martes, 22 de septiembre de 2020

INFORME DE LA COMPOSICION Y MEJ0RA DEL CAMINO DEL QUINDIO 1843

 

CAMINO DE QUINDÍO.

Cartago,3 de abril de 1844.

República de la Nueva Granada–Gobernación de la provincia del Cauca. —

Nº64.

Al Sr. Secretario de Estado del Despacho de lo Interior.

 

Para entender la historia del poblamiento del territorio Quindiano, es necesario analizar el desarrollo de las diferentes empresas en la mejora y composición del camino del Quindío.

El texto que a continuación se trascribe, permitirá mostrar aspectos varios, tales como, registros administrativos; desarrollo y ejecución de los trabajos relacionados en la vía; métodos de mejora y composición; manejo administrativo y reglamentación del presidio.  Asimismo, aspectos atinentes a la mutabilidad de la ruta a causa de las contingencias medioambientales, e intereses de poblamiento.

Tema importante, y que no se ha tratado, es el relacionado con los aspectos históricos del preámbulo agrícola, una vez descuajada la selva aledaña a la ruta. Aquí se atisba algo sobre las plantaciones de pan coger destinados a la manutención de reos y primeros colonos.

 

“He visitado el presidio y recorrido la parte del camino que va hasta Boquía en el mes pasado, luego que el estado de mi salud me lo permitió.

Luego que el estado de mi salud me lo permitió. Luego que llegué a esta ciudad fui a visitar los trabajos y encontré que, por ineptitud de los directores, y falta de eficacia en los jefes políticos, desde que yo me ausenté, se había descuidado quemar el bosque destrozado, menos en una pequeña parte, no obstante, varias prevenciones de la Gobernación.  

Suspendí el derroque del bosque, y destiné los peones a limpiar la abundante maleza que había crecido entre los troncos y ramas destrozadas, a amontonar estos y quemarlos, trabajo que se ejecutó al mismo tiempo por los contribuyentes del servicio personal y que ha concluido ya. He visto con satisfacción:

1.° que en una gran parte del camino nació poca maleza; 2.º que en donde abundo se componía de plantas cuya semilla se agota pronto; 3º que en toda la parte des cuajada de junio a agosto ha aparecido pasto de diferentes gramas. El terreno limpiado aparece sólido, no obstante que anteriormente era ponderado de fangoso.

Desde aquella vez examiné lo relativo al trato que se da a los presidiarios, y el nodo como se les asiste. Sobre este punto, la frecuente variación de empleados había producido relajación en la disciplina en favor enteramente de los reos. Los alimentos continúan suministrados en la cantidad y calidad determinadas por la Gobernación. Posteriormente en marzo visité mis detenidamente el establecimiento, examinando libros, reos, prisiones, herramientas, raciones etc. Encontré algunos defectos en los libros que hice corregir: en la disciplina del establecimiento la misma relajación. Respecto de la ración examiné separadamente a varios presidiarios tonados como a la suerte, y habiéndome hecho traer una ración, les pregunté si aquellas especies y cantidades les eran suministradas siempre: a lo que contestaron afirmativamente, menos uno, que parece ser de los descontentadizos que siempre quieren quejarse de los superiores. Todos dijeron que no tenían queja de ellos respecto a tratamiento, de la Nueva Granada. 3 desde setiembre dejé construyendo otro tambo en Consota en un lugar que promete ser bien sano, con órdenes de que pasara el presidio a él inmediatamente. Ninguna cooperación encontré para ello, ni en la jefatura política, ni en los jefes del establecimiento. Durante mi ausencia se difirió la traslación sin motivo, y ponderándome siempre las dificultades; y lo que fue peor, concluido el tambo se le abandonó, de suerte que cuando yo regresé encontré que, por no haberlo habitado, o por no haberle puesto humo, se dañó la mayor parte de la paja. Su construcción además me ha parecido mala en cuanto a duración. Desde el 22 de marzo está el presidio en él, y se ha atendido a todo lo que la experiencia ha demostrado y es conveniente para mantener la salud de los reos. En esta parte de la montaña, el trabajo que hay que hacer es destruir el bosque. El terreno es tan cómodo que con él solo se obtendrá un buen camino. Haré construir un puente en la quebrada Consota, que es la primera de consideración que se encuentra. Su caudal es como el del rio de San Francisco de Bogotá. He hecho practicar nuevas exploraciones para perfeccionar la dirección del camino desde donde se separa del antiguo de la salina de Consota, hasta el paso de la quebrada de este nombre, y hoy sabré el resultado. El orden que me he propuesto para el trabajo es socavar la parte de bosque que falta por derribar hasta el tambo nuevo y comenzar luego la derriba con peones libres, pagados o contribuyentes, principiando por algunos pequeños guaduales: que el presidio adelante la derriba desde el tambo dándole el ancho de 20 varas. Hasta ahora se ha conservado en ancho desde 30 hasta 40 varas, y hasta 50 en los guaduales; pero no obstante mi convencimiento, voy a reducirlo de 20 a 25, conforme las indicaciones que recibí del Poder Ejecutivo en el año pasado, en atención a que va a principiar un declive hacia Consota, que seguirá después una cuchilla de bosque no muy elevado su mayor parte, y que en ella por ser más fresca y memos húmeda la vegetación no será tan rápida. Los peones de Antioquia que logro concertar son colocados desde treinta cuadras más adelante que el presidio, en un bosque que presenta más dificultad que el resto. El presidio luego que encuentre lo derribado por ellos, pasará treinta o cuarenta cuadras más adelante, a colocarse en un palmar en que el trabajo es muy fácil, y en donde no será costosa la construcción de un tambo. Para comenzar a cultivar un punto en Boquía no me había detenido sino la falta de un hombre que fuese a cuidar. Desde noviembre se encontró uno de Antioquía que con dos hijos mayores vive en la casa construida para el presidio. Ellos han trabajado un desmonte en que me dicen que han sembrado cinco almudes y medio de maíz; les he dado papas y arracachas, y tienen algunos pocos colinos de plátano. No creo conveniente que se siembre allí como para el presidio, porque la dificultad de conseguir vehículos me ha convencido de que el presidio debe adelantar con el desmonte. A los peones Antioqueños he indicado que deben sembrar todo lo que derriben, con la esperanza de facilitar la limpia y obtener maíz en abundancia. En Consota cultivaré con el presidio una sementera de maíz y plátano que podrá mejorarse después con papas, yucas y arracachas. En Arcabuquillo he hecho cerrar todo lo que se limpió al derredor para la ventilación, y voy a sembrarlo de maíz. La indolencia de la gente de aquí hace que no haya quien vaya a disfrutar de aquella posesión es que han quedado dos tambos sólidos. Sin embargo, una familia antioqueña se ha comprometido à vivir por un año en ese punto. El servicio personal está reglamentado por la Gobernación desde el año pasado. Solo de una providencia no había dado cuenta al Gobierno, porque la creí muy subalterna, y es que para dirigir a los contribuyentes he puesto un superintendente que los asiste en el trabajo, y pone el cumplido o falta a los trabajadores que se presentan por cuadrillas de trece hombres. Todo lo demás está escrito en mi decreto de 1.º de Julio que remití a US. Por medio de estos arreglos he utilizado el servicio personal mucho más de lo que pensaba. Con el dinero que produce la contribución (porque una gran parte es satisfecha en dinero) pago peones que, dirigidos por otro superintendente, han estado derrocando bosques desde donde terminó el presidio.

El 23 de marzo entré por el nuevo camino a la montaña, y el 25 estuve a las 12 en Boquía, no obstante, las dificultades que ofrecen bestias bisoñas, una trocha estrecha y el rigoroso invierno. Entré en mula y no hube de desmontarme sino en los pasos de las quebradas que no están buenos. Lo más difícil del camino se halla en la parte que se anda por la vía actual. Estos son los puntos de que puedo informar a US. En el presidio no he dictado reglamento especial metodizando el trabajo, porque como siempre ha estado reducido a una o dos secciones, nada he encontrado que se necesite decir, y tengo cuidado de evitar la multiplicación de decretos. Todas las advertencias accidentales que me parecen convenientes las hago en las diferentes visitas que hago, e informes verbales que recibo. Al nuevo director, que se posesionó el día 1º, le he encargado, como lo hice con los otros, que me informase de los defectos que noté para ocurrir con remedio para evitarlos”.

Dios guarde a Us, Jorge J. Hoyos