domingo, 21 de febrero de 2021

MICRO HISTORIA DEL TERRITORIO DE LOS ANDES DEL QUINDIO. TOCHE Y SU VOLCÁN CERRO MACHIN.

MICRO HISTORIA DEL TERRITORIO DE LOS ANDES DEL QUINDIO.

TOCHE Y SU VOLCÁN CERRO MACHIN.



En una de las vegas del río San Juan, dominadas por el volcán cerro Machín, se encuentra ubicado el corregimiento de Toche. Las crónicas del obispo y escritor español Lucas Fernández de Piedrahita, describe su ubicación en la provincia de Quimbaya, situada entre las ciudades de Ibagué y Santa Ana de Anserma, sitio que relata así: “Su temperamento ni es frio ni cálido pero tan favorable a los españoles,  que en él se conservan muchos años libres  de enfermedades. Hay en ella un volcán de humo, que respira en la gran sierra bien conocida por sus laderas nombradas de Toche en que por una barandilla de piedra que los españoles han labrado se hace tránsito de Ibagué a Quimbaya”.

Hoy no se conoce aquella barandilla, que probablemente se hallará en las faldas occidentales del rio San Juan por donde se transitaba antes. El volcán que se divisa desde las laderas de Toche, antiguamente se conoció con el nombre: “Cerro del Humo”; y el señor Pastor Ospina, Gobernador de la Provincia de Mariquita, en una visita de inspección a las obras del camino del Quindío, en el año 1843, le dio el nombre de: “el Pijao”.

En su informe  narra que subió a él en compañía de otras personas, con el objeto de observar los fenómenos que allí se daban, y divisar desde allí a los terrenos inmediatos para calcular la más conveniente dirección  del camino.

En su itinerario, calculó la altura del cónico volcánico en 500 varas; describió la cobertura de la cima cubierta de bosque antiguo, y algunas desigualdades en la forma, del cráter; que hacia el occidente presentaba una parte de su falda desprovista de bosques, y parte de la roca desnuda; y otra porción cubierta de pajonal. Todo el terreno presentaba una elevada temperatura; se mostraban varias fumarolas. La principal, y la que arrojaba la mayor columna de humo se podía miraba desde la base del cono volcánico; presentaba una boca estrecha de donde salía con violencia y  ruido una corriente de vapor de agua, que empapaba los objetos con que se ponían en contacto los vapores de las fumarolas. Ni por un  instante era posible mantener la mano en la boca de la grieta sin quemarse; y el terreno vecino, que presentaba una consistencia arcillosa de rocas reblandecidas, quemaba también al contacto, de manera que solo se podía andar rápidamente, sobre los fragmentos  de roca que habían por allí esparcidas. Esas rocas así como las que constituían la base del camino desde la quebrada de Machín que entra al rio San Juan por el occidente del volcán hasta la quebrada de agua caliente, que lo limita por el oriente, pertenecen a las emisiones volcánicas, según los fundamentos de las teorías geológicas. Este tipo de rocas se encuentran por las orillas el río San Juan arriba, en cuyas inmediaciones, hay además altas montículos de cenizas volcánicas.

Otra cosa notable es la presencia de rocas calcáreas, que cubrían casi toda la vega del rio por donde pasa el camino. Rocas formadas por las fuentes gaseosas contenidas en las vegas del San Juan, algunas de las cuales son termales; las más notables de estas por su alta temperatura se hallan al oriente del volcán a la orilla de la quebrada de agua caliente.

Estas formaciones geológicas fueron muy ventajosas para consolidar el camino, principalmente en algunos puntos  en que la roca se presentaba fragmentada y pequeña, formando una especie de conglomerado.  Así el camino construido en estas formaciones no tendría el inconveniente de ser muy resbaladizo, ni de profundos desfiladeros.                                                                          

Según se deduce de las relaciones del cronista citado, los Quimbaya se extendían hasta el rio San Juan; y esto se infiere de los vestigios que se han hallado; muchos sepulcros construidos cada uno con seis lozas de esquito micáceo exactamente ajustadas formando un pétreo paralelepípedo. Esto no se observa al oriente y al sur de aquel rio donde habitaban los Pijaos, belicosa nación  que tanto dificultó a los conquistadores; indígenas errantes y más guerreros que los Quimbaya.

Hasta el tiempo de la conquista no había comunicación por dicho rio de valle del Magdalena al del Cauca. Según la crónica de Piedrahita con este camino se esquivó el que antes se hacía por las sendas intratables de riscos y paramos. Se conocen actualmente en parte los vestigios de ese antiguo camino que partía de Coloyá  en el distrito de Peladeros  y atravesaba los páramos pantanosos del Tolima para caer a Cartago viejo (Camino de Santa Isabel).

Toche se ubica en las vegas del río Tochecito y las del San Juan, no son muy extensas, pero sí muy fértiles, y también lo son las faldas y mesetas que las dominan. Esta fertilidad se probó en el año de 1843, haciendo abrir grandes rosas para la siembra de maíz, arracacha, yuca y otras plantas cuya producción se utilizó en la alimentación de los presidiarios y de los nuevos pobladores de Toche y sus inmediaciones.  Toche por su situación, fertilidad y clima templado fue el indicado para ser el sitio de la nueva población.

 Fuente: Gaceta de la República de la Nueva Granada. BOGOTA, DOMINGO 7 DE MAYO de 1843. Número. 618.

Ibagué 15 de abril de 1843, informe del Gobernador de la Provincia de Mariquita, señor Pastor Ospina, al señor Secretario de gobierno del Interior y  Relaciones Exteriores, relacionado con el adelanto de la composición del camino del Quindío.

Ibagué 25 de abril de 1843.