jueves, 7 de octubre de 2021

La conquista de la Provincia Quimbaya: engaño, avaricia, violaciones, mutilaciones y exterminio.

La conquista de la Provincia Quimbaya: engaño, avaricia, violaciones, mutilaciones y exterminio.

“Entraban en los pueblos, ni dejaban niños y viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban y hacían pedazos, como si dieran en unos corderos metidos en sus apriscos.”[1] La provincia de Quimbaya limitada entre Ibagué y Santa Ana de Anserma, donde estaba un volcán en las laderas llamadas de “Toche”, de donde por un camino los españoles hicieron tránsito de Ibagué a la Provincia Quimbaya, emplazada en los confines del río Cauca y la sierra nevada de los Andes. A esta fecunda Tierra regada por diversos ríos, como el Tacurumbi, Otún, Cegue y Consota, arribó Robledo con sus soldados de conquista, en donde comisionó a Suer de Nava para que organizara la ocupación del territorio, invasión plagada de avaricia, engaño, violaciones, mutilaciones, exterminio y despojo de enormes cantidades de oro. En el año de 1547, sacaron en tres meses más de quince mil pesos en oro. El Cacique Tacurumbi conocedor de la entrada de los ibéricos, temeroso del daño que podrían recibir y pensado que los forasteros no se establecerían en sus dominios y deseando ganar la confianza de los invasores salió a su encuentro, y en señal de amistad le obsequio un vaso de oro que pesaba ochocientos castellanos, ofrenda que excitó la avaricia de los españoles al ver a los indígenas portar en sus cabezas grandes coronas, y en sus muñecas gruesos brazaletes de finísimo y refulgente oro. Los Quimbaya al percibir el ardid de Robledo se replegaron a la selva, en donde fueron perseguidos por los ibéricos. En batalla fue herido el conquistador Robledo con una flecha envenenada que le atravesó la mano derecha y otra que le penetró el hombro, heridas que por poco le causan su muerte. En venganza Robledo invitó a los ingenuos indígenas en son de paz, quienes engañados y llevados por la curiosidad, confiando de que podrían volver sin daño alguno, acudieron al llamado. Robledo ordenó el encierro de los naturales en bohíos y mando amputar manos y pies a unos, orejas y narices á otros, para que como correos de su desgracia fueran a exhibirse ante sus caciques y les comunicaran lo que les podría pasar si no se sometían. Los que no se sometieron fueron asesinados por las balas de los arcabuces, flechas de ballestas, y/o desbarrigados por los perros lebreles. Estas fueron las prácticas utilizadas en la conquista de la Provincia Quimbaya para someter a los naturales. Violencia y excesos soslayados en los textos históricos que siempre han negado esa otra cara de la moneda. La ignorancia histórica ha mostrado a los conquistadores como héroes portadores de progreso y que los aborígenes ganaron mucho con la presencia española en sus territorios. Álvaro Hernando Camargo Bonilla. [1] http://www.cervantesvirtual.com/.Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Bartolomé de las Casas. Edición de José Miguel Martínez Torrejón. [2]Capítulo XXIV LA CRÓNICA DEL PERÚ PEDRO CIEZA DE LEÓN. Pág. 110 Álvaro Hernando Camargo Bonilla Vigía del Patrimonio, Miembro de la Academia de Historia del Quindío.

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