EL PASO DEL QUINDIO, Y LA PALMA DE CERA. PATRIMONIO
CULTURAL Y AMBIENTAL DEL QUINDIO.
La
palma de cera (Ceroxylon quindiuense) lleva el honor de ser reconocida como el
árbol nacional, y de ser la palma más alta del mundo. Hasta hace algunos años,
se usó el cogollo de sus hojas en la procesión del Domingo de Ramos, y la
resina de su tallo, denominada “cera”, como insumo vital en la fabricación de
las velas.
Cuando
se transita por la antigua calzada del Paso del Quindío, en la vertiente
oriental de la Cordillera Central, en inmediación de antiguos tambos que
existieron a la vera camino, como La
Ceja, Cruces, Gallego, Galleguitos, en el corregimiento de Toche Tolima, se
presenta la vista del viandante magníficas manchas de palmas de cera que otean
en lontananza, sobre los relictos de la selva andina, que afortunadamente aun
existen.
Otro
es el aspecto de la palma de cera en el valle de Cocora, se limita a pinceladas aisladas de palmas adultas, agónicas,
sin oportunidad de reproducción, ubicadas en sitios abiertos, impactados por actividades
antrópicas, discordantes con su habitad natural, las cuales desaparecerán. Su encantadora
estampa se va apagando, por el incremento de la frontera agronómica y la
industria turística, carentes de planes de manejo sostenible, ambiente que ha
motivado la declaratoria de peligro de extinción de la especie. (Resolución
0192 de 2014)
Proteger,
restaurar, conservar, interconectar, y aumentar el tamaño de las arboledas en
los potreros y otras áreas deforestadas, sobre las cuales crece esta hermosa
palma, que se ha convertido en un atractivo turístico de fama mundial en el
valle de Cocora, en Salento, debe constituirse en un propósito de todos los
quindianos.
Otro
patrimonio cultural concomitante a la palma de cera, es el Paso del Quindío, que
conectaba a Ibagué con Cartago en la ruta de Bogotá a Quito. Camino de la mula y el buey durante más de
300 años, hasta que se abrió la actual carretera en 1930. Ruta que franquearon
Humboldt y Bonpland en 1801, la que cruzó Simón Bolívar de regreso de Quito en enero
de 1830 y por la que caminó un nutrido grupo de científicos y viandantes, como
como Jean Baptiste Boussingault (1826), Isaac Holton (1850), Edouard André
(1876) y muchos otros forjadores de la historia de Colombia, en las diferentes
épocas históricas de nuestra Nación.
La
huella del camino todavía se percibe en muchos sitios, y su recuperación debe ser
prioridad nacional. La rehabilitación del Paso del Quindío brinda una excelente
oportunidad de conservación conjunta del patrimonio histórico, cultural y natural.
En
hora buena, a partir del año 2006, la Gobernación del Quindío y el Fondo Mixto
de la Cultura, a través de las Universidades del Quindío, Gran Colombia, viene adelantando
estudios e investigaciones conducentes a la recuperación ecohistórica y
cultural del Camino, entre los municipios de Filandia y Salento.
En
el marco de la celebración del mes del patrimonio, se realizó en el Centro de
Convenciones del Quindío, el Primer Encuentro Nacional de Caminos Reales,
oportunidad para conocer experiencias afines adelantadas en los departamentos
de Santander, Nariño, Antioquia y Cundinamarca.
La
recuperación histórica y cultural del antiguo Camino del Quindío se honra como
una gran ocasión de mejorar y reafirmar la historia de la QUINDIANIDAD.
Álvaro Hernando
Camargo Bonilla
Miembro
de la Academia de Historia del Quindío.
2 comentarios:
Muy buen artículo, Alvaro. Importante la impresión de folletos con esta historia para ser repartidos por parte de la Alcaldía de Salento a los turistas, como parte del “turismo cultural” que debemos impulsar. Nosotros ponemos la historia como AHQ y la Alcaldía los folletos impresos.
Eso sería lo ideal. Pero hay que insistir a la institucionalidad para el efecto.
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