viernes, 13 de enero de 2023

EN AGOSTO 20 DEL AÑO 2022, FILANDIA LLEGO A SUS 144 AÑOS.

EL 20 DE AGOSTTO DE AÑO 2023, FILANDIA CUMPLE 145

 AÑOS DE SU FUNDACIÓN.


La Hija del Ande, Colina Sagrada y tejido artesanal del Quindío, dispuesta sobre la ladera occidental de la cordillera de los Andes del Quindío, sobre un agraciado altozano, donde alternan temporadas de profusas y cristalinas lluvias, con agradables tiempos soleados. Terruño proveído de regios miradores naturales, otrora habitados por los indígenas Quimbaya, orfebres destacados, como lo ratifica  la colección que se exhibe en el Museo de las Américas de Madrid, producto del saqueo de la actividad guaquera en los parajes de La Soledad, Fachadas y Pavas, donde hoy solo quedan las fosas y túneles por donde ambiciosos e insaciables guaqueros extrajeron artículos ceremoniales y joyas. Hoy, habitada por personas caracterizadas por su sociabilidad, gentileza, respeto y profuso arraigo de sus raíces, creencias y tradiciones.


Filandia perteneció al estado soberano del Cauca, con Popayán como la capital y Cartago como capital de la Municipalidad del Quindío, hasta 1908, año que se separó del Cauca, para integrar el departamento de Manizales, después Caldas y hoy el majestuoso departamento del Quindío.  Inicialmente se conoció como un punto en el camino del Quindío, denominado el contadero de “Novilleros”; tambo o posada en el cruce de los caminos provenientes de Cartago y que conducía a Ibagué y Bogotá.

LA FUNDACION.




El nombre de Filandia no se deriva del país europeo —Finlandia—, como se ha creído, sino que proviene de la palabra latina “filius” —hijo— y Andes; de suerte que significa hija de los Andes. Este fue el acuerdo de López Sanz, José María Serna, Felipe Meléndez y Gabriel Montano —jefe municipal del Quindío—, a quienes se concedió la designación del nombre.

Sus principales fundadores Felipe Meléndez, Juez del Circuito, vocal principal de La provincia de Quindío, el Dr. José Ramón López Sanz, Severo Gallego, Gabriel Montaño, Bonifacio Giraldo, Eleuterio Aguirre, Laureano Sánchez, Lolo Morales, José León, Jesús María Osorio, Carlos Franco, Eliseo Buitrago, entre otros más[1]

El 20 de agosto de 1878, al antiguo “Novilleros”, confluían viandantes colonos que provenían de varias regiones del país como: Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Tolima Grande y El Cauca. En este lugar paraban para descansar en las noches de su itinerario, y observando la fertilidad y belleza de las tierras, decidieron fundar un pueblo, aplicando de inmediato su trabajo y consagración a esta labor.

Erigieron sus casas de vara en tierra, algunas techadas con iraca, otras con astilla de madera, (tablillas rajadas de cedro negro y de nogal), clavadas con puntillas con clavos fabricados de la misma madera.[2]

EL PERFIL SOCIIAL DE DOS DE SUS FUNDADORES. 

Felipe Meléndez, natural de Cartago, abogado, gobernador de la provincia del Quindío, magistrado del Tribunal Superior de Justicia del estado soberano del Cauca en los 3 periodos de 1875-77, 1877-79 y 1881-83.

Gabriel Montaño, Cartagueño de origen humilde, abogado de distinción, profesor, quien desempeñó diversos cargos de importancia, jefe político cantonal, alcalde, consejero municipal, presidente de la municipalidad de la provincia del Quindío, juez de circuito, diputado a las legislaturas del Estado en 1867, 71 y 72.

José María Serna, agrimensor, quien en unión del señor López Sanz y otros vecinos, demarcaron la plaza, calles, solares para el templo, la cárcel, los despachos públicos y escuelas. El primer corregidor fue el señor Rafael Carvajal.

EN 1892 SE ERIGE EN DISTRITO Y EN 1894 ES RATIFICADO POR EL ESTADO SOBERANO DEL CAUCA.

En octubre 7 de 1878, el señor Rafael Carvajal, es nombrado comisario de la “partida” de “Novillero”, en asocio del señor Emigdio de la Parra. El 30 de enero de 1882 Cartago, capital de la Municipalidad del Quindío, emite el acuerdo número cinco del 12 febrero, creando el caserío de Filandia y nombra dos empleados, un aguacil y comisario de policía (Tomo 31 de 1882 a 1883) y es nombrado don Rafael Carvajal para ocupar el cargo de Comisario.

La ordenanza 31 de 24 de julio de 1894, crea del distrito de Filandia, entidad territorial compuesta el corregimiento del mismo nombre, que sería la cabecera del nuevo Distrito, y el de Circasia, segregándolos de los Municipios de Cartago y Salento.

En 1892 se elevó a Filandia a la categoría de municipio, integrado por los corregimientos de Circasia y Montenegro, pero a poco tiempo fue eliminado. Más tarde, por la ordenanza 31 de 24 de julio de 1894 la asamblea del Cauca volvió a crear el municipio, perteneciente a la provincia del Quindío, compuesto del corregimiento del mismo nombre, su cabecera, y de Circasia, segregándolos, respectivamente, de los municipios de Cartago y Salento.[3]

En el año, 1880, en un terreno que concedió la señora Dolores García, se construyó una capilla, allí ofició la primera misa el padre José Joaquín Baena, cuando paso por este lugar en su viaje de Manizales a Bogotá. El cementerio se construyó en un terreno donado por el señor Gregorio Arango (alias. Sordo) y las primeras campanas las regaló el señor Gerardo Jaramillo con el producto de una riña de gallos. Las campanas existentes, Las campanas existentes fueron donadas por los guaqueros Norberto Ospina (a. casfú) y Victoriano Arias., con el producto de una gran guaca extraída en el paraje de la Soledad (varias arrobas de oro). Campanas que fueron fabricadas en Buga, para lo cual se destinaron tres libras de oro. El Reloj del templo, lo adquirió el clérigo Jesús M. Restrepo con dinero proveniente de las limosnas de los feligreses.

Rápidamente se trazaron calles, plazas y parques (“Parque Viejo”), calles como la del “Empedrado”, del Pensil, La Real, el Convento, Consistorial, De La Cruz, el Embudo y de La Paz. Filandia se ensancha rápidamente, se construyen casas en todos sus confines. La primera casa, en el marco de la plaza, fue la de la esquina de la Calle Real con Calle Consistorial, hoy local de la Farmacia Bristol.

En 1892 se instala la oficina telegráfica con su primer administrador don Lucas Ocampo a quien sucedió poco después don Julio Guinand. El primer guarda de la línea telegráfica fue don Jeremías Serrano.

COMUNIDAD RELIGIOSA BETHLEMITAS.


El 29 de agosto de 1907, el sacerdote Francisco de Paula Montoya, aprovechando la parada en Filandia de dos religiosas Betlemitas (María de Jesús Ruiz y otra), que se transitaban de Palmira, con rumbo a Bucaramanga, quienes le solicitaron los servicios religiosos del padre Montoya, quien después de dialogar con ellas le manifestó la idea de fundar un colegio en Filandia. La consecuencia de este dialogo fue el establecimiento de la comunidad religiosa Betlemitas, que inicialmente fuera dirigida por la madre General María Luisa Salinas.

 

Álvaro Hernando Camargo Bonilla.



 

[2] Cornelio Moreno. Reseña histórica del municipio de Filandia. A la memoria de los fundadores 1878-1928. Tipografía y Papelería Los Andes Jaramillo Hermanos y Cía. Manizales. 1928.

[3] Libro copiador de comunicaciones relativas a la Instrucción   Pública Primaria. Salento 17 de enero de 1879. 

EL PASO DEI CAMINO DEL QUINDIO, RUTA HISTORICA – CULTURAL.

 









RUTA HISTORICA – CULTURAL.

Escenario oportuno para un turismo histórico, cultural, arqueológico, paisajístico, geológico y ecológico, en la “Sierra Nevada del Quindío”

Ubicado en el corazón de la “Cordillera del Quindío”, se constituye en un escenario excepcional para la proyección y practica del turismo histórico, cultural y la caminaría, tan de moda en estos tiempos.

Se pueden esbozar y promover las referidas actividades en varios de los tramos aún existentes, que aún presentan un buen estado de conservación que, con intervenciones, adecuaciones y mantenimiento sencillos, permitiría la implementación de un turismo diferencial, que coadyuvaría a la descongestión en las tradicionales y atiborradas localidades turísticas, como el valle de Cocora y los centros poblados de Salento y Filandia.

Una ruta cultural diseñada sobre la huella caminera, empotrada en diversidad de pisos térmicos, que exhiben multiplicidad de parajes, formaciones orográficas, clima, flora y fauna, que al recorrerlos permiten evocar el pasado y presente de lugares históricos y legendarios como las rancherías, contaderos y tambos, tales como: Pavas, Buenavista, Novilleros, Portachuelo, Alto del Roble, Boquía, “la garita del páramo” o Boquerón del Páramo, Volcanes, Volcancitos, La Ceja, Tochecito, Gallegos, Galleguitos, Cruces, Yerbabuenal, Toche, Machín, Aguacaliente, Buenavista, Azufral, El Moral, Tapias, La Palmilla e Ibagué.

Describir el paso de viajeros ilustres por el Guindiu [Quindío], como Humboldt que en sus anotaciones científicas, describió la Mutisia grandiflora, entre otras plantas. 

Recordar la progresión colonizadora de la ruta, auspiciada en la legislación de la   convulsionada república de mitad del siglo XIX, que entre  Rancherías, Contaderos y/o Tambos como los de Boquía y Valdecina (Toche), ubicaban en el fondo de  las montañas, circundadas por las aguas de ríos como el Quindío, San Juan, quebradas como Boquía, Tochecito y Machín, en entornos geográficos limitados por preciosos y pequeños valles, en donde esforzados y amables pobladores edificaron ancestrales y hermosas casas de paredes de tapia pisada, entamborado de madera y techadas con trozas de estípites y hojas de palmas de cera.

Disfrutar las copiosas y cristalinas corrientes hídricas, engalanadas por encantadores paisajes que embelesan la vista del caminante, decorados por floridos y olorosos arrayanes y mayos, condición digna de plasmar en versos poéticos y lienzos de pintores. Al atardecer, esperar la noche reposado sobre una hamaca, disfrutando de clima sano y agradable y el susurro del río; sin duda alguna, será una noche de sueño sublime.  Al amanecer, un delicioso café mañanero, luego, merendar un suculento desayuno y prepararse para una nueva jornada, para apreciar la majestuosidad geológica de la cordillera, las majestuosas y encumbradas palmas de cera, hogar del loro “Orejiamarillo”.

Todo lo expuesto debe concebirse como insumos para el diseño de la ruta HISTÓRICA, CULTURAL Y NATURAL DEL PASO POR EI CAMINO DEL QUINDIO, que para su logro se debe considerar la recuperación y restauración de los tramos del camino, acción coligada a la implementación de una infraestructura básica, congruente con la tradición histórica, que permita establecer un turismo comunitario operado por los locales, que se proyecte como una ruta caminera y de peregrinación histórica de interés local, regional, nacional e internacional, parodiando otras rutas similares, como los casos del Camino de Santiago de Compostela en España y el camino del Inca en el Perú.

 

Álvaro Hernando Camargo Bonilla