabajado más de cuatro meses continuos, con mucha costa de mi hacienda, porque á todos los que entraron conmigo los sustenté y avié de cabalgaduras, y de todo lo demás que hubieron menester en el discurso del viaje ; y llevé herramientas, armas y municiones y lo necesario para entrar á semejantes descubrimientos, y di muy largos premios y paga á los indios porque me guiasen y ayudasen a lo susodicho, en que gasté  mucha suma de dinero, sin que otra ninguna persona gastase un real en este descubrimiento. Y puse en manifiesto riesgo mi vida así por la aspereza y solead de los puestos por donde anduve, como por haber sospechas de que había por aquellas tierras algunos indios pijaos  rebeldes retirados.

Y fue Nuestro Señor servido de que descubriese vetas de plata muy ricas, con cuyos metales salí a la ciudad de Ibagué, a donde los ensayé e hice ensayar, y se reconoció la riqueza y sustancia de las dichas minas, y luego las registré ante el Alcalde ordinario de la dicha ciudad de Ibagué, y di estacas y pedí y se me concedió un año de término para escoger una mina principal y otra salteada y ponerlas en labor, como consta del registro que presento ante Vueseñoría  con la solemnidad necesaria.

Y hecha esta diligencia vine á dar á esta ciudad como di cuenta a Vuestra Señoría de este descubrimiento, traje algunas piedras del metal de las dichas minas, que ensayado por personas peritas aun descubrieron mayor riqueza, pues del haz de la tierra rinden á más de dos marcos de plata por quintal, Y por tanto estoy resuelto de volver a las dichas minas y poblarlas, y descubrir otras más ricas que tengo por cierto que hay en aquel contorno, y de gastar en esto toda mi hacienda, que es cuantiosa,

A Vuestra Señoría suplico se sirva de confirmarme el dicho registro y comedirme por ahora las mercedes siguientes:
Otrosí. En la vía y forma que más haya lugar de derecho y me convenga registro ante Vuestra Señoría las aguas de la quebrada que  llaman de Toche desde su nacimiento hasta donde entra al el río de San-Juan, con los asientos de ingenios de moler y beneficiar metales que hubiere en la dicha distancia. A Vuestra Señoría pido y suplico”.
FRANCISCO FERNÁNDEZ DE PALENCIA

EL CAMINO DEL QUINDIO, SU ESTADO Y CONECTIVIDAD EN PRINCIPIO DE LA REPUBLICA







La montaña de Quindío que hace parte de la cordillera occidental del reino es inaccesible por un camino antiguo, y muy malo, que comienza en la ciudad de Ibagué, y acaba en la de Cartago hacia el poniente. El comercio que se hace a esta ciudad y al Chocó por el puerto de Honda y demás lugares del este de Santafé y las dependencias necesarias de la capital hacen indispensable el tránsito de esta montaña. Este se hace hoy en diez días poco más o menos. No hace mucho que se comenzó a traficar en caballerías habiéndose usado por mucho tiempo el lomo e hombres por su excesiva maleza.
Aun no se halla en estado de poderse andar sin sus más graves peligros, subsistiendo o pasos totalmente expuestos al mayor riesgo. Así que es preciso echar à pie en gran parte de él. Desde Anserma, que está cerca de Cartago, se comienza otro camino menos malo que el de Quindío. Este acaba en la misma provincia del Chocó, y solo se anda espaldas de hombres, que suplen allí por caballerías, a causa de lo impracticable de él.
Concíbase ahora los crecidos costos que deben tener los artículos comerciables que van al Chocó por esta vía, los cuales son indispensables para la manutención de los mineros y avió de las minas, pues a excepción del plátano y maíz, todo lo demás le entra de fuera. De suerte que el Chocó debe à Cali, Buga, Cartago Popayán, e Ibagué, el cerdo, la vaca, azúcar, granos secos, los lienzos del reino, bayeta, todos los géneros de España, y los principales instrumentos para el cultivo de sus minas.
Yendo todos estos artículos, como van, sobrecargados de excesivos costos, se ven precisados aquellos mineros à recibirlos a precios subidísimos, con lo que siempre se hallan pobres y sin nervio para emprender con vigor el beneficio de las mejores mimas de oro que se conocen. Facilitados los caminos de Cali. a las juntas para las provincias del Raposo, costa del Sur, Novita y Citara, de Quindío, y Ancerma por el oriente, y de Ita por el sur, se vería el Chocó abundantemente abastecido de todo lo necesario para la subsistencia de sus mineros y naturales.
Esta provincia merece particular atención por sus riquezas y por lo que contribuye al comercio general del reino y de la metrópoli; pues es lastimosa ver en el destino de indios y habitantes del Chocó en la mayor miseria, siendo dueños de las más ricas minas del reino. Un sujeto inteligente despechado allí de orden del gobierno con las facultades necesarias para imponerse por menor de las causas que ocasionan su atraso, y los medios de elevarlo al grado de riqueza que exigen sus circunstancias locales, daría la luz bastante para aclarar este punto de gobierno, que cono digo, es de la mayor entidad.
Entonces se saldría de la duda que tanto tiempo ha reinado, acerca de si convendría, o no abrir la comunicación directa con los puertos de la costa de Cartagena por el rio de Atrato, o cerrar totalmente esta navegación. Yo soy de sentir que las utilidades de esta comunicación, son más grandes, que los males que se tienen, los que en mi concepto, son quiméricos por la mayor parte, Por ahora solo me limito a insinuar lo mucho que convendría al Chocó la apertura del camino de Ita. Un hombre instruido y amante del reino, que caminó años pasados por él, asegura, como una cosa positiva, que el Chocó por este medio seria abastecido por los comerciantes de la villa de Ibarra lugares inmediatos, de cuanto se necesitase, a precios muy cómodos, con grade utilidad de ambas provincias. Con lo cual podrían atender aquellos mineros a sus labores sin tanto gasto, y se verían en estado de desempeñarse ahorrando algo para nuevos adelantamientos, en el ramo de minas.
El camino de te serviría también (vencido el arrastradero de San Pablo) para la comunicación de Quito con la mar del Norte, y entonces aquella provincias se surtiría de los frutos de Europa, por esta vía mucho menos dispendiosa que la del Cabo de Hornos, por donde hacen hoy aquellas costas comercio de la metrópoli.